Sadistic Eyes
Autora: Namida no YukaKyo
Serie: FullMetal Alchemist el pertenece a su Autora, Blue Brids Ilusion, pertenece a sus respectivos autores. La historia incoherente del fic es toda mía xD.
Pareja: Roy x Pride-Ed, Roy x Ed.
Categoría: Drama, Tragedy, Angst, Yaoi (Situaciones Chico/Chico, si no te agrada la idea... No leas... Abstente de estar jodiendo ¬¬ )
Justificación: El Personaje de Pride-Ed aparece en el videojuego Chino, Blue Brids Ilusion. Basado un poco en el mismo y en el anime. Aunque... da la impresión de no estar basado en ninguno de los dos y de hecho no lo esta xD... mou creo que no debí de haber dicho eso UoU
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1. Necesidades
Oscuro, húmedo y frió.
Así le pareció ese lugar en cuanto hubo llegado. La pequeña faldilla negra se agito moviéndose suavemente, acompañando el movimiento de sus cabellos rubios. Algunos cuantos de los mechones del mismo con el sutil ondeo, acariciaban sus mejillas.
El metálico olor de la sangre le lleno los pulmones y el monótono sonido de algo golpeado, fue el único ruido que rompía el crudo silencio que envolvía la oscuridad. Camino despacio, acercándose, notando que los débiles gemidos de quien era golpeado, se hacían mas fuertes, nítidos, al igual que las siluetas de aquellos dos.
Sus ojos se fijaron el la espalda de aquel que estaba sobre el otro, hundiendo los nudillos en la quijada del hombre bajo suyo, que ya para ese entonces estaba mas que inconsciente.
Él lo sabia y aun así seguía en su labor, golpeando, magullando mezquinamente la piel, marcándola con sus nudillos sin compasión alguna. Se acerco mas, quedando a una lado suyo. Aunque su cercanía no logro influir para que el otro parara sus golpes.
— Envy — le llamo con voz neutra. — Ya basta—
Pero el homúnculo de cabellos verdoso oscuro no le presto atención alguna siguió afanado en su tarea harto de golpear el rostro de ese hombre, buscando ahora el pecho, abdomen y costados del mismo.
Un crujir de huesos se escucho de pronto, haciendo que con eso la sonrisa sádica en los finos labios de Envy se ensanchara y un gemido lleno de dolor escapara de la garganta de aquel quien se suponía estaba mas que inconsciente.
— Envy— Volvió a llamarle — Déjalo ya—
Por un segundo los ojos oscuros del homúnculo se fijaron en los del que le hablaba, sin abandonar la golpiza que sin piedad aun esparcía por el cuerpo maltrecho de ese hombre.
El imperturbable color dorado lleno de indiferencia en aquellas iris lo hastió, levantándose de un solo movimiento liberando por un momento de su castigo, al hombre que respiraba entrecortadamente en el suelo.
Sus pisadas eran fuertes y golpeaban el suelo con golpes secos provenientes de sus talones desnudos. Sus ojos centellaban furia, intentando intimidar al otro, mas no lo logro, haciendo que con esto su rabieta aumentara mas.
Los dorados ojos del joven, un poco mas bajo que él, tuvieron que alzarse al tenerlo a su lado, sosteniendo la mirada de Envy.
—¿Por que tengo que hacerlo? — Demando con furia levantando uno de sus puños amenazante.
— He Pride? Tu también te divertiste con los otros— termino señalando con uno de sus dedos la larga hoz que el rubio llevaba en una de sus manos goteando aun de sangre.
— Es hora de irnos— siseo simplemente sin contestar la pregunta, alejándose de Envy y quedando unos cuantos pasos cerca del caído.
— Entonces terminare con él— musito el joven de cabellera larga, crujiéndose los nudillos y golpeándolos después puño contra puño.
Pride sintió como el viento volvía a golpearle la cara con suavidad jugueteando con sus mechones de cabello suelto y al mismo tiempo trayéndole el aroma de la sangre de aquel que cerca de sus pies estaba.
No supo por que tenia la necesidad de hacer aquello, pero levanto una de sus manos impidiendo que Envy se acercara.
— Yo lo haré— Pride tenso su mano sobre el hoz que portaba levantándola ligeramente.
Un gruñido abandono los labios de Envy.
¿Cómo se atrevía?
El había sido el único capaz de enfrentarse a aquel alquimista. Era mas que su derecho terminar él con sus propias manos, la miserable vida de aquel hombre. No importaba lo que Pride dijera.
Él, Envy terminaría de matar a Roy Mustang.
— Obedece lo que dice Pride... Envy—
¿Que demonios?
Envy se giro, encontrándose con los ojos de Lust fijos en él. Ella había hablado, de forma autoritaria y segura, confiando en que él la escucharía y obedecería. Envy giro los ojos aburrido.
¿Acaso creía ella que era igual a Gluttony?
Pero muy al contrario de lo que sus pensamientos decían, su cuerpo ya lo llevaba hacia ella. Girando los ojos simplemente para despedirse de Pride.
— Nos vemos en casa entonces... Chibi-san—
Los escucho alejarse, despacio, perdiéndose entre la oscuridad, pero solo hasta que se sintió completamente solo, levanto con todas sus fuerzas la hoz mas allá arriba de su cabeza. Solo necesitaba ondearla un poco, dejarla caer de un movimiento suave con sus muñecas y la cabeza de aquel hombre rodaría por el suelo, hasta seguramente quedar cerca de los dedos de sus pies desnudos.
El mismo movimiento había hecho con los otros desdichados que se habían cruzado en su camino. No le había costado absolutamente nada de trabajo matar a aquellos humanos, civiles y militares todos morían, por igual.
Después de todo no importaba.
Daba lo mismo si los dejaba con vida o si se las arrebataba.
Y justo como Envy dijo, se había divertido haciéndolo.
Y finalmente la hoz fue dejada caer...
La filosa hoja de metal corto el viento. El chirrido sordo que producía el mismo era reconfortante a oídos del rubio, mas su ceño se frunció, no molesto ni mucho menos irritado, sino mas bien perturbado.
Sí, la hoz había bajado, hasta clavarse en la tierra.
Pero demasiado alejada de su objetivo, guiada ahí por sus propias manos. Se acerco mas mirando con recelo su arma teñida de sangre, para luego desviar la vista, recorriendo enteramente el cuerpo de aquel a quien había privado a Envy de matar.
¿Quién era?
Miro sus ropas rasgadas, las profundas hedidas que sangraban, su rostro golpeado, la herida en su ceja derecha, que liberaba espeso liquido rojo, mismo que bajaba hasta su ojo, como si lagrimas de sangre derramara. El uniforme azul cubierto en su mayoría por negruzco lodo y polvo.
El cabello negro revuelto, pero el rostro tranquilo, como si estuviera mas que resignado a que la muerte se lo llevara. Misma que estaba mas que cerca. En ese estado no duraría mucho, pronto moriría.
Sin saber por que se arrodillo a sus lado, y con sus dedos, recorrió su brazo, apenas tocándolo, impregnándose los dedos de aquel vital liquido que de él brotaba.
Ese hombre moriría. Aquello en si no importaba, sino el hecho de que todas aquellas heridas que tenia. Parecía como si, se hubiese dado por vencido justo antes de que la batalla empezara. No había señas de que se hubiera defendido, ni en el lugar del combate, así como tampoco en el cuerpo de Envy.
¿Por qué?
No se suponía que este hombre era uno de los mas fuertes, de los mejores alquimistas nacionales.
Algo debía de haber hecho Envy, tal vez algún acto o palabras en si, algo que llego a desarmarlo, hasta dejarlo indefenso ante sus puños. Resignándose a morir en manos del homúnculo. Arrugo mas su ceño, casi juntando sus cejas doradas, su cuerpo inconscientemente se había acercado a aquel hombre, una de sus manos lo sostenía evitando depositar su peso sobre el mismo y la otra débilmente se acercaba al rostro del pelinegro.
¿Qué había sido?
¿Por qué el dejarse vencer?
¿Por qué se sentía tan enfadado por eso?
El semblante tranquilo y resignado en el rostro de ese hombre lo irritaba.
Roy Mustang
Ese nombre en si y su rostro no significaban nada en su mente, podría decirse que esta era la primera vez que le veía, pero dentro de su pecho, algo le decía que no era así.
Que por eso tampoco había podido matarlo como en principio deseaba.
No... debía de tratarse de algo mas... por eso no le había arrebatado la vida.
Sus dedos largos y fríos recorrieron la mejilla pálida y manchada de lodo, hasta detenerse en la profunda herida en el pómulo de la misma, retirando con las yemas de los dedos algo de la sangre, aunque era inútil, mas de aquel liquido carmesí emergía, ensuciando la piel que con esmero había limpiado con sus dedos.
Por un segundo, odio el que hubiese sido Envy quien lo dejara en ese estado.
Una sonrisa irónica se dibujo en sus labios, no había sido odio, mas bien, envidia.
Se acerco mas al rostro de Roy, pegando su frente a la suya, sintiendo el tibio calor de la piel.
Sus mechones rubios acariciaron las mejillas del otro, manchándose de lodo, polvo y sangre, hasta quedar junto a sus cabellos negros, revolviéndose entre los mismos.
Le había gustado, la combinación que ambos hacían. Los párpados del hombre fuertemente cerrados, se estremecían y el cálido aliento del mismo le golpeaba las mejillas y por sobre todo aquel aroma de su sangre, un sutil aroma de colonia percibía.
Pride dejo que su cuerpo se recargara contra el del otro, mas sin aplastarlo con el mismo. Escondiendo su rostro contra el cuello del pelinegro, degustando a placer la esencia de la colonia que portaba. Sus manos se aferraron a su cuerpo, acercándolo, aun y cuando eso hizo que de sus labios gemidos adoloridos brotaran.
Una sonrisa se dibujo en sus labios y sus ojos dorados, esos que no tenían brillo, levemente temblaron.
Tenia... La... Necesidad...
De limpiar sus heridas...
De ser solo él quien lo tocara...
De que abriera sus ojos y lo mirara... justo como él lo hacia...
Había tomado una decisión y ahora ese humano le pertenecía.
Su rostro, su nombre, su ser, ahora tenían un significado que antes no tenia.
No lo dejaría morir, seguiría con vida, cerca de él y eso era todo lo que Pride por ahora quería...
o-o-o-o-o-o-o
N de la A: Hola! Hacia mucho que no me reaparecía por acá ( Lo se, tal vez ni me recuerden xD... Nah) En fin espero reportarme para la próxima semana... eso si alguien le interesa que continué con este fic que ya llevaba mucho tiempo empolvándose en una memory xD
Bye, Bye!
Pd. No reclamen incongruencias xD
"Hoy solo espero que pronto, sus latidos dentro de mi, dejen de atormentarme"
