-¿Chicas se acuerdan de cómo nos empezamos a interesar en estos libros? - pregunto Johann a sus amigas para luego tomar de su bebida. Johann era una chica de estatura media, cabello castaño y rizado, de complexión menuda y su cara algo llena de pecas.

-Si - contesto Kat sonriendo o mejor dicho Katherin Murray una de las mejores amigas de Johann. Ellas dos pasaban por hermanas gemelas a excepción del color de cabello, ella lo tenía rojo. - Por tu culpa comencé a leerlos - la apunto al decir eso con una gran sonrisa.

-Yo no - dijo Avigail Somerville, mientras se acomodaba en su asiento. Ella era de piel blanca, ojos de color azul y melena rubia. - A mí nadie me dijo que los leyera, ellos vinieron a mí - se río. Era la más loca de las tres, la más atrevida, la que no le tenía miedo a nada. - Y, ¿tu Jo? -.

-Seré sincera, de no ser porque mis padres me llevaron a ver la primera película, no conocería este mundo tan lleno de magia - dijo recordando aquella tarde que sus padres la llevaron al cine. Aún recordaba en cual cine fue a verla, en que asiento estaba sentada, recordaba todo como si fuera ayer - y de ahí es historia - sonrió.

-Gracias a esos libros nos unieron - recordó Katherin - ¿se acuerdan? - les pregunto. Las dos chicas asintieron con una gran sonrisa.

FlashBack

-Me urge llegar - le decía Johann desesperada a Katherin. Estaba ansiosa por llegar a la librería y poder comprar los libros que tantos ya habían leído y estaba harta que se los estuvieran contando.

-Ya vamos a llegar no te desesperes - le decía tranquilizándola.

Johann y Katherin eran amigas desde la primaria, si les preguntaban si eran gemelas o por lo menos hermanas pero no era así, solo se conocían desde su primer año de primaria. Iban en el carro de los papás de Johann dirigiéndose a la plaza que quedaba cerca de sus casas, que para cosas del destino vivían en la misma colonia.

Solo tenían once años cuando vieron por primera vez la película de Harry Potter y la Piedra Filosofal. Que claro saliendo del cine Johann escucho que había libros y desde entonces no se los podía sacar de la cabeza.

Al llegar al centro comercial Johann salió disparada del coche corriendo a la librería que solo tenía la plaza.

-Espérame Jo - le gritaba Katherin tratando de alcanzarla.

Johann corría como despavorida, como si el mundo se acabara, sabía que tenía que llegar ahí, tenía que tenerlos ya en sus manos pero lo que aún no sabía era que no iba a tenerlos todos aún. Corría tan rápido que no se daba ni cuenta que chocaba con una que otra gente. La plaza estaba un poco llena, había personas caminando de aquí para allá con bolsas en manos de sus compras de los locales que se encontraban abiertos.

Katherin aún iba detrás de ella, muy por detrás y ni se diga de los padres de Johann, ya conocían tan bien a su hija que solo sonreían al verla tan feliz.

Al llegar a la biblioteca entro sin decir "buenas tardes" o pedir ayuda, ella solita comenzó a buscar, iba de estante por estante, primero fue a la sección de niños pensó que ahí rápido los encontraría pero nada, se fue a fantasía y tampoco, busco por todas partes de la librería y no encontraba nada, se estaba volviendo loca, se le notaba en la cara que la estaba sacando de quicio no encontrar los libros por ningún lado.

-Johann Oldman - grito Katherin al llegar a la librería. Estaba demasiado cansada de tanto correr que tuvo que quedarse parada en la puerta para recuperar el aire y agarrar un poco de energía, su respiración estaba muy agitada.

-No los encuentro, no los encuentro - decía Johann frente a su amiga tomándola por los hombros y zarandeándola un poco - Katherin, ¡NO LOS ENCUENTRO! -.

Las personas que se encontraban en la librería contemplaban la escena algo preocupados no tanto por Johann y su estado mental, si, no por la seguridad de Katherin.

-¿Puedo ayudarlas? - se acercó un chico. Llevaba una camisa azul con el logo de la librería. Se le veía la cara un poco desconcertada pero valiente al acercarse a ellas.

-SI - contesto Johann soltando a su amiga - necesito saber dónde se encuentras los libros de Harry Potter - decía casi a los gritos y su respiración estaba acelerada como si hubiera corrido un maratón.

-Aquí - dijo una niña de cabellera rubia, ojos de color azul y con unas cuantas pecas esparcidas por todo su rostro. Hablo antes de que el chico contestara la respuesta de Johann - aquí están los primeros tres - sonrió y alzo con su mano derecha un libro con el lomo amarillo.

-¡Oh! - suspiro de alivio Johann y se dirigió rápidamente a donde se encontraba la niña - Gracias - sonrió - Kat ven - le grito a su amiga - aquí están - decía feliz.

-Por cierto me llamo Avi - sonrió la niña de cabello rubio.

-Yo, Johann - se presentó - y ella, apunto a su amiga que se dirigía hacía ellas - Katherin, pero le digo Kat, también te gustan los libros -.

-Si sonrió, ya me urge que salga el cuarto - se le notaba en su voz las ansias por leerlo.

-Disculpa a mi amiga loca - Katherin acababa de llegar junto a ellas - solo que se le suelta de vez en cuando sus tornillos - ella y Avi se atacaron de la risa y más al ver la cara de ofendida de Johann.

-Oye - le dijo a Katherin, para luego voltear con Avi - entonces son más aparte de estos tres - la rubia asintió - wow, genial - se alegró - creo que deberemos ser amigas -.

-Creo que si - afirmo Avigail sonriendo.

Fin FlashBack

-Me dio tanta risa cuando entraste a la librería y corrías a todos lados como loca desquiciada - decía Avi entre risas.

-Si me imagino - recordó Johann - ya después de eso yo también me burlaba de mí -.

-Luego pobre de mí con tu zarandeada - decía Katherin mientras jugaba con el popote de su bebida - de seguro la gente quería ayudarme pero con solo verte les dabas miedo -.

-Pero gracias a eso conocimos a Avi y… - Johann no pudo terminar la frase sin que sus ojos se humedecieran - y… a Em -.

Em era Emily Jefferson la mejor amiga de toda la vida de Avi, ellas dos se conocían desde que estaban bebes o como decían desde los vientres de sus madres. Avi se las presento a Johann y Katherin después de conocerse en la librería, resulto que vivían en la misma colonia. Desde entonces eran inseparables las cuatro.

-Está en un lugar mejor - dijo Katherin reconfortando a su amiga mientras sobaba la espalda de Johann.

Emily desapareció sin dejar rastro alguno, de la noche a la mañana la chica se esfumo, no supieron nada de ella, nadie sabía nada de nada, lo que más les había causado pavor o mejor dicho miedo era que la mamá de Emily no la recordaba, no tenía ni la más remota idea de quien era esa tal Emily.

-Ese día fue el peor de mi vida - decía recordando Avigail - ni la mamá se acordaba de nosotros y mucho menos de Em, era de locos - alzo las manos de forma desesperada.

-No había ni rastro de ella, como si nunca hubiera existido, solo las únicas que la recordábamos eran nosotras - recordó Johann.

-Pero mejor no pensemos en cosas tristes - sonrió Katherin para animarlas - mejor pensemos que volveremos a entrar a ver la película -.

-Si - grito emocionada Johann para luego limpiarse una lagrima que tenía en la mejilla.

-La verdad no sé porque veníamos a verla de nuevo, es la séptima vez que la vemos - se cruzó de brazos Avigail.

-Yo feliz de verla una, tras otra y otra vez - Johann tenía la mirada de enamorada.

-Lo sé, lo sé, tú vienes a ver a Sirius, pero… - se quedó pensativa su amiga rubia - muere -.

-Ni me digas - se puso triste Johann.

-Le tenías que recordar - le reprocho Katherin.

-¿Qué? - sé hizo la ofendida - es la verdad -.

-Mejor no discutamos y ya vayamos a la sala - se levantó la pelirroja de su silla - anda Johann tendrás más rato para llorarle a tu Sirius - se burló de su amiga.

-Y me reprochabas a mí - se quejó Avigail. Katherin le saco la lengua de forma juguetona.

Y las tres amigas estaban en la fila de dulcería para que cada una se comprara lo que más le gustaba, avanzaba poco a poco la fila y esto las desesperaba un poco, ya solo faltaba 5 minutos para que empezara la función.

-Van bien lento - se quedó Johann cruzándose de brazos y zapateando.

-Ya sé - se asomaba Avigail para ver qué era lo que demoraba la fila.

-Tranquilas, no se desesperen - las calmaba Katherin - si empieza no pasa nada ya la hemos visto varias veces -.

-NO - dijeron las dos casi a los gritos.

-Eso no debe de calmarnos Katherin - la miraba feo Avigail a la pobre chica.

-Exacto, Kat, una película se debe de ver desde el principio, la hayamos visto mil veces antes - apoyo a su amiga Johann.

-Por eso decía… miren ya está avanzando - apunto hacía delante de ellas. La fila ya estaba avanzando más rápido, en menos de dos minutos las atendieron.

Katherin pidió refresco y palomitas chicas, Johann escogió palomitas medianas junto con un hot dog y refresco y Avigail solo fueron unos nachos y refresco. Cada una iba con una bandeja con sus cosas, iban caminando ya hacía la sala, sacaron sus boletos y se los entregaron al joven de la puerta de la sala.

-Bienvenidas - les dijo con una amplia sonrisa.

Entraron a la sala y se fueron directo a sus asientos, se acomodaron y comenzaron a comer lo que habían comprado, no mucho y ni muy rápido porque si no se lo acabarían antes de iniciar la función. La sala no se llenó, ni a la mita o una cuarta parte llego, solo eran ellas y otras cinco personas más.

La película comenzó y todo mundo se calló, aunque no podrían faltar los comentarios o casi gritos de las chicas.

-No lo beses maldita Cho - grito Avigail cuando salió la escena del beso.

-NO - se escuchó el grito de Johann al ver como Sirius Black atravesaba el velo de la muerte.

-Draco se ve muuuy bien - cada vez que salía Draco Malfoy era lo que decía Katherin.

Se terminó la película y las tres salieron de la sala con refresco en mano.

-No puedo creer que Rowling nos haya matado a los Mero - decía Johann mientras bajaban las escaleras para el lobby del cine - ponle, la maldita rata está bien, pero James, Sirius y Remus, no, eso no está nada bien - negaba con la cabeza.

-Lo se concuerdo contigo - la apoyo Avigail - ya ahora que sabemos cómo acaba, no es nada lindo ni justo tanta muerte, pero creo que pues en un guerra eso sucede, gente buena muere, pero nooo, no era justo - hablo dramáticamente.

-Cuando leí el libro de las Reliquias, con la muerte que no pude fue con la de Fred - comento Katherin para luego darle un último sorbo a su refresco e iba a tirarlo al bote de basura que se encontraba en el último escalón.

-Ni me digas, que la que no supero también es la de Tonks, por lo menos hubiera dejado a Teddy con su madre - decía en forma de re proveche Johann mientras salían de la plaza comercial.

-Y ¿ahora?, ¿A dónde vamos? - pregunto Avigail cambiando un poco de tema. No le gustaba recordar todas las muertes que había leído en el último libro de la saga.

-Nos vamos a mi casa - sonrió Johann.

-Me parece una excelente idea - aplaudió Katherin - acabo queda bien cerca de aquí y de nuestras casas -.

Se dirigieron hacía la casa de Johann pero sin antes pasar a cada una de las casas de Avigail y Katherin para recoger sus cosas, ya que mientras caminaban acordaron en mejor hacer una pijamada, tenían mucho que no pasaban una noche juntas, una noche de chicas.

Ya estando en el cuarto de Johann…

- Oigan ¿se imaginan que un día despertáramos en nuestro mundo favorito? - les pregunto Johann.

- Te refieres al mundo de Harry ¿verdad? - pregunto Avi que parecía salir de un sueño, en eso una almohada salió volando hacía su cabeza - ¡Auch! Eso dolió Jo - dijo mientras se sobaba y la fulminaba con sus ojos color azul, mientras las otras dos se reían por lo bajo

- ¡Pues claro Avi!, ¿Qué otro mundo compartimos las tres? - pregunto con mucha obviedad.

- Pues... - Avi parecía que se había quedado de nuevo ida - yo tengo un mundo, otro aparte del que compartimos las tres, uno que está lleno de Harry´s y todos son para mí - dijo sonriendo y volviendo a imaginar ese mundo, tenía mirada soñadora.

Katherin y Johann se voltearon a ver con cara de "esta nunca va a cambiar"

- Bueno, está bien - continuo Katherin - cada quien tiene un mundo así con su respectivo amor, yo estoy igual que tú, pero obvio el mío es con Draco, pero del que habla Jo, es el de Harry Potter. Hogwarts, callejon Diagon, el bosque prohibido… -.

- ¡Ah! Ese - dijo Avi saliendo del sueño - hubieras empezado por ahí - se dejó caer en la cama de su amiga. Johann revoleo los ojos hacía el techo.

- En serio que tú nunca vas a cambiar verdad - le dijo Johann

- Pues no, así me quieren y así seguiré -dijo cruzándose de brazos.

- Bueno ya, no vayan a empezar a pelear - las separo Katherin - hay que aprovechar que los papás de Jo no están -.

- SI - gritaron Jo y Avi que empezaron a brincar en la cama.

- ¿Y qué hacemos? - pregunto Avi dejando de brincar y bajándose de la cama.

- Mmmmm... - pensó Jo también bajándose de su cama y caminando de un lado a otro.

- Ya sé - dijo Katherin tronando sus dedos - ¿vamos al patio, acostarnos en el césped y miramos el cielo y las estrellas? - propuso en forma de pregunta, tenía duda en que sus amigas aceptaran.

- Y nos llevamos los libros de Harry - sonrió Johann aceptando la

- Si sería genial ver las estrellas y tener lo que más apreciamos en nuestras manos - dijo Avigail corriendo a agarrar el libro que más le gustaba de su mochila.

- ¿Siempre lo llevas a todos lados? - pregunto sorprendida Katherin

- ¡Claro! Es mi amuleto de la suerte - lo abrazo Avigail.

- Déjala Kat - dijo Jo sacando un libro de un baúl - yo también hago lo mismo, pero con el de la Orden - las otras dos se quedaron viéndola sorprendidas.

- Jo pero tú te pasaste, ese libro es más grande que el mío - opino Avigail mirándola con los ojos bien abiertos.

- Sí, lo sé, pero como tú dices es mi amuleto - dijo sosteniendo con fuerzas el quinto libro de la saga.

- Bueno, ya vamos a fuera - dijo Kat que ya estaba en la puerta y en sus brazos sé encontraba su libro.

Ya afuera las amigas estaban acostadas en el césped mirando las constelaciones, e imaginando como sería estar en el mundo de Harry, platicaban sobre los libros, las películas y sobre cómo sería vivir en el hermoso castillo de Hogwarts, en conocer cada personaje de los libros, desde el más bueno hasta el más malo, sería toda una odisea y todo un privilegio. Pero en un momento inesperado paso una estrella fugaz, sin saberlo las tres la vieron al mismo tiempo y al unísono pidieron en voz baja:

"Queremos estar en el mundo de Harry Potter"

Pero cada una pidió algo más y claro lo que querían y era que estuvieran los merodeadores vivos, su director favorito, Tonks, Fred, Cedric , un elfo libre y simpático llamado Dobby y Ojoloco Moddy, sabían que era un simple deseo, pero para ellas no les costaba soñar con que eso algún día se haría realidad.

Después de un rato de estar en el jardín decidieron entrar a la casa para ir a dormir puesto que ya era un poco tarde. Ya estando en el cuarto de Johann...

- Oye Jo - le hablo Katherin que ya estaba acostada en la cama.

- ¿Qué paso Kat? - pregunto Johann volteando a verla.

- ¿Tú crees que un día de estos podamos conocer tan siquiera Londres e ir a ver a los actores? - pregunto con la voz algo triste pero a la vez soñadora.

- Yo digo que si Kat, es solo de luchar por lo que más queremos y vas a ver que iremos y conoceremos todo lo que nos encanta aunque no sea el mundo de Harry como tal pero vas a ver que si iremos a Londres te lo prometo - en eso se escuchó un ronquido - ¡Dios enserio que esta niña me saca de mi inspiración! - había sido Avigail la que ronco, Katherin nada más se rio por lo bajo.

- Ay Jo, sabes cómo es Avi - sonrió.

- Pues sí, pero como dice, así se le quiere y mucho - acepto Johann.

De rato las dos amigas se quedaron dormidas igual que su amiga y las tres empezaron a soñar con su hermoso mundo, ese mundo por el que tanto añoraban y anhelaban, pero sin darse cuenta estaban soñando lo mismo y no sabían lo que les iba a esperar al siguiente día. No sabían que ese deseo iba a causarles momentos que nunca habían imaginado, cosas que en sus libros no estaban escritos, situaciones y personas nuevas que conocerían.