Esta historia está basada en los personajes del fascinante anime Sakura Card Captor propiedad del grupo CLAMP.

Y pues la trama si es mía :)


TRAS UN CORAZÓN ROTO

Capítulo 1: ¿A esto le llamas amor?

Sabía que no debía estar en ese lugar sin embargo, el deseo de saber si los rumores que constantemente llegan a tus oídos son ciertos o desalojar cada rastro de duda de tu ser, pueden más que aquella vocecita interna que te dice que si lo amas debes de confiar plenamente en él.

Yo sé que lo amo, de no ser así no habría pasado a su lado los tres largos años que cumplíamos precisamente el día de hoy, pero debía recordar el mensaje que recibí cinco minutos antes de terminar la clase de biología, la última del día de hoy.

"Si quieres tener la certesa de que todos los rumores sobre tu pareja son siertos, ve despues de clases a la bodega del gimnasio"

Un mensaje un poco revelador. Con pésima ortografía, sí, pero eso era lo de menos. Al fin mis dudas terminarían.

Habrían terminado hace un par de semanas si le hubiera puesto atención a los mensajes de distinto remitente que recibía a diario, pero como pasaba en este momento, mi vocecita interna era bastante insistente.

Caminaba lentamente por los pasillos del instituto. Mi larga cabellera oscura se mecía suavemente gracias tenue soplo del viento de las tres y media de la tarde. Jamás había visto este lugar tan solitario, deseaba no haberle dicho a Rika que el día de hoy iría sola a casa, así al menos tendría a mi amiga como compañía.

Pero no, tenía que venir sola y sin saber con que situación podría toparme.

Mil imágenes cruzaban por mi cabeza conforme avanzaba por los pasillos, y lastimosamente para mí, ninguna me era del todo agradable. Sólo podía pensar "y sí realmente me es infiel" y si fuera así "con quién sería" y "desde hace cuánto tiempo". Por todos los dioses, juro que nuca antes este camino se me había hecho tan eterno. Lo bueno de esto, porque vamos, a todo hay que sacarle su lado positivo (Sí lo sé, suelo ser demasiado optimista y aún no me decido si tomarlo como defecto o como virtud) es que me permitía prepararme para lo que fuera que encontraría en ese lugar.

Cuando finalmente estuve tras la puerta que me lo revelaría todo no pude evitar sentir el fuerte temblor que se apoderó de mi cuerpo, mi voz interna gritaba casi con desesperación que diera media vuelta y me alejara de ese lugar, que ahí no había nada que ver, que regresara a casa y esperara a que dieran las siete de la noche para recibirlo, como todas la noches, en mi hogar. Que le dedicara la sonrisa que tenía sólo para él y que hiciera como si jamás en la vida hubiera leído aquel mensaje mal escrito.

Sin embargo, el nombre pronunciado en un fuerte gemido que se escuchó al otro lado de la terrorífica puerta me demostró que no podía decir que mi voz interna era mi mejor amiga.

Sentí como mi temperatura corporal descendía a niveles inhumanos y puedo jurar que mi palidez era sólo comparable con la nieve de invierno que tanto adoraba.

Un razonamiento un tanto estúpido se manifestó en mi mente "Esto no puede ser cierto"

Una pesada lágrima se deslizó por mi mejilla, en un recorrido que un día él me juró que no llegaría a suceder.

Mil escenas pasaron por mi mente, haciendo que aquella sensación en mi pecho fuese mucho más desesperante y que aquella voz interna finalmente se callara.

Porque ya no tenía nada que decir.

Lentamente tomé el pomo de la puerta (si hay algo que ahora puedo afirmar es que las mujeres en ocasiones solemos ser un tanto masoquistas) porque mi corazón estrujado pedía a gritos ver al causante de su agonía y yo, como una autómata dominada por aquella sensación, le di el gusto de morir completamente humillado.

No sé si fue por mi inocencia o por sabrá dios qué razón, pero al ver directamente la escena, sin una puerta de por medio, mis ojos se cerraron fuertemente sintiendo vergüenza ajena por aquellos cuerpos desnudos y jadeantes que se hallaban frente a mí.

Y pensar que después de estar así con esta niña (que sí que tenía idea de quién era) después de recorrer con sus labios su bronceada piel y desenredar sus manos de su rojiza cabellera, iría a mi casa, me abrazaría a mí, besaría mis labios y me diría que me ama como nunca antes había amado a nadie.

Hay que ser idiota como yo para creer que eso es cierto.

Teníamos quince cuando decidimos ser pareja, se supone que yo fui su primera novia, entonces ¿Por qué diablos me creí esa tonta frase?

Solo lo decía por tener algo que decir o quizá el mismo me estaba enviando un mensaje indirecto.

Ahora que lo pienso (y me pregunto cómo puedo pensar en un momento como este) tiene demasiada lógica. Para comparar hay que tener otro punto de referencia y si no lo tuvo antes de nuestra relación debió tenerlo durante ella.

-Definitivamente me das asco –pronunciaron mis labios como si tuvieran mente propia haciendo que aquellos ojos de un extraño y hermoso color entre el violeta y rojo se posaran sobre mí seguidos de los negros de ella.

Inmediatamente tape mi boca con mis manos como sí hubiese cometido una indiscreción. Técnicamente lo había hecho y eso es lo más gracioso de todo.

Mis ojos se abrieron repentinamente y se posaron en sus rubios cabellos que caían desordenados por la anterior actividad sobre su transpirada frente.

-Tomoyo yo…

No lo dejé terminar, pues sabía las palabras que saldrían de sus labios. Sí, diría algo como "no es lo que tú crees" estando aún dentro de ella.

Una amarga sonrisa se posó en mis labios, esa chica le había dado lo que yo le he negado durante mi relación; no es que tuviera la idea de llegar casta al matrimonio (porque hay que admitirlo, hoy en día eso es un poco complicado) la cosa era que aún no me sentía segura conmigo misma como para dar ese paso y en este momento le daba las gracias a mi inseguridad por no haberme dejado cometer ese error.

Avanzaba rápidamente por ese pasillo que minutos antes había recorrido en la dirección contraria. Para ser sincera no me di cuenta de que había empezado a alejarme de ese lugar hasta que me vi cruzando la puerta del instituto.

Fue en ese momento que me permití llorar.

Lloraba como nunca antes lo había hecho, lloraba como nunca nadie debería llorar.

Cualquiera diría que no vale la pena llorar por un hombre. La verdad es que creo que no lloramos por ellos sino por nosotras, porque mientras nosotras ponemos el corazón en una relación nos desvivimos por verlos felices e invertimos en ello tiempo valioso, ellos invierten su preciado tiempo en quitarle las bragas a cualquier zorra que se les pose en frente.

Bien, creo que debo respirar. No es bueno dejar que la rabia me domine.

Un profundo suspiro brotó de mí ser, lo mejor sería ir a casa y olvidarme de todo esto.

Caminé lentamente por ese camino que recorría a pie desde los trece años, recuerdo cuanto tuve que rogarle a mi madre para que me permitiera regresar a casa como lo hacían todos mis amigos; en medio de las tenebrosas historias de Naoko, las recetas de Rika y las mentiras de Yamasaki dichas al único ser en la tierra capaz de creérselas, mi mejor amigo, Syaoran. Tomoeda era un lugar muy tranquilo, ese fue mi argumento cuando prácticamente me postre a los pies de mi madre y ahora, casi cinco años después continúo con mi caminata libre de guardaespaldas.

Limpie todo rastro de lágrimas que pudiera quedar en mi rostro; dicen que al mal tiempo, buena cara y saben, en ocasiones me gusta tomar las cosas muy literal.

Continué con mis pasos hasta llegar a el parque pingüino, no hay nada mejor para las tristezas que recordar los buenos tiempos y ahí estaba yo, sentada en la cima del gran rey pingüino mirando como todos pasaban y me veían con su clara expresión de "y a esta qué bicho le picó". Ahí me quedé hasta que el matiz naranja que se apoderaba del cielo me anunció que era hora de fijarme en el presente.

Pronto sería la hora de la cena y también la hora de las preguntas. Me deslicé por el tobogán y caminé perdida en el mundo de no sé qué, tal vez así llegaría más rápido a casa. Sin embargo, al hallarme tan abstraída de esta dimensión, mis ojos no repararon en el auto que se aproximaba hacia mí sino hasta unos cuantos segundos antes de que el relinchar de las llantas contra el gris pavimento inundó por completo mis sentidos y un fuerte impacto me llevara a la inconciencia no sin antes darme la maravillosa visión de una oscura mirada que tuvo la virtud de hipnotizar mis sentidos y hacer mi ascendencia a la inconciencia lo más satisfactoria posible.

Los usuales murmullos en este tipo de situaciones no se hicieron esperar y yo lentamente me fui adentrando en ese mundo de matices oscuros que sin prisa alguna me esperaba.


Holaaaa aquí he llegado yo con esta nueva historia de mi pareja favorita de Card Captor Sakura que se me ocurrió anoche camino al mundo de los sueños y en la mañana ¡todavía estaba ahí!

Es una trama ligera que ha dado su inicio con un corazón roto (como lo indica el título que se me acaba de ocurrir) y creo que un par de cositas más :)

Espero que sea de su total agrado y pues también quiero invitarlos (por si no lo han hecho) a que lean mis otras historias de Card Captor Sakura.

No siendo más por el momento me despido mis queridos lectores no sin antes recordarles que si tienen alguna duda, opinión, sugerencia, tomatazos, papas bombas, saluditos, UN SEXY TOUYA KINOMOTO, lo que sea, me las den a conocer por medio de un review o en mi facebook (el link está aquí en el perfil de FF) que como he dicho (y siempre me vuelvo intensa con eso ¬¬) no quita mucho tiempo y si hacen autoras muy, muy, muuuuuuy felices ;)

Nos leemos en el próximo capítulo.

¡Besos!