Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. Este fic es sin fines de lucro, solo lo hago para mi y vuestro disfrute personal.
Pareja principal:
-Gaara/Hinata
Gracias por adelantado por los reviews.
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Estaba tan nerviosa, nunca pensó verse envuelta en tal situación. ¡Ni en su más imposible sueño!
Y es que estar a solas con el Kazekage, Sabaku no Gaara, en la oficina de Tsunade no era algo que podría ocurrirle a cualquiera. Y mucho menos a ella que nunca había hablado con él.
No creía siquiera que él se acordara de haberla visto en los exámenes chuunin de hace tres años.
-¡Oh Kami-sama! Me he quedado a solas con Kazekage-san, ¿qué debo hacer?
Sentada en una silla frente a la mesa y con la cabeza gacha, miró por el rabillo de ojo al pelirrojo que se encontraba sentado, en la silla que había a su lado, de brazos cruzados y con los ojos cerrados.
-¿Y si le doy algo de conversación? No, imposible, no sé hablar sin tartamudeos. Y de todas formas ¿qué le diría que a él le interesara?
Negó un par de veces con la cabeza desechando inútil idea de su mente y suspirando en silencio. Volvió a mirar disimuladamente a su lado y vio a Gaara esta vez mirándola.
Una mirada fija, penetrante. De esas que helaban el cuerpo en cuestión de segundos.
-¿Po-por qué me mi-mira así? M-me está dando mi-miedo.
Miró el suelo como la cosa más interesante que había visto en su vida sintiendo el cuerpo temblando ante la insistencia de sus ojos aguamarina puestos en ella. Sin parpadear.
Tragó saliva forzadamente al ver que no desistía en contemplarla. A estas alturas sabía que el rubor debería de cubrirle incluso el cuello y las orejas.
-¡Para de mirarme así! ¿Qué quieres de mí? Háblame, haz algo, ¡pero por lo que más quieras, deja de observarme así!
Si seguía de tal modo, pronto sucumbiría al desmayo.
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Gaara, ajeno a todo el nerviosismo y estrés que le estaba provocando con su insistente mirada seguía observándola fijamente.
-Tiene una pelusa pegada en el pelo.
FIN.
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Esto era un intento de drabble, pero me excedí un poco y ya no se cuenta, pero bueno, me quité el mono que tenía de querer escribir algo.
Se lo dedico a mi querida Onna, por esas fantásticas conversaciones que nos inspiran a ambas por igual.
Hasta el próximo One-shot. Cuídense. (L)
