Advertencias: Spoiler de Water Seven. Puede considerarse una gran amistad o con toques yaoi, como gusten (yo prefiero la segunda opción :3)
Notas: Esa escena FUE y ES Amor, no pueden negarmelo :corazoncitos por todos lados:
Beta: Miyu.
Palabras: 412.
Disfruten la lectura.
El Reencuentro
―Le busca alguien llamado Cutty Flam ―había pronunciado Califa al entrar en la habitación, sin darse cuenta de cuanto habían afectado esas palabras a su jefe.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que escuchó ese nombre por última vez? Por un momento Iceburg consideró que escuchó mal, pero Califa le aseguró que ese era el nombre que le dio aquel hombre que le buscaba. No quiso verlo, no en esos instantes. Al principio creyó que fue porque aún seguía odiándolo, por todo lo que había sucedido hace algunos años, porque había sido su culpa el que ahora Tom-sam estuviera muerto. Pero eso era mentira.
En el momento en que lo vio, en aquel lugar que por tantos años habían considerado su hogar, se dio cuenta que estaba engañándose a si mismo. Al principio no lo reconoció, creyendo que todo era una mala broma. Pero al observarlo mejor se dio cuenta que en verdad tenía a Franky frente suyo. Su mismo cabello azulado, alzado de forma llamativa, su piel morena por culpa de los rayos del sol, además de esa manía que tenía de traer puesto solamente una camisa de colores llamativos y una tanga. Era Cutty Flam sin lugar a dudas, un poco cambiado físicamente, pero el mismo que conoció en su infancia. Franky estaba vivo y se encontraba frente a él.
Hablaron por largo rato, sin poder evitar el recriminarle por lo que hizo en aquella ocasión. Ice se mordió la lengua al ver que sus palabras le habían lastimado, pero no podía retractarse, no cuando no lo sentía realmente. La reunión terminó pronto y él estuvo a punto de separarse nuevamente, pero se detuvo antes de cruzar la puerta. Tenía que decirlo, Iceburg sentía que no podía irse sin pronunciar aquellas palabras:
―Franky ―dijo, con voz ronca, llamando la atención de quien fuera su mejor amigo―. Me alegro mucho de que estés vivo ―no volteó a verlo, porque en ese momento las lágrimas que había estado reprimiendo corrieron libremente por su rostro, acallando sus palabras.
Pero su dolor se aligeró un poco cuando se dio cuenta que no era el único que estaba llorando. Franky también lo hacía, desahogándose, sintiendo por primera vez que al fin había regresado a casa y dándose cuenta que en verdad Iceburg no le odiaba.
Tal vez las cosas ya no podrían ser como antes, pero al menos ambos estaban tranquilos, porque seguían vivos y podían estar juntos de nuevo, aunque sea en la misma ciudad.
Fin de la historia.
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