*EL REFLEJO*
por Aneth
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
NOTA:
Los personajes de Card Captor Sakura
le pertenecen pura y exclusivamente a CLAMP.
Este fanfic es realizado sólo son fines de entretenimiento.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
CAPÍTULO 1:
EL FANTASMA
No sé cuándo llegó aquí.
Es más, aún no estoy segura de que en verdad todavía él esté en este lugar. Incluso una vez se me cruzó por la cabeza que podría ser "ella", ¿por qué no? Aunque ahora definitivamente me inclino por la otra opción. Porque después de todo lo que pasó, en verdad sé lo que es...
¿De quien estaré hablando se preguntarán? Pues, ni yo lo sé bien exactamente.
Les confieso que siempre les tuve miedo a los fantasmas. Eso es porque desde niña solía sentir que en mi casa había seres, montones de ellos. Y que estaban ahí, aunque no podía verlos, ni tampoco notaba hacían nada fantástico, como mover objetos de lugar y ese tipo de cosas. Yo sólo sentía que existían.
Recuerdo que solía despertarme por las noches gritando de terror, porque sentía que rondaban a mi alrededor. Por mucho tiempo tuve pesadillas, y tenía medio de apagar la luz quedándome en completa oscuridad, porque cuando hacía eso, era cuando más los escuchaba. Mi madre me decía que era el crujir de los muebles, que eso era sólo producto de mi imaginación, que no había nadie. Pero había algo en mi interior que me señalaba que no era algo imaginario. Que era algo más.
Afortunadamente para mí, ese terror que me acechaba en las noches desapareció con el tiempo, y sólo pensaba en fantasmas cuando alguien hablaba de ellos. He escuchado muchas historias, algunas imposibles de creer y otras no tanto, cuya trama me hacía dudar y pensar cierto tiempo a veces. Incluso llegué a creer que estaba loca, que veía cosas o sentía cosas que quizá no debería sentir. No es que me creyese una médium o algo por el estilo, sólo que tenía que dejar de creer que esas cosas existían de verdad, "que sólo les pasan a otros", precisamente por eso, porque eran historias.
Y así lo hice. Hasta que lo sentí a él.
Recuerdo ese día como si fuera ayer. Fue una vez en que mi perro, de nombre Kero, comenzó a ladrar fuertemente en la sala del comedor. Como era raro que mi mascota ladrara de esa manera tan atemorizante, salí de mi habitación y bajé corriendo las escaleras para ver lo que sucedía. Escuché entonces cómo Kero se había ido sollozando sin ninguna razón aparente a mi parecer, ¡ya que en el comedor no había absolutamente nadie!
Al principio pensé que había sido el tonto de mi hermano quien le gusta asustarlo para divertirse, pero recordé en ese momento que él tenía trabajo extra en el restaurant donde estaba, por lo que luego de buscar a mi perro un tiempo más, me senté en el sofá del living pensando qué demonios le había ocurrido al pobre de Kero para salir huyendo de esa manera.
De repente volví a tener esa antigua sensación extraña, percibiendo aquella fuerte energía rondándome. Miré a mi alrededor y asustada vi que no había nadie, que continuaba sola.
"U-Un fa... fantasma...", fue lo primero que pensé horrorizada mientras intentaba tranquilizarme.
Recordé entonces lo que sentía cuando era niña en este tipo de situaciones y me quedé congelada. Cerré lentamente mis ojos y calmándome agudicé mis sentidos para experimentar eso que hacía mucho tiempo que no percibía: el sentir que había alguien.
Supe en ese momento que ese "alguien" estaba mi lado, y una suave brisa chocó contra mi mejilla. Por primera vez en mi vida no tuve miedo. No entendía por qué, pero aquella brisa se sentía muy bien.
De pronto, esa sensación desapareció tan rápido como había aparecido. Me quedé completamente quieta y miré hacia mi alrededor aun buscando una explicación. Sonreí sin darme cuenta, sabiendo que no iba a ser la primera y única vez después de tanto tiempo que iba a sentirme de aquella forma tan extraña.
Y tuve mucha razón.
Ese fue el comienzo de una gran cantidad de "encuentros", pese a que no podía verlo, entre aquel fantasma y yo.
"Shaoran", como yo lo llamaba, venía a visitarme muchas veces, mientras hacía mi tarea, comía o miraba televisión. También cuando iba a reflexionar sola a mi habitación, yo sentía que élestaba presente. Intentaba imaginarme qué era lo que hacía, para estar rondándome por tanto tiempo y sin siquiera tratar de hacerse notar. O por lo menos es lo que pensaba que hacían los fantasmas: "llamar la atención de los vivos". Eso creo...
Si me preguntan el por qué de su nombre pues, lo he sacado de uno de los libros de historia china de mi hermano. Y sí, él estudia aquello en sus horas libres, aunque todavía no entiendo cómo es que posee tiempo para hacer eso si trabaja en tantos lados. En fin, me pareció que le sentaba bastante bien, aunque lo adapté para que sonara algo japonés. En chino "Xiao Lang" sonaba bastante difícil... y también es probable que él no se encuentre de acuerdo conmigo por haberle puesto un nombre sin su permiso.
Quizá él ya tenía uno... Y es una lástima que yo no sepa cuál es. Pero me conformo con que para mí sea simplemente Shaoran.
Me encantaba cuando élaparecía, ya que un extraño escalofrío me recorría de pies a cabeza y una corriente de aire me acariciaba suavemente el rostro, aunque no hubiese viento alguno. Me ponía inexplicablemente feliz en ese entonces, y al día de hoy que me sigo sintiendo de esa manera. No sé bien por qué, pero supongo que es porque muchas personas no tienen la paciencia de escuchar ni sentir "más allá". Me siento en cierta manera algo... afortunada.
Porque no le tengo miedo.
Aunque parezca algo increíble, muchas veces me siento expectante, para ver si Shaoranse me aparece físicamente. Incluso me miro al espejo, con la esperanza de que se refleje a mi lado pero nada de eso ocurre jamás.
Como una tonta apoyo mi mano sobre el cristal. Me río siempre cuando me acuerdo de eso, como si pudiese ver algo más aparte de lo que se refleja normalmente en la superficie. No sé por qué lo hago, tal vez porque sigo esperando que algún día mi mano no sea la única que se refleje en ese espejo.
Sólo tuve la oportunidad de ver a mi Shaoran en sueños. Aunque no del todo, es decir, nunca vi su rostro, sólo su oscuro cabello color chocolate. Pero me despierto feliz cuando sueño con su presencia, y esa sensación perdura hasta cuando ya estoy despierta. Como si quisiera decirme que existe de verdad y que no es un sueño pasajero.
Cuando me visita mientras estoy durmiendo y siento ese común escalofrío, lo veo entre borrosas imágenes acercarse a mi lecho, acariciando mi mejilla e incluso darme algún que otro cariñoso beso. Podemos estar en cualquier lugar y tiempo, por aquella maravillosa libertad que tenemos en ese instante, y disfruto como nunca el estar entre sus cálidos y fuertes brazos.
Pero cuando el sueño termina y debo despertar, aunque continúe percibiendo esa maravillosa presencia, sé que no es más que una ilusión, que es imposible sentir esto que estoy sintiendo. Aunque lo viese... aunque tuviese la oportunidad de tenerlo frente a mí, no podría tocarlo ni sentirlo como lo hago en mis sueños.
Porque es un fantasma.
Mi fantasma.
Pero un fantasma al fin.
Y aunque lo intente, porque juro que de veras lo intento, el encontrar a alguien, a algún "ser vivo" que se le parezca en la realidad, no la hay. No encuentro a nadie que sea como él.
Y lloro. Por Dios, si he llorado tantas veces por algo por lo que no tiene sentido llorar.
Yo... ¿enamorada de un fantasma? Ahora sí que entré donde no tenía que entrar, y metí mi nariz en donde no la tenía que meter.
Y los días pasan... Y ese sentimiento no logra disminuir en lo más mínimo, sino que cada día se hace más fuerte.
Lo que más deseo en el mundo es que mi Shaoran exista de verdad, que no sea un espectro, que lo que vivo en mis sueños se haga realidad. Poder tocarlo, abrazarlo y que me bese como lo hace cuando me visita por las noches. Deseo saber el color de sus ojos, y que me miren fijamente como siento que lo hace todos los días.
Me pregunto si sabe lo que siento por él. Si tiene alguna idea, o si sólo sigue haciendo lo que hace porque no tiene nada mejor que hacer.
Y lo peor de todo ahora es, que hace mucho tiempo que no sé de él. De alguna manera eso me pone muy triste, porque siento que está ahí pero no me visita en sueños como lo hacía antes.
Me pregunto también si se habrá cansado de mí, si se dio cuenta al igual que yo que esto no tiene el mayor sentido. Que el seguir adelante es en vano, que es tiempo perdido.
Porque a mí sólo me queda esta vida y a él una solitaria eternidad.
Muchas veces me domina el miedo y recuerdo aquellas historias aterradoras que me contaban mis amigas. ¿Y si élse convirtiera en uno de esos espíritus malignos? No, eso sería imposible. Él no me lastimaría. Nunca.
– ¿Verdad que tengo razón? – pregunto al aire, con la esperanza que él escuche lo que estoy diciendo, pero creo que en verdad mis palabras se las lleva el viento.
Hoy es 2 de enero y debo terminar de empacar para irme por unas semanas a la costa de vacaciones. Shaoranno va a venir. Porque nunca lo hace. Como si quisiera cuidar la casa, o algo parecido, élnunca me sigue a donde voy.
Así que terminé de empacar mis maletas y me dirigí a la salida de la habitación, no sin antes dar media vuelta y mirar al vacío.
– Hasta pronto –saludé a la nada.
Aquello se me había hecho costumbre. Solía saludar cada vez que llegaba o me iba de casa, aunque sabía bien que probablemente no obtendría una respuesta.
Tal como ansiaba, sentí esa suave brisa sobre mi cara respondiéndome, y miré fijamente al gran espejo al lado de la ventana. Sin saber por qué, una sonrisa se dibujó en mi rostro antes de abandonar la habitación. Él sí me había oído.
Y mientras bajaba las escaleras me di cuenta que tenía que seguir creyendo.
"Sólo lo sé...", me dije.
Al igual que sabía lo que sentía. Y que no era producto de mi imaginación, que era real, que él existía en mi corazón.
Porque sabía que algún día no habría dolorosas barreras interponiéndose entre nosotros.
Y nuestros reflejos aparecerían finalmente dibujados en el cristal de aquel espejo.
Mi Shaoran y yo juntos, para siempre.
-FIN DEL CAPÍTULO 1-
Comentarios de la autora:
Bueno, he aquí otra de mis locuras, y digo "otra" en lugar de "la segunda" de mis locuras porque en realidad escribí muchas más... n.n jeje, aunque eso no significa que las haya subido, como se habrán dado cuenta XD
En fin, este capítulo fue bastante corto en comparación a los que suelo hacer. Está narrado en primera persona desde el punto de vista de Sakura, y el siguiente es desde el punto de vista de Shaoran. Sólo son dos los capis oficiales de esta mini-historia (porque ya les dije, sólo planeé un one-shot) pero imaginando e imaginando, ya me he maquinado la continuación XD jajaja, así que depende de ustedes si desean que la siga o no (me refiero a si es de su agrado :D)
Y otro pequeño detalle, fue que la fecha en la que Saku se va de vacaciones coincide con la fecha en la que subo esto XD ¿casualidad? O.o ¡Hace mucho tiempo que esto lleva escrito en mi computadora! Pero no planeé subirlo para que el día coincidiera (me di cuenta mientras lo editaba para subirlo). Eso fue extraño...
Muchas gracias por haber leído hasta acá, y si te ha gustado, te pido por favor que me dejes tu comentario! (esta historia, aunque pequeña, ¡es muy importante para mí!)
Besos a todos, y se me cuidan!
Aneth n - n
