Uuum… mi
segundo fic… Los personajes no son míos (tururú….)
pero bueno, es lo k hay xD para todos los amantes del SHONEN-AI, es
muy ligero y bastante fluffy. Si no te gusta la pareja Sirius x
Remus, no te lo recomiendo u
Se van intercalando párrafos
del punto de vista de Remus y Sirius, por eso la historia parece
retroceder en algunos minutos.
UNA LÁGRIMA SOBRE EL LAGO – SB X RL
Sirius
daba vueltas y vueltas sobre su cama. El ruido que hacía al
girar no lo dejaba dormir; le parecía molesto, irritante. Pero
no era culpa de Sirius, y eso bien lo sabía: era culpa de la
Luna, de esa maldita luna que afinaba sus sentidos. Faltaban dos días
para la transformación, nuevamente debería huír
en secreto… no quería, no quería hacerlo.
Era el
turno de Remus para no dejar de girar sobre sus sábanas. Y
aunque los pensamientos del licántropo se hallaban lejos, dos
días más tarde; los de Sirius se situaban en esa misma
habitación, en el joven quinceañero que no podía
dormir, al igual que él. Poco a poco, Sirius había
comenzado a comprender que se sentía cada vez más y más
atraído por él. Por su sonrisa distraída, sus
ojos melancólicos, su pelo desordenado… todo, todo Remus le
encantaba. Y obviamente, no le había dicho nada. (Siempre
sucede…) Aunque no era porque no lo hubiera intentado, ua vez había
estado a punto de besarlo… Y Remus salió corriendo,
dejándolo ahí plantado, con una cara de PLOP que habría
hecho las delicias del mismo Pepo (N/A: quienes hayan leído
Condorito entenderán xD). Se volteó por última
vez, algo sonrojado por el recuerdo del incidente, antes de quedarse
profundamente dormido.
Remus se sentía pésimo. No había podido desayunar (solo había logrado conciliar el sueño a las 3 a.m., sin despertar hasta las once) y se había salvado del castigo sólo porque Sirius había dicho que estaba enfermo.
Sirius…
Siempre
era tan considerado con él, tan tierno… aunque a veces
rayaba en el exceso. Recordaba la vez que él había
estado a punto de besarlo. Ahora lograba aceptar que no le habría
molestado, pero en el minuto le entró un miedo terrible,
acompañado por una maldita reacción de su parte
licántropa, o sus "instintos animales", como los llamaba
para él mismo. El resultado fue salir corriendo. Si se quedaba
ahí, corría riesgo de violarse a Sirius… si no lo
violaba él primero. "Que ya tengo quince años,
joder!" fue lo que se dijo así mismo cuando enrojeció
como un tomate al pensar en eso.
A la hora
del almuerzo, Sirius intentó otro acercamiento con Remus.
Resultado: su codo en la sopa del licántropo; James en el
suelo, retorciéndose de la risa; Peter con cara de "¿me
perdí de algo?" y el mismo Remus entre asustado y muerto de
la risa.
Decidió que eran suficientes acercamientos por
esta semana, y que lo mejor sería esperar el momento adecuado.
O por lo menos decirle lo que sentía por él antes de
intentar besarlo, podía ser una buena idea. Sería al
día siguiente. Se lo diría.
Sería
al día siguiente. La maldita transformación. No tenía
ánimo para nada, las clases ya habían terminado, y se
había dedicado a vagar por el bosque prohibido. Luego de tanto
deambular, llegó al lago. Se sentó al borde de éste,
contemplando la superficie cristalina, azul… como sus ojos. Como
los ojos de Sirius, con su pelo negro y su personalidad divertida,
presumida y a veces soberbia. De golpe, una idea llenó su
mente: Claro, él amaba a Sirius, pero… ¿y Sirius? …lo
amaría a él? Titubeó un segundo.
Pues no,
claro que no. Porque aunque no lo supiera… ¿Quién
podría amar a un monstruo como él?
¿Quién
podría amar a un licántropo?
Habían
pasado 10 horas, 35 minutos con 27 segundos (y contando) y Sirius aún
no había siquiera intentado declararse a Remus. No hallaba
cómo decírselo, tenía nervios, angustia, incluso
miedo. Pero debía hacerlo.
Se decidió a seguir a
Remus. No lo encontró a pesar de que lo buscó por
espacio de unas 2 horas. Cuando salió del castillo, casi
dándose por vencido, lo divisó acompañado de
Mme. Pomfrey, acercándose al sauce boxeador. Sirius
palideció. ¿Qué era eso? ¿Un castigo?
¿Estaban todos locos o qué?
El sauce estaba a punto
de golpear a Remus, pero de improviso se detuvo. Logró ver que
Mme. Pomfrey había deslizado una rama hasta tocar el tronco
del sauce, haciendo que Remus se escabullera bajo las raíces
del árbol. Acto seguido, se oyeron gritos, alaridos que
perforaban los oídos de Sirius, al igual que su corazón.
Mme. Pomfrey regresó corriendo al castillo, pero no logró
ver a Sirius, quien se había escondido en un armario de
escobas. Comenzó una lenta asociación de ideas dentro
de su cabeza: Remus, lo enfermo que se veía, sus
desapariciones, los alaridos, la luna llena. Era bastante claro:
Remus era un licántropo.
Sólo segundos después,
logró ver el error en la oración y corregirlo: Su
Remus era un licántropo.
Sirius se quedó dormido en el armario. Despertó unas horas después, en los últimos minutos de luna. Salió con mucho cuidado de su escondite, dirigiéndose al sauce boxeador. Cuando iba a comenzar a buscar una rama para detener al sauce, éste se quedó como congelado. Lentamente, Remus comenzó a asomar desde las raíces del sauce. Se veía cansado y maltrecho. Y de repente, levantó la vista, encontrándose con un par de ojos azules fijos en él. Palideció. Se miraron unos segundos, y luego el licántropo salió corriendo.
La
transformación había sido peor que de costumbre. Se
sentía cansado y abatido. La gota que colmó el vaso,
fue encontrarse con Sirius, verlo ahí parado mirándolo,
mirando de lleno a la verdad, mirándolo a sus ojos de hombre
lobo. Sólo pudo correr, correr y correr, sin saber a dónde
dirigirse, dónde podría finalmente dejarse caer. Se
sentía pésimo. Su amor, el único amor de su
vida, había averiguado la verdad. (Sólo días
después se permitió pensar, no sin cierto sarcasmo, que
Sirius habría sido un idiota de no haberse dado cuenta de
ello, con toda la evidencia que había.)
Finalmente, llegó
al lago. Se desplomó en la orilla, triste como nunca antes,
mientras lloraba con todas sus fuerzas. El sol comenzaba a iluminar
la calma superficie del lago. Levantó un poco más la
vista en la superficie gris, para ver como aparecía la silueta
de Sirius, jadeando y atónito, a poca distancia de él.
Remus…
No te me acerques. – murmuró el aludido entre dientes.
Pero Remus… - Sirius acercó su mano al hombro del licántropo.
¡NO TE ME ACERQUES! – Remus apartó el brazo tan bruscamente que perdió el equilibrio y cayó al lago. Al emerger a la superficie parecía más enojado y triste que nunca.
¡¿AHORA LO SABES, NO! ¡¡PUES SÍ, SOY UN LICÁNTROPO! ¡¡UN MONSTRUO! ¿¡PARA QUÉ HAS VENIDO? ¡¿PARA DECIRME QUE ME ODIAS! ¡¿QUE NO ENTIENDES CÓMO HAS PASADO TANTO TIEMPO CON UNA CRIATURA SEMEJANTE! ¡¿O QUE-
Nada de eso. – lo cortó Sirius. – No vine a decirte nada de eso. Yo siempre voy a estar a tu lado. – Se acercó a Remus, ofreciéndole su mano para salir del lago. Remus lo miró un segundo y luego apartó la vista, sin tomarla.
Pero Sirius, yo… soy un hombre lobo…
Y no me importa para nada. – Remus volvió a alzar la vista, sorprendido: Sirius le sonreía. Devolviendo el gesto, tomó su mano y salió del lago. Aprovechando al situación, Sirius lo acercó más hacia él, y le susurró al oído
Remus… yo te amo.
Y mirando sin ver los ojos vidriosos del licántropo, Sirius comenzó a besarlo, de la manera más tierna que ninguno de los dos había experimentado jamás. Al terminar el beso, lentamente, se miraron.
- Yo también te amo, Sirius.
Y sonriendo, emprendieron el viaje de vuelta al castillo.
Yyyyy? K les pareció? Muy meloso? Final muy abrupto? Si tienes alguna critica o consejo o lo k se te ocurra, no dudes en dejarme un review!
