Disclaimer. Inuyasha, Sengoku O Togi Zoushi es propiedad intelectual de Rumiko Takahashi.

Tenía ganas de escribir algo rosa y waffie de mi OTP del fandom :3 esta ocasión, como parte de la actividad "Tras el corazón de Midoriko: Mes de la felicidad en ¡Siéntate!". Pueden participar si acceden al siguiente link: www (punto) fanfiction (punto) net (diagonal) topic (diagonal) 84265 (diagonal) 108823715 (diagonal) 1 (diagonal) Tras-el-coraz%C3%B3n-de-Midoriko-Mes-de-la-Felicidad

En esta actividad se publican tres fanfics consecutivos alusivos a la felicidad de algún o algunos personajes y/o parejas. Así que si les ha llamado la atención, no duden en inscribirse ;) Como comentario, serán tres drabbles. Ni más, ni menos, centrados en la pareja preferida de mucha gente en este fandom :3 (y mi favorita también :D) Así que aquí vamos.

Cantidad de palabras de este capítulo: 351.


Primer prompt. Felicidad en las pequeñas cosas.


1. Inuyasha dice algo amable.


Kagome se limpió el sudor de la frente mientras terminaba de arrancar algunas de las hierbas medicinales que le faltaban para llevar a la aldea. Observó a su acompañante, apilando troncos y maderos secos listos para echarlos al brazo y partir de regreso a la aldea.

Hacía un inusitado calor en el bosque, que a pesar de los climas, solía mantenerse templado. Pero no pudo evitar pensar si el calentamiento global se remontaba a épocas más antiguas que la propia civilización moderna.

Aún se contentó sabiendo que podía trabajar en compañía de su persona favorita del mundo y trató de pasar por alto el calor, ajustando con más fuerza el nudo blanco en su coleta del cabello, ajena totalmente a su acompañante.

—No me gusta.

¿Eh? Kagome giró la cabeza en dirección al hanyou ocupado con la madera, el mismo que le daba la espalda y que no creía que tuviera atino a ponerle atención en ningún momento. Se echó la coleta de cabello por la espalda, de manera que no estorbara mucho su cabello y recogió una última hierba antes de levantarse y con la incógnita fluyendo en su mente, preguntó.

—¿Perdón?

—Digo que... me gusta más cómo se ve tu cabello cuando está suelto. —Y las adorables mejillas de Kagome cambiaron al menos tres veces de color cuando el chico de cabello plateado se dio la vuelta para observarla y notaba que su rostro lucía casi tan avergonzado como el suyo.

La miko no pudo pasar por alto las emociones felices que se precipitaron por su estómago ante la emoción de aquella declaración. Era extraño que Inuyasha notara ese tipo de cosas. Más aún, que dijera palabras amables como esas tan súbitamente.

Eso, de alguna forma, le avergonzaba todavía más.

Y con la voz temblorosa pero alegre, respondió mientras veía la interesante combinación de colores de su kimono, antes que echarle un vistazo a su compañero—. Gra-... gracias.

Luego de eso, las actividades de ambos continuaron cotidianamente. Aunque después de eso, y gracias a un Inuyasha amable, Kagome se encontró inusualmente muy feliz lo que restó del día.


Fin del capítulo.


PS. Y díganme, ¿qué les ha parecido? Desde el inicio comencé con ideas pequeñas, cortas pero dulces. Creo que de esa forma se saborean más las emociones. Y con cosas tan simples de la vida... bueno, no voy a reiterar mi gusto por el romance de este tipo.

Espero que me den sus opiniones por medio de un review :D

Nos estamos leyendo :3

Onmi.