[Uruha (The GazettE)xIsshi(Kagrra,)]

Utakata . ¿Cuántas veces podía haber escuchado esa canción? La tenía ya clavada en el cerebro y la seguía oyendo sin parar. No lo podía evitar, y tampoco quería evitarlo. Tener esa voz perfecta metida en el cerebro era algo delicioso para él.

Paró en un nuevo semáforo y volvió a darle a la tecla del CD del coche para que la canción volviera a empezar de nuevo.

Al llegar a la compañía, podía haberla oído cerca de unas 7 veces. Y, mientras cerraba el coche, aún la tarareaba en alto.

Había llegado justo a tiempo, los de Kagrra parecían haber acabado justo de salir y aún se despedían en la puerta. Mejor; sabía que a Isshi no le gustaba esperar, Aceleró el paso hasta llegar a ellos.

–Buenos días. ¿Cómo estuvo vuestro ensayo? –saludó cortésmente.

–¡Hola! –contestó Nao sonriente–. Bien, bien, ¿vosotros no ensayasteis?

–Sí, pero en casa de Kai, creo que los vecinos nos odian. ¿Os puedo robar a vuestro vocalista por hoy?

–Sí, llévatelo todo el tiempo que quieras.

–¡Nao! –dijo Isshi mientras miraba con enfado a su compañero– ¿Mi opinión no cuenta?

–No –Nao y los demás rieron, pero Isshi caminó enfurruñado al coche de Uruha, seguido por éste que se despedía contento con la mano de los demás de Kagrra.

–¿Por qué sigues insistiendo? –Dijo Isshi cuando los dos ya estaban dentro del coche.

–¿Por qué no? –Uruha arrancaba e Isshi miraba por la ventanilla.

–Ya te he dicho que no quiero tener una relación contigo, no entiendo que sigas insistiendo.

–Quizás algún día cambies de opinión.

–No tienes que venir a buscarme cada día.

–Quiero ir a buscarte cada día.

Todos los días que Uruha podía ir a buscarle, Isshi y él tenían alguna conversación de ese estilo; pero Uruha sabía que cuando él no podía ir el otro le extrañaba. Lo sabía porque se lo habían dicho los compañeros de Isshi: especialmente Nao era amigo suyo y hablaban mucho de Isshi, Nao le contaba cada vez que el otro hablaba de él en los ensayos o como esperaba que lo llamase cuando iba de gira, y cómo se enfadaba todo el día siguiente si no lo hacía.

Uruha sabía que poco a poco iba metiéndose en el corazón del vocalista, aunque éste fuera demasiado testarudo para comprenderlo. Él lo quería mucho, le gustó desde la primera vez que lo vio, cuando The GazzetE entró en la compañía y los Kagrra se ofrecieron a hacer de anfitriones. Entonces Uruha era muy joven y seguía a un adulado Isshi por todos lados. Las cosas cambiaron con el tiempo, Uruha se enamoró seriamente del vocalista, pero éste hacía oídos sordos, así que el gazzeto siempre rondaba a Isshi, incluso el vocalista había tenido algún problema con sus parejas por culpa de él, entonces el guitarra se apartaba y esperaba hasta que Isshi volviera a estar libre para volver a intentarlo. Se había dado tantas veces con la misma piedra que esperaba haber abierto ya un caminito. Sólo necesitaba una señal.

–Mis compañeros piensan que debería salir contigo –Isshi rompió el cómodo silencio en el que estaban, pero no dejó de mirar por la ventana en ningún momento.

–Tus compañeros tienen razón.

–¿Y qué haría yo cuando te cansaras de mi y te fueras?

–No me cansaré de ti y lo sabes. Llevo años detrás de ti.

Uruha paró el coche delante de la casa de Isshi y se bajaron. Dieron de nuevo en silencio los dos pasos que separaban la puerta de la casa del coche y Uruha sonrió a modo de despedida y se giró.

–Kouyo.

–¿Sí?

–..., no dejes de insistir, por favor –la señal.

–No lo haré –Uruha se giró y rápidamente estaba delante de Isshi. Antes de que el otro se pudiera arrepentir, tomó su rostro con ambas manos y lo besó con todo el amor que sentía en ese momento, tratando de transmitírselo al vocalista, que le correspondía torpemente el beso.

Uruha se separó y pudo ver que Isshi sonreía con timidez, lo agarraba de la mano y lo llevaba hacia dentro de la casa. Hoy era un día diferente después de todo.