Sobre cómo nos enamoramos

Capítulo 1

Saori se encontraba en su despacho en el edificio de la Fundación Kido, acompañada de sus asistentes y consultores personales, ni más ni menos que Saga y Kanon. Siempre que los veía llegar sonreía, ya que su presencia allí era algo que siempre iba a agradecer. Después de tanto derramamiento de sangre sus plegarias fueron oídas por Zeus, quien les permitió a todos regresar a la vida, arrepentido por ver tanta sangre derramada por culpa de los caprichos de los dioses.

De momento ellos eran los únicos dorados que vivían en Japón. El resto de los caballeros de bronce si bien compartían con ella en la mansión, estaban estudiando o trabajando. De hecho Ikki le resultó muy útil y dado que no le agradaba vivir con tanta gente a su alrededor era el encargado de representar a Saori en varios negocios y tareas de la fundación en distintas partes del país y del mundo.

- Athena, los trabajos en la mansión están a medio concluir – comentó Kanon mientras observaba unas anotaciones en su notebook-, y la mitad de las habitaciones están sin poder ser ocupadas. ¿Aun así entraremos todos?
- Claro Kanon, de última compartirán habitaciones hasta que terminen las otras. Hummm, olvidé llamar al decorador, no he tenido tiempo y quiero ocuparme de ello personalmente.
- También necesitas un nuevo jardinero, pero ya tengo uno con buenas referencias.
- ¿Tienes su curriculum?
- No hace falta, se especializa en rosas, es un pesado, tiene un blog de jardinería muy seguido además de lecciones del tema en video cada dos semanas… Ah! Y es el habitante de la doceava casa del Santuario. Y lo hará gratis seguro, tu jardín es un desafío.
- ¿Afrodita? ¿Cómo no se me ocurrió? Bueno, pero no olvides al decorador Kanon, no quisiera que termines haciendo tu el trabajo.
- Bien dicho Saori, no confío en mi hermano para esas cosas – dijo riendo Saga.

Kanon estaba por quejarse cuando la puerta se abre y entra Seiya.

- ¡Hola a todos! - con su típica sonrisa - ¿Almorzamos Saori?
- Tú no tocas la puerta antes de entrar por lo que veo – comentó el mayor de los gemelos.
- Claro Seiya, nos vemos después amigos.

Todos se levantaron, si bien ya estaban acostumbrados a que a esa hora Seiya entrase sin preguntar sonrieron, no sin antes ambos gemelos despeinaran al muchacho como gesto de broma y cariño.

Shion había recibido vía cosmos el aviso de Saori. Después de todo era más rápido que por teléfono. Todos los dorados estaban invitados a pasar un tiempo en Japón de vacaciones. El Patriarca estaba feliz por ello pero a la vez algo preocupado. Desde que terminaron las guerras controlar a los santos era un lio y ahora si se iban de vacaciones iba a ser peor.

- Hey, ¿Por qué esa cara? – le preguntó Dhoko.
- Athena nos invita a todos de vacaciones a Japón, nos quedaremos en su mansión – llevándose una mano a su frente.
- Esas son buenas noticias, tendremos vacaciones – guiñándole un ojo con el último comentario.
- No, ellos tendrán vacaciones. Nosotros tendremos que estar detrás de ellos evitando líos. Si sabia me quedaba bien muertito. Estoy harto de hacer de "mama oveja".

Shion no tardó en avisarles a todos que debían hacer las maletas. Aerolíneas Shion partiría esa misma tarde. El patriarca tuvo que cortar la conexión ya que sintió un grito a coro de "¡Vacaciones!" de parte de todos, y no deseaba ningún dolor de cabeza.

Esa misma tarde estaban todos reunidos en el salón del Patriarca. Shion como líder del grupo contó a todos y vio que estaban listos. En segundos partieron a la mansión. Tras un flash blanco todos se encontraron en la entrada de la casa de Athena, una gran mansión de estilo clásico. No llegaron a golpear cuando los caballeros de bronce acompañados de Saori abrieron gritando al unísono "¡Bienvenidos!".

Todos estaban más que contentos, y no les importó que tuviesen que compartir cuartos. Luego de merendar algo comenzaron a acomodarse. Excepto Shura, Aioros y Milo que conectaron una Playstation 3 en el televisor y se turnaban para jugar pues sólo tenían dos mandos de control. En eso se acerca a observarlos Shaka y se les une a jugar aunque no entendía muy bien cómo funcionaban los controles. Tanto Seiya, Hyoga, Shun y Shiryu estaban contentos de tener a sus amigos allí, era un excelente momento para recuperar el tiempo perdido. El tiempo pasó rápido y llegó la hora de la cena. Todos se sorprendieron ya que Saori misma la había preparado con sus propias manos. Para ese momento Shaka era el único que quedaba frente al televisor jugando, y al oír el aviso de la cena recordó que aún sus cosas estaban en la entrada.

- ¡Shun! – lo llamó al ver que estaba yendo hacia el comedor -. Disculpa, me entretuve y no ubiqué mis cosas ¿Qué cuarto me toca?
- Ah, sí. Dado que la mansión se encuentra en reparaciones vamos a estar compartiendo los cuartos, ven, veamos cual te quedó. Creo que ya se asignaron casi todas.

Subieron y tras revisar Shun se dio cuenta que sólo quedaba libre la de Ikki.

- Pues esta del final es la que queda parece. Es la de mi hermano, igual está de viaje así que supongo no habrá problemas.

Shaka se preocupó un poco dado que a diferencia del resto de los cuartos que tenían camas dobles, triples o literas, ésta tenía una cama de dos plazas.

- Espero que estés cómodo. No tardes, la cena está lista.

El rubio dejó sus cosas y observó el cuarto. Elegante y minimalista la decoración, apenas unos muebles y no mucho más. Unas cortinas hasta el suelo cubrían el ventanal que daba a un balcón. Apagó la luz y se retiró.

La cena transcurrió entre risas y anécdotas y tras una pequeña celebración todos se fueron a dormir, más obligados por Shion que por gusto propio. Era día de semana y sus anfitriones tenían deberes que realizar. A regañadientes obedecieron y fueron a sus habitaciones designadas. En algunas estarían algo apretados, aun así se arreglaron. Shun aprovechó y dejó a Hyoga en su cuarto, y el cisne le dejo el suyo a Milo y a Camus. En el cuarto de los gemelos se les añadió Shura y Aioros, en otro estarían Shiryu, Dhoko y Shion; Afrodita y Deathmask tuvieron suerte y se quedaron en el cuarto de Hyoga, Seiya compartiría con Aioria, Aldebarán y Mu. Shaka se dirigió solitario a su cuarto, o más bien el de Ikki. Al dejar la ventana algo abierta podía oír los ruidos de los otros cuartos, risas y música, hasta que Shion les avisó a todos que la corten con el lio y se durmieran. Shaka dormía apaciblemente sin importarle los ruidos de sus compañeros de armas.

Eran cerca de las 3 am cuando la puerta de la mansión se abre. Ni más ni menos que Ikki regresa con sus maletas y se dirige hacia su cuarto. Estaba bastante cansado así que ni se percató del desorden que había y de algunas cosas tiradas. Abrió la puerta de su cuarto y sin prender la luz comenzó a quitarse su ropa y a dejarla sobre una silla, quedando sólo en bóxers. Cuando se acercó en la cama para meterse sintió que tocaba algo…

- Pero que…

El Fénix prendió la luz del velador y vio mechones largos de cabello rubio que tapaban en parte el blanco rostro de Shaka.

- ¡¿Pero Qué diablos haces en mi cuarto? – gritó y despertó al caballero de Virgo con unos almohadazos.
- ¡Ayyyy! – se despertó sobresaltado Shaka -. Detente Ikki, ayy – continuó hasta que le arrebató la almohada.
- ¡Te vas de aquí ahora mismo! ¡¿Quién demonios te dio permiso para meterte en mi cama?
- Está bien, como gustes. Eres un pésimo anfitrión ¿Sabías? Y tu hermano fue quien me dijo que podía quedarme aquí.

Shaka tomó una manta y con la almohada se fue del cuarto, decidió bajar hasta el living y dormir en uno de los sofás. Ikki lo siguió regañándolo.

- ¡Cállate Fénix! O despertarás a todos. Dormiré en el living, y déjate de pasear en paños menores por la casa de Athena.

Ikki se quedó a mitad de las escaleras y vio como el rubio se acomodaba. Pegó un salto y quedó al lado del sofá.

- Ya no estoy en tu cuarto, déjame dormir – tapándose todo para que no lo molestaran.
- ¿Se puede saber que haces aquí? – bajando la voz, no quería que Saori se despertara y lo regañara.
- Pues veo que no te enteraste. Estamos todos los caballeros dorados invitados a estar un tiempo aquí, y no me quedó más que ocupar tu cuarto – le contestó algo desganado.
- Ohh diablos… Hubieses empezado por eso…
- Me corriste antes de poder decir algo – lo miro furioso Shaka.
- Uyy está bien, perdóname – diciendo las disculpas sin mucha gracia -, pues quedarte en mi cuarto aunque no me gusta compartir la cama pero veo que no me queda otra. Y si Saori te ve durmiendo aquí me dará una tunda o algo.

A Shaka no le gustó para nada la forma en que Ikki lo trató, pero tampoco quería problemas. Solo esperó no haber despertado a nadie con la pelea.

- Bueno… Espero que no ronques ni te muevas mucho – dijo Ikki mientras se metía a la cama y le daba la espalda a Shaka.
- Gracias Ikki, eres muy amable – muy sarcástico – Que descanses Fénix gruñón.
- ¿A quién le dices gruñón? – se dio la vuelta para seguir discutiendo.
- Shhhh. No grites o empezarán a quejarse, y te aviso que mis compañeros son mucho más pesados que yo.
- Mmmm, está bien. Buenas noches.

Ikki tardó unos minutos en lograr dormir, la presencia del rubio en su cama se le hacía algo extraña, pero a la vez tranquilizadora. Se durmió preguntándose el por qué de esa sensación.