Sé que debería escribir mis demás fics pero... desde el final de la temporada esta idea no ha dejado mi cabeza ¡Pobre Regina! Por lo que, decidí hacer mi pequeña aportación.
De una vez aviso, al principio comenzó como una historia completamente OutlawQueen, PERO... habrá algo de MadQueen, nada de que preocuparse... cuando lean lo entenderán.
Disclairmer: Solo la historia es mía, los personajes y demás son de sus creadores.
Regina salió rápido de Granny's, ahora no tenía duda alguna de que se arriesgó por nada. Marian estaba de regreso, Emma la había traído consigo y eso solo significaba una cosa: Robín la dejaría. ¡Claro que lo haría! tenía a su esposa de regreso ¿Para qué quedarse con su segunda oportunidad cuando había recuperado a su primer amor verdadero?
Se fue corriendo, escuchó que alguien la llamó pero no volteó. Corrió como si su vida dependiese de ello y para cuando se dio cuenta había llegado al límite del pueblo. Lentamente se acercó al borde, podía sentir la barrera vibrando con magia esperando a que alguno de los habitantes saliera para borrarles la memoria, por un momento pensó en dar media vuelta y regresar pero… también pensó en que si la cruzaba su memoria sería borrada, con un empujoncito de su magia podría hacer que la barrera también borrara completamente a Robín de sus recuerdos y sería simplemente la Alcaldesa Regina. Se acercó lentamente hasta casi tocarla y levantó temblorosamente una mano, a nada estaba por cruzarla cuando escuchó a alguien a sus espaldas.
─ No creo que salir del pueblo solo para olvidarlo sirva de algo, perderías mucho con eso - volteó y se encontró con que era Jefferson quien le hablaba -
─ ¿Perdería qué, exactamente? En mi memoria solo sería la Alcaldesa Regina Mills, y sabría que Henry es mi hijo… Es todo lo que necesito - le respondió mirando de nuevo hacia el frente -
─ ¿Lo dejarías todo atrás solo por él? - cuestionó en un tono divertido -
─ Claro que sí, es mi hij… - comenzó a alegar pero la interrumpió -
─ No me refiero a Henry y lo sabes ¿acaso tuvieron una pelea o qué? No suele actuar así su majestad - notó como bajo la mano y su postura dejó de estar rígida y segura -
─ La recuperó… - susurró, no sabía por qué le decía todo a él, pero estaba tan cansada de todo que le daba ya igual sincerarse, precisamente, con Jefferson -
─ ¿La memoria?
─ No, la recuperó a ella… a su esposa
─ ¿Qué no estaba muerta?
─ Emma la salvó, la trajo con ella y ahora estarán juntos… yo ya no tengo nada que hacer con él... me dejará
─ No eres la primera que sale con un corazón roto ¿Por qué llegar a tal extremo? - sabía que estaba siendo duro con ella, pero por todos los cuentos ¡Ella era la Reina Regina! y estaba montando una patética escena que le recordaba a las pobres princesas que pensaban que su vida era una tragedia -
─ ¡No lo entiendes!... el polvo de hadas dijo que él era mi segunda oportunidad… y ahora con el regreso de ella me he quedado sin nada… lo perdí y perdí mi última oportunidad con él…me arriesgue por nada y termine sola como tanto temía - se dejó caer de rodillas, las fuerzas la abandonaron -
─ ¿Y todo esto por polvo de hadas? Me sorprende que siendo tú creas en esas cosas… pero no creo que hayas perdido nada, al menos buenos recuerdos debes tener con él ¿no? - se acercó lentamente a ella, la mujer estaba con la cabeza gacha y por los espasmos podía adivinar que estaba suprimiendo su llanto - ¿Regina? - se hincó a un lado de ella y la tomó del hombro extrañado por ver de nuevo ese lado indefenso y triste de la mujer -
─ Lo perdí… estoy sola… nadie me necesita… él no me necesita y posiblemente lo que sentía por mi desaparecerá ahora que ella regresó… - volteó a verlo y Jefferson no pudo sino ver de nuevo a aquella joven herida, sola y confundida que era cuando la conoció -
─ Tú no estás sola - le dijo sosteniéndola con ambos brazos - no estás sola - reafirmó abrazándola, Regina se refugió en sus brazos, aquellos que le resultaban vagamente familiares -
Se quedaron un rato así, Jefferson aun no comprendía porque lo había dicho pero sabía que no mentía, Regina no estaba sola, tenía a su hijo y a la familia de este que ahora la consideraban parte de ella y en un pequeñísimo lugar de su mente sabía que también lo tenía a él. Regina soltaba pequeños suspiros, por su rostro había dos rastros de lágrimas que ahora estaban secos y se acunaba entre los brazos masculinos, aspirando también el aroma a menta que desprendía Jefferson, sintiendo una calidez que no recordaba haber sentido nunca, reconfortándose con la calma que le trasmitía el hombre.
Pero el clima pronto cambió y pequeñas gotas comenzaron a caer anunciando una pronta tormenta, por lo que se levantaron y sin mediar palabra Jefferson la llevó con él a su mansión. Regina no se quejó tan solo siguió al hombre caminando pronto aun cuando tuvieran un escudo contra la lluvia que ella hizo aparecer.
Al llegar fue Grace quien les abrió extrañada por ver acompañado a su padre, los siguió a la sala y se quedó con la mujer en lo que su padre iba a preparar algo para quitarse el frío. Primero la preadolescente se mantuvo a la entrada de la sala, mirando de lejos e intentando ubicar a la acompañante de su padre. Regina por su lado estaba sentada en el sofá frente a la chimenea, su mirada perdida en el fuego que daba calidez al cuarto.
─ Hola - soltó al final acercándose a ella, al parecer la mujer estaba triste -
─ Hola - respondió volteando a ver a la hija de Jefferson, era más grande que la última vez que la vió - ¿Tú eres Grace, verdad?
─ Sí ¿cómo te llamas? - se sentó junto a ella, la curiosidad brillando en sus ojos -
─ Regina, Regina Mills - se le quedo mirando, viendo que poco a poco la mente de la niña funcionaba y unía su nombre a su identidad del Bosque Encantado -
─ ¿Tú eres la reina?
─ En teoría, ahora soy la alcaldesa… pero sí soy, mejor dicho, era, la reina - en ese momento llegó Jefferson con tres humeantes tazas, dos de café y una de chocolate - gracias - tomó la taza que le ofrecía y volvió a fijar su vista en el fuego -
─ ¿Qué te sucede? ¿Por qué te ves tan triste? - la chica se acercó a ella y Jefferson aunque hizo amago de detenerla Regina le hizo un gesto para que la dejara -
─ Perdí al hombre que amaba - le dijo con una rota sonrisa, Grace al escucharla pudo notar lo que todo mundo decía, la reina Regina ya no era malvada -
─ ¿Qué le ocurrió?
─ A él nada, es solo que… recuperó a su esposa - su mirada era opaca - ella había muerto pero, cuando Swan y Hook regresaron en el tiempo la salvaron y ahora ella ha regresado
─ ¿Y ahora que pasará contigo?
─ Me dejara, por supuesto, ¿Por qué quedarse conmigo cuando ha recuperado a la mujer con quien se casó?
─ Eres muy bonita ¿no podría elegirte a ti en vez de ella? Después de todo él ya había aceptado su muerte y el amor que le tenía posiblemente ya no exista - razonó ella sorprendiendo a ambos adultos -
─ No creo linda, además ellos tienen al pequeño Roland, no creo que el prefiera estar conmigo que con su mamá
─ ¡No seas tan pesimista! El pequeño niño seguro que te quiere, yo he visto cuanto te ama Henry y él también tiene a su madre biológica con él
─ Supongo que podrías tener razón… pero no creo que este sea el caso, además, Henry creció conmigo - respondió mirándola con una sombra de sonrisa -
─ Grace, deja tranquila a Regina - Jefferson al fin la interrumpió -
─ Está bien, no me molesta - Regina volteó a verlo -
─ Aun así no está bien que pregunte tanto
─ Está bien, lo siento papá -Grace les sonrió a ambos, para después tomar a traguitos su chocolate -
Los tres observaban al fuego en silencio, pero no era un silencio incómodo sino uno relajante y agradable. Cuando las tres tazas estuvieron vacías Grace las llevó a la cocina dejando a los adultos solos.
─ Creo que… será mejor que me vaya - se levantó y estaba por tomar su saco cuando una mano la detuvo -
─ ¿Con esta tormenta?
─ Puedo irme en una columna de humo… no me mojaré
─ El punto es… que no estás bien Regina, no debes estar sola en estos momentos - la tomó de los brazos mirándola serio -
─ ¿Por qué te preocupo? Según yo, tú me odias - intentó zafarse sin mucho esfuerzo, esa cercanía no la comprendía -
─ No te odio, odié en lo que te convirtieron, no a ti y… te ayudo porque aun después de tanto tiempo sigo mirando frente a mí a esa joven herida y confundida que pensaba estaba sola - la intensidad de su mirada hizo enrojecer a Regina -
─ Estoy sola -repitió en un susurro apenas audible bajando la mirada -
─ No, no lo estás. Tienes a tu hijo y la familia de este y… me tienes a mí - agregó haciendo que volteara a verlo -
─ ¿Qué?
─ Te conozco desde hace mucho Regina, he visto cómo te han corrompido y como la magia te ha controlado… pero a pesar de todo siempre he logrado encontrar a esa joven inocente que eras al principio. Y no importa cuánto me tome pero haré que vuelva… para enseñarle que no está sola y que merece un final feliz - la abrazó fuerte y Regina aun en shock se dejó abrazar por él para después corresponder el abrazo mientras unas lágrimas se escapaban de sus ojos… ella realmente quería volver a ser esa chica -
─ Supongo que… ¿debo preparar la habitación de invitados, no? - Grace les preguntó desde las escalera, los veía a ambos con una ligera sonrisa -
─ Sí por favor… suponiendo que a ti no te moleste que ella se quede aquí - le respondió su padre -
─ No me molesta, ahora iré a prepararla - subió casi corriendo y los otros dos se quedaron observando las escaleras aun abrazados -
─ Se hace tarde, será mejor subir - dijo separándose lentamente de él -
─ Seguro
Ambos subieron las escaleras, Jefferson al frente para indicarle que habitación ocuparía.
─ Buenas noches - les dijo Grace antes de entrar a su cuarto -
─ Buenas noches… descansa Regina - Jefferson fue a la habitación principal y antes de que cerrara la puerta le escuchó decir -
─ Gracias Jefferson, por todo - después solo se escuchó la tormenta afuera -
La lluvia no cesó hasta tres días después, días que Regina los pasó con Jefferson y Grace. Esos días ella preparó la comida aun cuando Jefferson le decía que no era necesario y ella alegaba que era como pago por quedarse allí. Grace y Regina pronto establecieron una amistad, la chica daba gracias a que al fin tenía una mujer con la cual hablar, pues hablar de chicos y cosas de chicas era algo bochornoso con su papá. Jefferson se alegraba que al menos cuando Regina hablaba con Grace algo del brillo en sus ojos volviera y así tenía una esperanza de que Regina volviera a ser la de antes. También ambos habían recuperado su extraña casi amistad que tenían cuando Regina comenzaba a aprender magia.
Pero cuando la lluvia pasó fue hora de volver a sus vidas laborales. Regina no recordaba que, de hecho, la vida que le creó a Jefferson gracias a la maldición era de su asistente y que como a él le había dejado su verdadera memoria no trabajó para ella los 28 años que duró la anterior maldición, pero ahora cumpliría con ese papel. Así fue como los tres se encaminaron en el auto de Jefferson a dejar a Grace para después ir a la alcaldía.
Al llegar no eran los únicos que estaban llegando, Emma, Killian y Henry llegaban caminando frente a ellos y algo más retirados pero de espaldas a Regina y los demás estaban Robín y Marian llevando a Roland.
─ ¡Mamá! - Henry corrió hacia ella, Regina le dio un abrazo y una sonrisa tranquilizadora - ¿Dónde estuviste? Te llame a casa pero no estabas… ¿Jefferson? - volteó a ver extrañado a los acompañantes de su madre, era raro que el sombrerero saliera y aún más extraño verlo al lado de su madre -
─ Hola - lo saludó - Emma, Hook - saludó de una cabezada a los otros dos que se acercaban a ellos -
─ Jefferson ¿Qué haces aquí? - Emma lo miró extrañada, incómoda con la mirada de rencor que le dedicaba Regina -
─ Vine a dejar a Grace a la escuela, después iré a mi trabajo -contestó simplemente poniendo una mano en el hombro de su hija -
─ ¿Tú trabajas? - preguntó Killian con una sonrisa falsa -
─ A diferencia de otros, sí- le contestó en el mismo tono y con la misma sonrisa -
─ Bueno, se hace tarde, vayan los dos adentro - les dijo Regina a los chicos - te veré luego cielo - le dio un beso en la frente a Henry - ¿Grace traes tu almuerzo verdad? - le preguntó a la chica quien asintió antes de tomar a Henry del brazo e irse -
─ Los veo a la salida - dijo antes de jalar a Henry con ella dentro del edificio -
─ Un momento ¿Dónde estuviste estos días? - Emma volteó a verlos extrañada -
─ Pues yo… - le iba a decir, pero en ese momento Robín llegó -
─ ¡Regina! ¿Dónde has estado? Nos tenías preocupados, el otro día te fuiste y después comenzó la tormenta así que no pudimos buscarte - le tomó ligeramente del brazo -
─ Yo… - había volteado a verlo y se le había ido el habla, estaba allí… con Marian ¿y la trataba con tanta familiaridad, enserio? - yo…
─Se nos hace tarde, será mejor ir ya al trabajo Regina - habló por ella Jefferson tomándola del brazo que sostenía Robín haciendo que la soltara para regresar al auto, ella no opuso resistencia y se despidió con un gesto de los demás - por cierto… ella estuvo conmigo estos días, si tanta curiosidad tienen - les dijo antes de subir al auto e irse -
Los cuatro se quedaron viendo como el auto se alejaba, ninguno salía del shock ¿Regina y Jefferson? ¿Qué ocurría aquí?
─ Esos dos no sabía que eran amigos… - comento Hook extrañado -
─ No lo son… Jefferson se supone odia a Regina - Emma aun no apartaba la vista del coche, cuando notó como Robín se abría paso y seguía su camino -
─ Pues al parecer son más cercanos de lo que quería que supieran - comentó molesto al pasar, con Marian siguiéndolo extrañada y Roland corriendo a la escuela -
El auto de Jefferson llegó pronto al estacionamiento de la alcaldía, apagó el motor y volteó a ver a Regina que seguía con la mirada fija al frente.
─ ¿Lista para el trabajo?
─ Sí, yo… solo necesito un momento… baja tu primero - agachó la cabeza tapando su cara con el cabello -
─ No - volteó completamente y le puso una mano en el brazo - si me dices eso para dejarte sola y que llores por ese tipo, no lo haré, prefiero quedarme contigo y apoyarte
Por un momento se quedaron sin moverse de sus lugares, hasta que Regina soltó un quejido y se quebró, Jefferson la abrazó y dejo que, de nuevo, se desahogara. Duraron allí cerca de una hora y después ambos bajaron. Entraron y la mayoría se extrañó de ver a Jefferson al lado de la reina, aunque después de pensarlo un poco a su mente vino el recuerdo de que era el asistente personal de la alcaldesa. Pasaron pronto a la oficina y Regina se lavó la cara y se retocó el maquillaje en su baño personal. Al salir ambos se dispusieron a hacer el papeleo pendiente que tenían, pues con la anterior amenaza de Zelena el trabajo se le había juntado.
A la hora del almuerzo Jefferson salió por comida, Regina no había dejado de hacer papeleo en toda la mañana y ni para comer descansó, el no pudo hacer que dejara de trabajar aunque lo intentó y a cambio solo recibió una mala mirada. Para cuando fue hora de ir por Grace y Henry dejaron todo y partieron de nuevo hacia la escuela, en el camino Regina le habló a Emma para avisarle que ella recogería a Henry.
─ ¡Allá están! - oyeron que Grace gritó para luego arrastrar de nuevo a Henry con ella - Hola papá, hola Regina
─ ¿Mamá? - se acercó a saludarla con mirada extrañada ¿qué hacía de nuevo con Jefferson? -
─ Hola Henry, Grace ¿les fue bien hoy? - preguntó tranquila -
─ Sí, aunque hoy fue bastante agotador ¿no Henry? -Grace le sonrió y el chico asintió sonrojándose levemente -
─ Bien chicos ¿vamos a comer donde la abuelita? - les preguntó Regina caminando hacia el auto, divertida con la reacción de Henry y el levemente ceño fruncido de Jefferson -
─ Sí, hace rato que no vamos ¿no papá? - Grace los seguía, ella también notó la expresión de su padre -
─ Cierto, vamos chicos - los apuró, no quería tener un encuentro como el de la mañana -
Los cuatro subieron al auto y llegaron pronto con la abuela, al entrar se les quedaron mirando extrañados, era muy raro ver a esos cuatro juntos.
─ ¿Dos mesas para dos? - les preguntó Ruby desde la barra -
─ En realidad… será una mesa para cuatro - dijo Regina, al voltear hacia la mesa que Ruby les indico notó que la familia Hood estaba justo al lado de esta. Robín pasaba la mirada de ella a Jefferson y tenía el ceño fruncido -
─ Entonces, ¿estos días estuviste en casa de ellos? - Henry, que estaba sentado al lado de Grace, comenzó en lo que los atendían -
─ Sí, la tormenta no me dejo regresar a casa… por eso Jefferson me dejó quedarme con ellos - respondió Regina, ella y Jefferson estaban sentados a espaldas de Robín y Marian -
─ Pero pudiste usar magia ¿no?... y ¿a qué hora te encontraste con Jefferson?
─ ¿Qué van a ordenar? - llegó Ruby salvando a Regina de contestar, todos pidieron la comida y cuando esta se fue Henry volteó de nuevo a ver a su madre esperando una respuesta, Regina estaba nerviosa y no sabía que contestar -
─ La tormenta era peligrosa, aun si usaba magia por lo que no le quedo de otra quedarse y… nos encontramos de casualidad, salí a caminar y tu madre tuvo la misma idea, nos encontramos justo cuando comenzó a llover ¿cierto Regina? - la aludida asintió no confiando en su voz y aunque Henry los vio no creyéndoles del todo decidió dejar el tema por la paz -
Les trajeron su comida y la siguiente hora se les fue en pláticas sin importancia y en como ambos chicos habían pasado su día, a la hora que les trajeron el postre Ruby decidió encender la radio y comenzó a sonar "Let her go" de Passenger, la cual Jefferson comenzó a tararear sin darse cuenta.
─ Entonces el profesor dijo que mi respuesta era la correcta pero que debía de tratar de realizar las ecuaciones con el método que nos mostró hoy - decía Grace a Regina y Henry, ya que su papá estaba muy concentrado en la canción y en su postre - ¿papá?
─ Solo sabes que la quieres cuando la dejas ir… y la dejaste ir - murmuró lo suficientemente alto para que Robín lo escuchara al levantarse pues él y su familia ya iban de salida - disculpa hija ¿podrías repetirlo? No escuché - volteó a verla -
─ Deberías de prestarle más atención - lo riñó Regina mirándolo mal -
─ Solo me distraje un momento, no es para tanto - le sonrió en disculpa, ella bufó en respuesta y ambos pusieron atención a lo que la chica repetía -
Lo que Regina no noto fue que al momento en que ella decía eso, Jefferson pasaba una mano por el respaldo del asiento y Robín los miraba a ambos demasiado serio. Jefferson, que sí se dio cuenta, sonrió para sí mismo, lo iba a fastidiar todo lo que pudiera para hacerle pagar por herir a Regina ¿y qué mejor modo de hacerlo estando cerca de ella como Robín no podía? Aunque claro, no en un modo romántico.
─ Robín ¿nos vamos? - Marian volteó a verlo y notó como la mirada de su esposo estaba fija en la Reina Malvada, el hijo de Emma y los otros dos que no conocía - ¿Robín?
─ Voy Marian - apartó la mirada de los otros cuatro y caminó al lado de su familia -
A él ya no debería de preocuparle tanto lo que hiciera Regina ¿no? Se supone que había recuperado a su amor verdadero, la madre de su hijo y su esposa, así que su pequeño romance con Regina no debiera significar tanto ni debería molestarle el verla salir con otro hombre tan pronto. Pero ¡por todos los cielos! No llevaban nada de haber terminado y Regina salía con otro, paso con él tres días en su casa y para acabarla ahora resultaba que hasta trabajaban juntos.
De hecho MUY juntos por lo que le escuchó decir a Snow White ¡el tipo ese de la nada era ahora el asistente personal de Regina! Sí claro, como si ellos se creyeran eso...mucho menos con eso de que "Jefferson y Regina no son ni siquiera cercanos, de hecho él la odia" él no se iba tragar ese cuento, si el tal Jefferson no fuera cercano a Regina ¿Por qué la había dejado pasar esos días en su casa?, si la odiaba ¿Por qué trabajaba con ella tan de repente? ¿Por qué iban juntos a dejar a la hija de él? ¿Por qué comían juntos con sus respectivos hijos y reían a carcajadas justo como ahora? Además… él al igual que Henry no creía eso de que se encontraron de casualidad, seguro que Regina en cuanto salió de la cafetería había corrido a los brazos de ese hombre… aunque, en todo caso no podía culparla, él sin pensar en ella había corrido a los brazos de su esposa, de hecho ni habían terminado formalmente simplemente se habían dejado de hablar y ver esos días que duró la tormenta y ahora cada uno aparecía con otro a su lado…
Oh ¿a quién quería engañar? ¡Le iba a romper la cara al tipo por meterse con SU Regina! Ella era la mujer que amaba y por ella daría hasta su vida. No había porque seguir actuando como tonto fingiendo que lo suyo no era importante ni serio y mucho menos que aun deseaba seguir al lado de Marian.
─ ¿En qué piensas amor? - Marian se colgó de su brazo - te noto serio -
─ Nada, no es nada importante - respondió sin mirarla -
─ Papá ¿quién era el señor que estaba con Regina? - Roland que iba caminando entre ellos volteó a verlo con el ceño fruncido -
─ Ese es Jefferson, su asistente - contestó entre dientes -
─ ¿Y por qué está con ella? ¿Por qué nosotros no fuimos con ella? - siguió preguntando - ¿se enojó contigo?
─ ¿Por qué te interesa tanto ella Roland? Ella es una mala mujer, no debes acercarte a ella ¿entendido? - Marian volteó a ver a su hijo algo molesta -
─ ¡Regina no es mala! - se escandalizó deteniéndose - ¡ella es buena conmigo y con papá! ¡Ella es una buena mami! - la regañó -
─ ¡Ella no es buena Roland! ¡Y yo soy tu madre, no ella! - le gritó furiosa, Robín los veía sin saber que hacer -
─ ¡No es cierto, ella sí es buena y es mi mami! ¡Tú eres la mala! - el niño la señaló molesto también, haciendo pucheros- ¡No te quiero! - le gritó y se echó a correr de regreso a la cafetería -
─ ¡Roland! - gritó aún más molesta y estaba por seguirlo cuando Robín la detuvo - ¿¡Tú no piensas hacer nada?! ¡Esa bruja hechizó a nuestro hijo!
─ No Marian, Regina no es mala y Roland no está bajo ningún hechizo - de reojo vió como el niño entró a la cafetería - ha pasado mucho desde que nos vimos por última vez - comenzó a explicar -
─ Fueron solo unos días… - dijo no muy convencida, al menos así había sido para ella -
─ Fueron años Marian, es hora de que lo aceptes… yo me sentí tan feliz de volver a verte que no quise decirte nada que te lastimara pero esto se está saliendo de control… aunque para ti fueran días para mí fueron años… años en los que te supe muerta y como tal, yo acepte tu muerte y me dedique de lleno a Roland pero también… me di una segunda oportunidad de amar y lo hice, Regina es mi Amor Verdadero y la amo, sé que ella me ama a mi igual y que la herí mucho cuando corrí a tu encuentro sin pensar pero… estos días me eh dado cuenta de que la amo más de lo que puedo amarte a ti - Marian quería decir algo, pero Robín no la dejó interrumpirlo - siempre serás mi mejor amiga, mi primer amor y la madre de mi hijo Marian… pero no la mujer que más amo ni la que tiene mi corazón porque esa es y será Regina, para siempre
─ Pero yo te amo, tú y yo nos casamos y nos juramos amor eterno ante el altar ¡No puedes dejarme por ella Robín! - las lágrimas salían de sus ojos sin que las pudiera detener y el dolor en su voz hizo que el corazón de Robín doliera. Pero sabía que era mejor ahora decirle la verdad -
─ Lo sé, pero te lo repito, aunque para ti fue poco tiempo para mi fueron años en los que acepte tu pérdida… además los votos nos unían hasta que la muerte nos separará… y para mí la muerte ya nos separó - tomó su cara entre sus manos - lamento el dolor que te causo pero era mejor decírtelo ahora… que cuando fuera tarde para Regina y para mí… te amé mucho Marian, pero ya no más, amo a Regina y eso nada ni nadie lo cambiará, lo siento - la besó en la frente y fue a la cafetería por Roland, Marian sin saber bien que hacer regresó al bosque -
Mientras sus padres hablaban Roland corrió hacia la cafetería, en cuanto entró corrió hacia Regina y la abrazó, para ese momento ya iba llorando.
─ ¡Roland! ¿Cielo, qué pasa? - lo levantó y lo puso en sus piernas abrazándolo contra sí, los otros tres mirándolos preocupados pensando en que algo les había pasado a Robín y Marian -
─ ¡Tú eres buena! -Roland gritó abrazándola más fuerte - ¡Mi mamá es la mala, tú eres buena! ¡Quieres mucho a mi papi y eres mi mami! ¡Tú eres mi mami! - Regina no sabía qué hacer, por lo que solo lo abrazó más fuerte - ¡No quiero a Marian como mamá, solo tú eres mi mamá!
─ Cariño… Lady Marian no es mala y ella sí es tu mami - comenzó levantándole la cara para mirarlo, le sonrió tranquilizadoramente - tú no debes hablar así de ella
─ ¡Pero ella es mala! ¡Dijo cosas feas de ti y quería alejarnos a mí y a mi papá de ti! ¡Marian es mala! - continuó -
─ ¿Qué?
─ ¡Sí! Mi papá quiso salir a buscarte pero no lo hizo porque estaba ella ¡Ella es mala Regina! ¡No te quiere! - sollozó el niño -
─ Amor, no todo el mundo debe quererme, a tu mami solo no le caigo bien, por lo que no deberías ser tan malo con ella - intento hacerle entender -
─ ¡No! Ella es mala, no quería que me acercara a ti y me gritó cuando dije que eras buena y que nos querías a mí y a mi papá -siguió -
─ Escúchame Roland, no debes hablar así de Lady Marian porque ella es tu mamá, ella te quiere mucho pero está pasando por un momento muy difícil… y no hagas caso a lo que diga de mí, con que tú sepas que no soy mala me basta - le dio una sonrisa - y, claro que si tú quieres seguiré siendo tu mami, pero eso no quita que no pueda ella ser tu mamá ¿entendido?
─ Pero yo no quiero que sea mi mamá… es mala
─ No lo es cariño… solo está un poco, confundida, pero no es mala y yo sé que ella te quiere mucho
─ ¿Tanto como tú?
─ Tanto como yo - lo abrazó y le dio un beso en la frente - ahora, quiero que cuando la veas le pidas una disculpa ¿está bien? Seguro que se puso muy triste cuando el dijiste que no la querías
─ Está bien pero… ¿cómo puede ella ser mi mamá si tú ya eres mi mami? ¡No puedo tener dos mamás!
─ Claro que se puede - Henry le dijo - yo tengo dos mamás - le sonrió al niño - Mi mamá Regina y mi mamá Emma ¿ves? - le mostró una foto de su celular, en ella estaban Emma, Regina y Henry - Sí puedes tener dos mamás - le aseguró - y si quieres yo puedo ser tu hermano mayor - ofreció -
─ ¿Tú serías mi hermano mayor? - preguntó ladeando la cabeza como examinando si le agradaba la idea o no -
─ Solo si tú quieres claro
─ ¡Sí! Quiero que seas mi hermano - aceptó feliz, en eso entró Robín - ¡Papá, Henry es mi hermano mayor!
─ ¿Qué? - llegó hasta la mesa, notó molesto como a pesar de tener a Roland en sus brazos, el brazo de Jefferson estaba en los hombros de Regina - Roland, no deberías de molestarlos… están comiendo
─ No importa, él necesitaba hablar conmigo y eso no me molesta - dijo Regina sin mirarlo - ¿te molesta que me hable?
─ ¡No!... no me molesta en absoluto - sonrió un poco nervioso - ¿nos vamos ya a casa?
─ ¿Irá Marian con nosotros? - pregunto abrazándose a Regina -
─ Roland ¿qué te acabo de decir? No le digas así a Lady Marian, ella es tu mamá
─ Lo siento mami ¿Por qué puedo decirte así verdad? - la miró con ojitos de cordero -
─ Seguro cariño, tú dime como quieras - le besó en la frente - ahora sé un buen niño y ve con tu padre ¿sí? Te veré mañana - le dijo para sorpresa y satisfacción de Robín, eso significaba que aún podía enmendar las cosas con Regina -
─ Sí mami ¡nos vemos Henry! Y ¿cómo se llama señor? - volteó a ver a Jefferson -
─ Soy Jefferson, mucho gusto Roland - le tendió la mano y el niño lo saludó -
─ ¿Y ella quién es? - volteó hacia Grace -
─ Ella es mi hija, Grace
─ Hola Roland - la chica le sonrió -
─ Hola… eres muy bonita - soltó inocentemente, haciendo que todos sonrieran - ¿eres novia de mi hermano? - continúo y los dos chicos se sonrojaron a más no poder mientras los adultos aguantaban la risa -
─ No… solo es mi amigo - dijo roja como tomate -
─ Que mal… tú y él se ven igual de bonitos que mi mami y mi papi juntos - aseguró y fue el turno de Regina y Robín sonrojarse -
─ Vamos hijo, es hora de ir a casa - le dijo Robín antes de que dijera algo más -
─ ¡Espera! - se bajó de las piernas de Regina y volteó a ver a Jefferson - Señor Jerson ¿usted sale con mi mami? - los tres adultos se le quedaron mirando -
─ ¡Roland! - Robín lo regañó, aunque él quería saber que decía Regina -
─ ¿Tú que crees Roland? - dijo guiñándole un ojo mientras abrazaba más a Regina contra sí - ¿nos vemos bien juntos como para que salgamos?
─ Pues… - lo pensó un momento pasando su vista de su mami a su papi - se ven lindos juntos… ¡Pero mi mami se queda con mi papi! -
─ De eso no estoy segura - murmuró Regina lo suficientemente alto para que solo Robín y Jefferson la escucharan - Pero como sea, es hora de que vayas a casa con papá ¿ok? Y recuerda pedirle perdón a Lady Marian
─ Está bien, nos vemos mañana mami ¡Y aunque se vean lindos tú y el señor Jerson, debes elegir a mi papi! - agregó antes de arrastrar a Robín hacia la puerta -
─ Entonces… ¿ustedes salen? - Henry los miraba curioso -
─ No… pero eso no debe saberlo Hood - Jefferson le sonrió - ¿No es así Regina?
─ Oh cállate, terminen de comer chicos - les dijo Regina aun algo sonrojada -
─ ¿Entonces por qué hacen esto? - siguió Henry -
─ Para que el tipo aprenda a no dañar a la Alcaldesa -respondió Grace mientras terminaba su helado - te dije que el niño te elegiría a ti Regina ¡te lo dije! - agregó emocionada -
─ ¡Grace! - le regañaron ambos adultos -
─ ¿Qué? ¡Oh, vamos! Saben que tuve razón en todo, no pueden simplemente regañarme por decir lo que ocurriría - refunfuñó -
¿Reviews, por favor?
Si notan algún dedazo u horror ortográfico avisenme ¡prometo no molestarme! n.n
