Aún no tengo muy claro cómo se desarrollaré la historia, aunque tengo un pequeño esquema que la cubre a grandes rasgos. Espero no aburrir mucho con ella. Gracias a todos por leerla ^^
Mi idea es que sea un Sorato (vamos, es un Sorato, no hay más misterio), pero intentaré hacer un poco de lío, al principio quizás es un poco tópica la historia, pero luego agregaré más elementos a ver qué tal sale la receta xD. También intentaré mezclar diferentes puntos de vista.
En teoría, esta historia comienza a inicios del último curso del instituto de Tai, Sora y Yamato, por lo que tienen 17 años.
Gracias a todo por el tiempo y la atención!
...
P.O.V. Yamato
Lluvia … sí, es cierto, estaba lloviendo, pero aquello que mojaba mi rostro no eran gotas provocadas por las nubes, sino por mis ojos impulsadas por mi destrozado corazón … todavía no podía creer lo que había visto, tenía que ser un sueño, mejor dicho, una terrible pesadilla; aunque muy a mi pesar era tan real como el resto del mundo … ¿por qué sora? ¿qué he hecho mal? … esas pregunta rebotaban en mi mente una y otra vez … hasta que una voz me sacó de mi trance:
-¡Matt, hijo, la cena ya esta lista, sal o se va a enfriar! .. ¡ah! Recuerda que salgo hacia Tokio esta noche y que no regresaré hasta el lunes, y me esforzado mucho en la elaboración de esta comida, … ya sabes, así podemos hablar un poco … una charla padre-hijo … vaya, me he vuelto un sentimental con los años …
-¡No tengo hambre! Buen viaje, padre … – contesté haciendo mi mayor esfuerzo para que la voz no me tiemble, pero mi padre parece captar que algo no anda bien, por lo que decide dejar de insistir. No sé cuánto tiempo pasó, pero volví a oír la voz de mi padre diciéndome que me cuidara en su ausencia y que le avisara al móvil si necesitaba algo. Sonreí brevemente, mi padre no era una persona que cuidara a otros, sino que necesitaba ser cuidado, yo lo sabía mejor que nadie, pues desde la infancia había tenido que lidiar con él, el pobre podía ser un poco desastre en el cuidado de la casa, pero agradecía que se preocupara por mí … Escuché el sonido del cierre de una puerta y entonces, supe que se había marchado. Estaba solo … como solo estaba mi corazón … Hundí la cabeza en la almohada y lloré sin preocuparme de lo estruendoso de mi llanto, era la única forma de desahogarme … en mi fuero interno deseaba que todo fuese una pesadilla de cual pudiera despertar al amanecer …
[BIBIBI] , ¿mi móvil? Estaba sobre el escritorio, pero no me molesté siquiera en levantarme … [BIBIBI] … ¿otra vez? … esta vez decidí alcanzarlo, en la pantalla del celular aparecía su nombre "Sora" ... ¿para qué lo llamaba? Algún sentimiento en su interior me decía que debía contestar, pero no reuní el suficiente valor y la llamada cesó … Me sentía tan perdido, no quería perder a Sora, pero ¿qué podía hacer? … me sentía responsable en parte de lo acontecido … realmente había desatendido su relación con Sora en parte por la banda … quizás ella se había cansado de esperarme … era tal dulce y buena que pensé que me aguantaría todo … siempre tiene una sonrisa en el rostro … pero eso no significa que yo no le haya hecho daño … ¿podría arreglarse? …
El fin de semana pasó rápido, estuve casi todo el tiempo durmiendo o al menos, intentándolo con ayuda de unas pastillas que a veces toma mi padre cuando lo atiza severamente el estrés de su trabajo, realmente me molesta el tener que tomarlas, pero no puedo más … , pese a ello mi estado no mejoró, durante todos esos días había mantenido el móvil apagado y sólo respondí el teléfono de casa una vez, a mi padre que llamó diciendo que volvería a mediados de semana, que le habían surgido complicaciones en el trabajo … mi padre nunca cambiaría …
Miré el calendario, era lunes … ya era lunes, no deseaba ir al instituto, no deseaba verla, ni que nadie me preguntara nada, pero tenía que reponerme, no podía faltar a clases, aunque no era la mayor ilusión sabía que este año debía trabajar mucho y que no podía perderme ni una clase porque los exámenes de acceso a la universidad llegarían al final de año académico. Por el camino me encontré con algunos compañeros de clase, los saludo con un gesto y una sonrisa fingida y proseguí el camino al instituto acelerando el paso. Llegué a clase, apenas había gente, tampoco ella estaba allí, suspiré aliviado, no tenía fuerzas para verla. Tomé asiento y apoyé mi cabeza en la mesa, me controlé para no llorar, no allí, de repente sentí una mano que se posaba sobre mi hombro, miré y era Tai, pensé que su rostro mostraría tristeza por lo ocurrido, pero no fue así, estaba sonriendo:
-¿Qué haces Ishida? ¿echar la siesta? Te he llamado a tu casa este finde y no contestabas, además Sora estaba muy preocupada, eres un inconsciente, oye, ¿no te habrá ido de fiesta? Por tu bien espero que no, porque no respondo Ishida.
No salía de asombro, ¿cómo le decía todo eso con tanta naturalidad? ¿ni una palabra de aliento ni consuelo o resignación? ¿y cómo le decía que Sora estaba preocupada por él después de lo que había pasado? Tal vez es que Tai ignoraba lo acontecido en la tarde del viernes pasado … decidí callar por prudencia, al menos hasta que hubiese hablado de nuevo con ella, con Sora …
-No he salido de mi casa en todo el fin de semana, no me encontraba bien, he estado casi todo el tiempo en cama … - contesté haciendo un gran esfuerzo por aparentar normalidad, pero, evidentemente, Tai notó que algo no iba bien, parecía tener la intención de preguntarme, pero justo entonces, apareció Sora, quien se quedó unos instantes en la puerta con la mirada fija en nosotros, yo la miré unos instantes, aunque en breve desvié la mirada. Finalmente ella se acercó a nosotros y nos saludó tímidamente. Tai le devolvió el saludo enérgicamente, yo apenas pudo articular un simple buenos días casi sin mirarla a la cara. Tras ello, Tai volvió rápidamente a su asiento, parecía notar la tensión entre nosotros dos.
-Yamato … te he llamado infinidad de veces este fin de semana … estaba preocupada, pensé que te había pasado algo malo …
Yo no le respondí … ni siquiera la miré a la cara …
-¿Podemos hablar a la hora del almuerzo?
-¿Para qué? –le respondí toscamente, no quería tratarla mal, pero si no tomaba esa faceta de indiferencia y desdén, no podría evitar que se me quebrara la voz.
- … Tenemos que hablar de lo que te dije el viernes … por favor …
- Como quieras, aunque no hay mucho que añadir – volví a contestar con un tono estático. Pese a mi actitud, deseaba que llegara el momento de hablar con ella a solas … deseaba que todo cambiase tras esa conversación … Cuando llegó la hora del almuerzo nos dirigimos a una zona apartada, con suerte ese día no me encontré con ninguna de las fans de mi grupo, no me apetecía que nos interrumpiesen … Sora fue quien rompió el hielo tras varios minutos de silencio sepulcral:
-El viernes fui algo brusca … pero es que estaba cansada de que me dejases plantada excusándote en que tienes otras cosas que atender … yo también tengo obligaciones, pero tú eres lo primero … siempre eres mi prioridad y tú, en cambio, me tratas como una opción … no es justo … por eso te dije que no funcionaba, que debía acabar lo nuestro … no quiero que esto vaya a peor y al final no podamos ni dirigirnos la palabra … llevamos tres años de noviazgo, pero no puedo más …
La miré de soslayo, ella hablaba mientras intentaba mantener la mirada fija en mi, ¿lágrimas? Sora estaba llorando … por mi culpa … un sentimiento de culpa me oprimía el pecho … ella ya no quería estar conmigo … estaba tratando de suavizar la ruptura para que no fuese tan dolorosa para mí, para que no pensara que en terreno amoroso fracasaría … me dolía tanto … quería gritar, enfadarse, estallar, pero no podía enfadarme con ella, no quería perder su amistad … su aprecio … además, ¿Qué podía hacer? … era demasiado cobarde, cuando algo me lastimaba, simplemente huía … no podría soportar sus palabras de rechazo, rompería en llanto como un bebé y sabía que eso haría sentir aún peor a Sora … ella ya no me amaba … la había perdido … su amor por mi se había esfumado …
-No te preocupes Sora … todo está bien, podemos seguir siendo amigos … siento de todo corazón que no haya funcionado nuestra relación, pero así son las cosas … -dije esas palabras intentando mostrar mi mejor sonrisa.
Su mirada se tornó confusa, seguramente esperaba que se mostrara más fríamente, pero realmente no podía hacerle eso a Sora … no quería seguir sintiendo su rechazo, por eso lo mejor era fingir que lo aceptaba con normalidad.
-De verdad, Sora, todo puede ser como antes de salir, hemos pasado mucho juntos para estropearlo ahora, ¿amigos? – extendí mi mano hacia Sora y sonreí, ella me miraba extrañada, bajó la cabeza y dijo casi en un susurró:
-Amigos entonces …
Pasó un par de semanas desde esa conversación y desde entonces, intentábamos aparentar normalidad, nos saludábamos cordialmente y manteníamos alguna charla, pero eso no evitó que la noticia de nuestra ruptura se extendiera por todo el instituto como la pólvora. El acoso femenino juraría que se duplicó o triplicó … era un suplicio … para mí sus muestras de afecto no significaban nada … Además, me molestaba sobremanera oír una cantidad de teorías sin sentido acerca de nuestra ruptura, de los posibles motivos, etc. ¿es qué la gente no tenía otra cosa más importante en la que emplear su tiempo? Incluso mis compañeros de banda intentaron sonsacarme información, pero les dejé claro que eso pertenecía mi vida priva. Aún así tuve una discusión con uno de ellos, en parte por mi culpa, estaba demasiado ausente en los ensayos, tan ensimismado en mis pensamientos que en uno de los ensayos no me di cuenta hasta que Yoshida golpeó leventemente mi hombro:
-Ishida, por favor, trata de concentrarte un poco … - dijo casi de manera suplicante Yoshida.
-Mmm – es lo único que di como respuesta.
-El concierto es la próxima semana, intentemos ensayar todos concentrados – agregó Sanada en tono cordial.
-Sí … lo siento, he estado un poco distraído, pero a partir de ahora me esforzaré, ya veréis como es un éxito el concierto, gracias a mi voz, claro, je .. – comenté, intentando poner un pequeño toque de humor.
-¿lo sientes? ¿Eso es todo? No me vengas con tonterías Ishida, nos hecho perder el tiempo esta dos semanas, creo que hemos aguantado bastante – soltó de sopetón Yamada. Lo miré incrédulo, nunca Yamada se había comportado así. Era el más simpático de los cuatro y un guasa total, todo lo tomaba a broma … ¿qué le pasaba?
-Yamada, no empieces, ¿vale? Ya lo hemos hablado, Ishida no está en su mejor momento, a todos nos pueden surgir problemas, joder, ¿es que tú siempre has hecho todo bien? Pues no tío, así que déjalo –espetó Sanada.
-Este concierto va a ser muy importante, vamos a competir con otras bandas que tienen mucha calidad en todos los aspectos, y encima, ya sabéis que este año tenemos más carga con los estudios, y aunque me importan un soberano comino, a mis padres no … y a vosotros os pasa lo mismo, por ello, tenemos que aprovechar el tiempo cuando podemos ensayar … Hay que quedar para ensañar mañana sábado y el domingo, sin pegas – vociferó Yamada.
Ese fin de semana mi padre me había dicho que iba a Osaka por motivos de trabajo y yo quería acompañarlo, necesitaba salir de Odaiba, el aire de esa ciudad me parecía asfixiante por momentos. Además, había una exposición de diversos de astrofísica y no pensaba perdérmela, era la única ilusión que había tenido desde que Sora y yo … bueno, desde que todo acabó, y no iba a dejar que nada me impidiera ir. Así que se lo comuniqué:
-Esta noche … salgo con mi padre hacia Osaka … tengo que acompañarlo, tiene trabajo allí este fin de semana, cubre una exposición de astrofísica, acudirá al acto de inauguración gente muy importante, entre ellos el Ministro de Industria y – pero no pude continuar hablando, Yamada se había levantado bruscamente, me cogió por el cuello de la camisa y empezó a gritarme con toda la fuerza que le permitían sus pulmones:
-JODER ISHIDA, ¿ES QUE PIENSAS QUE VOY A AGUANTAR QUE TE RÍAS DEL GRUPO? SI NO TE IMPORTAMOS NADA, LÁRGATE, PERO LO QUE NO PODEMOS ES ESPERAR A QUE TE RECUPERES POR LO DE TAKENOUCHI, … EN ESTAS DOS SEMANAS CASI PARECES UN CADAVER, Y QUÉ HAY DE TU PELO? CON LO QUE CUIDAS TU PEINADO Y AHORA? NADA … ESTOY CANSADO DE VER COMO TE AHOGAS Y NO HACES NADA … COMO SI MERECIERA LA PENA, TOTAL, ES UNA TÍA MÁS, COMO CUALQUIER OTRA, DEBERÍAS PASAR DE ELLA, SI ES COMO TODAS …
No le dejé continuar, no iba a consentir que hablase mal de ella, daba igual lo que pasase, no iba a dejar que nadie dijera una sola palabra en contra de Sora …. Me solté de su agarre y ahora era yo quien lo sujetaba fuertemente:
-NO TE ATREVAS A DECIR UNA PALABRA MAS SOBRE SORA, ¿VALE?
-¿POR QUÉ TE MOLESTAS TANTO? TE HA CAMBIADO POR OTRO EN DOS DÍAS, NO LE IMPORTABAS UN CARAJO …
Aminoré la fuerza de mi agarre tanto que él se soltó sin problemas, mi expresión debió palidecer porqué Yamada continuó hablando más calmado y una mueca de sorna mientras se arreglaba el cuello de la camisa:
-¿No lo sabías? El domingo pasado la vi, iba con un chico más o menos de nuestra edad, iban vestidos de forma muy elegante y él la abrazó de una forma que no puedes imaginarte. Incluso la levantó en brazos. Y ella se reía, no creas que pedía auxilio a gritos, eh? … No te dije nada porque me lo prohibieron – señaló a Sanada y Yoshida.
Yo no podía creerlo, pero Yamada siempre había sido muy sincero, bueno … al menos con nosotros, porque con sus novias parecía olvidar lo que significaba la sinceridad … no quería seguir discutiendo con Yamada, sabía que acabaríamos a golpes, y no quería sacar esa parte violenta de mí, no quería perder más los nervios, no ahora, estaba demasiado turbado … Recogí mi bajo, me lo colgué al hombro y dije en la forma más indiferente que pude:
-Se me ha hecho tarde, como dije antes, esta noche salgo de viaje a Osaka.
Tras eso me marché, escuché a Yamada maldecir a todos los dioses, y a mis otros compañeros de grupo recriminarle el numerito.
-JODER CON ISHIDA …
-JODER, DIGO YO, PERO RESPECTO A TI, YAMADA, ¿ERES TONTO? …
-YA LO HABÍAMOS HABLADO … YAMADA, CUANDO ABRES LA BOCA, SUBE EL PAN … AINS …
Corrí todo lo que pude, cuando llegué a casa, mi padre parecía muy apurado, intentaba guardar las cosas de forma caótica en su maleta, cuando me vio en la puerta de su cuarto se quedó algo sorprendido, pero enseguida intentó entablar una conversación, aunque no podía evitar mostrar en un tono de voz su nerviosismo:
-Hola hijo … esta maleta cada vez parece más pequeña, en cada viaje me caben menos cosas … ¿has hecho tu maleta? ¿sigues queriendo venir conmigo? … No es que no quiera, al contrario, pero no es muy habitual … y últimamente no te he visto muy animado … - el pobre lo estaba pasando mal, a mi padre nunca se le había dado bien expresarse en su ámbito familiar, paradójicamente, ya que en su trabajo lo que más alababan de él era su forma de expresarse, contar las noticias al mundo …
-Sí, tengo todo preparado, solamente tengo que darme una ducha, después prepararé algo rápido para cenar y salimos hacia la estación de tren, ¿te parece bien, padre? Mi padre asintió.
Entré en mi habitación, un dolor en el pecho parecía congelar mi respiración, no podía creer que Sora estuviese con otro, ¿por eso me había dejado? ¿no pude darle lo que ella buscaba? ¿no fui capaz de expresarle todo el amor que le profesaba? Pensaba que había madurado lo suficiente, lo bastante como para que las cosas con Sora no se truncasen, aunque me di cuenta que no había sido así. Las dudas y la angustias azoraban mi corazón, pero no quería mostrarlo. No lloraría, no ahora … apreté los puños con fuerza y me supliqué a mi mismo no hacerlo, no llorar, no caer en la oscuridad de la soledad, aquella que le susurraba al oído que estaba solo, que había perdido a la única persona que había logrado conquistar su corazón.
…
Megafonía: "Pasajeros con destino Osaka acudan al tren Alar 83210, localizado en el andén 4, por favor. "
Al poco tiempo, el tren se puso en marcha, mi padre revisaba unos documentos y yo me dediqué a cerrar los ojos e intentar no pensar … intentaba que mi dolor no destrozara lo que aún permanecía en pie, la parte de mi alma que aún había no había sido sumida en la más profunda de las tinieblas …. ¿podría olvidar a Sora? ¿cómo hacerlo? cada día sin ella era una condena ¿luchar por recuperarla? ¿abandonarse a sí mismo a su suerte? ¿esperar un guiño del destino? … ¿Qué podía hacer? …
Así con todos esos interrogantes martilleando mi mente y el sonido del tren por su paseo sobre las vías, el sueño fue adueñándose de mí, hasta que sin darme cuenta sucumbí ante la llamada de Morfeo.
