Nota aclaratoria: Los personajes de Candy no me pertenecen, sólo las locuras aquí escritas =)
El complot
Por Scarleth
Acababa de abandonar el balcón y corría como loco por los jardínes. El corazón le latía desbocado, tenía que encontrarla lo más pronto posible … y sabía exactamente dónde estaría. El tiempo estaba completa y absolutamente en su contra y no podía darse el lujo de perderlo.
-¡Miena! ¡Miena! – gritó Klin como desaforado tan pronto la vió – ¡Tenemos problemas! ¡Y graves!
La susodicha estaba muy cómodamente echada en su tapete, tomando agua y disfrutando de una rica tarde de verano, como era su costumbre desde hacía dos meses. Klin jamás la había interrumpido y hoy estaba interfiriendo en sus horas de sol.
-¿Qué pasa? - le preguntó acomodándose para verlo de frente y esperando que fuera algo realmente importante, porque con lo exagerado que era su amigo ...
Tuvo que tomarse unos segundos para respirar, no había parado de correr y necesitaba energía y presencia de ánimo para soltar semejante bomba … porque lo que le tenía que decir ¡era una bomba!
-Acabo de escuchar una conversación entre Albert y Candy – le dijo entre jadeos.
Miena lo vio con desenfado y sin inmutarse siquiera. Si no lo conociera mejor … ¿Klin escuchando conversaciones ajenas? ¿Y eso qué tenía de raro?
-¿Y se supone que debo sorprenderme? - le preguntó como si nada – siempre estás escuchando sus conversaciones.
-¡Miena! -exclamó el coatí enfadado - No me interrumpas, que es cosa seria ¡y no me dejas terminar!
¡Hombres! Siempre tan dramáticos.
-Entonces dime qué pasa y déjate de rodeos.
Klin volteó a verla soltando un suspiro de fastidio. Cuando quería ser molesta, realmente lo lograba.
-¡Está bien! - le dijo adoptando una pose seria. Si quería las cosas de golpe … ahí le iban - Albert va a invitar a Angelique a pasar un día con él aquí en la mansión, y en la casa del bosque.
¡Hecho! Estaba hecho y dicho …
Miena lo miró de reojo.
-¿Y cuál es según tú el problema? Eso era exactamente lo que queríamos ¿no?
Klin y Miena habían estado anticipando ese día desde hacía algún tiempo. Llevaban saliendo juntos poco más de un mes y estaban ansiosos por recibir en la casa a esa tal Angelique.
-¡Ese no es el problema! - Klin estaba a un paso de volverse loco o histérico. Entre Miena y Albert le estaban arrancando la cordura - ¡El problema es que Albert y Candy nos mandarán ese día al Hogar de Pony!
-¿QUEEEEEEEEEE? - exclamó con los ojos como de plato. ¿Cómo podían siquiera pensar en deshacerse de ellos? ¿Qué alma tan putrefacta era capaz de semejante bajeza? ¿No tenían sentimientos o qué?- ¡Cómo pueden ser tan miserables! - La cara de Miena era memorable. Albert era malo, muy malo.
-Tenemos que impedir a como de lugar que eso pase. Hay que pensar en algo ¡y pronto! sólo tenemos 2 días.
Pusieron patas a la obra. Las siguientes horas pasaron lentas y angustiosas para estos dos pequeños amigos. No podían permitir que Albert llevara a cabo sus planes y ellos no estar presentes. ¡Nunca! ¡Eso jamás sucedería! primero muertos que derrotados.
-Es la única opción viable … tienes que fingirte enferma …
Le habían dado mil vueltas al asunto. Si hacían las cosas bien estaban seguros que lograrían su objetivo, pero necesitaban el plan perfecto.
-Daré mi mejor actuación – contestó segura de sí misma. Sería tan convincente que hasta Terry la querría como Julieta.
-Tenemos que practicar -sugirió Klin - No queremos que nos descubran. Si queremos que nuestro plan funcione tenemos que ser convincentes ...
-¡Claro!
-Voy a salir de la habitación y entraré en 5 minutos mientras tú te pones en posición. Recuerda, tu expresión debe ser tal, que realmente se empiecen a preocupar.
-¡Por supuesto!… déjamelo a mí. Si pude colarme en un hospital … ¡puedo hacer lo que sea!
Al menos era esperanzador verla tan segura. Klin salió y esperó pacientemente darle tiempo para que ensayara su parte.
Pasados los cinco minutos, entró despacio y … ¡casi se le salen los ojos! Ahí estaba Miena, tirada en el piso con las patas al aire, la cabeza ladeada, los ojos torcidos y la lengua de fuera.
-¿Estás loca? - le gritó casi desde la puerta. ¿Cómo se le había ocurrido semejante tontería? ¡Dios! – ¡Miena eres una pésima actriz! ¡No podrías ser más fingida si quisieras!
Miena se levantó ofendida. Ese coatí no sabía nada de arte. Le había golpeado severamente su orgullo y eso sí que no se lo iba a perdonar.
-Pues si tan bueno eres, hazlo tú o Pouppé - Se dio la media vuelta dándole la espalda. ¡Qué se creía ese atrevido! ¡Dudar de sus dotes artísticas!
Klin suspiró por cienmilésima vez en el día ... ¡mujeres! Que diga … ¡hembras!
-Lo que quiero decir es que debes ser más natural – añadió caminando hasta ponerse frente a ella - No es necesario que te tires en el piso y casi que te cubras con una sábana para que te crean moribunda y no se si te acuerdes pero Pouppé está en su revisión con el veterinario y no regresará hasta en la noche.
Miena estaba enfadada, pero tenía que admitir que quizá tuviera razón. Además, no se trataba de una pelea entre ellos, había algo muchísimo más importante en juego: Albert, Candy … y Angelique.
-¿Qué sugieres que haga?
Buena pregunta … ¿qué podían hacer para que la creyeran "realmente" enferma? Piensa … piensa … ¿qué es lo único que podría funcionar?
-Bueno – dijo Klin meditabundo - supongo que con que pongas ojos tristes, no quieras caminar y te rehuses a comer será suficiente.
-¿Rehusarme a comer? - exclamó exaltada. Eso era el peor castigo posible. Ojalá estuviera solamente bromeando - ¡Klin son dos días los que faltan! Déjame sin comer un día y ten por seguro que no podré caminar en serio.
Klin se la pensó dos veces.
-Te prometo que te conseguiré cosas ricas y fuera de tu dieta normal, pero eso va a ser indispensable para que nos crean. Tienes que dejar tu plato tal cual, sin comerte ni una sola croqueta … ¡nada!
Miena lo meditó. Las dietas no eran lo de ella y definitivamente tenía muy buen diente, así que esto implicaba un gran sacrificio.
-Está bien – finalmente aceptó con cierto desgano y sin estar totalmente convencida - … todo sea por Albert.
El pacto estaba hecho … ahora sólo faltaba ponerlo en práctica.
-o0o-o0o-o0o-o0o-o0o-o0o-
La hora de la cena llegó, y contrario a lo que siempre sucedía, Miena no se acercó ni a olerla siquiera. Candy estaba sorprendida. Volteó a buscarla en la habitación y la vio echada en una esquina con las orejitas gachas y los ojitos tristes. Se acercó lentamente a ella con cara de preocupación.
-Miena … ¿qué pasa? - Se inclinó lentamente y comenzó a acariciarle la cabeza – ¿te sientes mal?
Con mucho cuidado la giró para palparle su estómago. A lo mejor había comido de más y le había hecho daño – Vamos cariño … ¿no quieres comer?
Por respuesta, Miena dejó escapar un quejido tan lastimero que hizo que el corazón de la rubia se rompiera. En el otro lado de la habitación Klin brincaba de gusto por dentro, mientras daba cuenta de su cena. Su plan iba a funcionar … ¡estaba seguro!
Continuará ...
Hola preciosas! pues aqui les dejo el comienzo de otro minific. Ya seeee que no he terminado el de "A la luz de la luna" pero por extra;as razones estoy medio atorada con ese fic y en cambio me llego la inspiracion para este ... aunque no lo crean he escrito algunas ideas mas y las estoy desarrollando ... asi que decidi que hay que aprovechar la inspiracion mientras se presenta!
Les mando un beso enorme y una felicitacon adelantada a todas las mamis en su dia, pasensela hermoso y disfruten de la bendicion tan grande que es el ser mami!
Bueno, me despido y ya saben, dejenme saber si les gusta la historia, si es muy cursi, muy loca o que les parece jejejejeje! Gracias por leerme !
Las quiero chicas! y por aqui seguimos en contacto!
Scarleth =)
