-¿Este está bien?- Pregunto Eli a la joven de pelo rojo. Ella, luego de dejar un par de paquetes de arroz en el carrito, se giró hacia su esposo y la botella de suavizante de ropa que traía en sus manos que decía "Bosque de Jazmín". Luego de unos segundos, negó con la cabeza.

-No, ese tiene un perfumen demasiado dulce. ¿No está el de "lluvia de algodón"?

El peli-azul parpadeo levemente

-Pero este usábamos hasta ahora- balbució, algo confundido

-Sí, pero ya no me gusta-Respondió rápidamente y dirigiéndose hacia las cajas registradoras. El hombre simplemente suspiro y camino detrás de ella con un claro signo de fastidio en el rostro.

A Eli nunca le había gustado ir de compras. Por eso los sábados era cuando se decidía a cortar el césped, lavar el auto o todo tipo de tareas pesadas del hogar- la excusa perfecta, ciertamente-. Y no le agradaba especialmente por las enormes filas que tenía que hacer-porque sí, él era un poco bastante impaciente-. Trixie lo sabía perfectamente; no se molestó en ocultar su aversión a ello desde su época de noviazgo, cuando comenzaron a convivir. Entonces, ¿Por qué lo había arrastrado hasta ahí?

-Qué bien, hay poca gente- Comento la chica de ojos verdes mientras empujaba el carro

En ese momento, Eli fijó su mirar delante de él. Sí, era cierto, pero también le llamo terriblemente la atención que la escasas tres personas fueran mujeres. Mujeres con el vientre muy hinchado. Cerca de la cajera, un cartel que resaltaba "Prioridad Mujeres Embarazadas".

Sin contener su estupor, musitó.

-Trixie…- Ella finalmente sonrío y dirigió ambas manos a su vientre. Y el la abrazo por la espalda, juntando sus manos con las de ella.

Bueno, si las filas eran tan cortas… tal vez no le importaría acompañar a su esposa a hacer las compras de vez en cuando a partir de ahora.

~~ Fin ~~