Mis razones para sonreír

Si lo pensaba dos veces. No iba a arrojarse.

Pero era un poco tarde, había llegado a su tercer pensamiento sobre la situación y aún así, se balanceaba sobre sus pies, atento a cualquier sonido que pareciera a sus pasos.

Algo dentro de él le decían que podía adivinar sus pasos, distinguirlos entre la multitud de sonidos, eran tal cual su voz o su perfume. Tan único como verla sonreír.

Y hoy era su día, su despegue, su llegada a la meta, el fin de la más dulce espera.

La reconoció, la escuchó, y se quedó estático, el único movimiento el de su corazón galopando en su pecho. Pensó en su nombre y automáticamente una sonrisa brillante adornó de oreja a oreja su rostro.

-A veces me sorprende tu capacidad para sonreír, es tan linda esa sorpresa.

¿No podía, acaso, decir algo más encantador? Además, tan espontáneo, le hacía creer que ella realmente se sentía feliz de verlo.

Por supuesto, ella ni siquiera llegaba a imaginar la mitad de lo feliz que él era solamente cuando la veía o la escuchaba. Ni hablar del suave tacto de sus labios en su mejilla cada vez que se saludaban.

-Katara.

Hasta decir su nombre lo hacía sonreír. No podía estar más estúpidamente enamorado, Sokka podía decir lo que quisiera, pero cuando se enterara de que no estaba tan errado, tendría que entenderlo. Él lo había vaticinado, adivinado, presentido.

Y Aang entendía que por intuiciones y presentimientos, tendría que rogar al cielo mismo que lo ayudase a que todo resultara mínimamente bien. Era simplemente tan obvio. Pero ella parecía no darse por enterada.

Si hasta sus amigas lo sabían, Toph, Suki, Yue. Todas ellas habían visto la mirada esperanzada, soñadora, en los ojos grises de él.

¿Qué hacía falta? Pues bien, que él se lo hiciera notar a ella de una vez por todas. Dejarlo completamente claro. Le importaba un carajo los dos años de diferencia, o que ella estuviera por terminar la escuela.

En esa mañana de frío buscaría el inicio, una excusa, un pretexto, la forma de hacerse notar. Hasta Zuko lo había dicho.

Simplemente no se ven como amigos ¿Qué es lo que están esperando?

Y Aang se había contestado que sin duda, era la valentía que él no tenía y probablemente, esperaba que ella también se interesara.

Pero últimamente todo era demasiado obvio. Katara había rechazado a Jet y a Haru, argumentando que simplemente no estaba interesada en una relación. Y más tarde, le había confesado a Toph que esos dos no eran para ella, que ya tenía a alguien en vista.

Pero poco después, todos en su círculo de amigos captaron con más notoriedad el lugar privilegiado que Aang tenía para ella.

Y ahora era su parte, el paso final, que le tocaban a él. Ya no era un niño, ya tenía barba en el mentón y estaba notoriamente más alto. Era tiempo de abandonar lo platónico y pasa a lo concreto.

Estar con la mujer de la que estaba enamorado.

Así que se adelantó a ella, y sin pensarlo, robó el primero de los besos, de sus labios suaves. Y la inercia la empujó a ella a besarlo de vuelta, apenas cuando se habían separado.

Aang sonrió tan grande como pudo, admirando la sorpresa y el encanto que destellaba en los ojos de ella, todavía inclinada hacia delante.

-Bueno, tengo muy buenas razones para sonreír, sobretodo ahora.


Pequeña historia que se me ocurrió en este momento ;), no soy fan de esta pareja, pero Aang es el que más encajaba en la situación, aunque no sea muy buena excusa, sentí que la historia era para esta pareja.

En fin, saludos :), espero que les haya gustado!