Este capitulo se continua con el puesto por Suave Boligrafo
s/10201610/1/CÓDIGO-DE-MARINO-Salvando-al-mundo-de-los-piratas
Les habian notificado que en unos días saldrían en un barco con el teniente Razo y el capitan Cobi, por lo que Enzo inició una pauta que empezaba por correr varios quilómetros antes del desayuno y se llevó a Natasha a que hiciera lo mismo. A Natasha le costaba bastante seguir su ritmo de carrera pero lo intentaba con todas sus fuerzas. Había que estar en plena forma ya que ahora eran soldados de pleno derecho.
Cuando acabó la "sesión de tortura" para ella se fueron los dos juntos para desayunar a la base. Mientras caminaban, sin darse cuenta, se le cayó un colgante del cuello. Enzo lo cogió y lo miró con detalle, ya que era una joya muy hermosa. Su forma era redonda y se abría por la mitad. En su interior se veía el esmaltado delicado de un hurón y en la otra mitad una pequeña foto de una bebé.
Decidió devolvérselo cuando acabaran el desayuno. Y es lo que hizo. Cuando se lo entregó, la cara de Natasha se enrojeció y le preguntó si lo había abierto. Al contestar afirmativamente le explicó que era un recuerdo de su familia y que la de la foto era ella de bebé pero que no comentara a nadie que lo tenía. Enzo no entendía el motivo pero lo aceptó sin rechistar.
Era la primera salida de ambos en un barco de la Armada. Estaban emocionados por el hecho de salir al mar como auténticos soldados.
Natasha había sido designada a navegación debido a las dotes que tenía para planificar rutas y estrategias. Mientras Enzo estaba en cubierta controlando la tensión de las velas, cuando el vigía avistó un barco pirata. Al ver la bandera gritó: Son los piratas Iller!
Natasha al escuchar el nombre de los piratas se estremeció y quedó paralizada. Enzo la vio y se dirigió hacia ella. No entendía que con lo valiente que era estuviera asustada de esos piratas.
A cogió de los hombros y la sacudió con fuerza para que reaccionara. Escuchaba sus balbuceos
- No estoy preparada contra ellos
- Son piratas como los que nos enfrentamos, un sólo barco en lugar de 7.
- No lo entiendes, son ellos el motivo por el que estoy aquí.
- ¡Entonces lucha contra ellos! - tirando de ella para que se moviera del sitio
Frettchen lo miró. La tristeza de sus ojos se hizo más profunda y recordó...
Era una niña pequeña, de unos 6 años. Vivía en el mar, en un barco maravilloso con su familia. Sus padres la querían con locura y le decían que de mayor sería como ellos. Libre en el mar.
Lo que no era consciente es que sus padres eran piratas. Unos piratas de los más crueles y sanguinarios, los piratas Iller. Un día asaltaron una población. Tras reducirla y prenderle fuego a bastantes casas decidieron sacar a su hijita a pasear. A dejaron correr, a que inspeccionara las casas y en unas de ellas se escuchó un grito. La niña había encontrado una muñeca en las manos de otra niña de su edad, que estaba escondida en un rincón. Ella quería coger la muñeca y quedársela y como la otra niña no la soltaba llamó a sus papás. Cuando estos llegaron, la sacaron de la casa y le dijeron que conseguirían la muñeca. Al cabo de unos minutos se escuchó un ruido y salió su mamá con la muñeca en los brazos. Se la dio con todo su cariño y ella se puso a jugar.
Al cabo de un rato quiso devolverle la muñeca a la niña que la tenía y fue para la casa. Al acercarse a la niña vio que no se movía. Tenía el pecho con una herida de espada que la atravesaba. No entendía que le pasaba, quería jugar con ella y se puso a llorar ya que no tenía una amiguita.
Su padre vino a buscarla y le dijo que la niña se lo merecía al ser hija de un marine. Sin entender el motivo, volvió a la nave con su familia.
Años más tarde fue consciente de lo que había pasado. La niña había muerto por su culpa, por su capricho de jugar con una muñeca. Una niña inocente hija de un marine. Soñaba con su cara y con la muñeca y se sentía que la había matado ella. Fue cuando decidió que escaparía de esa vida y lucharía por defender a los inocentes de gente como sus padres.
- Tienes razón. Es hora de expiar mi pasado
Y se fue con Enzo a luchar contra ellos. Enzo se sintió feliz de haber visto un brillo en los ojos de Natasha y de ver como había vuelto a ser la chica valiente que conocía.
Los piratas tenían ganas de sangre, y todavía estaban más excitados pensando en hacer correr la sangre de los marines. La lucha era cruenta en las cubiertas de los dos barcos. Enzo saltó al barco pirata y empezó a luchar bravamente contra un espadachín. Intercambiaban golpes a diestro y siniestro sin que ninguno de los dos obtuviera ventaja. Natasha también fue al barco pirata, pero en lugar de quedarse en la cubierta, se internó buscando el depósito de pólvora. Conocía el barco de memoria por lo que le fue muy facil llegar a su objetivo. Pero no se esperaba encontrarse con alguien...
- ¡Talia! Maldita hija. Así que te uniste al esos – dijo un hombre fornido de cabellos rojos, su padre.
- Ya no soy Talia. Eso se acabó. Y voy a acabar con esto, cueste lo que cueste.
- Entonces te mataré maldita marine.
Y se lanzó contra ella. Por suerte, el teniente Razo había seguido los movimientos de la soldado cuando se había internado en la nave. Sospechaba algo al ver como esquivaba a la gente y como llegaba lo más rápido posible al sitio que buscaba, como si conociera el barco de memoria.
He hizo lo más sencillo, disparar al pirata, dejándolo muerto en el sitio.
- ¡Teniente Razo! Por favor, déjeme acabar mi cometido y le explicaré todo. Usted decidirá luego que hacer conmigo. Pero esto tengo que hacerlo, pase lo que pase después.
- Esperaré tu explicación cuando volvamos a base, girándose para regresar a la cubierta.
Natasha cogió bastante pólvora y la puso en varios sitios que sabía que provocarían agujeros en el barco suficiente para que se hundiera. Prendió fuego en los diferentes rincones y subió corriendo. Agradeció el entrenamiento que había hecho con Enzo y avisó a los pocos marines que estaban en el barco pirata de que se prepararan para saltar al agua o volver a su barco.
La lucha de Enzo contra el espadachín continuaba, pero se notaba que la falta de tácticas de combate contra piratas le estaba haciendo quedar peor. Tenía un brazo herido pero seguía luchando. Cuando Natasha apareció en la cubierta vio lo que estaba pasando y decidió ayudar a Enzo. Al acercarse, el pirata sonrió despectivamente.
- Vaya, hermanita, por fin nos volvemos a ver
Enzo se sorprendió por el comentario y bajó la guardia. En ese momento el pirata atacó contra él y habría conseguido su objetivo si Natasha no se hubiera interpuesto.
- ¡Que haces Natasha! Fue la reacción de Enzo. Y dicho esto, de un movimiento decapitó al pirata.
Del cuello del pirata cayó un colgante, idéntico al de Natasha. Lo cogió y lo guardó en su bolsillo.
- Pagar por mis pecados, y dicho esto se desplomó en la cubierta.
Cuando se despertó se encontraba en la base de la marina. Gracias a lo que había hecho el barco pirata se había hundido. A su lado Enzo estaba velándola. Él la había sacado de la cubierta llevándosela en brazos al barco de la marina. Allí el teniente Razo se encargó de que la atendieran lo más pronto posible. La herida no había dañado ningún órgano vital. Así que le pidió a Enzo que la acompañara a ver al teniente Razo y que se quedara con ella. Quería explicarles algo a ambos, algo que cambiaría definitivamente la vida de ella. Enzo la cogió del brazo y fueron juntos al camerino del teniente.
- Teniente Razo, se presentan la soldado Natasha Frettchen y el soldado Enzo Löwe.
- Adelante, pasen.
Los dos pasaron y cerraron la puerta tras ellos. Enzo se quedó a la entrada, mientras Natasha avanzaba hacia el centro de la habitación.
- Le debo una explicación. Mi nombre de nacimiento es Natalia Iller. Nací en ese barco pirata y era la hija del capitán. En cuanto al pirata al que decapitó el soldado Löwe era mi hermano. Huy de esa vida tan pronto pude y juré que no permitiría que mataran a mas inocentes. Por mi culpa, cuando tenía 6 años murió una niña. Yo solo quería su muñeca y no era consciente de lo que pasaba.
No paraba de soñar con ella, con su carita asustada y luego fría sin moverse.
El colgante del cuello que llevó es el icono de mi familia. Iller significa hurón. Cuando huí, me cambie el nombre, de Natalia Iller a Natasha Frettchen.
Acepto mi castigo, por ocultar mi ascendencia, pero al menos ahora me siento tranquila con mi consciencia. No volverán a matar a más gente.
El teniente Razo y Enzo escucharon atentamente lo que había confesado. Había hablado mucho más en esos minutos de ella misma que en todo lo que llevaba en el cuartel.
- La sangre no se escoge, los actos si. No me importa el pasado que tuvieras. La tal Natalia Iller no existe en ningún sitio y no queda nadie que pueda hablar de ella, por lo que para mi eres Natasha Frettchen, una soldado modelo. Y para que sepas algo, todos tenemos algo que ocultar. Te diré que mi hermana es una pirata, pero eso no evita que el día que me haya de enfrentar a ella la capture y haga que pague sus crímenes. Eres una marine de corazón y pensamiento, crees firmemente en la justicia. Ojala todos los marines fueran igual a ti.
- Gracias teniente por sus palabras.
- Espero que esta conversación no salga de esta habitación. Creo en la discreción tuya y espero que tu compañero pueda mantenerla.
- No se preocupe, teniente, de mi boca no saldrá palabra alguna – fue la contestación de Enzo.
- Retirense soldados, y marine: haga reposo para recuperarse totalmente. No nos vale un marine lisiado para seguir luchando contra los malvados piratas.
- A la orden señor!
Dicho esto los dos se fueron del cuarto y volvieron a la enfermería, donde una Natasha se sumió en un sueño reparador. Soñó con la niña y esta vez, la niña le sonreía y le daba las gracias.
