South Park no me pertenece todos los derechos reservados pertenecen a sus creadores Trey Parker y Matt Stone y al canal MTV
Sin más aclaraciones legales iniciemos con el fanfic
- Váyanse a la mierda – exploto Kenny en un arrebato de ira contenida, mientras con la mano hacia un ademán, de clara contenencia sexual aprendido del hijo mayor de los Tucker, a lo que sus amigos respondieron mirándolo con una clara extrañeza en sus rostros, desde que momento Kenny se negaba a ser algo por dinero, exactamente por veinte dólares y cuarenta y ocho centavos, ese no era su amigo de siempre, si incluso por dinero había tragado mierda de perro, entonces por qué ahora se negaba a seguirles el juego como todos los días.
- Hey tíos, observar a quien le han salido pelos en las pelotas – exclamo el más gordo del grupo, que pese a ya no estar tan gordo que como en la primaria a un era el más robusto del grupo. - Kenny deja de estar diciendo pendejadas – replico el castaño – y empiezas a comerte la rata de una chingada vez – exclamo cerrando levemente los ojos - De seguro ya lo has hecho antes no – dijo con ese tonito de voz tan característico de él cuándo intenta hacerse el gracioso - además después de todo recuerda te daremos todo este dinero – gruño mostrando el frasco con el dinero adentro – claro esta si no vomitas primero – añadió al final el gordo mientras balanceaba el frasco delante de los ojos de su amigo, el cual por un momento pareció finalmente rendirse y aceptar el efectivo aceptar o eso parecía hasta el momento en que de un simple golpe mando el frasco y su contenido directo hacia el piso haciendo que salieran volando un montón de pedazos de cristal en todas direcciones.
- Esto es lo que pienso de ustedes – grito al mismo momento que escupía a los pies de sus "ex amigos" para después marcharse lejos de ese lugar antes de que dijeran o pudieran hacer algo para detenerlo, en cuestión de segundos salto la barda de la casa de la familia Cartman, y con eso se encontraba lejos de su alcance por el momento adentrándose en un terreno abandonado
Al fin un poco de soledad, para poner sus ideas en claro, era obvio que esos idiotas nunca lo seguirá, era el amigo reemplazable, de eso estaba completamente seguro, al fin y al cabo, él no era más que un simple accesorio para ellos el amigo desechable, escupió de nueva cuenta – siempre soy el desechable – repuso más para sí mismo que para alguien más - después de todo cuando creyó finalmente morir eternamente sus amigos en lugar de lamentar su perdida, se apresuraron a encontrar un amigo de remplazo.
Al principio fue Butters y luego Tweek, se sintió algo traicionado, a un que nunca sintió algún rencor por aquellos chicos que ocupar su lugar en el grupo, después de todo en el fondo sentía lastima por ellos, porque al final terminarían descubriendo que sus dizque "amigos" solo lo utilizaban como una especie de patiño, en ese momento apretó tanto sus manos que se pusieron blancas por algunos instantes teniendo que relajarlas para que la sangre volviera a irrigarlas, después de eso su mente, trato de acallar todos sus pensamientos homicidas y concentrarse en algo para calmarse , respiro y dejo salir toda su frustración en un grito que imagino se podría escuchar en toda la ciudad, era frustrante era simplemente frustrante.
Cuando logro calmarse, pudo notar mejor en donde diablos se encontraba, había caminado más de lo pensado sin darse cuenta en realidad, se encontraba frente a una de las casa abandonada de south park, a un que era extraño dado que solo dos cuadras más atrás estaba la calle principal y el centro neurálgico del pueblo mismo.
No supo por qué pero entro en ella, era como si algo en su interior le llamara dentro de la misma, el interior no estaba nada mal en verdad, el vestíbulo era espacioso la sala estaba a la izquierda del pasillo principal y lo que parecía ser el comedor estaba a la derecha, entro primero a la sala que estaba completamente vacía si no fuera por un viejo sillón todo empolvado y una gran caja, que al instante que patio soltó una lluvia de ratones medio muertos por la falta de alimento.
Entro a lo que supuso era la recamara principal en ella había un viejo closet y nada más, luego siguió investigando el baño de la recamara y del vestíbulo estaban intactos era extraño pero todavía servían, si estaban completamente sucios pero funcionales, luego siguió el comedor que estaba igual de vació y al final la cocina la cual no contenía nada excepto una vieja estufa de parecía inicios de los años veinte luego recorrió el jardín la barda estaba completa por todos lados había algo como una parrilla al aire libre, y una especie de soporte para hamaca, luego por curiosidad reviso las ventanas, para su asombro ninguna había resultado, destruida o dañada, el vecindario donde se encontraba no estaba muy poblado ni si quiera se podría decir que la propiedad tenia vecinos estaba rodeada por tres del terreno, en esos segundos una idea extrañamente maquiavélica se cruzó en su mente y una leve sonrisa surco sus labios por exactamente un segundo.
Negó levemente, salió de la casa y camino sin dirección aparente por un rato el solo no podría vengarse de sus ex amigos, en especial el hijo de puta de Eric, necesitaría un poco más de ayuda, pero quien ¿Quién? Fue como si un rayo le pegara de golpe, era tan obvio y a la vez tan simple oh mejor dicho tan sencillo como chocar de lleno con alguien mientras caminaba de nueva cuenta divagando en su venganza.
- Lo siento Kenny- expreso un chico de camisa azul y ojos color gris azulados, mientras le daba la mano para ponerse de pie, como no había pensado en él, desde un principio.
- Justo al chico que andaba buscando – respondió con una ligera sonrisa - ¿te gustaría ir a tomar un café?- pregunto a continuación a lo que el chico respondió afirmativamente pero con una clara duda asomándose en sus ojos, mientras caminaban a el Starbuck, una vez en el mismo, el padre de Tweek, los atendió sirviéndoles dos de sus mejores capuchinos, por algunos minutos ninguno de los dos hablo desde que llegaron al establecimiento lo cual incomodaba a su acompañante.
- ¿Que era de lo que querías hablar conmigo?- pregunto finalmente Butters descargando toda su frustración ante el silencio reinante, los ojos de Kenny se posaron en el chico, en verdad estaba listo para dar ese paso crucial y iniciar el lento camino que lo llevaría a vengarse de esos hijos de puta, en especial, en verdad Butters lo secundaria sin ninguna contradicción, era obvio que tenía que abordar el tema pero como, quizás una pregunta indirecta funcionaria mejor que abordar el tema de golpe.
- ¿Butters cuál es tu opinión sobre mis amigos? – pregunto sutilmente el chico con una voz clara pero al mismo tiempo monótona y distante, los ojos de Butters se posaron sobre sus ojos azules, en los cuales no denotaba ninguna intención de risa reprimida o algo parecido, pero ¿por qué le había preguntado algo así? tan de repente, acaso sería un plan de Cartman para engañarlo y después humillarlo o cual sería el objetivo, decidió que lo mejor era dar una respuesta esquiva sobre ese tema.
- Creo que son divertidos – dijo en medio de una risa forzada, los ojos de Kenny lo recorrieron lentamente de arriba así abajo denotando su respiración algo agitada sus ojos en continuo movimiento y las pequeñas gotas de sudor que se formaban en su frente.
- Esa no es la verdad – exclamo el chico, mientras la cara de Butters se formaba una clara mueca de preocupación - Acaso nos les odias – puntualizo con una voz apagada, los ojos de Butters se contrajeron un poco ante esa aclaración, solo logro tomar un profundo trajo de su té para por el momento evitar decir algo comprometedor.
- Sabes – comento el chico mirando hacia el techo - algunas veces me gustaría vengarme de lo que me han obligado hacer esos hijos de puta – exclamo Kenny en un suspiro entrecortado - ¿A ti no?- esa pregunta casi fue inaudible, para todos excepto para dos personas, la primera era su acompañante y la segunda persona en cuestión, era el chico que estaba a un lado de Butters en esos instante con una taza de café negro derramándose delicadamente entre sus dedos, el cual sin si quiera decir nada o si quiera ser invitado, se sentó a su lado de los dos chicos sacando de ese extraño momento casi conspiratorio.
- A mi si - expreso el recién llegado, luego de dar dos gigantescos trago a su taza de café y dejarla caer en un estrepitoso estruendo que destruyo por algunos instantes el silencio reinaba en la cafetería, quizás para algunos interrumpir una conversación ajena era algo penoso e incluso de mala educación, pero para Tweek la cosa era distinta después de años de drogas para contrarrestar sus supuestas enfermedades mentales su cerebro funcionaba de una manera que rayaba entre lo normal y lo anormal pero siempre había logrado pasar casi desapercibido incluso llegando a que sus pequeños tic fueran una parte linda de su personalidad que recordara a algunos su estado para obtener algo de benevolencia de parte de la gente que lo rodeaba.
El silencio envolvió al edificio por unos instantes más mientras uno de los meseros se apresuraba a limpiar el desorden de la taza rota y el líquido derramado, sin decir ninguna palabra, para finalmente retirarse, en cuanto a los chicos los ojos de Kenny se posaron en sus compañeros, para continuaron su conversación, los cuales algo acojonados por verse descubiertos en tal situación continuaron con la misma.
El tiempo paso volando, cuando menos se dieron cuenta, no eran tres si no cuatro los chicos que conversaban acaloradamente en la mesa.
-Insisto todavía en que nos des una prueba de que esto no es una trampa – dijo un chico con una linda chaqueta color roja una boina estilo gales color café y un delicado moño como corbata mientras sorbía un delicado té inglés, era obvio que Pip todavía tenía sus dudas, al respecto ante el súbito cambio de actitud de Kenny.
En cierta medida era lo justo después de todo hasta hacia unas pocas horas era el bufón de sus amigos, está bien que Stan y Kyle lo apreciaban, y sus burlas eran más en ocasiones esporádicas pero siempre terminaban aceptando las disparatadas ideas de diversión de Cartman y eso los hacia tan culpables ante los ojos de Kenny como el mismo gordo nazista.
El chico de la parka naranja sonrió para sí mismo, está bien tenía una fuerte razón para dudar de su persona, aun en cierta manera le dolía que no confiaran en sus palabras, por otro lado era cierto que el tampoco confiaría en las suyas si estuviera en la misma situación, era hora de ponerse un poco agresivos, se puso de pie y sin más salió de la cafetería haciendo un ligero ademan para que los demás chicos lo siguieran, una vez que hubiera pagado las bebidas.
El señor Tweek se acercó hacia la registradora con la intención de cobrar el consumo de los chicos, pero algo en el interior de su corazón, lo hizo sonreír levemente el solo hecho de poder ver que su hijo se desenvolvía con tanta naturalidad con sus amigos.
Charlando y bromeado como si su enfermedad fuera tan solo un viejo recuerdo perdido en el tiempo, incluso por algún breve instante incluso el tic de su ojo desaparecía por completo, sintió como una ligera lagrima se asomaba por su mejilla, mientras les decía que no era nada del consumo que la casa invitaba por esa vez y le recordó a Joseph, que su madre lo esperaba en casa antes de las nueve de la noche, y que se cuidara mucho, después de eso los apresuro un poco, necesitaba la mesa libre el club de té de South Park estaba por reunirse y era unas viejas ricachonas gasta lonas que solo malgastaban su dinero en té y galletas y por dios que el sabia sacar dinero de esas ancianas.
Una vez afuera de la cafetería caminaron unos cuantos kilómetros en silencio, sin saber muy bien porque todavía seguían siguiendo a Kenny sin saber en realidad hacia donde los conducía ¿una trampa? o ¿una emboscada? pensaron los chicos por un instante quizás su plan era ese desde un principio, o tal vez solo estaban exagerando demasiado, de pronto y sin previo aviso se adentró un poco en el bosque y los chicos lo siguieron cautelosamente, unos cinco minutos después estaban en un pequeño claro y Kenny los invito a sentarse.
- Creo que aquí puedo hablar más en confianza – exclamo con una ligera sonrisa, después de todo la venganza se tiene que planear tan lentamente, casi tan lento como cuando se la disfruta - recuerden que las paredes tienes oídos y las ventanas ojos – expreso con otra ligera sonrisa en su rostro, intentando de ese modo romper un poco el ambiente tenso que se había formado en ese lugar mientras él era el único que permanecía de pie.
- Creo que todos queremos esto o no – afirmo más que preguntar - queremos venganza en contra de Stan, Kyle por ser unos idiotas manipulables – puntualizó – pero sobre todo de ese hijo de perra de Cartman no es así – gruño el chico con una voz entre cortada e irritada – ¿Por qué no se ustedes? pero ya me canse de ser su bufón de esos tres, el objeto de sus burlas humillaciones, un simple desecho ante sus ojos – exclamo con un ligero toque de furia en sus palabras, esperaba que los chicos lo secundaran con su frustración pero para su sorpresa todos permanecieron callados, mirándolo condescendientemente hasta que uno de ellos hablo por el resto.
– Así que al fin, se calló la venda no es así – repuso Butters poniéndose de pie mientras empezaba dar pequeños círculos a su alrededor de Kenny.
– Hasta ahora descubres, como son en realidad – comento con un pequeño siseo – Encima – puntualizo – Ahora crees que por decirnos eso, te seguiremos en algún absurdo y descabellado plan de venganza no es así – replico Butters mientras se ponía frente a su amigo – Pues olvídalo – dijo escupiendo a los pies de Kenny - tú también nos hicisteis la vida insoportable con tal de seguirles su jueguito o lo olvidas – recrimino mientras lo apuntaba con el dedo, los otros dos chicos susurraron algo y movieron la cabeza afirmando que Butters tenía toda la razón.
– Crees acaso que confiaremos en ti ciegamente, después de todo - replico de nueva cuenta el chico -¿Como sabemos que esto no es un plan de el inútil de Cartman para hacernos ver como unos idiotas?- pregunto irritado señalando acusadoramente al otro rubio, Kenny lo vio de arriba abajo ese no podía ser Butters, hablaba con tanta seguridad, tanta autoridad que por unos instantes el temor lo domino, oh al menos era así hasta que su mente recordó algo que a un podía usar a su favor, esa era la única solución posible en ese momento y que mejor forma de probar que no mentía que esa, solamente esperaba que funcionara.
– Golpéame – fue la última palabra de Kenny antes de estirar las manos en señal de que no se opondría en el camino del golpe.
– ¿Qué?- pregunto el otro chico sacado completamente de onda.
– Que me golpes maldita sea- grito, los ojos de Leopold recorrieron todo el horizonte de arriba hacia abajo, debía ser una trampa, debía ser una maldita trampa, a lo mejor Cartman y los demás estarían detrás de los árboles grabándolo, riéndose y pronto usarían el video en youtube para poder usarlo en su contra, trago un poco de saliva, no pensaba arriesgarse de esa manera, estaba pensando en cómo salir de eso al momento que la mano de McCormick se posó sobre su mentón y le levanto la cara un poco para volverse a ver directamente a los ojos.
– Si la única forma – exclamo el chico sonriendo – de que ustedes confíen en mi – dijo mirando a los otros dos chicos – aceptare gustoso que tú me golpes –continuo explicando el chico al momento de quitarse su parka, mostrando sus ojos azul zafiro, los cuales demostraban sin ninguna duda la seguridad de sus palabras.
– Pero yo no quiero golpearte – expreso débilmente Butters frotándose rápidamente las manos, no quería pegarle, en realidad lo que quería era salir de ahí.
– Lo sé – contesto el chico - pero si es la única de ganarme tu confianza – continuo el chico - estoy dispuesto a correr el riesgo – reflexiono hasta que el puño de Butters golpeara sonoramente contra su mandíbula mandándolo directamente al suelo, el joven Stotch no supo que fue lo que paso, pero su mente había actuado sola, simplemente en lo más profundo de su subconsciente deseaba hacer eso desde hacía mucho tiempo.
Observo a los demás rubios, los cuales no se habían movido ni un centímetro, después miro algo preocupado a Kenny, había sido un golpe algo rudo.
– Que acaso no era lo que en realidad – le respondió McCormick, escupiendo un poco de sangre levantándose lentamente – no querías, vengarte – reclamo con una sonrisa demasiado sínica – después de todos los malos momentos y situaciones degradantes que te obligamos a pas. . . – fueron sus últimas palabras antes de que otro golpe le cerrara la boca de nueva cuenta, Butters lo miro completamente enojado, ese último comentario estaba de más a su parecer.
Quien era Kenny, para decirle como mierda se sentía, el nunca entendería la degradación humana que tuvo que pasar para que al final le dirigieran si quiera un poco la maldita palabra, sintió su ira volver al instante de patear a Kenny directamente en las costillas, ocasionando que el rubio tosiera un poco de sangre.
-Butters lo vas a matar – replico Pip intentando detener a su amigo, al igual que Tweek, que miraba nervioso la escena.
- Que sucede maricas – gruño McCormik - tienen miedo a que les salgan pelos en las bolas – reto al instante de que los tres rubios restantes se le fueran encima, en realidad, la sangre estaba haciéndoles aflorar un viejo instinto animal , la golpiza se estaba volviendo más seria, alguien había agarrado una piedra otra mano un palo, y podía sentir que su pierna izquierda necesitaría un buen yeso para soldar, además era preocupante lo de su ojo derecho el cual ya no hacía más que ver en color rojo
Se puso en paz, lo iban a matar, en realidad lo estaban matando, era demasiada furia contenida, incluso le habían mordido el cuello y el pecho como una jauría de perros salvajes, tosió otro poco, quizás si le habían perforado un pulmón ¿sería su fin?
Logro abrir sus ojos unos minutos después, y respirar un poco sin poder evitar tragar un poco de sangre que tuvo que escupir de nueva cuenta ¿Por qué se habían calmado la situación? ¿Estaba muerto quizás?, se levantó como pudo, sintiéndose tan cansado y adolorido, tosió de nueva cuenta sangre, si definitivamente tenía el pulmón dañado, miro a su alrededor y lo que miro lo sobre cogió por unos instantes
Delante de sus ojos tumbados sobre la nieve, sudando como desquiciados mirando a su presa esperando algún signo de debilidad estaban algunos de los chicos más tiernos de south park cubiertos con su sangre y su ropa algo desgarrada, una leve sonrisa de complicidad se cruzó por sus rostros, al notar que solo había una dirección que tomar
- Entonces me ayudaran – pregunto el chico intentando no mostrarse débil ante ellos
-Lo aremos – replicaron vigorosamente los chicos con una sonrisa demasiado sádica en sus rostros que incluso por un instante Kenny sintió que estuvo a un minuto de morir ese día
