Me desperté sobresaltado, ahogando un grito. Estaba cubierto de sudor de pies a cabeza, y tenia el pecho oprimido por una angustia que le quitaba el aire de los pulmones. Me senté en el borde de la cama, procurando no hacer ruido para no levantar a mi esposa mientras intentaba calmarme. Otra vez las pesadillas… justo cuando pensé que por fin me habían dejado en paz, justo cuando creía que los fantasmas del pasado dejarían de atormentarme, volvieron más fuertes que nunca.

Salí de la habitación y de la casa, quizá en el parque encontraría un poco de tranquilidad.

Durante mi infancia, viví lo suficiente en los suburbios de Londres, donde todos me miraban con mala cara y se alejaban de mi como si tuviera la peste, como para desear vivir algo alejado del mundo, aunque ahora la atención que todos me daban tenía un enfoque muy distinto…

La noche estaba fresca, pero disfruté que del viento que me acariciara la cara, como lavando los malos pensamientos. Una y otra vez había visto a los seres que había querido en mi vida morir sin que yo pudiera hacer nada, y en los sueños aparecían sus muertes reflejadas tal y cual habían sucedido, y en algunas ocasiones, los difuntos me hablaban y me preguntaban porque los deje morir. Yo respondía que no había sido mi culpa, pero nunca escuchaban.

Esta vez, sin embargo, el sueño había sido distinto. Yo había sido secuestrado y obligado a ver como mataban a mi esposa, no sin antes violarla y torturarla. Ante mi aparecía una figura encapuchada, con ojos rojos llenos de odio, carente de cualquier ápice de amor o compasión. Y solo se reía de mi sufrimiento, diciéndome que él era piadoso, que me prometía una muerte rápida para detener mi sufrimiento. Y la risa… una risa fría, aguda, cortante…inhumana… una risa que hacía más de 6 años que no escuchaba.

Un ruido me arranco los recuerdos de la pesadilla de la mente, y me hizo sobresaltar, cuando me di vuelta, Ginevra estaba caminando hacia mi.

-Otra vez las pesadillas?- me preguntó

Yo me limite a asentir con la cabeza, porque no confiaba en mi voz.

-Ven aquí- Me dijo tiernamente alzando los brazos

Yo me acerque y deje que me abrazara, disfruté del contacto de su cuerpo desnudo junto al mío, nuestros labios se encontraron en un beso tierno y cálido, transportándome a otra realidad, un plano en el que ni la muerte ni el miedo podía entrar.

Finalmente nos separamos, y volví a la realidad, aunque no tan triste como antes.

-El pasado quedo atrás, quienes murieron lo hicieron luchando por un mundo mejor y tu les diste lo que ellos querían. Sus muertes impidieron las de muchos otros más. Deberías estar orgulloso de haber hecho lo que hiciste- Me dijo rodeando con sus delicadas manos mi rostro.

-Lo se ginny, lo se… pero ojalá no hubiese tenído que ser yo el causante de la guerra.

-Tu no fuiste el causante de nada. La culpa siempre fue de Él y solo Él.

En el fondo se que tiene razón, pero la culpa me invade sin que pueda evitarlo. Sin embargo, asiento con la cabeza y le doy la razón, no quiero que ella también se angustie por mis problemas. No sería bueno para el niño…

Bajo la mirada y acaricio su vientre, en el cual ya se nota una pequeña prominencia en la cual se encuentra mi futuro hijo.

-Jamás permitiré que nada les pase- Le susurro a mi esposa.

Me habían quitado a mis padres cuando yo apenas tenía un año. Nunca permitiría que mi hijo tuviera que soportar lo mismo que yo.

-Lo sé- me contestó ella, estirando un poco el cuello volviendo a buscar mis labios.

-Volvamos a la cama, esta empezando a hacer frío aquí afuera- Le susurro después de separarnos.

Justo cuando empezábamos a caminar hacia adentro, lo sentí. Era imposible, se supone que Él estaba muerto, muerto de verdad. Y sin embargo, el dolor me perforaba la cabeza como nunca antes, según recordaba. No recordaba haberme caido, pero de un instante al otro me encontraba en el piso.

-¿Harry? ¡¿Harry que pasa!- dijo Ginny con terror en su voz.

Tan pronto como había empezado, termino. El dolor había sido tan atroz que por unos instantes no supe donde me encontraba.

Miré a los ojos de mi esposa, realmente estaba muy asustada.

-Es Él, Voldemort. Ha regresado-.