TITULO: Endless lemon

ONESHOT: Primero: Un Amor Salvaje

AUTORA: Agitosgirl

TRADUCTORA: Bellrose Jewel

I. ORIGINAL: Inglés

LINK: www (punto) fanfiction (punto) net/s/9976272/1/Endless-lemons

Summary: Este es el mundo de los Humanimus. Ellos son una mezcla de humanos y animales, formando comunidades y sociedades con su propia especie. La mayoría vive en el bosque, mientras algunos de ellos en el océano. Todos ellos son extremadamente inteligentes y tienen la habilidad de construir su propio hogar. Pero es un mundo donde ciertos Humanimus comen otros Humanimus, y desafortunadamente Hinata de la sección conejo en el bosque se encuentra en peligro de ser devorada.

DISCLAIMER: Naruto no me pertenece.


Notas de la traductora:

Hola chicos! Probablemente nadie sepa quien soy, y si lo saben, seguramente van a querer matarme pero... alto!

He venido en son de paz, consideren estos oneshot un regalo de mi parte como muestra de arrepentimiento y sumision completa. Los lei en inglés y creo q son una maravilla!

Yo no soy la autora original, solo una traductora primeriza que busca compartir algo de felicidad con ustedes.

Antes de proceder me gustaria aclarar que tengo el permiso para traducir todos y cada uno de estos oneshots, tambien tengo el derecho de cambiar el vocabulario y la gramatica de forma que su traduccion sea facil para mi, facilitando tambien una lectura coherente y fluida.

Advertencias... lemon fuerte y algo fetichista.

En fin los veo abajo!


Notas de la autora:

Hola, hola, hola! Gracias por tomarse el tiempo de leer mi historia! Ahora, estos capítulos estarán llenos principalmente de imparable lemon de nuestros dos ninjas favoritos! Bien, todos estos one shots giraran en torno a ciertos temas y/o escenarios que he estado maquinando en mi cabeza. Por supuesto, estaré muy dispuesta a escribir un par de escenarios o temas que cualquiera de ustedes gustaría ver escrito. Pero, no emparejaré a nadie más con Naruto o Hinata y definitivamente no hare un harem. Nunca. PD: Nunca voy a terminar con esto, pero lo puse en la sección de completos porque todos estos son one shot completos incluidos en uno. De todos modos, a la historia!


Un Amor Salvaje

Los frondosos árboles pasaban junto a ella como un borrón verde. Los latidos de su corazón resonaban en sus oídos de la misma forma que la adrenalina corría a través de su cuerpo. Se sentía exhausta pero sabía que no tenía más opción que seguir adelante, a toda velocidad, de lo contrario una de esas asquerosas bestias la atraparía…

"¡Hey conejita! ¡Regresa aquí! ¡Prometemos morderte tan gentilmente como sea posible!" Vociferó uno de los perros detrás de ella.

"¡Sí!" grito otro, "¡Te mataremos tan rápido que no serás capaz de sentirlo!"

Una cuantas carcajadas lo siguieron.

Pobre Hinata que tuvo la mala suerte de vagar demasiado lejos de su madriguera, ella solo había salido para percibir el fresco aroma de las flores hermosas y coloridas. No notó a los 5 perros hasta que ellos estaban justo sobre ella. Si no hubiera estado junto al lago en ese momento y ver sus reflejos detrás de ella, quien sabe lo que podría haber sucedido. De lo que Hinata podía decir, los perros tenían una altura de al menos 1,80 metros, la cual era mucho mayor que los cortos 1,60 de la pequeña Hinata. Todos ellos tenían orejas de perro sobre sus cabezas y colas que salían de su espalda baja. Sus piernas, todo el camino hasta sus rodillas era alguna clase de cruce híbrido entre las extremidades de un humano y un perro. Sus manos tenían largas y afiladas garras las cuales podrían usar conjuntamente con sus afilados colmillos para desgarrarla en jirones. Un tipo de piel cubría la parte inferior de sus cuerpos, a modo de pantalones cortos. El color de su pelaje y piel variaba entre marrón, gris y dorado. Todos ellos parecían estar en los últimos años de su adolescencia, no mucho más de veinte. También corrían usando sus patas traseras y sus manos.

Hinata por otro lado solo tenía 17 años. Tenía una muy hermosa piel y pelaje. Dos largas orejitas de conejo, cada una de casi 30 centímetros de largo. También tenía una pequeña, esponjada y redonda cola blanca. Además tenía un largo y sedosos cabello negro azulado el cual ahora flotaba furiosamente detrás de ella. Sus piernas eran un raro cruce entre humano y conejo. Bueno, al menos era así desde sus hermosas patas traseras hasta la mitad de sus muslos. Ella vestía una piel blanca la cual servía para cubrir el resto de sus piernas y usaba otra piel inquietantemente parecida a un corsé que era lo suficientemente ajustado para garantizar que sus abundantes pechos copa D se quedaran en su lugar y que además no restringiera su respiración de alguna manera.

Hinata corría tan rápido como su capacidad se lo permitía. Al igual que la mayoría de los conejos, sus patas traseras eran lo suficientemente fuertes para impulsarla hacia adelante rápidamente y a una gran distancia. No podía regresar, no con un grupo de depredadores arrastrándose detrás de ella, así que se vio forzada a maniobrar vueltas y regresiones tan cerradas como fuera posible, con la esperanza de que ellos perdieran su rastro. Pero eso se veía tan lejano, al parecer un esfuerzo inútil.

'¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Más rápido!' Hinata se decía a sí misma. Sus pulmones ardían y sus piernas dolían pero este pequeño conejito estaba determinado a no ser comido por la jauría de babeantes perros callejeros. No quería morir hoy y tenía el sentimiento de que ellos no iban a ser tan 'gentiles' como clamaban.

Giró bruscamente a la derecha y trastabilló un poco. '¡Oh no! Por favor que no me atrapen!' Pero rayos, sus oraciones parecían no tener respuesta. No era solamente la jauría aproximándose a ella sino también sus piernas que empezaban a fallar. Y no podía ir más rápido que esto. Lágrimas promovieron una picazón en sus ojos mientras empezaba a caer en pánico. '¡Oh no! Voy a morir. Voy a morir, Voy a morir, voy a-'

Sus sentidos fueron golpeados por un sentimiento premonitorio. Todos y cada uno de sus nervios colapsaron como si hubiesen sido golpeados por un rayo y sus instintos le gritaban que corriera tan rápido como pudiera en otra dirección. Hinata jamás había sentido tanto miedo en su vida. Sin pensarlo, ella giró a la izquierda. Ese fue un horrendo error. No sólo el sentimiento de peligro creció sino que ella tropezó completamente con una raíz y salió expedida hacia adelante. Se volvió para aterrizar sobre su costado, rebotando en el suelo un par de veces antes de rodar y parar completamente.

'¡Ay!' Hinata lloriqueó silenciosamente. Por suerte nada estaba roto. Sus ojos se abrieron ampliamente cuando una voz resonó en el pequeño claro.

"Te tenemos ahora pequeño conejito"

La joven inmediatamente se sentó sobre sus patas traseras y se encogió. Si su tobillo no estaba roto, al menos estaba magullado. Sus cazadores se dieron cuenta de que ella estaba lastimada casi al mismo tiempo en que ella lo hizo.

"Bien, bien, parece que la pequeña señorita conejo se ha lastimado a sí misma, Pobrecilla." El macho alfa exclamó. Al menos ella pensaba que él era el macho alfa. El beta tomó la palabra a continuación.

"No te preocupes, nos aseguraremos de sacar a esta pobre criatura de su miseria rápidamente"

Cada uno de ellos esbozó una sonrisa que revolvió el estomago de Hinata y envió un desagradable escalofrío bajo su columna vertebral. Ellos formaron un semicírculo alrededor de ella, demasiado cerca para correr y ganar algo de distancia. Dieron un paso más cerca, Hinata trato de alejarse pero gimió cuando una sacudida de dolor golpeó su cuerpo desde su tobillo. Una ronda de risas resonó en el claro debido a su miseria, su desamparo.

'¡Oh no!' Ella pensó, cerrando sus ojos y apartando el rostro, no queriendo ver su muerte venir. 'Ni siquiera pude despedirme de nadie' Empezó a estremecerse 'Adiós mundo'

Repentinamente, aquel sentimiento premonitorio que había desaparecido volvió a cobrar venganza. Otro gemido resonó en el bosque. Uno que no provenía de ella. Sus ojos se abrieron de golpe mientras contemplaba la escena que se desarrollaba no menos de un metro delante de ella. Lo que vio la hizo estremecerse aún más y su estomago se hundió. '¡No, no él! Quien sea pero no él'

Pero era él. El más grande depredador de todo el mundo Humanimus. Lo llamaban por varios nombres: El Temido, El Atormentador, El Cazador, El Depredador de Depredadores, El Rey de los Bosques. O el más común, Kyuubi. Ella solo había oído de él en la historias que sus padres habían contado para que ella y los otros conejitos aprendieran a comportarse. Historias acerca de cómo él podría venir y llevarse a los niños que no eran buenos. De lo que Hinata podía ver, la realidad no estaba tan alejada.

Él era una figura grande e imponente, irguiéndose a una altura de casi 2 metros, completamente sobrepasando la de Hinata. Nueve colas rojizas se revolvían detrás de él, cada una de al menos 2 metros de largo. Sus miembros inferiores eran, una vez más, una extraña mezcla de humano y zorro hasta sus rodillas. Tenía un pelaje rojizo cubriendo el resto de sus piernas, que se veía como unos pantalones de vestir. En la cima de su cabeza llevaba dos orejas de zorro, ambas de un color rojo con una punta blanca. Justo como las colas. Y, como muchos otros machos en ese mundo, él no llevaba una camisa. Hinata podía decir solo al ver su espalda que este chico tenía un cuerpo marcado, no demasiado pulido, pero seguro que estaba mejor dotado que sus casi asesinos.

Había una cierta aura que irradiaba fuera de él. Su poder era sofocante, el cual no fue sentido solamente por aquellos a su alrededor sino que también se expresaba en una manera que hacía a Hinata sentirse extremadamente confundida. Ella no sabía si debía sentirse aliviada o aterrorizada por el hecho de que el recién llegado estaba sujetando por el cuello al alfa, varios centímetros sobre el suelo con solamente una mano. Una risa rebotó entre los árboles, enviando un escalofrío extraño por la espalda de Hinata. 'Bueno, d-definitivamente de-debo estar aterrorizada.'

"Bien, bien, bien, parece que algunas presas han estado vagando en mi territorio. Que grata sorpresa." Él tenía una voz grave y profunda, una que demandaba ser escuchada cuando hablaba. En este momento estaba llena de un toque malicioso.

Aumentó la presión sobre el alfa que forcejeaba. "Creo que esto significa que no tendré que salir de cacería hoy, después de todo."

"¡O-oye! Vamos hombre, n-n-nosotros no que-queremos ningún p-problema, s-s-solo d-déjalo i-ir."

"Si, solo devuélvelo y no hay problema compañero." Sorprendentemente, fue el beta quien intervino. El parecía tener un aire de extrema confianza a su alrededor.

Un miembro de la jauría lo miró con dureza "¡Qué rayos! ¡¿Estas tratando que nos maten?!"

El beta se carcajeó, "Cálmate idiota," mirando al Kyuubi directamente a sus ojos. "Podemos con él, no hay problema"

Hinata y los otros miembros de la jauría sintieron sus ojos salirse de sus orbitas debido a la completa incoherencia que acababa de salir de esa boca.

"Tío, ¿tienes una idea de quién es este? ¡Es el maldito Kyuubi, no cualquier estúpido y débil zorro!"

"¡Por supuesto que sé quién es!" El beta espetó, "Quién no conoce acerca del grandioso y todopoderoso Kyuubi"

El nombre pareció ser escupido de su boca.

"Entonces cuéntanos, ¡porque carajos estas tratando de que nos maten!" El mismo miembro rezongó de vuelta.

El beta sólo se rió entre dientes; una sonrisa arrogante adornaba su rostro. "Porque todas las historias que he oído sobre el Kyuubi implican que él derriba a sus oponentes cuando están solos, o completamente desprevenidos. Y en este momento…" su sonrisa se hizo aún más amplia "Nosotros no somos ninguna de esas cosas".

Hinata pensó que lo que el beta estaba sugiriendo era la cosa más estúpida que ella jamás había oído. ¡Pensar en realidad que un plan apenas considerado como ese funcionaría era completamente ridículo! No había manera de que alguien pueda siquiera estar de acuerdo en hacer algo tan suicida como...

"¡Por supuesto!" Un miembro de la jauría gritó emocionado.

Otro, cuya cola se movía insistentemente "¡Sí! ¡Mientras haya más de nosotros, ganaremos sin problema!"

Los otros miembros también parecían estar de acuerdo con esa "interesante" idea. Todos ellos enderezaron sus espaldas y miraron mortal y directamente al Kyuubi. Cada uno flexionó sus garras como si se prepararan para una batalla.

"Tráelo hombre-zorro; no estamos asustados de ti" El beta proclamó tontamente.

Kyuubi, quien había permanecido en silencio durante toda la charada se encontraba bastante divertido por el repentino giro de eventos.

"¿De verdad? ¿Todos ustedes realmente piensan que pueden vencerme?"

"¡Diablos! ¡No tienes ni una oportunidad contra todos nosotros!"

El Kyuubi echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.

"Muy bien entonces, ha pasado tanto desde que alguna pobre alma ha tenido los cojones de desafiarme. Aquí, haré las cosas más fáciles para ustedes"

Dejó caer al alfa sobre el suelo del bosque. El macho de cabello castaño aterrizó bruscamente sobre el suelo. Dejando escapar un sonoro chillido y jadeando para tomar aire. El beta y otro miembro de la jauría inmediatamente se apresuraron para ayudarlo a incorporarse. Todos los miembros empezaron a gruñir y rezongar hacia el Kyuubi.

"¡Vas a lamentar esto, bastardo!" El alfa resolló.

"Por favor, muéstrame lo que tienen tú y tus perros sarnosos"

Hinata se preparo para correr; ella no iba a quedarse para la masacre. Dio otro paso atrás; pero lo lamentó en seguida cuando la cabeza del Kyuubi giró en su dirección. Sólo podía ver la mitad de la cara, pero aún así era aterradora como el que menos. Por lo que podía ver, tenía 3 marcas de bigotes a un lado de sus mejillas. Esas marcas eran salvajes, y le daban un aspecto más bestial que cualquier otro Humanimus. Sus ojos eran de un profundo y cortante color rojo sangre, llenos de ese brillo malicioso.

Él sonrió, dejando al descubierto sus dientes afilados y los caninos que se miraban mortales. Parecía como si pudieran triturar sus huesos si así él lo deseaba.

"Y después de que acabe con ustedes, disfrutare de esta pequeña conejita."

Hinata tragó saliva ante esa declaración, el temor burbujeaba en su pecho, amenazando con desbordarse en un mar de lágrimas.

Los perros lo fulminaron con la mirada.

"¡No existe ninguna maldita manera en que te dejemos quedarte con nuestra presa!" El alfa gruñó.

"Bien, entonces vengan y peleen conmigo por el pequeño conejo." Replicó con tono sadista, volviendo su cabeza hacia la jauría.

Él abrió los brazos de par en par, indicando a los perros que le atacan. El primer macho a su izquierda saltó sobre él gruñendo con sus garras extendidas enfrente. Hinata no esperó a ver quién iba a salir como el ganador. Inmediatamente dio la vuelta y echó a correr. Trató de hacer su mejor esfuerzo para ignorar el dolor en su pierna, pero no estaba funcionando. El dolor crecía con cada salto que ella daba. Un grito especialmente fuerte escapó de sus labios. El dolor era insoportable después de sol minutos de carrera.

Se detuvo en medio de un claro muy familiar. Sabía que probablemente era una mala idea detenerse aquí, pero no pudo continuar. El dolor era demasiado para ella. Extendió ambas piernas delante y cerró los ojos apretando los dientes contra el fuego que parecía estar explotando desde el tobillo. Debió habérselo herido más al correr. Inhaló y exhaló lentamente antes de tirar de su pierna lesionada más cerca de su cuerpo para que pudiera examinarla mejor.

El color púrpura oscuro se extendía sobre la muy inflamada articulación; ella podía ver y sentir una sensación pulsátil al mismo tiempo. Otra ola de dolor la hizo tirar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos. Suavemente se tocó el tobillo; levantando de inmediato las manos hacia atrás y siseando. No iría a ningún lado por un tiempo, eso era seguro.

'Oh no, estoy atrapada aquí, sola en medio del bosque'. Ella se dijo hoscamente. Sus oídos se cerraron un poco a ese pensamiento. Los conejos eran Humanimus extremadamente sociables. Siempre viajaban en grupo y rara vez eran capturados solos. Bueno, excepto ella...

Un crujido repentino le sacó de sus pensamientos. Sus oídos se agudizaron de nuevo y comenzaron a buscar el ruido.

Otro rumor, venía directamente frente a ella. Sea lo que fuere, estaba actualmente a 300 metros y acercándose. Ella se quedó sin aliento cuando desapareció de repente, ya no podía oír más de esos pasos.

La abrumadora sensación de adrenalina y miedo surgió a través de su sistema, una vez más. Una figura apareció en las afueras del claro. Él estaba escondido entre los árboles y las sombras que estos emitían. Pero no había duda con aquellos penetrantes ojos rojos y la imponente estatura. Era él.

Trató de deslizarse hacia atrás, lejos del peligro inminente; pequeños gemidos escapaban de sus labios. Se quedó sin aliento cuando desapareció una vez más, sólo para reaparecer a unos centímetros de ella. Un chillido asustado escapó de sus labios mientras él agarraba su pierna buena y la jalaba hacia él. Él levantó sus manos hacia su tobillo magullado, y la acarició suavemente. Ella gimió en voz alta por el dolor, las lágrimas se acumularon en la esquina de sus ojos. Sus orbes rojizos se clavaron en ella ante su reacción.

Ahora podía verlo claramente. Tenía el cabello lo bastantemente largo para alcanzar la parte posterior de su cuello. El era muy fornido, no como los osos Humanimus, los cuales estaban absolutamente repletos de músculos. Pero parecía lo suficientemente fuerte como para infundir miedo en los corazones de muchos. Ella también notó que había salpicaduras de sangre que cubrían algunas partes de su cuerpo. De hecho, sus manos estaban cubiertas con la misma.

Volvió a mirar a sus ojos y se sorprendió con lo que encontró allí. La ternura, la preocupación por su bienestar, y la lujuria. La lujuria estaba bien disimulada detrás de las otras emociones, pero ella no se dejó engañar. Su corazón aún se enardecía cada vez que él parecía no poder reprimir sus emociones como acostumbraba.

"Hinata." Su voz retumbó desde lo profundo del pecho masculino, enviando un sentimiento cálido a su corazón.

"Naruto." Murmuró ella de vuelta.

"¿Estás bien?" Preguntó él gentilmente, aunque parecía haber un poco de anhelo en su voz.

Ella asintió con su cabeza. "Sí, Estoy un po-poco magullada p-pero estaré b-bien."

Sus ojos buscaron los de ella por un momento, como si estuviera descifrando las emociones dentro de ellos. Él asintió con la cabeza, al parecer satisfecho por lo que había encontrado. Fijó su atención en el tobillo, estudiándolo con ambas manos cuidadosamente y dedicándole una mirada penetrante.

Ella no se inmutó mientras él inclinaba la cabeza hacia abajo a su pierna herida. Tampoco se movió cuando él abrió su boca y hundió sus dientes en su carne. Ella cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás, con las manos descansando sobre la hierba bajo sus pies. Sí, conocía al temido Kyuubi, el monstruo que rondaba esta sección de los extensos bosques. Ella lo conocía muy bien, de hecho; ella lo ha conocido durante la mayor parte de su vida. A pesar de que su relación ha avanzado muy lejos de lo que solía ser. Todavía podía recordar la primera vez que lo conoció...

Flashback

(13 años atrás)

Hinata siempre había sido diferente a los demás de su especie. Mientras que los otros conejos Humanimus eran criaturas sociables entre sí, en realidad no confraternizaban con las otras especies de Humanimus. Para ellos, todos los demás eran una amenaza, ya sea porque se robaban toda su comida, o porque hacían de ellos su bocadillo. En un mundo de devorar o ser devorado, era bastante fácil de entender su miedo.

Pero Hinata no era como ellos. No temía a lo desconocido y siempre estaba lista y dispuesta a conocer diferentes especies. Ella a menudo causaba angustia a su pobre madre porque iba deambulando por los bosques sola, sin ningún tipo de supervisión. Los otros conejitos estaban siempre asustados de aventurarse en el mundo, y los conejos adultos no querían jugar con los pequeños conejitos. Por lo tanto, la mayor parte de su vida, Hinata estaba sola.

Ella era una rareza, que nunca daba marcha atrás al entrar en una cueva oscura en el medio de la noche, pero era tímida cuando conocía a alguien nuevo. Aunque ambos padres amaban a su hija con su vida, estaban preocupados no sólo por su seguridad, sino por su futuro. ¿Cómo iba siquiera a emparejarse y tener niños si era tan tímida?

Un día, la pequeña conejita de tres años estaba haciendo su habitual exploración del bosque. Su madre le había advertido para que no se apartara demasiado, pero las mejores bayas y frutas se ocultaban profundamente dentro de la floresta. Hinata sabía esto no sólo por experiencia personal, sino porque había escuchado a algunos de los jóvenes conejos presumir de ello.

Saltando alrededor, olfateando los árboles y examinando la suciedad. Podía parecer extraño para algunos, pero Hinata amaba tomar parte de todo aquel paisaje que tanto valía la pena. La vista de todos los insectos "extraños" y bichos que caminaban a través de la suciedad la intrigaba. Siempre se había preguntado por qué ninguna de estas pequeñas criaturas se parecía a ella, o en cualquier otro Humanimus que hubiera visto. ¡Ni siquiera se parecían a los insectos Humanimus!

Su línea de pensamiento se rompió cuando advirtió un arbusto de bayas en las cercanías. A sólo unos pocos metros de ella, y hombre, ¡si que se veía sabroso! Saltó hacia el con entusiasmo. Se puso de pie en sus insignificantes 40 centímetros de alto, que eran considerados realmente bajos para su edad. El arbusto de bayas se levantaba unos alucinantes metro y medio sobre el suelo. Fácilmente sobrepasaba a una hembra joven. Las hojas eran redondas y de color verde oscuro. Las bayas en sí eran de un color púrpura oscuro y profundo. El agua goteaba de las hojas y bayas debido a la reciente lluvia.

Hinata agarró una baya; que era tan grande que tuvo que utilizar toda su mano para sostenerla. Se lamió los labios antes de hundir los dientes en la baya. Tarareó con deleite mientras comía. Era muy dulce, una descarga de sabor a sus papilas gustativas. ¡Las bayas en las lejanías siempre eran las mejores! Comió una tras otra hasta que estuvo completamente llena. Suspiró, sintiéndose muy contenta consigo misma.

De repente, frunció el ceño. Mirando sus manos hacia abajo al igual que el abrigo de piel, ¡todo estaba totalmente cubierto con el jugo de las bayas! ¡Había hecho un desastre sobre sí misma! Se iba a poner toda pegajosa, y su pelaje iba a formar grumos. Por no hablar de toda la tierra y la suciedad que se iba a adherir a el...

Se dio la vuelta y se dirigió de regreso por donde vino. La conejita recordó un río que había pasado cuando venía, por lo que limpiarse un poco allí era una buena idea. Ahorraría muchos dolores de cabeza a sus padres si no regresaba sucia a casa. Además de que le harían demasiadas preguntas acerca de dónde había estado y a continuación, entrarían en una diatriba sobre lo peligroso que había sido. Ella ya la lo había oído todo...

Dirigiéndose al río, lo observó. El movimiento lento indicaba que no había prácticamente vida allí. Los Humanimus que vivía en el agua no podían habitar un río tan pequeño. Disfrutaban de estar en una gran masa de agua, donde se podía nadar y nadar y nadar sin cuidado en el mundo. O por lo menos eso es lo que su madre le había dicho.

Podía ver fácilmente su reflejo en el agua y frunció el ceño. No era tan profundo, o de corriente fuerte, pero Hinata no era tan alta. Tampoco era una buena nadadora. En realidad, no podía nadar de ninguna manera o forma. Hinata llegó a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era echarse agua a sí misma lo mejor que sus brazos se lo permitieran, con la esperanza de que pudiera limpiarse algo.

Reunió una pequeña cantidad de agua con las dos manos, y se la echó sobre el abrigo. Tenía un pequeño corsé; que era de un color blanco, puro y suave. Estaba allí para proteger aquellas partes que aun estaban a años de crecimiento. Se lavó cuidadosamente a sí misma, intentando vigorosamente que no quedara ni rastro de las bayas sobre ella...

Cerró los ojos mientras se frotaba la cara. Sus pequeñas orejitas de conejo atentas, escuchando ávidamente el sonido de cualquier depredador. Sus oídos no eran los mejores en ese momento, a su edad, pero eran todo lo que tenía.

Un ruido se hizo presente.

Hizo una pausa, deteniendo todas sus acciones. El ruido volvió de nuevo, esta vez más cerca. Procedía de detrás de ella, un poco a su izquierda. Mantener la calma era la clave para la supervivencia, si Hinata entraba en pánico o iniciaba algún movimiento frenético ahora, estaría en serios problemas. Nunca era una buena idea dejar que el depredador supiera que estas consciente de él, al menos no de inmediato.

Ella sopesó calmadamente sus opciones, pero lo hizo parecer como si estuviera estudiando el agua. El río era profundo, pero no amplio. Había una ligera posibilidad de que ella fuera capaz de dar un salto. Pero también había una posibilidad de que fallara y fuera arrastrada hacia los ríos más grandes de agua y ser comida viva por los carnívoros Humanimus acuáticos. Eso sucedería, claro, si no se ahogaba en el camino.

Decidió saltar. Si resultaba que no era nada peligroso, lo analizaría desde la distancia. Si era algo peligroso, ella correría de vuelta lo más rápido que pudiera para volver con su familia. Su padre era fuerte; probablemente podría luchar contra la bestia. No sonaba demasiado grande.

Hinata retrocedió hasta que se encontraba a 2 metros de distancia del río. Ahora ciertos gruñidos provenían de detrás de ella. Sin duda, era más grande, pero no tanto para que su padre no pudiera deshacerse de él. Con una sorprendente explosión de velocidad, corrió hacia el río. Una vez que llegó a la orilla, saltó con todas sus fuerzas. Lo que fuera que estuvo detrás de ella decidió no seguirla, probablemente asumió que ella no sería capaz de dar el salto. Elevándose a través del aire esperaba que si lo hiciera. El otro lado del río se acercaba.

Se acercaba más…

Y más...

¡Toma eso! ¡Lo hizo! Por los pelos, pero había llegado al otro lado. ¡Se sentía tan orgullosa de sí misma! Hinata hizo un pequeño baile feliz en el interior de su cabeza. Su celebración sin embargo no duró mucho. ¡Un coyote entró por entre los arbustos, y se dirigió directamente hacia ella! Pateó su pequeña colita de conejito en marcha y saltó tan rápido como le fue posible. ¡De ninguna manera ella sería la comida de alguien!

El otro Humanimus estaba justo detrás de su esponjosa cola. Podía sentir su aliento en el cuello mientras él resoplaba y jadeaba detrás de ella. Podía ser pequeña, pero poseía una de las piernas más fuertes por ahí. Sin embargo, el depredador le estaba ganando, sí que era un problema.

Estaba cada vez más cerca. Hinata sintió que las lágrimas empañaban su visión. Nunca debió haber ido tan lejos. Su pobre familia se iba a preocupar y hasta podrían enfermar si no la encontraban. Justo en ese momento, Hinata sintió una abrumadora sensación de ansiedad y pánico. Fue la mayor cantidad que ella jamás había sentido en su vida. Antes de que tuviera la oportunidad de descifrar su significado, una enorme criatura salió disparada a través de los árboles. Se había ido tan pronto como llegó, llevándose al coyote con él. Hinata hizo una pausa y miró a su alrededor; no podía oír ni ver nada.

"¿Qué fue eso?" Meditó.

Saltando hacia el lugar por el cual la criatura había venido, notó algunos arbustos aplastados, y los árboles tenían rasguños y barras diagonales en ellos. Ella miró en la dirección por la cual la criatura había arrastrado el coyote. No había otro camino dejado atrás. Sería una idea horrible seguirlos. Ahora mismo podría fácilmente deslindarse del asunto.

Pero...

¡Nunca había visto nada igual! En realidad, ni siquiera llegó a presenciar lo que sea que había sucedido. No le haría mucho daño echar una miradita. Además, no esperaba volver con los otros hasta dentro de unas cuantas horas. Con ese pensamiento en mente, Hinata comenzó a seguir el rastro dejado por la criatura.

Naruto suspiró para sí mismo, sus colas ondulantes detrás de él. La vida se había vuelto tan mundana. Siempre era lo mismo, encontrar un animal, mirarlo encogerse de miedo, y luego matarlo. Desde que se había ganado un título como el ser más poderoso del planeta, otros se abstuvieron de desafiarlo. Ni siquiera podía tomarlos por sorpresa, a menos que fueran extremadamente distraídos. De lo contrario, podrían sentir su presencia.

No era uno de los primeros Humanimus en los alrededores, pero había estado por allí más tiempo. No estaba seguro de cómo había sucedido, o por qué era tan diferente de todo el resto. Lo único que recordaba era a sí mismo, y al bosque. Él siempre había tenido que valerse por sí mismo, no tenía padres, así que no había nadie que le enseñara a cazar o acechar a sus presas. Fue difícil, y hubo varios momentos donde casi perdió la vida, pero eso era el pasado. Y él había dejado atrás el pasado.

Él había habitado la zona por casi mil años. No estaba muy seguro de qué edad tenía este mundo, pero él había visto y vivido la mayor parte de él. Había nadado de océano a océano. Explorado y cazado en todas las tierras de este planeta. La lucha había sido siempre un punto culminante de su vida. Pero ya no podía hacer eso, nadie estaba dispuesto a enfrentarse a él. Incluso si él los acorralaba, ellos simplemente se dejaban caer al suelo y cerraban los ojos. Ni una sola especie suponía un verdadero desafío, y así había sido durante más de 200 años. Estaba muy decepcionado.

Actualmente, Él estaba sentado en medio de su madriguera. Era una cueva detrás de un pequeño claro. Un oso Humanimus solía residir aquí, pero no fue difícil deshacerse de él. Naruto estaba apoyado contra la pared de la cueva; su cuerpo recargado contra la dura pared. Tenía los ojos cerrados; pensando en lo que podría tener para la cena. Había un grupo de conejos que habitaban una área cercana...

Se sentó de repente. Una persecución estaba sucediendo, y se movía en su dirección. Se levantó y estiró sus extremidades.

'Bien' se dijo a sí mismo 'Hora de salir a comer'

Inmediatamente salió corriendo a través del bosque a una velocidad increíble. No era más que un borrón para todo aquel que conseguía verlo. Por lo que obtuvo de su nariz, un joven conejito escapaba de un coyote pubescente. Ya que el coyote era más grande, era mucho más conveniente ir tras él. Decidió que la mejor forma de acción sería la de atacar desde el lado. Él estaba más cerca...

¡Y saltó! No dudó cuando hundió sus dientes en el incauto Humanimus. Este gimió y gruñó a su alcance. En realidad, ¡estaba ofreciendo resistencia! ¡Naruto no lo podía creer! Él supuso que era debido a que no tuvo la oportunidad de verlo. Lo que sea, que aunque no era mucho, al menos había un poco de pelea. Lo llevó cuidadosamente de nuevo a su guarida, los movimientos cada vez más débiles con cada segundo que pasaba.

Naruto cerró su mandíbula más fuerte en la garganta del coyote. Hubo un crujido repugnante, ya que tomó su último aliento. Dejó caer el cadáver del coyote en frente de él. Comenzó a rasgarlo, devorando al animal, un pedazo de carne a la vez. No era la mejor comida que jamás haya tenido, pero era algo para entretenerlo hasta que decidiera salir de caza otra vez. Mientras comía, oyó un pequeño crujido, era el sonido de las hojas siendo pisoteadas. Su cabeza se movió en esa dirección y gruñó. Alguien lo estaba observando, y eso no le gustaba.

Hinata estaba cansada. Ella había estado saltando por casi una hora entera. ¡¿A qué distancia vivía esa bestia?! Era una absoluta ridiculez. ¿Por qué iba alguien a viajar tan lejos sólo para tomar una comida? Bueno, había una razón perfectamente válida del por qué, pero aún así, ¡esto era muy lejos! Bueno, en realidad no fue tan lejos del todo. Hinata era solo tan pequeña que la distancia era mayor que lo que debería haber sido. Hizo una pausa, poniendo su mano contra un árbol para apoyarse. Fue un verdadero reto, ¡pero tenía que seguir adelante pasase lo que pasase! Llegó al borde del claro, oyó algunos sonidos escalofriantes de huesos siendo triturados. Ella se lanzó detrás de un árbol y asomó la cabeza.

Ahí estaba… un ¿Humanimus completamente adulto? ¿Realmente es eso lo que era? Parecía uno, pero él tenía 9 colas. ¡Nueve! Era tan extraño... Tenía que echar una mirada de más de cerca; por lo que tomó un solo paso hacia adelante. Ella casi saltó fuera de su piel cuando la cabeza masculina se giró hacia ella y un gruñido amenazador abandonó su garganta. Fue el momento más petrificante en su corta vida. Los ojos rojos de la criatura se clavaron en ella, esos ojos estaban llenos de aversión extrema y desagrado. Pero en el lado positivo no hizo ningún ademán en pos de ella. Cualquier otro depredador habría intentado comérsela.

Ambos se miraron el uno al otro, observando con atención el uno al otro. Pero la extraña criatura rompió el silencio.

"¿Sí? ¿Había algo que querías?" Su tono sarcástico se perdió completamente para Hinata.

Ella hipo y se recluyó aún más detrás del árbol. Él rodó los ojos y siguió comiendo. Ella observó con fascinación morbosa lo que estaba haciendo. Sabía que había Humanimus que comían carne, pero ella nunca entendió por qué. Esta era la primera vez que observa a uno comiendo.

Ella finalmente reunió el valor suficiente para hablar.

"¿Q-q-qué estas-s haci-ciend-o? Preguntó suavemente. Su voz apenas superior a una suspiro.

Naruto hizo una pausa, lanzando su mirada a ella. Un ligero rubor apareció en su pequeño rostro; siempre aparecía cuando estaba nerviosa.

"Estoy comiendo." Le respondió sin rodeos.

"L-lo s-s-se-sé. ¿P-pero p-por qué l-lo e-e-es-tas co-comiendo?" Ella preguntó, refiriéndose al coyote muerto.

"Porque tengo que comer para sobrevivir."

"P-pero, ¿Por qué no p-pruebas f-frutos o-o ve-verduras en su lugar?" Examinó, esta vez un poco más audaz.

Naruto estaba muy confundido. ¿Por qué este pequeño conejito quería conversar con él? No tenía sentido alguno. Pero, decidió seguirle la corriente de todos modos.

"Bueno, esto sabe mejor que cualquier planta que he comido." Era cierto, Naruto había sufrido hambrunas más de una vez en sus años de juventud. Él todavía era sólo un cachorro cuando pensó que sería una buena idea probar algunas frutas. No eran terriblemente malas, pero aún así. Él no tenía prisa alguna por volverlas a probar.

Sus cavilaciones se rompieron por el más joven. Ella se acercaba a él. Lo más extraño era que no lo estaba mirando en absoluto. En su lugar miraba el cuerpo sin vida con curiosidad. Vio como ella se detuvo frente a él, al otro lado del cuerpo. Naruto se desconcertó de sobremanera cuando ella realmente inclinó la cabeza hacia abajo, y ¡trató de extraer un pedazo de carne! Bueno, lo intentó. Los dientes de un conejo no eran tan afilados para empezar. Añadiendo el hecho de que ella no había crecido completamente todavía, y solo tenía una serie de dientecitos que vagamente podían hacer algo.

Hinata echó la cabeza atrás y resopló, algo de sangre se había metido en su boca. Alzó su mano y empezó a limpiar su boca. Él no pudo evitar sentirse muy divertido por la vista. Ella era una pequeña rareza.

"¡Qué asco! ¡E-eso fu-fue tan a-asqueroso! ¿Cómo pu-puedes comer eso?" reclamó.

Ni siquiera tropecientas bayas quitarían ese sabor de su boca. Había sido absolutamente horrible para la joven. Pensó que puesto que a él le gustaba tanto, tal vez debería darle una oportunidad. Ella nunca había comido carne antes, sus padres nunca se molestaron en darle de comer un poco. ¡Ahora sabía por qué! ¡Eso era tan horrible! Comer carne seguramente haría a cualquier persona enfermar.

Se rió de ella; esa carcajada profunda que reverberó en su pecho. Tenía las mejillas sonrojadas de nuevo, esta vez de ira. ¡No le gustaba que se rieran, y él ni siquiera había respondido a su pregunta! Que grosero.

"¡Oiga Señor! ¡P-por favor contestem-me! ¿Co-cómo pu-puede c-comer esta c-cosa? ¿N-no h-ha-hace q-que se en-enferme?"

"No, comer esto nunca me ha enfermado. Pero, comer cualquier tipo de fruta o verdura sí que lo ha hecho antes." Ella abrió la boca para hacer otra pregunta, pero él la interrumpió antes de que pudiera hablar.

"La razón de esto es porque mi cuerpo está diseñado para ser capaz de consumir carne. Pero no está diseñado para ser capaz de sobrellevar la vida vegetariana que tu llevas."

Él siguió comiendo su comida mientras se sentaba allí y reflexionaba sobre lo que había dicho.

"P-pero ¿Por qué t-tiene 9 co-colas?"

Él se rió entre dientes una vez más. "Estás llena de preguntas, ¿no es cierto?"

Ella se sonrojó y agachó la cabeza.

"Bien entonces, no tengo ni idea de por qué tengo 9 colas. Pero..."

Miró de nuevo hacia él, esperando a que terminara su declaración. Sus ojos estaban llenos de asombro.

"Tenerlas debe hacerme muy especial, ¿verdad?" Él le sonrió, dándole una visión completa de sus afilados dientes ensangrentados.

Para su total y absoluta sorpresa, ¡ella le sonrió de vuelta! ¡De igual manera, esa sonrisa mostraba todos los dientes, con los labios curvándose! Estaba empezando a sospechar que esta niña tenía algún desorden ment...

"¡Sí! ¡Ellas l-lo hacen e-especial! O-ojalá tuviera más colas, o a-al menos una r-realmente l-larga..." Su voz se desvaneció. Ella pareció desinflarse visiblemente ante la idea de su cola corta y rechoncha. Pero pareció estallar de nuevo a la vida, un instante después.

"¡O-iga! ¡Tengo otro p-pregunta! Entonces, ¿cómo v-vienen ..."

Y así continuó durante el resto del día. Naruto se sentaba allí comiendo, mientras Hinata se quedaba allí disparado una pregunta tras otra. Él estaba feliz con responderlas lo mejor que podía.

Horas más tarde, ella alzó la vista al cielo y se quedó sin aliento. ¡Oh, no! ¡El sol casi se estaba poniendo! Tenía que volver a casa antes de que oscureciera.

"¡Oh, no! ¡Tengo que irme señor! Fue un placer hablar con us-usted" Rápidamente se levantó y saltó lejos.

Se detuvo una vez que llegó a la linde del bosque. Se volvió para hablar de nuevo.

"¡Oh! Y n-no se preocupe. ¡Volveré mañana para que p-podamos hablar un poco más!" Con eso, ella se había ido.

Naruto se quedó en el lugar que estaba. Sorprendido, que día tan lleno de acontecimientos. Se las arregló para no sólo encontrar una comida, sino que también fue capaz de conocer a una criatura que no se aterrorizaba de él en lo absoluto. Ella no tenía ni un poquito de miedo, lo cual resultaba sorprendente. Los pequeños conejitos son generalmente los más tímidos y asustadizos.

'Ella volverá mañana eh? Supongo que lo permitiré.'

No se dio cuenta de que era el comienzo de su primer lazo verdadero...

Así es como fueron las cosas. Durante años Hinata siempre viajaría al mismo lugar para encontrarse con su compañero de nueve colas. Le tomó un mes completo antes de darse cuenta de que nunca tuvo un nombre de él. Ella casi se asustó cuando respondió con,

"Otros me llaman Kyuubi, pero puedes llamarme Naruto. Es el nombre que me di a mí mismo."

¡¿Este era el temido Kyuubi, del que su madre le había advertido tanto?! Absolutamente ridículo, ¡él nunca pondría una mano sobre ella! Sí, él solía cazar y devorar otros Humanimus, pero nunca a ella! Con ese pensamiento en mente, Hinata reanudó su amistad. Todos los días venía a su encuentro, con una nueva variedad de preguntas. Él siempre se divertía con ellas.

Ella casualmente le traía comida también. Hubo múltiples depredadores que esperaban en los alrededores de la madriguera de conejos con el fin de obtener una merienda rápida. Cuando encontraban a Hinata vagando afuera con ningún otro conejo acompañándola, era una oportunidad sobre la que se abalanzaban con dientes y garras. Ellos jamás contaban con su velocidad, o su uso de giros muy agudos. Justo cuando el depredador estaba seguro de que iba a obtenerla, Naruto saldría disparado del bosque. Después de eso, las tablas se revertían completamente. La mejor parte para Naruto era el hecho de que Hinata atraía animales que eran o demasiado engreídos para dar marcha atrás, o los que nunca habían oído hablar de él. Normalmente se volvían un desafío para él.

Así que todo trabajaba perfectamente. Hinata obtenía sus preguntas contestadas y protección, mientras que Naruto obtenía un reto, una comida y un poco de compañía. Era un ganar-ganar para ambos. Hasta que...

Once años hacia adelante.

Hinata ha cumplido 14 años mientras Naruto aún ronda los veinte.

Hinata se dirigía hacia su persona favorita; siempre tan emocionada de ver a su mucho más experimentado amigo. Su corazón siempre se llenaba de una sensación cálida. Ella caminaba tranquilamente hacia la cueva. Era uno de esos días tranquilos y pacíficos; ni siquiera estaba siendo perseguida por algún tipo de depredador! Seh, iba a ser un buen día...

De repente, Hinata se encontró sentada en el regazo de la gran bestia conocida como Kyuubi. Tenía una pregunta extremadamente desconcertante atorada en su garganta. Ella no le había preguntado todavía, porque su amigo parecía estar distraído. Estos dos factores estaban relacionados el uno con el otro.

'¿Por qué estoy en su regazo?' Se preguntó a sí misma, con el ceño fruncido.

Por supuesto ellos eran muy cercanos; él incluso solía permitirle jugar con sus colas a veces. Pero aun así esto seguía siendo muy extraño. Al momento en el que había llegado se ganó una mirada muy aturdida de parte de los ojos masculinos. Ella lo ignoró y se acercó para empezar a hacerle sus preguntas diarias. Ni siquiera había hecho su primera pregunta, cuando de repente la agarró y la arrastró hasta su regazo. Desde entonces, él enterraba su cabeza en su cabello o el cuello, y sólo la olía por momentos. Ella seguía encontrando toda la situación bastante extraña.

Se encogió de hombros mentalmente antes de arrebujarse en su pecho. Los fuertes brazos se encontraban envueltos alrededor de su cintura, por lo que coloco los suyos por encima. Ella decidió relajarse en su agarre. Esa atención no era indeseada, sólo un poco inusual. A decir verdad, ella disfrutaba de esta atención más que de la atención que había venido recibiendo de los jóvenes conejos en su madriguera. Desde la semana pasada, los machos que rondaban su edad habían estado tratándola de una manera extraña. Siempre se ofrecían para mostrarle dónde encontrar las mejores bayas, o para acompañarla en sus paseos. Incluso la envanecían con comentarios de lo hermosa que les parecía. Por supuesto, las otras hembras conejo que rondaban su edad estaban recibiendo la misma extraña atención, pero no hasta el extremo del que lo hacia ella.

Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra su pecho. Se sentía en reposo, como si nada pudiera salir mal con él a su lado. Una vez más Naruto hundió la cabeza en el interior del cuello femenino. Esta vez comenzó a emitir una extraña mezcla de gruñido y ronroneo. Causando que una sensación de calor se alojara dentro de su estómago. Sus dedos que poseían filosas garras ahora recorrían su pelaje provocando que la sensación de calor se triplicara. Se sentía tan mareada ahora. Pero era una sensación de tipo agradable y no quería dejarla ir.

Mientras esto continuaba, comenzó a sentir algo aún más divertido. Ella quería algo, lo ansiaba, pero no sabía exactamente lo que era.

Sintió a Naruto pasar por su cuello, arrastrando los labios a lo largo de la piel expuesta. Las sensaciones agitaron su corazón. Una vez que llegó a la cima de su frente, la empujó; indicado que inclinara la cabeza hacia arriba. Ella captó el mensaje alto y claro. Inclinó la cabeza para mirarlo. Jadeaba, mirándolo con los ojos entrecerrados y un ligero rubor que se extendía por el puente de la nariz. Esos ojos eran más oscuros que nunca, desbordantes con una pasión ardiente que amenazaba con desgarrarla. Ella no se movió mientras su cabeza se movía más cerca de la de ella. Cerró los ojos cuando sus labios rozaron los propios por un momento, antes de presionar hacia abajo con más firmeza.

Estaba en el paraíso. La forma en que sus labios se movían juntos envió escalofríos por su espina dorsal. Sintió algo húmedo y ásperamente caliente en sus labios. Ella sabía que era su lengua, pero no estaba segura de lo que debía hacer al respecto. Sus ojos se abrieron de golpe cuando su lengua se deslizó entre sus labios y comenzó a explorar sus profundidades. Sus ojos se cerraron mientras disfrutaba de las sensaciones. Cuando su lengua se enredo con la de ella, su mente explotó en una ráfaga de excitación y placer. La parte más profunda, más animal de su mente estaba estallando en un torbellino de pasión y regocijo de que un macho fuerte como él la deseara.

Él enredó las manos en su cabello, inclinando su cabeza hacia atrás con el fin de profundizar el beso. Ella gimió ante las sensaciones que se difundían a través de su cuerpo como un reguero de pólvora. Se dio la vuelta con cuidado para enfrentarse a él, poniendo las manos sobre sus hombros. Él suavemente los giró a ambos y comenzó a empujar su cuerpo hacia el suelo. Su cuerpo mucho más grande cubrió el de ella por completo.

Hinata iba a explotar de placer si no hacía algo pronto. Sus labios se separaron, Hinata jadeando con fuerza, aspirando bocanadas de aire. Se sentía muy mareada, las manos de Naruto acariciando de arriba a abajo sus costados y sus labios dejando un reguero de besos por el frágil cuello. Hinata no sabía lo que estaba pasando, y no quería que se detuviera. Los labios toscos empezaron a besar una parte específica de su cuello con más fuerza y con más frecuencia que el resto. Era el lugar donde se unían el hombro y el cuello. Se arqueó contra él y se aferro a sus hombros cuando sintió su lengua lamiendo la piel del lugar.

"¡N-N-Naruto!" Ella jadeó en su oído. Estaba completamente embriagada por el deseo en esos momentos.

De repente, todo se había ido. Su lengua, sus manos, su calidez, todo había desaparecido. Se quedó mirando fijamente al cielo, sus cejas se fruncieron en confusión. Se sentó en sus piernas, pero perdió el equilibrio en el acto. Realmente estaba fuera de ella.

Lo vió cerca del borde del claro. Estaba encorvado, jadeando ásperamente. Hinata se quedó temblando, y trató de abrirse paso hacia él.

"¿N-Naruto?" Llamó suavemente, su voz mezclada con el deseo.

"Maldita sea. ¡Aléjate de mí!" Él gruñó con dureza a ella, la cabeza girando bruscamente para mirarla.

Ella detuvo sus movimientos y soltó un tenue gemido. No le gustaba esto; Naruto nunca le había hablado tan duramente. Las lágrimas se reunieron en sus ojos, ¿quería decir que no podía acercarse a él, nunca más? ¿Que esta era la última vez que iban a verse?

Cuando Naruto vio las lágrimas en sus ojos, respiró hondo y trató de hablar de nuevo.

"Mira, só-sólo no te me acerques por los próximos 2 meses o algo así, ¿de acuerdo? Ve a hablar con tus padres acerca de esto. Ahora." Poniendo mayor énfasis en la última palabra.

Ella asintió con la cabeza y se secó las lágrimas de sus ojos.

"Adiós..." Habló en voz baja antes de saltar tan rápido como pudo. Ella tenía que saber lo que estaba pasando, ¡sólo tenía que!

Al final resultó que, Hinata estaba entrando en celo. Lo cual pasaría cada mes entre abril y mayo. Su madre le explicó que su cuerpo emitiría una irresistible esencia con el fin de atraer a los machos. Ahora debía elegir al macho de su preferencia y emparejarse con él. Y cuando los conejos se emparejaban, lo hacían de por vida. Dado que tanto su madre como su padre eran extremadamente fuertes, Hinata misma era un descendiente muy fuerte; eso podía ser detectado en su aroma. Esta es la razón por la que los jóvenes conejos machos estaban tan ansiosos por llegar a conocerla. Al parecer, su olor también podría atraer a otros machos de diferentes especies para convertirse en su compañero. Pero su madre le advirtió, como de costumbre, que se mantuviera alejada de los machos que no eran Humanimus conejo.

Como si ella fuera a escuchar esa advertencia. Pero Hinata sabía que esto significaba el inicio de una búsqueda por parejas potenciales dentro de su madriguera. Ninguno de ellos le llamaba la atención. Pero siguieron acosándola y acosándola hasta que ella aprendió a mantenerse alejada de los machos durante estos dos meses. Sabía que era peligroso, pero salía durante el día y volvía cerca de la noche. Esos dos meses habían sido siempre los más aburridos, ella sabía lo mucho que podía afectar a Naruto y prometió quedarse lejos.

Así fue como continuaron las cosas. Hinata pasaba dos meses relativamente sola, y así también lo hacía Naruto. A pesar de que ninguno de los dos lo disfrutaban. Ambos se preguntaban qué tan malo sería si se emparejaran el uno del otro...

Actualidad.

Hinata se relajó cuando los dientes de Naruto soltaron el agarre de su tobillo. Su saliva la había sanado muchas veces antes, después de todo ella había sido una conejita muy torpe. Ella suspiró felizmente cuando el dolor de su tobillo dimitió. Inmediatamente se tensó cuando sintió un beso siendo colocado sobre su piel.

"Hinata..." Él llamó en voz baja; tenía los ojos cerrados mientras aspiraba su esencia.

"S-sí?" Ella respondió de regreso, vacilante.

"¿No te dije que te mantuvieras alejada durante estos dos meses?" Estaba mirando hacia ella, puro deseo arremolinándose en sus profundidades.

"Sí..." Respondió ligeramente sin aliento. La sensación de mareo regresaba...

"Entonces dime, ¿qué estás haciendo aquí?" Él ronroneó mientras sus manos viajan por sus piernas.

"Yo-yo no quise, yo s-solo ¡Eeep!" Soltó un chillido cuando de repente la tuvo atrapada debajo de su cuerpo.

Su cabeza se enterró en lo profundo de su cuello, pasando su lengua por el mismo lugar como hace años. Las pequeñas manos femeninas se movieron en su cabello rubio acariciando y frotó las orejas. Las partes animales en un Humanimus eran las más sensibles. Él gruñó profundamente y empujó sus caderas contra su dolorida feminidad, provocando que sollozara en voz alta.

"Te deseo tanto pequeña conejita." Él gruñó con dureza en su oído. "Y voy a tenerte."

"Por favor, ¡tómame! Te necesito tanto..." Ella gimió. Perdiéndose en una nube de placer, su madre ya le había advertido que cuanto más se resistiera al apareamiento, más frustrada se sentiría.

Él gruñó antes de estrellar sus labios sobre los de ella. Su lengua inmediatamente buscó a la suya y ella no perdió tiempo en responder. Naruto deslizó sus manos por debajo de la piel que cubría el estómago y el pecho.

Sí, piel. Durante estos dos meses su pelaje podía desprenderse para convertirse en una piel que se podía usar y quitar a su antojo. Esto facilitaba el acceso al cuerpo de una hembra. Rompieron el beso de forma en que él pudiera deslizar fuera la piel. Una vez que esta se había ido, él atacó su pecho.

Ella arqueó la espalda y enredó las manos en su pelo, tirando de él aún más cerca. Su lengua lamió su perlado pezón hasta que este endureció. Entonces cambió para brindarle la misma atención al otro seno. Su mano se levantó, apretó y tiró de su otro pezón para no dejarlo solo.

"¡Aaah! ¡Aaaaaaah! P-por favor ¡M-más!" Le rogó, retorciéndose debajo de su cuerpo en un intento por sentir más fricción.

Él se apartó de su pezón y sonrió, "¿Quieres más, eh? Bien."

Mantuvo contacto visual con ella mientras viajaba por el vientre. Deslizó la parte inferior de la piel, dejándola completamente desnuda y expuesta. Sus manos agarraron sus muslos mientras miraba esa flor. No había absolutamente nada de vello en su femineidad. Sus labios estaban tan sonrosados, invitándolo a sumergirse en sus profundidades.

Él usó una mano para sujetar sus caderas, su otra mano fue usada para mantener esos hermosos labios entreabiertos. Casi ronroneó a la vista del apretado agujero. Estaba prácticamente goteando con sus jugos. Rogando su atención. Arrastró su lengua desde el fondo de su húmeda condición de mujer, hasta la cima. Añadió más fuerza una vez que llegó a su pequeño suculento clítoris. Ella casi arrancó un mechón de su rubio cabello.

"N-N-Naruto, p-por favor no me atormentes a-aah!" Ella fue interrumpida cuando su lengua entró en sus profundidades. Fue la sensación más placentera de su vida entera. Sintió a Naruto gemir, lo que provocó vibraciones en su centro que la llevaron a la locura.

Los ojos de Naruto se pusieron en blanco mientras un gemido se deslizó de sus labios. ¡Ella sabía absolutamente maravilloso! Era el néctar más dulce que jamás había probado en toda su vida. La primera vez que Hinata había estado en celo, esto era lo único que había querido hacer. Apenas se había contenido a sí mismo la primera vez debido a su edad y la ignorancia en cuanto a lo que estaba pasando. Ahora, él no iba a molestarse en echarse para atrás. Su olor era demasiado fuerte para que él siquiera se percatara de algo más.

Su lengua se hundió dentro y fuera de sus profundidades, bebiendo todo lo que tenía que ofrecerle. Ella estaba tan cálida y apretada; su lengua parecía que estaba a punto de quedar atrapada cada vez que viajaba en su interior. No podía esperar para llenarla.

Amaba esto y todo lo relacionado con ella. Le encantaba la forma en que sus dedos se enredaban profundos en su cabello. Le encantaba la forma en que su cuerpo se retorcía y sobresaltaba con cada incursión que su lengua hacía en su cuerpo. Le gustaba especialmente cuando ella gritaba su nombre desfigurado por el placer. Ella era tan sensible. Lo volvía absolutamente loco.

Hinata estaba tan cerca de terminar. Su visión se tornó borrosa cuando un tsunami de placer azotó su cuerpo una y otra vez. Era absolutamente maravilloso. Se sentía mejor que la primera vez que quedó atrapada debajo de él. Sintió algo dentro de ella apretarse; se sentía como una espiral a la espera de estallar. Se hizo más y más fuerte hasta que...

" NARUTOOOO!" Estaba segura de que todo el bosque la había oído, pero a ella no podía importarle menos. Una abrumadora cantidad de placer se estrelló contra ella, obligándola a expulsar todo el aire. Se sentía como si todo su cuerpo se estremeciera ante un fuego placentero, pero muy ardiente. Su visión se nubló totalmente durante unos segundos.

Cuando volvió en sí, él estaba besando su camino de regreso hacia la parte superior de su cuerpo. La besó suavemente en los labios y ella sonrió embriagadamente a él. Se sentía completa, como si hubiera encontrado a su otra mitad, pero aun necesitara conectarse con él. Su madre le había advertido de esto. Los conejos eran los más dependientes después de aparearse. Una vez que alguien llevaba a una hembra al orgasmo, ella era suya de por vida. Era por eso que eran tan exigentes cuando se trataba de elegir un macho.

Hinata levantó la mano y le acarició la mejilla.

"Naruto". Ella ronroneó seductoramente, "por favor, tómame, soy tuya."

Él se estremeció ante el tono de su voz. Sabía lo que acaba de pasar y lo que sucedería, y estaba feliz con eso. Si había una mujer ahí fuera digna de ser su compañera, era ella.

Naruto deslizó con cuidado su propia piel. Este cambio se producía en cada macho Humanimus durante el apareamiento.

Su erección palpitó al contacto con la agradable y suave brisa fresca. Se colocó con cuidado en su entrada. Inclinándose para besarla mientras azotaba toda su longitud dentro de ella. Ambos gimieron, él de placer y ella de dolor. Hizo una pausa, esperando a que diera una señal. Ella así lo hizo, indicando que estaba lista al menear ligeramente sus caderas. Como respuesta él retrocedió casi todo el camino, antes de golpear de nuevo en ella. Hinata arqueó la espalda, empujando sus senos contra el pecho masculino. Pero Naruto no se detuvo en su acción, empujando contra ella tan fuerte como pudo con cada embestida. Esto no era hacer el amor, esto era apareamiento rudo. Hinata amó cada segundo de el.

Hinata rompió el beso y gritó en voz alta.

"¡NARUUTOO! ¡P-POR FAVOR MÁS! ¡TE NECESITO!"

Él gruñó ferozmente. Se sentó sobre sus talones, agarrando sus anchas caderas con fuerza, empujando dentro de ella con más fuerza aún. La forma en que su cabeza se echaba hacia atrás y su cabello se revolvía lo encendió aún más. Su interior húmedo tomaba y acaricia su miembro de una forma absolutamente increíble. Ella era como un adictivo fuego ardiente apretujándolo. El placer corría por sus venas. Sus ojos se centraron en sus pechos que estaban balanceándose y rebotando con vehemencia. Él utilizó sus colas para acariciarlos y apretarlos. Ella se tensó alrededor de él y gritó más fuerte en respuesta. Tensándose aun mas, notando lo cerca que estaba.

Hinata no podía soportarlo, todas estas diferentes emociones estrellándose contra ella eran abrumadoras. La espiral dentro de ella estaba a punto de estallar de nuevo. Tan solo faltaban unos segundos cuando Naruto empujó profundamente dentro de ella y encontró ese lugar que hizo que su visión se volviera borrosa con colores. Al mismo tiempo, sintió un líquido caliente vertiéndose en ella y una punzada aguda en el cuello. Naruto la había mordido; la había marcado como suya. El pensamiento y la sensación causaron que otro mini orgasmo se arrastrase sobre ella.

Ambos yacieron tendidos sobre el suelo, sintiéndose muy contentos con lo que acababa de suceder. No era de extrañar que Hinata no estuviera interesada en otro macho, los conejos hembra sólo se emparejaban con el compañero más fuerte que conocían y querían. El día en que prosiguió su amistad con Naruto, su destino fue sellado de forma indefinida.

"Naruto?" Ella lo llamó en voz baja.

"¿Sí?" Respondió de vuelta.

"¿Sabías que esto iba a pasar?" Cuestionó, no estaba molesta, era sólo curiosidad.

"No, creí que te emparejarías con alguien de tu propia especie." Respondió con honestidad.

Un silencio se produjo por un momento.

"Naruto?" Ella llamó de nuevo.

Él se rió, ella realmente no había cambiado mucho, se alegraba por ello. "¿Sí?"

"¿Crees que será un niño o una niña?"

Él se rió aún más fuerte ante su pregunta. Él realmente no podía esperar para comenzar su nueva vida juntos. Y ella tampoco.


Nota de la autora:

Y hecho! Este es el primero de muchos one shots que estaré subiendo por aquí. Por favor díganme lo que piensan y denme ideas de cómo mejorarlo. También, no olviden dejar una idea que les gustaría ver aquí! Si son muy tímidos para dejar a otros ver sus ideas, pueden enviar un mp en su lugar. Tratare de mantener una mente abierta cuando lea todas sus sugerencias. Gracias por leer y por favor recuerden dejar comentarios. Adiós!


Nota de la traductora:

Bien chicos, no hay mucho que decir aqui... espero que les haya agradado este primer oneshot...

Si se portan bien puede que reciban un pequeño regalito cofepílogocof.

La autora recibe todo tipo de sugerencias para oneshots lemon, asi que pueden dejarlas aqui que yo me encargo de traducirselas. O bien, si conocen algo de inglés les pido que dejen sus review directamente en la historia original.

Me despido.

Ciao!