Without The Light

Capítulo 1

Un sujeto miraba fijamente la casa. Era una casa blanca, no muy grande, con un gran letrero encima de la puerta.

– Es aquí – murmuró el hombre al ver el cartel que decía "Clínica Kurosaki", corriendo rápidamente hacia la casa.

Ichigo estaba acostado en su cama, mirando al techo mientras esperaba a que su padre y sus hermanas regresaran. Era un chico común, o eso era lo que él creía. Se diferenciaba de la gente normal por una simple razón: veía fantasmas, espectros que se mueven normalmente por las calles, casas, tiendas o por los lugares más comunes. Además, sentía la presencia de personas, animales, o cosas que él no conocía. Tenía presentimientos, como el que estaba sintiendo en ese momento, como si algo o alguien estuviera acechándolo. Pero aquel presentimiento se le hacía familiar.

De repente, entró a su cuarto una chica pequeña, con un kimono negro y una katana totalmente blanca que colgaba de su cintura. Tenía el cabello negro, que llegaba hasta los hombros y un mechón cubría parte de su ojo izquierdo.

– ¡Ichigo corre! – gritó la chica justo antes de que un sujeto de traje blanco y pelo amarillo, con un enorme agujero en el centro del pecho, atravesara la ventana con tanta velocidad que todos los cristales se volvieron añicos y salieron disparados por toda la habitación.

La chica saltó por encima de Ichigo, desenvainando velozmente su katana y atacando al hombre vestido de blanco, que se defendió sin problemas con su mano derecha, al mismo tiempo que sacaba su espada. Ella dio un salto atrás justo antes de que él atacara. El sujeto contraatacó con gran velocidad dejando huellas profundas en el piso. Levantó su espada, golpeando a la de ella, generando una onda expansiva que hizo que todos los cristales del piso se movieran y chocaran contra las paredes. El piso se rompió al no poder soportar tanta fuerza, haciendo que los dos cayeran al primer piso. La chica se apartó de su enemigo y rápidamente intentó atacarlo, pero él se impulsó con la pared, saltando hacia otra y atacando a la muchacha de cabello negro por el lado izquierdo, dejando una herida profunda en el brazo de ella, quien gritó con fuerza yéndose hacia atrás.

– Te subestimé, Ryosuke. Nunca pensé que serías tan fuerte – dijo ella.

– ¿Por qué lo proteges, Rukia? – preguntó Ryosuke con tono presumido.

– Porque es mi compañero, y él me protege cuando necesito ayuda – respondió Rukia segura de su respuesta.

– ¡Yo no entiendo sus bobadas de compañerismo! – exclamó antes de atacar bestialmente pero Rukia, sin inmutarse, pronunció cuatro palabras:

Some no mai, tsukishiro.

En ese momento un círculo de luz iluminó debajo de Ryosuke. Éste, asustado, intentó apartarse de él, pero fue demasiado tarde pues un cilindro de hielo del tamaño de la circunferencia salió del suelo, congelándolo.

– ¡No ganarás! ¡Los shinigami morirán! ¡Él señor Aizen los matará a todos! – gritó Ryosuke antes de que el hielo se desintegrara en pedacitos.

Rukia subió rápidamente a la habitación de Ichigo, quien le dio una patada en la cara, dejándole la marca del zapato.

– ¡¿Se puede saber por qué hiciste eso?¡ – exclamó Rukia enojada.

– ¿Quién eres tú?

– ¿Y ahora qué te pasa? – preguntó la chica, confundida –. Soy yo, Rukia.

– No te conozco – contestó él con un bate de beisbol en las manos.

– ¿Cómo que no? Estuviste luchando junto a mí y los otros shinigami por...

– ¿Shinigami? – le cortó el – ¿Esperas que me crea eso?

– ¿No recuerdas nada? – dijo ella con pésame.

– ¡Qué se supone que debo recordar! – exclamó confundido.

– ¿En serio no recuerdas nada de mí?

– No te recuerdo

– Pero, todo este tiempo… – a Rukia se le aguaron los ojos, pero se contuvo y comenzó a explicarle todo.

– Me llamo Kuchiki Rukia. Soy un shinigami que hace tiempo te transfirió sus poderes, Ichigo. Tú eres un shinigami.

– ¡¿Qué? – dijo él, soltando el bate y cayendo hacia atrás

– Exacto, tú eres un shinigami. Y no cualquier shinigami. Eres uno de los más fuertes. Fuiste el único que pudo derrotar a Aizen, un shinigami que nos traicionó a todos. Pero alguien liberó a Aizen de la oscura prisión, y secretamente abrió una Garganta, para que todos los seres malignos llamados hollow invadieran el Seireitei, lugar donde viven los shinigami y mató a nuestro comandante general de las trece divisiones Shigekuni Yamamoto. Ahora Aizen controla la sociedad de las almas, nosotros los shinigami huimos, nos escondimos y algunos murieron. Vivimos ocultos, con miedo, pero con ganas de recuperar lo que era nuestro desde un principio.

-Te creo

-¿En serio?

-Sí, eso explica por qué un extraño sujeto me atacó y porque veo fantasmas. Y si soy un shinigami como dices, te ayudaré a ti y a tus amigos.

-¿Harías eso por mí?

-Claro que lo haré.- Dijo mientras extendía su mano. Rukia con un gesto de felicidad sujetó su mano. –Llévame a donde quieras.- Rukia lo agarró fuertemente de la mano y los dos fueron corriendo lejos de este lugar.