Disclaimer: todos los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.
Las cosas que no hablamos.
|Cuanto más trato de llegar a ti, más chocamos.
#1. Inseguridad
Si a Hinata le preguntaran si su personalidad cambiaría en algún momento, la respuesta definitiva sería no.
Su timidez extrema, su falta de carácter, entre otras cosas, siempre serían parte de ella. Y aquello le provocaba dolor de cabeza, porque no se podía expresar totalmente, y en ocasiones era necesario decir las cosas.
Muchas veces ella pensó que su forma de ser era el problema. Si tan sólo hubiera sido más sincera, si tan sólo hubiera dicho las cosas adecuadas. Había tantos "si tan sólo".
Pero era tarde.
Él se había ido, y ella no había sido suficiente. Todo lo que no se dijo, o lo que quiso decir, quedaría flotando en la brecha de la separación.
Hinata se sentía rota.
Y ahí, en medio de la aldea, con mucha gente alrededor, se dejó caer, llorando desconsolada.
Si tan sólo no nos hubiéramos alejado.
Apretó más las manos a su pecho, mientras miraba al suelo. Los nervios hacían cosas extrañas con su cuerpo.
¿Estaba bien llegar tan temprano? ¿Eligió la ropa adecuada? Miles de preguntas rondaban su cabeza, se sentía mareada y confundida.
No era la primera vez que salía a comer con Naruto, pero siempre se sentía igual. Su cabecita aún no procesaba todo lo que había pasado en los últimos meses. Desde la pelea con Toneri, su relación con Naruto se había vuelto "confusa". Hinata no sabía cómo calificar lo que sea que estuviera pasando con el héroe de Konoha.
Él simplemente llegaba con esa sonrisa, la tomaba de la mano, y la llevaba a todas partes. Y Hinata era feliz, no podía pedir otra cosa, sus más profundos anhelos se cumplían. Pero había cosas que no se habían aclarado, y aquello le causaba mucha confusión. Durante esos dos meses transcurridos después de lo sucedido en la luna, ella y Naruto habían hecho muchas cosas: tomarse de las manos, abrazarse, e incluso darse uno que otro beso.
Pero ella ansiaba saber cómo se sentía él. ¿Qué pensaba? Hinata no iba a poder siempre estar por ahí tonteando con Naruto. Tenía responsabilidades en su clan, se acercaba la edad suficiente también para que le buscaran un marido, había tanto por delante. Pero quería escuchar los sentimientos de Naruto.
Su corazón le decía que él sería incapaz de jugar con ella, o que quizá, sólo quizá, tenía sentimientos por ella. Pero su cerebro, como si quisiera causarle dolor, le decía que todo era algo pasajero, producto de la conmoción. Díganle insegura, o tonta, pero ella no creía que é la quisiera.
Y el saber que lo más posible era la segunda opción, le dolía. Había sido ya tanto tiempo que tenía sentimientos por Naruto Uzumaki, que se había acostumbrado a ese amor no correspondido. Pero ahora que él la trataba bien, e incluso tenían esa extraña relación, Hinata sabía de antemano que quedaría destruída si aquello no concluía con final feliz. Bien decían que cuando tenías algo que deseabas, era muy difícil perderlo.
Sintió que sus mejillas se teñían de vergüenza. Estaba completamente decidida de hablar con Naruto ese día, necesitaba que todo estuviera claro, saber qué pasaba entre ellos.
Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no se dio cuenta que Naruto había llegado, y la miraba emocionado. Entonces él decidió llamar su atención, tocándole el hombro, ella dio un saltito sorprendida, ruborizándose aún más.
—Hola, Hinata —dijo Naruto, con una sonrisa de oreja a oreja.
—B-buenos días… Naruto-kun —empezó a juguetear con sus manos.
Se quedaron en silencio unos segundos.
—¡Perdón por llegar tarde! —Naruto se rascó la cabeza avergonzado—. Me quedé dormido, y de lo rápido que me levanté de la cama, me caí de cabeza.
Hinata se lo imaginó, y empezó a reír suavemente.
—¿Qué es tan gracioso? —él preguntó con curiosidad. Acercándose salvajemente a ella, quedando a pocos centímetros de su cara.
La pelinegra se ruborizó hasta la raíz de los cabellos, mientras Naruto seguía invadiendo su espacio personal, mirándola intrigado, y con una pizca de diversión.
—Y-yo, um, e-esto… —tragó saliva, mirando hacia otro lado.
El rubio fue quien río esta vez, enternecido de las reacciones de Hinata. Se acercó completamente, y depositó un suave beso en los labios de la chica, totalmente fugaz, dulce y sin dobles intenciones.
Hinata estaba a punto de desmayarse.
Cuando vio que ella no reaccionaba, Naruto se preocupó, casi, casi se acostumbraba a que Hinata hiperventilara cada que le daba un beso. Sin embargo, aún a veces se asustaba ante las reacciones de la chica. Pero vamos, él no podía evitar besarla, ¡ella se miraba tan linda y tierna!
Pero notó algo diferente después de que la pelinegra recobrara la compostura. Seguía sonrojada, pero evitaba mirarlo a la cara, y apretaba fuertemente su falda. Se miraba insegura.
—Hinata, ¿pasó algo? —preguntó algo preocupado.
Ella por un momento iba a decir que no, y evitar la incómoda conversación que tenía en mente desde temprano, pero se contuvo. La presión, y la necesidad de saber qué sentía Naruto, la estaba asfixiando.
—N-Naruto-kun, yo… —miró al piso—, creo que estamos haciendo las cosas mal.
Naruto era lento, e inexperto en los asuntos del corazón. Hinata no sabía eso (ni siquiera lo había pensado). ¿Por qué? Porque nunca se sentaron a hablar, nunca aclararon que era algo así como la primera vez que se enamoraban.
Para Hinata, las dudas de saber si él iba en serio o no, la tenían nerviosa. Se sentía incorrecto compartir besos, o abrazos, sin saber cómo definir su relación. Y no porque ella no lo deseara, simplemente se sentía mal, como si estuviera haciendo algo en contra de la moral. Sí, sus principios eran bastante fuertes.
Saliera o no con el corazón roto, definitivamente iba a aclarar ese asunto.
Naruto frunció los labios un momento. No supo cómo interpretar las palabras de la Hyūga. ¿Eso significaba que él había hecho algo mal? ¿O ella se había cansado? No lo entendía. El chico se caracterizaba por ser impulsivo, y de veras, que cada que miraba a Hinata, se sentía inmensamente feliz, y su corazón latía acelerado, por lo que hacía las cosas sin razonar.
Ni siquiera lo pensó dos veces, cuando se acercó a ella, y le plantó un beso. Movió sus labios de manera ruda, y tosca. Sintió como la pequeña Hinata, se pescaba fuertemente de su playera anaranjada, por un momento pensó que le estaba correspondiendo, pero cuál fue su sorpresa al notal que la chica lo que intentaba era empujarlo.
Literalmente Naruto sintió el rechazo puro. Se quedó en silencio mientras trataba de calmar su respiración, sintiendo un leve rastro del sabor de los labios de la pelinegra.
Hinata estaba en un estado similar; su pecho se agitaba rápidamente, debido a la excitación del momento, y un rubor cubría toda su cara.
Naruto jamás la había besado así, tan… necesitado. Y aunque fue corto, y algo torpe, le dejó una sensación tan exquisita e inolvidable, que la tenía medio trastornada. Sin embargo, cuando por fin pudo controlar un poco la reacción de su cuerpo, decidió levantar la mirada, y explicarle el por qué lo había alejado. Mas cuando fijó su vista en el rubio, se dio cuenta que había hecho las cosas mal, el chico reflejaba confusión y dolor puro en sus ojos azules.
Hinata no sabía qué acababa de pasar.
—Hinata —murmuró, desviando la mirada hacia el camino de tierra que atravesaba la aldea—. Lo hubieras aclarado desde un principio.
Los ojos de la chica empezaron a llenarse de lágrimas. No, no, Naruto estaba entendiendo las cosas mal, ¿cómo explicarle? ¿cómo?
—N-no —las palabras se atoraban en su garganta—. E-eso, no es así. No es así, por favor escúchame.
Si tan sólo hubiera dicho las cosas de manera adecuada, si tan sólo no hubiera tartamudeado.
Naruto pronunció unas tristes palabras, que hicieron a Hinata sentirse una mala persona.
—Oye, Hinata —metió las manos en sus bolsillos, y miró hacia el cielo—. Soy un idiota, eso lo sé. Tardé mucho en ver que siempre estuviste ahí para mí, quizá si no hubiera pasado lo de Toneri, ni siquiera me hubiera dado cuenta de mis sentimientos por ti —espesas lágrimas se deslizaban por las mejillas de la chica. Naruto sonaba tan plano, sin sentimiento alguno—. Pero, creo que di por sentado las cosas, cuando en realidad, no puedo llegar y decirte: oye, vamos a salir. Como si nada pasara, ignorando el hecho de que estuviste muchísimas años esperando por mí en silencio. ¿Es cruel, no? Probablemente te diste cuenta de eso. De que no valgo tanto, y no soy la gran cosa —enfocó sus ojos azules, en los aperlados de ella—. Pero gracias. Me enseñaste qué significa querer a alguien de verdad, y dar todo por esa persona. Ya aprendí lo que es la confianza, amistad y el amor.
No sonrió, ni siquiera la miró. Pero la chica sabía que él estaba dolido, no por el beso que ella rechazó, ni siquiera por su frase de "no estamos haciendo las cosas bien", Naruto estaba lastimado, porque todas sus inseguridades, salieron a flote, porque inconscientemente Hinata las afirmó, sin que fueran ciertas.
Nunca se comunicaron, por eso no sabían qué pensaban el uno del otro. Para el tonto de Naruto era fácil dejarse llevar por sus emociones, comprender todo a su modo. Para Hinata, era complicado decirle lo que realmente pensaba. Uno tenía la habilidad para hablar, y al otro le faltaba. Polos totalmente opuestos.
El rubio simplemente puso una mano sobre la cabeza de ella, le revolvió suavemente el cabello, y empezó a caminar despreocupado, con las manos en los bolsillos, alejándose de Hinata.
Lo último que la Hyūga vio, fue la espalda impotente del chico que había amado toda su vida, desapareciendo a la lejanía.
Se marchó, dejándola sola y aturdida.
Hola.
Sí, sé que es una historia agridulce, pero no se preocupen, es apenas el primer capítulo, todo va ir mejor.
Probablemente piensen que es un poco exagerada la reacción de Naruto, ante cómo se comportó Hinata. Pero como expresé arriba, fueron los pensamientos internos de Naruto, lo que le hizó tomar la decisión tan drástica de dejar a Hinata. O sea, el piensa que está siendo egoísta, al llegar de la nada, y pedirle que sean novios, y así, siente que no la merece. Y pues también cree que Hinata se dio cuenta de que no es la gran cosa, y que ella no lo quiere como antes. Recuerden que Naruto ha sido rechazado por la gente muchas veces, pero siendo rechazado por Hinata, ¿se imaginan como debió a haberse sentido? Siendo que él estaba acostumbrado a que ella digamos "viva" sólo por él.
Naruto está de lo más equivocado. Hinata feliz de la vida de estar con él, y lo ama más que nunca, lo único que ella quería era formaliza/aclarar su relación. Hinata se sentía incómoda de que se besaran y así, sin ser nada. Siempre he creído que es una chica de fuertes principios, y fue criada demasiado apegada a las leyes sociales. Nuestra Hinata no se expreso bien.
Probablemente estoy pensándole de más, pero sí, este short-fic, trata sobre la falta de comunicación de estos dos. De ahí el nombre, y me hace mucha ilusión, ¿por qué? Porque quiero llenar esos huecos que siento que dejó The Last.
Es obvio que ellos iniciaron algo después de lo sucedido en la película, pero tuvieron que tener un desarrollo, conocerse, aprender el uno del otro, y pues las dificultades de que dos personas totalmente distintas, pero enamoradas, tuvieron que atravesar.
Cuando esté todo bien aclarado, ellos serán más que felices, créanme.
Umm, esta historia no creo que tenga más de cuatro o cinco capítulos cortos. Es mi primera vez haciendo un short-fic, y ojalá que lo pueda terminar, ese es mi propósito. También, otra cosa, yo no soy muy fan de Naruto, desconozco muchos personajes, y sus personalidades, así que cualquier cosa que esté fuera de lugar, o sientan que no encaja con los personajes originales, se los agradecería mucho. Soy nueva en este fandom, pero realmente tengo un gran amor por el Naruhina, daré lo mejor de mí.
En fin, perdonen la larga nota. Agradecería mucho si me dejan un review, expresando su opinión sobre esta historia.
Por favor, no agreguen solamente a favoritos, ya que si te gustó la historia, también deja un review, eso es lo que hace felices a los escritores.
Es todo, un abrazo.
Lolli.
