Advertencia: Todos los personajes son propiedad intelectual de George R.R. Martin.
La reina de las rosas
Siempre había creído que su lema era absurdo. No impactaba, no era potente, poderoso, no se quedaba en la memoria de sus enemigos porque nadie temía a la rosa. ¿Qué daño les podía hacer? Sólo pensarlo, era tan ridículo.
Pero, con el tiempo se había dado cuenta de que las rosas son fuertes, espinosas. No suponen una amenaza, son hermosas, pero esconden terribles cosas en su interior, espinas, abejas, punzones y venenos dulces como el verano. Parecían débiles, pero el rosal crece siempre fuerte, raíces profundas, duraderas, por mucho que el viento sople, que el tiempo vire, la rosa perdura, sobrevive al invierno, sumergida entre la nieve para revelarse al mundo de nuevo cuando el sol vuelve a brillar.
Y aunque su hijo fuese un estúpido, vería su sueño hacerse realidad, porque durante el verano es el tiempo de crecer fuertes, de las alianzas, las conspiras y estratagemas. Porque en verano la flor florece bella y hermosa y, aunque ella era vieja, era la reina de las rosas.
