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El Demonio de los Cuervos
En las afueras de la mítica tierra de Noxus, había un bosque, que únicamente era habitado por las bestias y criaturas que residían en él, muchas historias se cuentan sobre este misterioso lugar, al que pocos se atreven a entrar. La mayoría son leyendas sobre terror, y pocas de estas tienen sentido, pero lo que mucha gente rumorea, es que en este mismo bosque existe un ser siniestro, sumamente espantoso, más horrible y temible que las mismísimas bestias legendarias del bosque.
Cuenta que siempre lleva consigo una parvada de cuervos, y que porta un guadaña muy afilada, con la que ha desgarrado la piel de seres inocentes que se atrevían a entrar a ese bosque, al cual apodaron como "El Demonio de los Cuervos".
Pero al fin y al cabo son solo leyendas que cuenta la gente, ¿cierto? Bueno, eso es lo que parece a simple vista. Si fueramos capaces de ver más allá de estas historias y nos adentráramos en lo profundo del bosque, desvelaríamos todo lo que se cuenta de dicho lugar.
Pero como solo somos los espectadores de este relato no podemos, o tal vez sí, en este momento un tipo se acerca a la entrada del bosque, algo tembloroso, pero parece que intenta armarse de valentía, aunque claro, continuaba aterrado por dentro. Al haber ingresado en el bosque, no tardó en sentirse asechado, sentía la suma presencia de alguien más junto a él en el bosque, pero intentando ignorar la situación, continuó caminando, mientras sacaba un cuaderno junto con un lápiz comenzó a escribir algo.
Cuando terminó estaba apunto de guardarlo, entonces sintió un penqueño escalofrío recorrer su nuca, se volteó, y solo logró ver en la rama de un árbol un cuervo, quien lo observaba fijamente con una mirada un tanto perturbadora pero inocente a la vez. El hombre volvió a sentir el escalofrío, pero esta vez más intenso, y tragando saliva, se giró nuevamente, solo para encontrarse con la última escena que vería antes de su hora.
Un ser extraño, aterrador y con aspecto de suma frialdad, alzaba su guadaña hacia atrás con ambos brazos, o lo que parecía que eran sus brazos, dejando al hombre totalmente aterrorizado y paralizado por lo mismo, con un movimiento rápido, el ser oscuro, corta por la mitad el cuerpo del hombre, dejando charcos y manchas de sangre por todos los alrededores, para después posarlo junto un árbol.
Le coloca una mano en la frente, y empieza a recitar unas frases extrañas demasiado bajo, hasta que sus ojos comienzan a brillar en un verde fosforesente demasiado luminoso, separó su mano de la frente del cadáver extrayendo así una esfera, la cual era el alma del sujeto. Dejó su guadaña y con la otra mano tomó al cuervo que anteriormente estaba en la rama del árbol, apretó un poco al cuervo para que este pudiera abrir el pico, y una vez más recita unas frases extrañar en tono bajo, diferentes a las anteriores.
El alma del tipo, cambió de color azul a verde fosforesente, el mismo color de los ojos de este ser, depués se metió en el pico del cuerpo, como si hubiera sido aspirado por este.
El cuervo cambia su expresión de temor a una mirada vacía, y los ojos del cuervo cambian al color ya anteriormente mencionado, el portador de la guadaña libera al ave de su mano y se dispone a recoger su arma, y ante un movimiento que parecía una señalación a los cielos con la guadaña, una parvada enorme de más de cientos de cuervos lo rodea, desvaneciéndose poco a poco, haciendo notar que el ser oscuro había desaparecido.
Una voz aterradora resuena desde lo más profundo del bosque, manifestándose en forma de eco menciona la siguiente oración...
-Aquellos que afirman que no hay nada que temer, salvo el propio miedo, aún no conocen a los cuervos.-