Ohaiyou gozaimasu!

Disclaimer: InuYasha y sus demás personajes no me pertenecen sino a Rumiko-sensei la reina del manga

Advertencia: UA

Volví de nuevo simples mortales! yo que se cuanto caps tenga pero no pasa de cinco

En fin los dejo leer:

"Eres una llorona" Le regañó InuYasha a los diez años sentándose en el piso de un pasillo de la primaria a lado de Kagome, ella estaba abrazando sus rodillas ocultando las lágrimas que emanaban sus ojos.

"¡C-Cállate!" balbuceó.

"No entiendo porque le haces caso a Kikyou, esa niña es una tonta " Kagome levantó su cabeza viéndolo a los ojos, ella frunció el ceño.

"¡Pero es bonita! ¡Yo no! ¡Me quedaré sola y no podré casarme, como ella dijo!" se quejó llorando aún más, InuYasha rodó los ojos.

"¡Eso no pasará!" Le aseguró, Kagome entornó sus ojos hacia InuYasha eséptica.

"¿Por qué estás tan seguro?"

"Porque si no encuentras a tu príncipe, me casaré contigo" Prometió seguro. Los ojos de Kagome brillaron de ilusión ante la idea no quedarse sola con muchos gatos al igual que una vecina suya.

"¿Lo prometes?" Extendió su dedo meñique hacia InuYasha, este puso los ojos en blanco, no le gustaba esos tipos de comportamientos de niños pequeños, él ya tenía once años ya era un niño grande pero dejándo su orgullo aún lado entrelazó su dedo con el de Kagome.

"Lo prometo"

Pasaron catorce años desde aquello, y doce desde que vio a InuYasha por última vez.

Kagome se hizo más fuerte, no del nivel físico ya que ella tenía unos brazos de fideos; sino nivel emocional. Sus padres y amigos, sabían el porqué, después de la marcha de su amigo de la infancia a América no era la misma.

No era la Kagome sonriénte, consentida y en demasía sensible que todos adoraban.

Ese día el 2 de julio del 2003, fueron sus últimas lágrimas derramadas mientras él depositaba un dulce beso en la frente prometiéndole como siempre él hacía.

"Volveré, sólo espérame"

Algunos dirían que es estúpido verse a tal grado afectado por una despedida, pero es que esos no sabían lo que era amistad. No habían experimentado lo que ella e InuYasha tenían, porque el solo haberlos vistos juntos hubieran entendido sólo un poco la relación que compartían.

Ahora ella sonreía, pero no tan radiante como antes.

Ahora ella consentía, no era consentida.

Ahora ella consolaba a las personas sensibles, no era consolada.

Kagome no podría decir que era infeliz, pero tampoco decir que era feliz.

Trataba de alguna u otra forma auto motivarse repitiéndose "InuYasha estaría feliz por verte más fuerte y menos llorona".

La vida dejo de ser divetida y alegre para convertirse en una rutina sin fin.

Pero ¿saben que era lo peor? es que ese dejó de comunicarse con Kagome después de un año, ella solo sabía noticias de él gracias a los padres de este.

Aún así ella ansiaba su llegada, y secretamente aún absurdo se escuchase ella quería que InuYasha recuerde esa promesa de meñiques que habían hecho, hace ya casi quince años.

Aunque ella lo esperaba esa noticia la había dejado helada.

Otro día transcurría, ella era la asistente de una gran diseñadora de modas.

Ella había soñado con trabajar en el mundo de la moda desde su primer desfile de pasarela, regalo cortesía de sus padres por sus doce años.

Al principio quería ser modelo pero luego se enteró todo el sacrificio que implicaba, estár siempre demasiado delgada lo cual significaba dietas, saber caminar con tacones de los cuales si te cae te rompes la pierna, ir y venir de un lado a otro... Mm no. Ella amaba la comida, su piernas, la estabilidad, y la comida.

Entonces después decubrió que había personas que creaban esos hermosos conjuntos que las modelos se encargaban de hacer brillar.

Lo había decidido, sería definitivamente diseñadora.

Y si querías triunfar, tenías que tener primero experiencia.

El problema es que su jefa Kagura, quién era una Diva-Mandona-AmanteDelControl y aunque al principio es difícil tratar con ella después te das cuenta que era dulce y cálida, ahora estaba embarazada, lo cual era hermoso y Kagome se alegro por ello diciéndo que el embarazo era una bendición de Dios y un niño alegraría su vida...

Bueno eso no era malo, lo malo era...

―¡Kagome!―.La llama Kagura, ella va rápidamente a la oficina de está, la cual el diseño era sumamente elegante y espléndido, con esa conbiación de colores: Negro, Vino y Fuccia.

"Si tan sólo se lo pudiera apreciar" Piensa Kagome observando todo el desorden, prendas por acá, por allá, embolturas de helados de kiwí...Antojos y bolas de papeles por doquier.

―¿Qué ocurre?―.Pregunta Kagome acercándose a Kagura, la cual estaba frente a su espejo de cuerpo, se preocupa al ver lagrimas recorriendo las mejillas de Kagura.

Se voltea hacia Kagome, y llora mas fuerte.

―Kagura-san ¿Qué le ocurre? ¿Está bien su bebé? ¿Se siente mal? ¿La llevó al hospital?―. Abombardeó con preguntas mientras la exáminaba asegurándose que nadie este mal.

―Es que... Es q-que...―. Intenta decir pero llora más fuerte.

―Dígame lo que pasa―. Insta Kagome.

―¡Aumente tres kilos!―.Grita llorando mas fuerte.

Ese era el problema: Las pinches hórmonas del embarazo que estaban a flor de piel.

―E-etto... Kagura-san. Está embarazada―. Explica con obviedad, y jura que si esto fuera un anime una gota de sudor hubiera atravesado su sien.

―¡¿Y eso qué?!―. Se queja volteándose de nuevo hacia el espejo, se pone de lado mirándo su ya mínimo abultado estómago.―¡¿Ves eso?¡―. Señala su estómago.―¡Estoy gorda!

Y se pone a llorar de nuevo, maldición y ella antes se quejaba cuando Kagura tenía la regla.

―Kagura-san ni siquiera se nota―. Intenta reconfortarla, y era verdad, tenías que ver fijamente su bariga si querías darte cuenta de su estado.

―¡Claro que sí! ¡Hoy me quería poner mi vestido Vitturi preferido, ¿Y sabes qué pasó?, ¡No cerraba!―.Se lamentaba lloriqueando.

―Kagura-san...―. Trataba de encontrar palabras de confort correctas, porque ahora con su humor cualquier comentario así sea bien intencionado lo malinterpretaba de la peor manera.―Ahora ni siquiera se puede diferenciar, está delgada―. Los ojos de Kagura brillaron, esa era la frase correcta para todo.―Será peor al quinto mes.

Mierda

Kagura se puso a llorar más, maldiciendo y puteando cualquier cosa.

"Espero que el niño aún no pueda escuchar"

―Am... Hoy tiene su cita con la revista Vogue―. Le recuerda, Kagura para su llanto milagrosamente y su rostro se ilumina, literal.

Estúpidas hórmonas.

―¡Es cierto!―. Se retira y se va a su "mini" closeth.―¿Qué se usa para una entrevista?―. Pregunta, Kagome rueda los ojos divertida, de alguna u otra forma Kagura hacía su vida menos aburrida.

―¿Un vestido sencillo?―. Kagura bufa, Kagome se rié bajito. Porque la palabra "sencillo" no estaba en el vocabulario de Kagura.

―Claro la revista de moda más grande del mundo, viene a Japón ansiando entrevistar a la mas grande diseñadora del planeta y está está con un vestido sencillo―. Bueno la diseñadora Kagura no era exactamente conocida por su modestia.

Kagome se dispone a salir, pero otra llamada de Kagura la detiene.

―¿Sí?

―Por cierto mientras estabas en tu tiempo de almuerzo, tu madre llamó gritándo eufórica―. Avisa, Kagome enarca una ceja extrañada.

―¿Diciéndo qué?―.Pregunta extrañada por el comportamiento de su madre.

―Algo sobre un tal...¿InuYoshua...? Volviéndo y eso, realmente no sé qué quizo decir...―Y Kagura seguía hablando pero Kagome ya no escuchaba nada más.

Las palabras "InuYasha" y "Volviéndo" seguían vagando en su mente, tratando de conectarlas y encontrar su significado.

Entonces cayó en cuenta.

InuYasha.

Su InuYasha.

Regresaba.

Después de tanto tiempo.

¿Qué tal? ¿Les gutó? ESPERO QUE SI! Si le gusta dejenme un review haciéndomelo saber!, sino no hay reviews no hay cap, jeje lo se soy evil muajajaja.

En fin gracias por leer, no se pero tengo un fuerte fetiche con las historias de amigos de la infancia, simplemente las amo *-*, si quieren leer otra tiernita les invito a leer "M-me gustas" mía también.O..! O..! si quieren una hard o sea duro contra el armario hasta llegar a narnia les invito leer mi especial de navidad "¿Navidad? ¿Qué es eso? ¿se come?"

¿Spam? ¿Dónde? xD

Si quieren otro cap, reviews!