Historia situada a partir del capítulo 4x19. Beckett reconoce recordar todo del día que la dispararon. En esta historia, como se verá más adelante, después de que Beckett recibiera el disparo, lograron dar con el culpable aunque no llegaron a encerrarlo, como querían. Para ello tendrán que esperar a que el senador cometa un error (la historia realmente no se centra en eso y por ello no explica cómo dieron con él). Smith no llegó a aparecer y Castle no hizo un trato por la vida de ella.
Cuenta cómo se toma Castle esa noticia y las consecuencias. De momento no sé cuántos capítulos tendrá.
Dadle una oportunidad, por favor.
Y me gustaría ir sabiendo si os gusta o no y si cambiaríais algo.
¡Muchas gracias!
CAPÍTULO 1
"¿Quieres saber lo que es un trauma?". Espetó Beckett con rabia al tipo al que estaba interrogando. Castle, desde el otro lado del cristal los observaba sin perderse ningún detalle de la conversación. "Me dispararon en el pecho". Continuó la inspectora. "Y recuerdo cada segundo". Afirmó con contundencia, valiéndose de los gestos de su mano derecha para dejar claro aquel hecho.
La mirada del escritor se movió con rapidez al escuchar las palabras de ella hasta enfocar con claridad el gesto fruncido, taciturno y enfadado de la detective. Su corazón empezó a latir con fuerza. No podía ser. No podía haber escuchado bien. Sin embargo, la seriedad de Beckett le hizo caer de bruces contra esa aplastante verdad. "Todo este tiempo…". Murmuró para sí mismo sin dar crédito. "…¿recordabas…?". Preguntó a la nada, mirando los ojos color avellana de ella a través del cristal.
El rostro del escritor fue pasando de completo asombro a un enorme enfado y defraudo a medida que iba siendo consciente de lo que significaba que Beckett, su compañera, amiga, confidente y la mujer de la que estaba completamente enamorado, le hubiera ocultado durante meses que recordaba las dos palabras más importantes que él se había atrevido a pronunciarle. Aquella confesión de amor que tanto había retrasado por miedo a ahuyentar a la inspectora de su lado y que, ante el temor de perderla para siempre, había sido capaz de pronunciar mientras ella se debatía entre la vida y la muerte.
Apretó los puños con fuerza incapaz de seguir centrado en el interrogatorio y, ni siquiera, de estar allí encerrado. Tomó aire intentando controlar la rabia que sentía en su interior y salió lo más rápido que pudo. No perdió tiempo en recoger la chaqueta que había dejado apoyada en su silla, justo al lado de la mesa de ella. Tampoco se preocupó en responder a las preguntas de Espósito y Ryan que se extrañaron de verlo salir tan de repente y con tanta rapidez.
El frío aire de Nueva York le sacudió en la cara mientras caminaba por las calles de su ciudad, sin rumbo fijo, perdido en sus pensamientos. Perdido. Aquella era la palabra que tan bien le definía en aquel momento. Se encontraba completamente perdido. No entendía por qué le había mentido y le había ocultado que recordaba, que le había escuchado.
Se arrepintió de no haber cogido la chaqueta cuando un escalofrío lo sorprendió atravesándole la espalda. Pero no pensaba volver, no con las palabras de Beckett todavía resonando dentro de su cabeza. Metió las manos en los bolsillos de su pantalón y siguió caminando. Era lo único que le iba a calmar en ese momento. Caminar y beber un trago. Pero lo segundo siempre intentaba dejarlo como último recurso.
Apretó los labios al ver que sus pasos, sin haberse dado cuenta, lo habían llevado hasta el parque. Concretamente hasta los columpios donde, no hacía tanto, se habían vuelto a reencontrar y ella le había dado esperanzas. O eso creyó en aquel momento. Porque ahora no entendía nada. Sólo se le ocurría un motivo por el que Beckett le hubiera ocultado aquello: vergüenza por no sentir lo mismo que él. Pero entonces, ¿por qué justo en aquel lugar ella le había hablado de sus miedos y de su muro interno?
Se sentó en el mismo balancín que meses atrás, recordando la conversación que tuvo con ella tres meses después del disparo y de la confesión.
"Me gustaba de verdad". Confesó Beckett. "Pero eso, no era suficiente". Giró la cabeza hacia la izquierda, mirando a Castle. Sin embargo, él permanecía en silencio con la vista fija en el frente. Ella tomó aire y continuó hablando. "Después de que asesinaran a mi madre… algo en mi interior cambió. Es como si hubiera construido este muro en mi interior… No lo sé… Supongo que no quería volver a sufrir así… Y ahora… no voy a poder de ser el tipo de persona que quiero ser, no voy…". Paró un momento para respirar y poder seguir. El suficiente para que él la mirara interesado en sus palabras. "… no voy a poder ser capaz de tener el tipo de relación que quiero hasta que el muro caiga". Se abrió ante él, mirándole. Aquella fue la vez que hablaron con mayor claridad que a lo que acostumbraban en cuanto a sus sentimientos. "Y eso no va a poder ser hasta que termine con todo esto".
La miró a los ojos y vio su completa sinceridad. Se decidió a hablar en aquel momento. "Entonces, tendremos que encontrar a esos tipos y acabar con ellos".
Se dedicaron una pequeña sonrisa y aquel fue el principio de una nueva esperanza para él, para ella, para los dos.
Pero ahora… todo había cambiado. Habían encontrado a esos tipos y dado con el cabecilla de todo el caso de su madre. Pero, todavía, no habían podido hacerle pagar por todo el daño causado. Y además… ahora descubría que ella le había engañado, le había mirado a los ojos y le había mentido…
Se llevó las manos a la cabeza, peinando su flequillo hacia atrás. Tenía que tomar una decisión con respecto a ella, de una vez por todas. No podía seguir sufriendo de esa forma por alguien que le había ocultado aquello. Y por más vueltas que le diera, sólo encontraba dos posibles opciones: alejarse definitivamente de la comisaría, y por tanto de ella, sin más; o enfrentarse a la inspectora, decirle que sabía que guardaba ese secreto y pedirle explicaciones.
Sólo tenía que escoger entre una de las dos. Pero se le hacía imposible. Hiciera lo que hiciese, acabarían alejados. Y eso le dolía profundamente, en el alma. Aunque no había ningún dolor mayor que el de sentirse traicionado, defraudado.
Se puso en pie y reanudó los pasos hacia su loft tratando así de evitar que su cuerpo se congelara. Necesitaba una pequeña charla con su madre. A lo mejor ella, aunque a pesar de su edad era un poco alocada, sabía ver las cosas desde otra perspectiva y aconsejarle como siempre había hecho desde que era un crío.
Cuando llegó a casa agradeció el calor que desprendía su hogar. Sonrió ligeramente al ver la taza de la leche de Alexis sobre la encimera. Probablemente a su responsable hija se le había echado el tiempo encima repasando mientras desayunaba y no le había dado tiempo ni de recoger los cacharros del desayuno. Caminó hasta la cocina tras dejar las llaves en la entrada y recogió todo mientras daba tiempo a que su madre volviera a casa para comer.
Cuando Martha entró por la puerta se encontró la radio puesta mientras sonaba un nuevo éxito y a Richard parado de pie en mitad del salón, de espaldas a la entrada, y aparentemente escuchando con atención la letra de la balada. Se dedicó a observarle durante unos segundos hasta que a mitad de canción no pudo aguantar más y caminó hasta él. Colocó la mano sobre el hombro de su hijo con cautela. "Richard, hijo, ¿estás bien?".
Castle reaccionó ante el contacto de su madre y su voz preguntándole. Asintió suavemente. "Sí". Respondió guardando el título de aquella canción que tanto había llamado su atención en la memoria de su teléfono. Se giró para mirar a Martha y al ver su mirada preocupada suspiró agachando la cabeza y negando ligeramente. "La verdad es que no". Confesó caminando hacia el sofá y dejándose caer sobre él con pesadez.
La actriz se acercó a él sentándose a su lado. Agarró su mano con cariño y esperó pacientemente a que hablara. Lo conocía lo suficiente como para saber que no se le daba bien hablar de sus preocupaciones, miedos o sentimientos. Pero también sabía distinguir cuando le pasaba algo más grave de lo normal y había aprendido a darle su espacio para que él, poco a poco, se abriera a ella.
"Lo recuerda todo, madre". Arrancó a hablar él tras unos minutos de completo silencio por parte de los dos. "Se acuerda de cada segundo". Repitió las palabras de ella en un susurro, como si apenas se lo creyera.
Martha alzó la cabeza y cambió la vista de sus manos unidas por la de los azulados, y ahora tristes, ojos de su hijo. Frunció el ceño dándole a entender que no comprendía de qué estaba hablando.
Castle, que a pesar de no estar mirando a su madre y sí a algún punto fijo de su estantería, vio aquel gesto de la actriz, suspiró con fuerza y se decidió a contarle lo que había pasado aquella mañana, lo que había descubierto, cómo se sentía al respecto y lo perdido que estaba con respecto a qué había hecho mal y qué tenía que hacer.
¿Cómo lo veis? ¿Qué os ha parecido el primer capítulo? ¿Sigo?
Muchas gracias por animaros a leerlo y muchas más por responderme! :)
