Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979
Advertencia: Este es un Albert fic.
LA HIJA DEL MINISTRO
En el año de 1826 en Londres Inglaterra, William Albert Andrew de 30 años y William Crockford se hicieron socios para abrir un casino, contaron con el apoyo del Duque de Wellington quien en realidad se llamaba Arthur Wellesley, dándole el nombre al casino de Crockford Club, estaba ubicado en 30 Curzon St, Londres W1J 7TN, Reino Unido. Desde que se había inaugurado el casino toda la élite de la alta sociedad británica llegaba para apostar jugosas cantidades de efectivo, los dueños de Club se estaban enriqueciendo a pasos agigantados.
Albert era novio de la hija de su socio, la chica se llamaba Fanny Crockford, todo iba viento en popa pero la llegada de cierto ministro protestante a ese mismo vecindario donde estaba ubicado el club, cambiaría la vida de todos.
Harry Ellis de 48 años de edad había sido ordenado como ministro en la Iglesia protestante de Escocia, su familia estaba compuesta por su esposa Helen Ellis de 38 y Candice White Ellis de 18 años.
-¡Este lugar es hermoso! –expresó Harry Ellis
¡Tenemos cerca a ese centro de vicio!- contestó su esposa Helen
-¡Estamos cerca de la Abadía de Westminster! – dijo Candy con emoción.
-¡Tenemos mucho trabajo por delante!
-Si papá, estoy segura que en poco tiempo tendremos muchos feligreses-
-¡Nos hubiéramos quedado en Saint Andrews!-se quejó Helen
-Helen por favor no te quejes, nos mandaron acá porque confían en mí, no me iba a portar como Jonás y desobedecer el llamado de Dios, tenemos que rescatar a todas las almas sin Cristo que estén en esta comunidad.
Había un grupo de veinte personas hacían sus reuniones dominicales en casa de la familia O´Brien, tenían una hija llamada Paty. Ellos escribieron a la Iglesia protestante de Escocia solicitando un ministro y el sínodo eligió a Harry por su pasión en la obra misionera.
El carruaje donde iban los Ellis pasó frente al club, William Albert Andrew quien estaba saliendo miró con curiosidad el carruaje y vio a Candice cruzaron miradas los rubios, ella reaccionó y aparto la mirada, Albert sonrió al ver la cara sonrojada de la chica.
Llegaron a la casa de los O´brien.
-Ministro Harris, oramos mucho para que llegaran con bien.
-Sus oraciones fueron escuchadas Señor O´brien
-Dígame Charles, que somos hermanos en Cristo.
Se saludaron e hicieron las presentaciones entre las dos familias, serían vecinos, Paty y Candy simpatizaron en seguida. Los Ellis rentarían la casa a lado de los O´brien el propietario era William Albert Andrew, casi toda la calle le pertenecía, la casa de los O´Brien era enorme por eso cedían su salón para los servicios de la misión.
George fue el encargado de mostrar la pequeña casa.
Les mostró a los Ellis el pequeño salón.
-¡Es perfecto!-dijo Harry quien nunca se quejaba de nada, a él le daba igual una casa chica o grande, lujosa o que se estuviera cayendo en pedazos, no era materialista.
-¿Cómo que es perfecto? Si el Señor Andrew va a recibir una buena cantidad de dinero por rentar la casa, tan siquiera debe de tapizar las paredes o mandarlas a lavar-dijo Helen indignada.
-Se lo comunicaré-dijo George con una sonrisa, la verdad a él también le parecía que necesitaba mantenimiento esa casa.
Stear pasó por la casa y a Paty se le iluminaron los ojos, Candy se dio cuenta del cambio de ánimo de su nueva amiga.
-Buenas Tardes-saludó Stear
-¡Buenas Tardes!-contestaron todos los presentes
-Soy Alistair Andrew, hermano del propietario, George puedes retirarte yo les seguiré mostrando la casa a la familia Ellis.
-Señor Stear, su hermano…
-Yo me encargaré de hablar con mi hermano George, no te preocupes.
-Me retiro, con permiso de ustedes-George hizo una reverencia y se retiró.
Stear vio las condiciones de la casa y dijo: ¡Esta casa se está cayendo en pedazos! mejor iremos a la que está enfrente de la familia O´Brien, le acaban de dar mantenimiento.
-Pero ¿subirá el costo mensual de la renta?-preguntó Harry preocupado.
-Si es un poco más elevado, pero no se preocupen eso correrá de mi cuenta-dijo Stear con una sonrisa.
Cerró esa casa y los llevó a la que había sugerido, era más espaciosa y estaba en buenas condiciones.
-¿Y bien que les parece?
-¡Nos quedamos con ella!- dijo enseguida Helen
Stear hizo el contrato, firmaron y le dieron el depósito.
Paty le dijo a Candy que se quedara con ella, quería conversar con Stear pero no era prudente que estuviera sola, los chicos Andrew no tenían buena fama, por William el hermano mayor, estaban tachados como mafiosos.
La fortuna de los Andrew era mal habida, todo empezó cuando los padres de los Andrew fallecieron, quedaron a cargo de Elroy la hermana de William Andrew, una mujer solterona de 35 años sin esposo, la única manera que ideó para mantener a sus sobrinos fue prostituyéndose tenía un hermoso aspecto pero esa vida hizo que se le vinieran los años encima, algunos de esos hombres golpeaban a los muchachos, ella era como una leona al defenderlos pero por ser mujer siempre salía dañada, precisamente la primera casa donde habían llevado a los Ellis fue donde vivieron esos años de tormento.
Luego William el mayor de los muchachos, se juntó con delincuentes, lo encarcelaron por 5 años por agredir a uno de los clientes de su tía, en la cárcel aprendió mañas de estafadores, jugadores y otros tipos de delincuentes regresó a su casa con Elroy ya enferma, sus hermanos nunca siguieron sus pasos, ellos trabajaron para la ciudad de barrenderos, uno de los clientes de Elroy les dio ese empleo y los sacó de esa mala vida pero al poco tiempo ese buen hombre falleció, por lo que Albert tomó el liderazgo de la familia, apostaba, defraudaba pero había aprendido a tapar sus huellas, en tres años logró hacer su fortuna, los hermanos de la única manera que decidieron trabajar con él, fue con la condición que ellos administrarían las propiedades que Albert había adquirido, ellos nunca se mancharon las manos de sangre, pero tenían mala reputación.
-Paty, ¡tenía deseos de verte y heme aquí!
-Yo también Stear, ella es mi nueva amiga Candice.
-Un gusto Candy.
Candy le sonrió.
-¿Vendrás el Domingo a la reunión Dominical?
-Trataré, pero ya sabes que a mi hermano le gusta ir a la Iglesia católica con su novia y nos obliga a acompañarlo.
Paty bajó el rostro con tristeza.
-Pero haré todo lo posible
Se le volvió a alumbrar el rostro a Paty.
-¿Cuándo vendrás hablar con mi padre?
-Paty, dame un poco más de tiempo, pronto podré separarme de mi hermano, ¿Tienes mis ahorros no es así?
-Si los tengo
-Eso es una garantía que voy en serio contigo.
Alistair llegó a su casa y Albert lo estaba esperando para reclamarle.
-Buenas noches
-¿Qué tienen de buenas? ¿Así que le rentaste nuestra mejor casa a esa gente?
-Esa casa estará bendecida, pues se la renté a un ministro.
-¡Pues le hubieras dado la otra casa! para que le quitara toda la inmundicia que tiene, si en realidad es efectivo el ministro.
-Hermano ¡Por favor! Esa gente es honrada
-Te quitaré el 10 por ciento de tu sueldo, para que otro día no tomes decisiones por tu cuenta, George ya tenía la orden de rentar la casa inmunda, ¡Por tu culpa quizás la tenga que derribar para construir otra! ¡No se la hemos podido rentar a nadie! Y ahora que por fin teníamos un cliente, me sales con tus tonterías.
-De una vez quiero avisarte, que el Domingo no te acompañaré a la Iglesia
-¿Cuál es el motivo?
-Tengo un compromiso.
-¿No será con esa mosca muerta de la O´brien?
-¿Y si así fuera, a ti qué?
-Jamás permitiré que te cases con esa chica presumida, que se cree mejor que todos.
Candy y su padre estuvieron invitando casa por casa para el servicio Dominical, los adultos no atendieron el llamado pero los jóvenes se interesaron en Candy, por lo que el Domingo estaba repleta la misión de jóvenes de 17 años en adelante, habían 60 personas.
El ministro Harry predicaba con una voz fuerte y elocuentemente:
¡Una palabra de aliento, pecador, pobre pecador perdido! Tú piensas que no debes venir a Dios porque tú eres vil. Ahora, permíteme decirte que no hay un solo santo en este lugar que no sea vil también. Si Job, e Isaías, y Pablo, todos ellos se vieron obligados a decir: "yo soy vil," oh, pobre pecador, ¿te dará vergüenza unirte a esa confesión y decir: "yo soy vil," también? Si yo me acerco a Dios en oración hoy, cuando estoy de rodillas junto a mi cama, habré venido a Dios como un pecador, vil y lleno de pecado. ¡Mi hermano pecador! ¿Quieres tener una mejor confesión que ésa? ¿Tú quieres ser mejor, no es cierto? Vamos, los santos en sí mismos no son mejores. Si la gracia divina no erradica todo pecado en el creyente, ¿cómo piensas hacerlo tú mismo? Y si Dios ama a Su pueblo mientras todavía es vil, ¿piensas tú que tu vileza le impedirá amarte? ¡No, vil pecador, ven a Jesús! ¡El más vil de los viles! Cree en Jesús, tú que eres escoria de la sociedad y la hez de las calles, yo te pido que vengas a Cristo. Cristo te ordena que creas en Él.
"No a los justos, no a los justos,
Sino a pecadores vino a salvar Jesús."
Ven ahora; di: "Señor, yo soy vil; dame fe. Cristo murió por los pecadores; yo soy un pecador. Señor Jesús, rocía Tu sangre sobre mí." Te digo, pecador, de parte de Dios, que si tú confiesas tu pecado, tú encontrarás el perdón. Si ahora dices de todo corazón: "yo soy vil; lávame;" serás lavado ahora. Si el Espíritu Santo te da la capacidad de decir con todo tu corazón ahora, "Señor, yo estoy lleno de pecado:
"Tal como soy, sin ningún otro argumento
Excepto que Tu sangre fue derramada por mí,
Y que Tú me pides que venga a Ti,
Oh, Cordero de Dios, yo vengo a Ti, yo vengo a Ti."
Tú saldrás de este lugar con todos tus pecados perdonados; y aunque tú hayas entrado a este lugar con todos los pecados que un hombre puede cometer sobre tu cabeza, tú saldrás como inocente, sí, más inocente que un bebé recién nacido. Aunque hayas entrado aquí cubierto de pecados, tú saldrás cubierto con un manto de justicia, tan blanco como son los ángeles, tan puro en lo que se refiere a la justificación. Pues "ahora," fíjate bien, "he aquí ahora el tiempo aceptable," si tú crees en Él que justifica al impío. ¡Oh!, que el Espíritu Santo te dé fe para que puedas ser salvado ahora, pues entonces serás salvo para siempre! ¡Que el Señor agregue Su bendición a este débil sermón por causa de Su nombre!
Stear fue uno de los que escuchó el mensaje, salió de ahí convertido en protestante, ese mismo día habló con los padres de Paty ellos sabían que era buen chico, El Señor O´Brien lo ayudaría a poner su panadería. Diez jóvenes de los que habían ido sólo por conocer a Candy también decidieron cambiar su modo de vivir.
En la semana siguiente esos muchachos que trabajaban para Albert como espías de otros negocios y como estafadores terminaron su relación laboral con él, el ministro Harris oraba con ellos para que encontraran un trabajo honrado, para el Domingo siguiente todos dieron su testimonio que habían encontrado un buen trabajo.
Llegó a oídos de Albert y a oídos de su socio.
-¡Y tú mismo hospedaste a ese ministro Albert!
-Suegro yo sólo busqué un cliente para esa casa, pero mi hermano le cedió mi mejor propiedad.
-¿Ahora tenemos que conseguir otros muchachos? a estos ya los habíamos adoctrinado en el negocio. Tienes que deshacerte de ese ministro y su familia.
-¡No se preocupe suegro! Idearé un plan para alejarlos de aquí!
Advertencia:
soy 100% Albert fan por lo que de antemano saben con quien se quedará Candy
Buenas noches chicas
El Albert que presento aquí es un corrompido, por lo que no es recomendable que las chicas que idealizan demasiado a Albert lean el fic, pues las características con que lo pongo aquí son las peores que alguien pudiera tener. Odiaran a este Albert.
En este fic no saldrá el otro galán del anime, por lo que invito a las fanáticas de ese guapote que tampoco lean el fic.
