¡Feliz 2010! Este año lo inicio subiendo un pequeño Drabble dedicado a Caprica y Kasiel-16, quiénes comparten el gusto por esta hermosa parejita *¬*.

Si lo ven, son sólo 406 palabras (415 según fanfiction) pero juro que me costó muchísimo redactarlo... .-. no soy muy buena escribiendo cosas cortas (en sí, lo más corto que tengo son viñetas de otro fandom)

Sin más que decirles, espero que disfruten la historia.


Disclaimer: Los personajes de Shamán King pertenecen a Horoyuki Takei.


-Visual-

Ella se acercó decidida a terminar con toda la farsa. Él la miró por unos minutos y entendió todo. Ninguno de los dos habló, no hacía falta. En su mundo de dos, las palabras carecían de sentido.

Len permaneció en silencio, mirando la inmensidad del cielo nocturno. Anna soltó un quejidito inaudible y se cruzó de brazos.

–¿Cuándo será?– soles dorados buscaron nubes negruzcas, la falsa indiferencia brilló en su voz.

La sacerdotisa le devolvió una mirada viperina, el viento endulzado a primavera le meció el cabello.

–Pronto.– respondió con la apatía que la caracterizaba.

Len asintió desganado, pero ya no volvió a contemplar al cielo. Guardó en cada uno de sus recuerdos la figura de aquella mujer que amó desde la más profunda distancia.

Anna cerró los ojos y se apoyó contra algún árbol olvidado, pedazos de tardes agradables llegaron a su fin.

Jamás se besaron, jamás mezclaron sus colores. El ridículo amor que entre sí tenían, dejaba que el silencio hablará por ambos.

Miradas. Eso era todo lo que les quedaba porque entre tantos "te amo" nunca pronunciados, los momentos que compartieron morirían desplazados en un banal intento de aliviar el dolor.

Se sintió viva, se sintió querida, nunca lo dijo, ahora todo eso le parecía demasiado lejano. Amantes cósmicos separados por decisiones ajenas, estrellas nebulosas riendo de la desdicha.

–¿Te irás?– la fría voz de la sacerdotisa, sacudió a la noche entera.

Un suspiro alargado se adelantó a cualquier respuesta, la luna pálida fue confidente de la frustración.

–Quizás.– respondió él meneando la cabeza. –Si no es muy evidente para los demás.–

Y aunque todos sabían que entre Anna y Len pasaba algo, nadie se atrevió a remarcarlo. El temor por la integridad de sus cuerpos, impedía a terceros interrumpir esa bonita historia que nunca debió funcionar.

Él apretó sus puños odiando a su amigo. Ella dejó que la noticia taladrara su interior abriéndole un gran hueco de punzante odio.

El amor después del amor adío cómo una quemadura y Anna ya sabía de eso. Girando sobre sus talones, volvió a la pensión, dónde su futuro marido dormía desconociéndolo todo.

Risas reprimidas, llantos ahogados, sentimientos que jamás verían la luz. Con la obscuridad cómo única confidente y el alma entumecida por la simulada apatía tachó aquel hombre de su mente y lo envío lejos, a la lista de nombres a olvidar.

El silencio habló con un sonido afónico, las buenas mujeres hacían felices a sus maridos.


¿Vieron algún error? ¿Alguna incoherencia que mi quemado cerebro ya no procesó? Entonces pueden hacérmelo saber, nn acepto crítica constructivas.

La historia en sí es cortita, y no tiene continuación. Forma parte de una serie de drabbles que debí subir hace ya mucho tiempo y que por alguna razón volví a encontrarla en su borrador original. Espero que la disfrutarán tanto como yo al corregirla, nn y que este nuevo año comience bien para todos.