Sentimiento positivo
Disclaimer: Los personajes de la saga Crepúsculo son propiedad de Stephenie Meyer y su casa editorial.
El resto de los personajes pertenecen a mí y a mi imaginación.
Capítulo 1: El pasado regresó
Estaba terminando de arreglar el vestido de Alice cuando Victoria nos avisó que ya debíamos entrar.
-tranquila-dije de a mi amiga y dándole un rápido apretón de confianza en la mano- solo no te tropieces en el pasillo
Pese a los nervios, Alice me sonrió divertida y entonces yo comencé a caminar hacia el altar detrás de las otras dos damas.
Esperaba que la ceremonia no durara mucho, bueno, no más de lo necesario. Entonces podríamos comenzar la recepción y podría comer algo después de estar todo el día yendo y viniendo y encargándome de los últimos detalles de todo.
Apresuré mi paso al llegar a los escalones y ocupe mi lugar justo al lado de donde iría la novia.
Observé a Jasper entonces. Sus dedos temblaban ligeramente mientras sus ojos estaban fijos en la puerta de entrada.
La música comenzó a sonar y unos segundos después Alice apareció en la puerta viéndose increíblemente hermosa.
Jasper sonrió emocionado y ella camino lentamente por el pasillo hasta llegar junto a él.
Cuando lega, él la recibe con cariño y sujeta sus manos con fuerza, tratando de calmarla.
Estaba muy feliz por ellos. Ya llevaban 5 años juntos y de verdad se merecían esta boda de ensueño.
El padre comenzó a decir las palabras y yo lo miré, evitando mirar al resto de los invitados.
Primero las felicitaciones a los novios, las gracias a los invitados, luego unos pasajes de la biblia…
Aburrida, mis ojos se posaron en los padrinos del novio. Pude ver a James primero quien me sonrió socarronamente. Si incluso ese día y en ese momento.
Y justo detrás de él estaba…
Oh, Dios.
Pasé saliva rápidamente e hice mis ojos hacia otro lugar.
No, eso no podía ser. ¿Cómo era posible que él lo conociera a Jasper? ¿Cómo nunca antes él lo había mencionado o yo lo había visto en las fiestas con amigos…? No, yo debía estar equivocada, él no podía ser…
Aun nerviosa, volví a mirarlo y esta vez, sus ojos verde intenso se fijaron en mí. Y tras la sorpresa inicial, él sonrió, feliz de reconocerme, mientras yo estaba tratando de no entrar en pánico.
Oh, no. No ahora. Mi estómago se comprimió, esta vez no solo a causa del hambre y yo traté de tranquilizarme.
Intenté escuchar al padre y obviamente a él aun le faltaba bastante para llegar a la parte de "los declaro marido y mujer".
Jugueteé con mis dedos y mordí mis labios, nerviosa, evitando volver a verlo. Desde luego, no lo conseguí.
Él se veía realmente cambiado. Llevaba el cabello corto, peinado hacia atrás y casi rapado a los lados. Tenía barba, bastante. Nunca había pensado en cómo le quedaría, en que podría crecerle tanto… pero se veía como todo un hombre. Metido en un smoking negro con corbata al tono, se veía muy sexy.
Muy sexy, mierda ¿a quién quería engañar? Se veía increíble y guapo, como todo un puto modelo de revista.
Mientras que yo estaba hecha una bola de nervios metida en ese vestido de color rosa de dama de honor que Alice había elegido. Era lindo, no podía quejarme, pero me hacía ver como si tuviera quince años, justo cuando estaba comenzándome a sentir que tenía esa edad.
Mi corazón estaba yendo a mil por hora, y ni siquiera era la que se estaba casando.
No lo mires, no lo mires, me repetí.
Desde luego, solo lo conseguí de a ratos. Mientras que él no parecía dispuesto a quitarme los ojos de encima. Dios santo, no me hagas esto, pensé. No es justo que me intimides con esos ojos y ese look de macho que probablemente hacia que tuviera todas las chicas a sus pies.
Tratando de hacer caso a mi cabeza, me fije en Alice y en nadie más. Conté la cantidad de apliques que tenía puestos en el cabello e incluso analice con atención el modo en que estaba trenzado su cabello mientras rogaba que el padre terminara rápido con eso.
Finalmente llegó la parte de los botos y el intercambio de anillos. Oh, ya estábamos más cerca.
Mi estómago volvió a gruñir y yo apreté mis manos entre sí con fuerza.
Han pasado demasiados años, Rose, me dije. No tiene caso que te pongas así.
El obviamente me había reconocido, pero, lo más probable es que ya estuviera casado para entonces, o incluso tuviera uno o dos hijos. Tal vez solo te mira así para molestarte, me dije.
Inevitablemente miré su mano izquierda, pero esta no tenía ningún anillo. Bien, eso no significaba nada. Aun podía estar viviendo con alguien, e incluso podía tener hijos sin estar necesariamente casado.
Oh, Mierda, ¿Por qué estaba sobrenalizándolo todo? ¿Por qué me importaba tanto lo que él hubiera hecho de su vida en tantos años? Ya lo superaste, me recordé. Él debe haber hecho lo mismo. ¿O no?
Finalmente el padre "los declaró marido y mujer" y tras el beso dulce y cariñoso de Alice y Jasper
Ambos caminaron por la alfombra de regreso a la casa. Unos segundos después yo salí a toda la velocidad posible detrás de ellos.
Suspiré al llegar al interior de la casona y recargué mi espalda contra una de las paredes.
Me sentía mal. Tenía un nudo hecho en el estómago y solo quería irme de allí.
Dándole un rápido vistazo a las puertas de vidrio vi como los padrinos estaban por entrar.
Sin decir nada, corrí escaleras arriba y me metí en la alcoba de Alice buscando refugio hasta que resolviera que iba a hacer.
El ya no es un adolescente, me dije. Ya han pasado muchos años, pero probablemente siga siendo el mismo idiota. No te dejes seducir por él, de nuevo. Eso no puede pasar. Ahora estas con Edward y eres feliz. Él no significa nada.
¿Entonces por qué sentía como si todo mi mundo de pronto se estuviera dando vuelta poco a poco?
La puerta se abrió y yo me llevé un buen susto hasta que dos segundos después vi a Alice asomándose en la habitación.
-ey ¿estás bien?
Yo no contesté y en su lugar solo trate de calmar mi agitada respiración
-Rose…- ella caminó hasta mí y me tomó por los hombros. ¿Qué sucede? ¿Por qué saliste corriendo así?
- Mmm… -mordí mis labios nerviosamente y solo entonces la mire- uno de los padrinos… fue mi novio
Oh y sonaba tan tonto diciéndolo en voz alta. Como si hubiera salido corriendo asustada por que había visto una pequeña araña. Pero no era así.
-oh- Alice de verdad no se esperaba eso-bien, ¿pero... por qué correr? ¿Sucedió algo malo? ¿Es… peligroso o algo así?- yo negué con la cabeza. Solo para mi corazón, tal vez.
-paso mucho tiempo Alice- expliqué- la última vez que vi a Emmett…
-espera- interrumpió ¿Emmett?- ella se veía sorprendida, incluso más que yo. Yo asentí- ¿el primo de Jasper, ese Emmett?
-¿ese es el primo de Jasper?- jadeé
-si-dijo ella- te lo dije ¿recuerdas?
-sí, pero nunca me dijiste su apellido ¿Cómo se supone que supiera que se trataba del mismo tipo?
-¿no te lo dije?
-no Ali, no lo hiciste-dije con enfado
-bueno, no había forma que pudieras saberlo-se excusó- Emmett es un nombre muy común, no es como si fuera el único tipo que conozco con ese nombre. Y tienes que admitir que es una enorme casualidad que se trate del mismo tipo que salió contigo ¿hace cuánto? ¿8 años?
-doce - la corregí con mala cara.
-bueno, ey, vamos. No puedes ponerte así. Él… ni siquiera tiene que importarte lo que haga en la fiesta. Solo ignóralo y problema solucionado
Como si fuera tan fácil.
-¿o es que aun sientes cosas por él?
-¡no! Dios, Alice, no- respondí nerviosa, aunque mi interior parecía opinar todo lo contrario- pero no pensé que volvería a verlo nunca más. Y ahora está en tu boda, y…. Dios… estoy hecha un completo desastre.
-no lo estás-me alentó- te ves increíble y sexy
Yo le puse los ojos en blanco
-estoy hablando en serio, así que no me pongas esa cara-me regaño- sabes que eres hermosa y tienes un buen cuerpo ¿porque desestimarlo?
Porque él también se veía increíble, pensé.
Alice se volvió hasta el tocador que había en una esquina y sacó algo de un cajón antes de tendérmelo.
-toma un poco de eso- me dijo- te relajara
Dándome cuenta solo al tenerlo entre mis manos que se trataba de una pequeña botella con vodka. Buena idea. Embriagarme.
Abriendo la tapa a rosca rápidamente le di un buen trago, bajándome casi más de la mitad de la diminuta botellita y sintiendo como el ardor aparecía en el fondo de mi garganta, trague rápidamente.
-¿mejor?
-lo estaré en cuanto me haga efecto
-ey, tampoco te excedas. Lo último que necesito es que termines ebria y bailando sobre las mesas
Yo me reía carcajadas
-tranquila, Ali, se medirme con la bebida
Ella me dirigió una mirada dudosa
-de cualquier modo ¿no deberías estar haciendo la entrada al salón ahora?
-no aun-dijo con tranquilidad y ahora mirándose al espejo para acomodar un mechón de su cabello de vuelta a su sitio- pero me preocupo un poco el verte corriendo por las escaleras como si hubieras visto un fantasma.
Yo me reí nerviosamente, sin darme cuenta de que eso es lo que habían visto los demás.
- espera… él es… ¿el tipo de la secundaria? ¿El que me contaste?-ella de pronto pareció caer en la cuenta sobre quien estaba hablando
-si…- yo jugueteé con el ruedo de mi vestido mientras mi cabeza comenzaba a andar por un montón de recuerdos que creía haber enterrado tiempo atrás.
-Dios, Rose…- yo la mire mientras me sentía indefensa y vulnerable- ey… -me reta- solo es un tipo mas ¿de acuerdo?
-no es un tipo más, Ali- digo
-lo sé. Pero han pasado nueve años y el ya no tiene nada que ver contigo, ni tiene ningún poder sobre ti.- eso esperaba yo también- Cada uno ha hecho su vida y seguido adelante desde entonces
Parte de mi lo había hecho, pero eso no significaba que no siguiera lastimada
-y ahora estas con Edward, así que él puede buscarse a otra- ella trató de darme confianza.
-Edward no está aquí ahora
Si ese él era el mayor problema de todos. Yo estaba sola. Tal vez no sola en mi vida amorosa, pero sola en la fiesta. Por ende, a sus ojos o los de cualquiera, estaba sola y disponible.
-lo sé, pero aun así, no estás sola.- ella apretó mi mano dándome confianza
-de acuerdo- yo sonreí a medias ¿Qué caso tenia discutir con ella justo ahora, después de que acababa de casarse?- y lo siento, no quiero arruinar tu gran día…. Menos aun con esto
-nunca lo harías-Alice me sonrió con dulzura y me abrazó- ahora ponle tu mejor cara de póker y que él se muera de celos al ver lo que se perdió ¿de acuerdo?- yo asentí con la cabeza
Al menos podía tratar.
-genial- ella me sonrió- ahora, tengo que ir al baño… juro que estaba tan nerviosa en el altar que siento que mi vejiga esta por explotar.
Quince minutos después ambas estábamos bajando las escaleras listas para regresar a la fiesta... Jasper estaba esperando a Alice en el pre salón con una sonrisa, mientras en el patio ya no quedaba nadie.
-¿está todo bien?- yo asentí y él miro a su ahora esposa. Ella también asintió.
-bien, pueden entrar-dije- yo esperare otro rato para ir a mi lugar
-¿segura?
-si-dije a mi amiga- no te preocupes por nada. Solo disfruta.
Ella me sonrió con gran felicidad y tomando la mano de Jasper ambos se dirigieron a las puertas que daban al salón para hacer su gran entrada.
Escuché la música y los aplausos en cuanto las puertas se abrieron y yo me mantuve escondida detrás de la gran escalera.
Algo inquieta busqué mi teléfono en el bolsillo del vestido y llamé a Edward esperando que contestara.
"Hola, ya sabes que hacer. Solo deja el mensaje después del tono y tu teléfono si no lo tengo y te llamaré en cuanto pueda".
El puto correo de voz. Mierda.
Cabreada apagué mi teléfono y volví a guardarlo.
¿Qué podía estar haciendo a esta hora? No podía estar en una reunión ¿o sí? ¿Por qué no había venido? ¿Por qué había puesto su trabajo antes de esto, sabiendo lo importante que era para mí?
Mierda, Edward…. Justo ahora que realmente lo necesitaba… él estaba en otro puto Estado trabajando.
Sabiendo que no sacaría nada de seguir enojada con él, al menos no ahora, arregle mi vestido y me metí al salón por una de las puertas de los lados, para que nadie me viera, yendo directo a la mesa que me correspondía. La mesa de los padrinos y madrinas, desde luego.
Y a donde tendría que estar sentada con él, durante toda la maldita fiesta.
¿Y cómo no había visto su nombre en la lista de invitados? Eso había sido porque Alice se había encargado de ello. Yo ni siquiera la había visto. Mierda. Ambas nos habíamos encargado de organizar todo el asunto, desde luego, era a lo que nos dedicábamos, pero como siempre nos dividíamos las tareas. Y si, ella había mencionado los nombres de los padrinos un par de veces, pero nunca me habían llamado la atención. Mucho menos habría creído que uno de ellos había sido mi ex novio, lo que de saberlo antes, me habría horrado gran parte de los nervios que estaba sintiendo ahora.
Ocupando el único sitio que quedaba vacío en la mesa, entre medio de James y Ángela, suspiré agradecida de que Emmett estuviera lejos de mí.
Lo que no significaba que él no fuera a intentar nada. Cinco horas ahora sonaban como demasiado tiempo para estar en la misma mesa.
Apenas viéndolo rápidamente, noté como él no había apartado sus ojos de mí, incluso sin importarle que los demás lo notaran. Dios, los demás sabían que estaba comprometida, James, Jessica, los amigos más cercanos de Jasper y Alice, pero el… ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Cómo Jasper nunca lo había mencionado? ¿Cómo no había mencionado tener un primo que había salido conmigo? Tal vez no lo sabía, no tenía por qué saberlo. Pero aun así, él era lo suficientemente importante para él como para haberlo hecho uno de sus padrinos….
-¿A dónde te habías metido Rosie?- preguntó James con picardía- ¿aun trabajando?
Yo le sonreí dándole la razón
-deberías disfrutarlo, al menos por una vez.
-sabes que es a lo que me dedico- lo corregí
-aun así…- insistió- sobre todo esta noche que estas sola.- el acaricio mi mano sobre la mesa y yo la aparte rápidamente mientras negaba con la cabeza
-¿no crees que es muy temprano para que comencemos con esto?
El me dedicó su sonrisa de ganador.
-no tienes remedio- dije suspirando y al verlo nuevamente a Emmett, noté cuan serio había estado observando toda la escena. Nada de lo que acababa de ocurrir parecía haberle gustado.
Bien, me dije. No tiene por qué hacerlo, ni tiene porque importarlo lo que yo haga.
-me muero de hambre- dijo Embry- Dios, espero que no tarden otra hora más en servirnos la comida
Yo me reí al igual que Ángela.
-¿qué?- Embry parecía repentinamente molesto por nuestra risa
-es solo que… acabamos de entrar al salón. Después de una boda preciosa y tú solo estás pensando en comer-dijo Ángela
-comer no tiene nada de malo. Sobre todo si han pasado más de seis horas desde la última vez que lo hiciste
-concuerdo- dijo James- y esperemos no comience con una ensalada
-yo me encargue de los menús- les informé- y no, no comenzara solo con una ensalada
-bueno, eso es algo-farfulló Embry
-tienes buen gusto para la comida Rose, te lo concedo, así que estoy seguro de que comeremos bien esta noche
Yo le sonreí agradecida, incluso cuando sabía que el solo estaba halagándome a modo de flirteo, uno que desde que nos habíamos conocido, cuatro años atrás, no se había detenido.
Y claro, salir con él una vez, luego de que Alice me pidiera insistentemente que lo hiciera, como un favor para Jasper, solo parecía darle más esperanzas a James, de que eso aún tenía esperanzas.
Había sido una idea terrible, por no mencionar una cita terrible. Pero James no parecía recordar eso.
Finalmente la comida llegó y los muchachos comenzaron a comer con entusiasmo el plato de pollo rostizado con ensalada y unas papas horneadas y bien condimentadas.
Casi instintivamente mire a Emmett al recibir el plato, y el pareció satisfecho. Dios ¿Qué me importaba si el disfrutaba su comida o no?
Tratando de poner mi cabeza en blanco, olvidándome de la comida y todo lo que tuviera que ver con la organización de la fiesta tome mi copa de vino y le di varios tragos antes de comenzar a devorarme mi plato. Era mi primera comida en todo el día, y sabia tan deliciosa que casi no deje nada en él.
Y como normalmente sucede en todas las bodas, o al menos entre las que nosotras organizamos, entre plato y plato de comida, hay una tanda de baile. Y en este caso, era el baile inaugural de los novios, el vals.
Negada a poner un pie en la pista, observé desde mi lugar como Alice y Jasper bailaban increíblemente y ambos con una gran sonrisa en sus caras. Ni siquiera habían tenido que tomar clases de baile como la mayoría de los novios, no, ellos eran realmente buenos en eso, y se lo estaban demostrando a todos.
Casi como una tonta me imagine a mí misma en su lugar, con Edward bailando frente a mí. Él no era tan ágil como Jasper, pero tal vez con unas clases podría mejorar. Pero claro, eso no iba a suceder. Dudaba que Edward fuera a darse algo de tiempo como para tomar clases de baile, y mucho menos que accediera a tomarlas. A veces era tan terco…
Lejos nos podríamos ver como ellos dos, tan enamorados y felices…
Sintiendo como un nudo comenzaba a formarse en mi garganta, tome otro poco de vino y me concentré en mi respiración.
Volviendo a darle otra mirada a mi teléfono, vi que no había nada nuevo. Ni una llamada o un mensaje. El nudo en mi garganta solo se hizo más insistente.
Tienes que disfrutar este día, me dije, hazlo por Alice al menos, no tiene caso que te pases toda la fiesta enfadada. Pero claro, ese enfado lo venía arrastrando desde el día anterior, cuando no solo había estado como una loca asegurándome que todos los detalles estuvieran listos para la boda de mi mejor amiga, sino también cuando Edward me había informado sobre su viaje de trabajo.
Pensé que no podía hacer mucho al respecto entonces, que no podía ponerme a hacer una escena o largarme a llorar porque él no iba a venir conmigo, aunque ahora que me encontraba sola y amargada, haberme puesto a llorar para que él hubiera estado allí a mi lado no sonaba como una mala idea. Claro que el muy desgraciado había elegido el momento oportuno para decírmelo. Un día antes, cuando yo tenía mi cabeza ocupada entre tantas cosas que lo más probable es que no me hiciera problema porque él se iba. Tal vez creyendo que yo no le prestaría atención durante la boda, dejándolo solo…. No, yo no le hubiera hecho eso de ningún modo.
Pero aun así, él no había asistido. Y por eso, Edward iba a tener que escucharme cuando regresara de viaje. No había forma de que esta se la dejara pasar. No.
Los muchachos presentes hicieron fila para bailar con Alice y las chicas hicieron lo mismo con Jasper. Yo por mi parte, permanecí en mi lugar, bebiendo vino y segura de que aún no estaba con ánimos para divertirme del todo.
La tanda de baile finalmente termino y todos volvieron a su sitio, casi sin haber notado que yo no había salido siquiera de la mesa y que ya iba por mi tercera copa de vino. Que sumada a la botellita de vodka, ya estaba empezando a hacerme efecto.
El siguiente plato no se hizo esperar, ya que en menos de cinco minutos después un plato enorme de ñoquis a la florentina apareció frente a nosotros. El plato favorito de Alice cuando había ido de viaje a Italia con Jasper para su 4to aniversario.
¿El mío? Creía recordar mi tercer aniversario cenando con Edward en un restaurante, con un ramo de flores y luego una tanda de sexo. Había sido entonces cuando habíamos decidido mudarnos juntos, creyendo que sería la mejor idea para ambos, tal vez esperando poder pasar más tiempo juntos considerando nuestras apretadas agendas.
Una vez más, todo el mundo volvió a felicitarme por la elección de la comida, mientras yo solo le di crédito a mi amiga por haber sido la que había propuesto ese plato.
Emmett se vio sorprendido por eso, tal vez no imaginándose a que rayos me dedicaba ahora. Al menos él tenía una pista, mientras que yo no tenía la más mínima idea de lo que había sido de su vida en los últimos nueve años.
Oh y él se veía tan bien, puta madre. Siempre había sido bien parecido, pero este look… tan hombre maduro, con traje y esos ojos que antes me podrían haber convencido de haber cualquier cosa porque me sentiría segura estando con él, ahora, en su lugar, me hacían dudar de poder mantener la cordura. Y esa barba, por dios… solo me tentaba a pasar mis dedos por ella mientras él me besaba.
Mierda, Rose, no deberías pensar en el besándote. ¿Qué rayos sucedía conmigo?
Dejando mi plato por la mitad, aunque con la intención de terminármelo, me levante para ir a ver a Alice y esperar que su alegría y buen ánimo me contagiaran un poco.
Si continuaba comiendo de esa forma, el vestido ese iba a comenzar a sentirse apretado. Y lo último que necesitaba era que Emmett creyera era que estaba gorda o me había vuelto una adicta a la comida, para tapar mis sentimientos; que era exactamente lo que estaba haciendo.
Mierda. ¿Por qué tenía que estar aquí, justo hoy?
-ey Ali- dije apareciéndome por el costado de su mesa principal- ¿cómo estás?
-genial - ella sonrió de alegría- todo está yendo bien, no te preocupes
-siempre me dices lo mismo
-tiendes a estar al pendiente de todo, siempre-me regañó. Yo le hice una mueca seria y luego me reí
-¿tu como lo llevas en la mesa de los padrinos?
-increíble- y lo dije con todo el sarcasmo que pude
Mi amiga me dirigió una mirada seria
-de verdad Ali, estoy bien, no te preocupes- mentí
-bien- ella no se lo estaba tragando, pero al parecer iba a dejármelo pasar- bailare contigo en la siguiente tanda, necesitas que te suba un poco el ánimo- ella se había dado cuenta, por supuesto.
-o tal vez comer algo con azúcar
-bueno, aún falta como otra hora para el postre, así que bailar servirá- dijo- además quiero que te lo pases bien, eres mi mejor amiga, y no quiero que estés preocupada por…. – ella miró a Emmett de lejos con atención- eso
Yo me reí con ganas
-lo intentaré, lo prometo
-¿te ha dicho algo?
-aun no, y espero no lo haga
-bien, tal vez te tenga miedo
Yo volví a reír
-o tal vez haya visto en la mujer que te convertiste y se esté muriendo de celos.
O tal vez solo estaba esperando el momento para atacar, dijo mi voz interior, como un león al acecho de su presa, saltando hacia ella, cuando menos lo espera. Si ese aprecia ser su plan.
-seguro Ali-dije
-oh, vamos, tienes un cuerpo tremendo y un negocio exitoso- dijo- creo que un tipo no podría pedir mas
-supongo
-bien, ahora ve a sentarte y disfruta por un rato más, a la hora de bailar, iré a buscarte
-lo haré jefa
Mi amiga rio con ganas y negó con la cabeza divertida mientras yo me alejaba de allí.
Sus ojos no se apartaron de mí desde que volví de la mesa hasta que luego, en lo que pareció casi una eternidad Alice vino a buscarme para bailar y luego de que yo me hubiera bajado otra copa de vino. Dios ¿acaso se daba cuenta de lo molesto que podía ser eso? ¿Por qué rayos no decía nada? ¿Por qué él no….?
De buena gana fui hasta la pista de baile y me moví al ritmo de la música junto a Alice.
Este era su día, tenía que disfrutarlo, y también yo, sin importar la compañía.
Bailamos como cuatro canciones, mientras yo me movía sin importarme nada. Edward no estaba allí para regañarme por mi forma de bailar provocativa, ni por el vino que había bebido, ni para evitar que me sintiera nerviosa al ver a mi ex novio.
Y durante esas cuatro canciones, me sentí libre, casi recordando cuando Alice y yo salíamos de fiesta los fines de semana durante la universidad.
Dios, parecía que hubiera pasado siglos desde entonces, cuando ambas estábamos solteras y nos encantaba divertirnos.
En los eventos, nunca podía permitirme esto. No, nadie podría ver a la organizadora bailando como una loca, o eso arrumaría nuestra imagen, pero si tal vez podía salir más.
Ni siquiera recordaba la última vez que siquiera había ido a un bar.
Con Edward fuera de casa la mayor parte del tiempo y el trabajo, había dejado de divertirme, en algún punto. Pero tampoco era ya una adolescente. No, pero podía divertirme aun. Al menos una vez al mes o dos.
-¿la novia me puede prestar a su dama de honor?- James apareció frente a nosotras y me miró con su cara de ganador
-seguro- Alice sonrió- haz que la pase bien
Yo mire a mi amiga sin poder creérmelo ¿estaba jugando?
Evitando poner los ojos en blanco, baile con James sin decir absolutamente nada por las siguientes dos canciones. Viendo como sus manos intentaba pasarse de la raya y yo me apartaba de el en el momento justo. ¿Acaso él nunca iba a rendirse?
Y cuando pensé que nadie podía hacer eso peor, apareció el señor misterioso, con un andar muy seguro y con toda la intención de bailar conmigo.
-¿puedo?- él se metió entre James y yo. Éste lo miro algo reacio, pero finalmente se aparto
-seguro-dijo y tras apartarse de mí, regreso a la mesa.
-¿bailamos?-su voz sonó algo más gruesa de lo que la recordaba.
La primera palabra en 3 horas y es ¿esa?
-seguro- yo le puse los ojos en blanco y tome su mano sintiendo como una maldita canción lenta estaba comenzando
Oh, no, él no…. No podía haberlo hecho. Tenía que ser una coincidencia ¿o no?
No había forma de que él le hubiera pedido al dj eso ¿o sí? No lo había visto, pero en realidad no había estado mirando precisamente al dj durante la canción anterior, y en su lugar solo había tratado de que James se mantuviera la margen.
Su mano se fue a mi cintura y me miro a los ojos complacido.
Eso iba a ser increíble, me dije.
-no pensé que fueras a hablarme en toda la noche, mucho menos a sacarme a bailar- espeté apoyando mis manos sobre sus hombros
-bueno, estaba esperando mi oportunidad de apartarte del imbécil que ha estado insinuándosete desde que comenzó al fiesta
Así que lo había visto, por supuesto que sí. ¿Imbécil? Si, tal vez James lo merecía, pero decirlo en voz alta… Emmett parecía demasiado confiado de sí mismo, más aun de lo que recordaba.
-¿y si no quería bailar contigo?- desafié
Emmett me miro serio, pero luego su expresión se suavizo.
-bueno, aun no te has ido de mi lado-se jactó
El me hizo girar y al volver a agarrarme de las manos, mi pecho choco con el suyo a causa del impulso. Uno muy firme si me lo preguntan. Pero claro, no necesitaba ser adivina para ver que él se ejercitaba. Ese traje por si solo lo demostraba a cualquiera chica que detuviera sus ojos sobre él. Una espalda ancha, brazos marcados y un pecho y abdomen firmes. Desde luego mirar era una cosa, estar lo suficientemente cerca como para tocarlo, era otra.
-no voy a armar una escena- me justifique
-bien- él sonrió muy satisfecho- entonces disfrutare del resto de la canción
Yo le puse los ojos en blanco, pero él no le dio importancia.
No se sentía mal bailar con él, sostener su mano y sentir la otra en mi cintura… Debería de estar furiosa con él, lo estaba, en alguna parte de mi cabeza, pero mi cuerpo solo parecía dejarse llevar hacia donde él lo quisiera, acompasándose a sus movimientos de baile.
-te ves preciosa, por cierto-dijo dedicándome una de esas sonrisas torcidas suyas que en otro momento me habría derretido frente a sus ojos, mientras que ahora me contenía para no hacerlo.
-me veo igual que el resto de las damas de honor
-te ves mejor que cualquiera de ellas- me corrigió, haciendo que yo me quedara callada.
Oh, no empieces con los halagos, pensé. Porque hay un montón de cosas que podría decirle también a él, pero me negaba a hacerlo.
- y me alegra mucho verte de nuevo
-así parece-respondí irónica
-lo digo en serio, Rose- el me miro a los ojos y yo supe que no estaba mintiendo- aún sigo pensando en ti
-¿eso le dices a todas tus ex?- volví a desafiarlo. Oh, tienes que calmarte, pensé, el vino es el que está comenzando a hablar. El vino y los malos recuerdos
-¿así que eso es en lo que crees que me he convertido? ¿En un mujeriego?
-bueno, no tendría manera de saberlo- Esta vez fue él, quien me puso los ojos en blanco
-no tienes que estar a la defensiva conmigo- pidió
Yo no estaba tan de acuerdo en eso.
-¿crees que no tengo motivos?
-sé que fui un imbécil, pero he cambiado
-oh, apuesto a que si- dije aun con mi armadura bien puesta y una confianza que había aparecido recientemente
-Rose…- él puso su mano sobre mi mejilla y me miro- no te das una idea de cuánto te he extrañado ¿o sí? –Yo no contesté- aun lo hago
Y por un instante me congele. Al verlo a los ojos mi corazón se detuvo por unos segundos y tuve que recordarme a mí misma que ahora estaba comprometida con otro hombre, uno al que amaba, aunque no sé si tanto como alguna vez lo había amado a él.
-¿qué crees que vas a conseguir con esto?- dije apartando mi rostro de su mano y sintiéndome enfadada conmigo misma por haberme permitido dudar de mi misma por un segundo.
-te quiero a ti
-bueno, eso no va a suceder- sentencié en un tono prepotente
-nunca pierdo las esperanzas- y me sonrió como todo un ganador. Oh, Maldito infeliz. Solo estaba jugando conmigo… ¿para esto me había sacado a bailar?
-Emmett, por favor- dije tratando de ser razonable con él- esto es… estúpido. Estoy comprometida, y tú, bueno, realmente no me importa con quien estés o no. Pero no tiene caso que hagas esto
-¿por qué no?
-¿no acabo de decírtelo?
-¿por tu prometido?- yo asentí- no lo veo aquí tratando de apartarte de mi
¿Así que de eso se trataba? ¿De una guerra de territorios? ¿Eran hombres o acaso perros?
Además, él estaba siendo injusto. Edward estaba trabajando, e incluso cuando eso no fuera una buena excusa, no es como si hubiera faltado a la fiesta por que quisiera hacerlo.
-eres un idiota- dije al escuchar como el final de la canción estaba por llegar
-pero tengo razón- yo negué con la cabeza- si realmente le importaras tanto a este tipo, ¿Por qué te dejaría sola en un día tan importante como este? En la boda de tu mejor amiga
Yo lo mire con rabia y me aparté de él apretando los dientes.
El… ¿Cómo lo sabía? ¿Cómo sabia de Alice y yo…?podría haberlo adivinado, o quizás sabia más de mil de lo que esperaba. Más de lo que yo había sabido de él en los últimos 9 años.
-no quiero… volver a hablar contigo- dije y me dirigí al baño hecha una bola de nervios y desesperación.
Dios, eso había sido patético ¿no quiero volver a hablar contigo? ¿Era eso todo lo que podía decir?
Tal vez hubiera sido mejor un "regresa de donde viniste" aunque tal vez hubiera sido muy rudo.
Mierda, ¿es que justo hoy había tenido que aparecerse?
Cuando estaba sola y vulnerable. Cuando me sentía una idiota y al mismo tiempo alterada por que todo en la fiesta saliera bien y mi amiga se lo pasara de maravilla.
Agradecida que no hubiera nadie en los baños y cerré la puerta detrás de mí en cuanto entré para tener un poco de privacidad.
Quería llamar a Edward, al menos escuchar su voz, tal vez eso me calmaría un poco. Pero había olvidado mi maldito celular en la mesa.
Me mire frente al espejo y suspire.
No me veía mal, Alice había acertado con el modelo de los vestidos. Era sexy y algo dulce al mismo tiempo. Y obviamente los hombres también lo habían notado.
"haz que se muera de celos al verte y se arrepienta de haberte perdido", las palabras de Alice volvieron a mi mente. Pero ¿Cómo podía hacerlo?
Lo de recién por lejos podría haberle generado celos, y en su lugar solo me había hecho ver ridícula.
Podía usar a James, incluso cuando me arrepintiera de ello más tarde. Él parecía ser la solución más viable, eso y conseguir hablar con Edward en la mesa mientras todos estaban allí.
Arreglando un poco mi cabello, puse mi mejor cara de póker y salí del baño dispuesta a comportarme por completo indiferente con él por el resto de la noche y celarlo incluso si era necesario.
La tanda de baile aún no había terminado, así que pude escabullirme de regreso a la mesa sin que lo notaran demasiado. Y como Ángela estaba ya en su sitio aproveche la oportunidad para hablar con ella y mantener mi cabeza ocupada.
-¿te lo estás pasando bien?
-desde luego- ella me dedico una sonrisa amable- aunque debería haber venido con alguien. Soy terrible para venir a este tipo de fiestas sola
-bueno, no eres la única sola- la alenté
-no, pero tu estas comprometida, y la mayoría de los tipos aquí lo saben o tienen el anillo en tu mano que se los recuerda- explicó- yo por otro lado, tengo el cartel de "libre" pintado en la frente
-¿así que estuvieron molestándote?
-después del séptimo, deje de contar con cuantos tipos he bailado
-y ninguno te gusto
-no hasta ahora. Y no quiero… no soy ese tipo de chicas ¿sabes? Con la que puedes follar en una boda y luego no ver nunca más
-eso no tiene nada de malo Ángela - dije- que no seas la zorra no significa que no valgas la pena
-¿tú crees?
Pude ver a Emmett entre la gente acercándose hacia la mesa viéndome muy serio, e incluso tal vez, algo enojado.
-los hombres son unos idiotas- dije lo suficientemente fuerte para que él lo escuchara, mientras que Jess soltaba una risotada
-brindemos por eso- ella alzo su copa y yo tomé la mía para chocarla y luego beber un buen trago de vino mientras mis ojos se iban inevitablemente de nuevo hasta el, quien me observaba con curiosidad.
Revisando nerviosamente una vez más mi teléfono, vi que tenía un mensaje de texto de Edward.
"Lo siento, estaba en una reunión. Espero te lo estés pasando bien. Te quiero."-E
Mordiendo mis labios y evitando maldecir volví a meter el teléfono en mi bolsillo. Claro que cuando estaba sacando mi mano de él, de alguna manera mi brazalete se quedó enganchado, soltándose de mi muñeca y cayendo al suelo en cuanto yo había tironeado.
-oh, no- dije preocupada. ¿Cómo es que….?
Al tomarlo entre mis manos y colocarlo sobre la mesa, vi que el gancho estaba roto, con solo un pequeño tirón. Mierda.
Tenía ese brazalete desde hacía casi diez años, y nunca le había ocurrido nada. Siempre lo tenía puesto, y solo me lo quitaba para ducharme, y hoy, justo hoy, el día en el que creía que nada podía salir mal, tenía que pasar también esto.
Enfadada y angustiaba, tome el brazalete y lo guarde en mi otro bolsillo, esperando poder llevarlo a reparar el lunes después del trabajo.
Cuando volví mis ojos a la mesa, Emmett aún estaba observándome en silencio, obviamente aun sin entender lo molesto que podía ser eso para mí.
Quitando mis ojos de él por un momento, volví hacia Ángela y traté de buscar un tema de conversación que no me llevara ni a los hombres ni a nada que tuviera que ver con ellos.
Y ella, agradecida, estuvo más que animada de conversar conmigo hasta que el resto de los invitados regresaron a sus mesas al final de la tanda de baile.
Estaba por comenzar la mesa de dulces y el corte del pastel de los novios.
Y mi discurso como dama de honor de la novia.
Lo tenía todo en mi cabeza, pero aun así había anotado una lista con los temas por tocar, para no olvidarme de ninguno.
Sacándolo de mi bolsillo, sentí mi teléfono sonar.
Era Edward, llamándome.
Sorprendida de que fuera él quien estuviera llamando ahora, contesté rápidamente mientras observaba la puerta de la cocina, rogando que el pastel de los novios no saliera sino hasta después de que cortara la llamada.
-Edward- dije
-hola, amor ¿Cómo te lo estás pasando?
-bien- dije- ¿Qué tal tú?
-todo bien esta ahora. La reunión fue buena, y mañana cerraremos el trato así que estaré en casa el domingo por la tarde a más tardar
-de acuerdo
-¿Qué tal la fiesta? ¿Cómo está Alice?- Edward parecía de verdad estar interesado
-todo va según el plan y Alice se lo está pasando de maravilla- contesté
-me alegro mucho, Rose, de verdad
Yo mordí mis labios evitando maldecirlo. Él no estaba allí conmigo, y por eso yo no me lo estaba pasando bien. Solo estaba tratando de mantener mi cabeza ocupada en los detalles de la fiesta y cosas triviales, en lugar de pensar en Emmett y en nuestro pasado. Y en porque él parecía estar más interesado que mi prometido en que yo me lo estuviera pasando bien en la boda de mi mejor amiga.
Rápidamente le di una mirada a Emmett y lo vi realmente concentrado en mí y en la llamada que había recibido.
Tienes que sonar convincente, sonar enamorada y no enfadada con Edward, me dije. Él tiene que tener celos, no creer que estas libre o vulnerable.
-de verdad te extraño- dije
- también yo, cariño- dijo- solo será un día más, eso es todo.
-lo sé- incluso puse mi cara de perrito
-Dios, no me hagas extrañarte aún más de lo que ya lo hago
-¿por qué no?
Edward soltó una risa juguetona del otro lado de la línea
-¿no estás sola ahora o sí?
-no
-lo imagine- el volvió a reír-así que dejemos todo esto para cuando vuelva ¿de acuerdo?
-está bien- yo sonreí
Acostarme con él era lo único que necesitaba ahora mismo. Acostarme con mi prometido y así poder dejar de pensar en ese que había formado parte de mi pasado; y que con ojos inquisidores. Me observaba ahora mientras el resto de la mesa estaba conversando y riendo muy entretenidos
-muy bien-acordó Edward del otro lado de la línea- llámame cuando llegues a casa
-lo haré-prometí- ¿aun estarás despierto?
-por supuesto que si cariño-aseguró- hablaremos luego
-bien, te amo
-también yo, adiós
-adiós- y cuanto las palabras terminaron de salir de mi boca él colgó.
Fingiendo que esa llamada había sido mucho más de lo que realmente había sido, sonreí y guardé mi teléfono en mi bolso una vez más.
-¿así que Edward? ¿Y dónde está ese desgraciado?- James preguntó rápidamente
-está en Florida, por trabajo- expliqué- no volverá hasta mañana por la noche
-oh, Florida…- dijo James- lo que daría por estar allí, en la playa, con unos margaritas…. Chicas lindas en bikini…
- no creo que Edward este en la playa con chicas- opinó Embry- vamos, James... conseguirás que Rose solo se sienta mal
-oh, no, esa nunca fue mi intención- dijo-solo envidio a Edward por su trabajo. Viajar todo el tiempo, conocer sitios nuevos…. Es como si todos los días fueran vacaciones
Sí, pero también casi nunca estaba en casa, mucho menos en la temporada alta. Solo viajaba de un sitio a otro, regresando a casa por dos o tres días antes de marcharse de nuevo.
Pero tal vez para él si fueran vacaciones. Viéndolo de ese modo, él parecía tener el trabajo más increíble del mundo.
Yo puse los ojos en blanco y mire hacia la puerta de la cocina.
Y gracias a Dios, los mozos comenzaron a salir llevando consigo el pastel de bodas, mientras de fondo se escuchaba la voz del presentador anunciando el brindis de los novios y la llegada de mi discurso.
Poniéndome de pie incluso antes que el resto, comencé a aplaudir y me guardé mi orgullo lastimado y mi enfado para cuando estuviera sola en casa.
Se que han pasado como un millón de años son que he subido algo y que probablemente muchas de ustedes o bien hayan dejado de seguirme o que ni siquiera ya lean fics.
Bien, me han pasado como mil cosas desde la ultima vez que subí algo. Termine una carrera, comencé otra, tuve una enorme crisis personal y perdí a dos de mis mascotas.
También se que había prometido terminar uno de mis fics y aun no he podido hacerlo. En algún momento lo haré, no se desilusionen. Solo quiero encontrar una buena manera de terminarlo.
Mientras tanto, les dejo este capitulo de una idea que llevo varios meses desarrollando. Ya va muy encaminada, y espere al menos hasta tener casi la mitad de la historia terminada para comenzar a subir algo, así si me retrasaba escribiendo, aun tendría algo que subir.
En fin, espero les guste y me digan que les parece.
Seguimos aun con mi duo favorito de Emmett.- Rosalie. En esta ocasión, ella esta con otro, pero eso no detendrá a su viejo novio.
Déjenme sus reviews contándome que les gustaría que suceda.
En fin, actualizare una vez por semana, y como mucho cada 15 días, probablemente los fines de semana.
Es es todo
Mis saludos a todas mis viejas lectoras si aun están por ahí y también a las nuevas.
Bella McCartney Darcy
