Disclairmer : Los personanes no me pertenecen , son de la Escritora S.M , las trama es mía xD


¿Quieres ser mi ángel?

La suave brisa nocturna alborotó mi cabello castaño, dándome un aspecto casi sensual, hoy me sentía hermosa y sobretodo decidida, había escogido esta noche sin luna y lejos de la muchedumbre, para hacerme el amor.

Sin duda hoy era mi noche y no la desperdiciaría pase lo que pase.

Caminaba lentamente por el cuarto recién alquilado, pensando en mis amigas, Alice, Rose, que seguramente estarían arreglándose para irse de fiesta, yo por mi parte, solo vestía una diminuta bata de seda negra que había comprado especialmente para este día.

Me dirigía a hacia mi lecho de sabanas rojas cuando fui interrumpida por el sonar de la puerta.

- ¿Edward? , ¿Deseas algo? – Nunca antes me había percatado de que Edward tuviera los ojos tan verdes, era casi hechizante mirarlo por mucho tiempo, así que, desvié la mirada.

- Nada linda quería saber, si cambiabas de opinión e ibas con nosotros a bailar – me sonrió tan dulcemente, tenía un rostro tan exquisito que se me antojó en demasía.

- No, hoy tengo otros planes – sonreí interiormente- me quedaré aquí, no te preocupes no me pasará nada malo- al contrario buenísimo, sublime, riquísimo es lo que me esperaba en mi alcoba con aquel juguete que una gran amia, que amiga, hermana Alice me obsequió.

- ¿Así? – Preguntó suspicazmente- ¿qué clases de planes?- preguntó entrando sin ser invitado a mi habitación y sentándose en mi lecho de pasión.

- Planes, que solo me incumben a mí y que a ti no te importan, porque no mejor te- oh mierda que era lo que tenía entre sus manos- ¿Qué es esto? – interrogó tratando de sacar de su refugio de tela ámbar a mi "amiguito"- NADA-chillé rápidamente y me apresuré a correr para arrebatárselo de las manos pero él ya lo había sacado de su cobijo y ahora se encontraba echado en mi cama carcajeándose, está de más decir que me puse roja como un tomate.

- Sí que la vas a pasar bien, pero, pero ayudarte con eso. – su mirada provocadora, no se comparó en nada cuando en menos de unos segundos me abrió la bata y descubrió que nada tenía puesto debajo de esta.

-¿Sabes que le hago justicia a mi pequeño apodo? Se regodeó mientras pasaba el vibrador por encima de mi intimidad.

-¿Quieres ser mi ángel? No me hagas reír.

- Puedo hacerte volar y llegar al cielo con mis alas – era casi imposible evitar ver sus ojos tan brillantes y llenos de lujuria.

- ¿alas? Prefiero tu lengua.


espero les haya gustado