Disclaimer: Todo pertenece a C.S Lewis
RESPUESTA A DESAFIO DE Wanda-Maire840
Summary: Ella confió y se entrego a él. Él la traiciono. Ahora ella enfrentara las consecuencias de sus actos. Lucy necesita un nuevo inicio, y Aslan se lo concederá. Ahora "La Valiente" Tendrá una segunda oportunidad. ¿Sabrá aprovecharla esta vez? Lucy/Caspian
Capitulo I - The Boulevard Of Broken Dreams.
"Mi sombra es la única que camina a mi lado
Mi corazón superficial es lo único que late
A veces deseo que alguien me encuentre
Hasta entonces, camino solo
Camino en esta calle vacía
En el boulevard de los sueños rotos
Donde la ciudad duerme
Y yo soy el único que camina."
Boulevard of Broken Dreams - Green Day
– ¡Adiós Su! ¡Adiós Ed! – Grito una Lucy hacia el tren que partía a Cambridge. Sintió unos fuertes brazos rodeándola por los hombros, levanto la mirada para ver a su hermano Peter abrazándola. Regreso la vista al tren, ya estaba muy lejos. Suspiro profundamente – Ya los extraño.
Peter rió levemente – No te preocupes Lu, en dos meses los veremos de nuevo – Y dejo un beso en su frente. Lucy asintió y con una última mirada al carril vació. Se giro con su hermano mayor, dispuestos a irse de la estación de trenes. Susan y Edmund acababan de irse a Cambridge, Eustace los había invitado a los cuatro a pasar el verano, la Guerra había terminado ya. La ya no tan pequeña Lucy acababa de graduarse del Instituto de Señoritas, y el baile seria en un par de días. Peter se había ofrecido a acompañarla, mientras que ella lo acompañara mientras arreglaba unos "asuntos" de la universidad. Alegre de poder quedarse con su hermano favorito, acepto sin problemas.
Llegaron al auto y subieron. Peter lo encendió y así partieron de regreso a su casa. La vista de la reina iba perdida en los árboles, árboles sin vida, sin espíritu. Suspiro. Eran tan diferentes a los de la hermosa Narnia, aquellos árboles sagrados que bailaban con la música de los faunos cada noche, aquellas amables driades que la acompañaban siempre que podían. Extrañaba mucho a su país, a su verdadero hogar. Pero no regresaría, por ahora. No sabía por que, pero estaba segura de que algún día ella volvería a ese lugar. Y quizás, para siempre.
– Llegamos – indicó Peter apagando el auto. Ella salio del auto y espero en la puerta a su hermano. Sonriendo su hermano abrió la casa. Ahora se veía demasiado grande, la costumbre de ser seis personas allí ya era demasiada, se sentía tan vacía sin los sarcasmos de Edmund, los regaños de Susan. Peter, como si hubiera leído sus pensamientos puso una mano sobre su hombro.
– Vamos Lu, será divertido – Sintió nostalgia ante la frase, la misma que le había dicho su hermano años antes cuando estaban en la Mansión del Profesor Kirke. Donde habían iniciado sus aventuras. Sonriéndole a su hermano para tranquilizarlo subió las escaleras y fue a su habitación, dispuesta a dormir un rato.
Peter se quedo en la sala, aprovechando para leer un rato. El tiempo se le paso volando y para cuando se dio cuenta ya había anochecido. Alzo su vista al reloj, las 8:30 p.m. Debia haber hecho la cena una hora antes. Con pereza se levanto y fue a buscar a Lucy. Abrió con cuidado la habitación, la encontró durmiendo en su cama. Una sonrisa se dibujo en su rostro, se acerco a ella y le quito los zapatos y la arropo. Sabía que no despertaría hasta el día siguiente.
– ¡Despierta Peter! ¡Despierta! – Gritaba una voz con un tono infantil, mientras movía insistentemente el brazo del Gran Rey. Peter abrió los ojos lentamente, acostumbrando a su vista, podría jurar que había visto a la Lucy de 10 años despertándolo. Pero sabia que no era así, Lucy tenia 17 años ya era una mujer. – Despierta – Repitió.
– Ok... Lu ya estoy despierto – Dijo sentándose. Lucy sonreía brillantemente – ¿Que pasa?– Lucy lo miro como si fuera lo mas obvio del mundo.
– ¡Peter! – Exclamo en tono de regaño – Hoy es el baile ¡HOY! – Y empezó a dar saltitos en el cuarto. Peter se hizo una nota mental de no volverla a dejar dormir tanto.
– Creí que no te gustaban los bailes de la escuela.
– No me gustan – Murmuro ella ya tranquilizándose – Pero este es el ultimo ¡El ultimo! ¿Y sabes lo que eso significa?
– Lo sabré si me lo dices.
– !Que no hay mas escuela! – Y volvió a saltar, su cabello castaño claro volaba con cada salto, agitando sus hermosas ondas. Se paro y respiro profundamente, pero sonrió de nuevo y empezó a saltar. Peter se quedo mirándola, sintiéndose cada vez mas mareado por los saltos. Cansado, se levanto y puso sus manos en los hombros de Lucy.
– Respira – Ella tomo una profunda inhalación – ¿Ya? –
– Si – Y paso una mano por su cabello, peinándolo.
– El desayuno esta listo, te espero – Y salio elegantemente de la habitación. Peter podía dar la corona que alguna vez había tenido por asegurar que Lucy estaba saltando de nuevo en el pasillo.
La noche llego por fin. Peter termino de ajustar su corbata. Se vio en el espejo, sonrió satisfecho. El traje negro resaltaba su piel blanca y sus cabellos rubios. Asintió para si mismo y salio de la habitación.
Toc toc
– Lucy ¿Estas lista?
– ¡Un momento! – Dijo desde adentro. Peter escucho como revolvió cosas en el interior, una maldición y de nuevo el revolver cosas. La puerta se abrió, dejando a ver a una Lucy con el cabello suelto en ondas arregladas. Un vestido púrpura oscuro junto con unos tacones del mismo color. Tenía levemente maquillado el rostro. Sin duda, se veía hermosa. Peter se dio cuenta de la hermosa mujer que tenia ahora en frente de él, la pequeña Lucy había quedado en el olvido. Ahora era una total y completa mujer. Frunció levemente el ceño, ¿porque estaba pensando él así de su hermanita? No la estaría viendo como algo mas ¿O si? – ¿Peter? ¿Tan mal me veo? – Pregunto Lucy insegura viendo la mueca de su hermano.
– ¿Que? – Pregunto Peter desconcertado – ¡No Lu! Estas linda... Es más hermosísima. Toda una reina – E hizo una reverencia. Lucy rió entre dientes y la correspondió. Al erguirse, su hermano le tendió el brazo – ¿Vamos?
– Ya va – Y con eso regreso a la habitación, tomando su chal y su bolso. Regreso a la puerta, el brazo de Peter seguía tendido. Con una sonrisa tomo el brazo de su hermano y beso su mejilla – Vamos.
Al llegar, estaban tanto como las graduadas de la clase de Lucy como los graduados del Instituto en el que una vez sus hermanos mayores habían estudiado hace unos años. La celebración era en el gimnasio. Estaba decorado con adornos en azul y vinotinto. Los colores de ambos colegios. Al llegar, los hermanos se tomaron una foto. Un recuerdo que Lucy estaba dispuesta a guardar durante toda la vida. Muchos la habían invitado a que los acompañara, pero ella había querido ir con su hermano. Al igual que Susan lo había hecho.
Peter visualizo como su hermana se alejaba con unas compañeras. Dos de ellas le saludaron. Sonrió amablemente, Lucy regreso junto a él.
– La Reina Lucy "La Valiente" ¿Me permitiría esta danza?– Pregunto haciendo una reverencia. Lucy sonrió con nostalgia, recordando las veces que los narnianos y extranjeros le decían esa misma frase.
– Será un honor Gran Rey Peter "El Magnifico"– Y tomo su mano, llevándola a la pista de baile.
Bailaron entre risas y bromas recordadas. Y en muchos años, ellos volvieron a sentirse Reyes, aunque fuera solo en su mente. Ellos recordaban la gloria de Narnia, de compartir una danza con la persona más especial para el otro, y sentir que no había nada ni nadie más.
La noche continúo. En cada minuto que avanzaba, cada uno dejo cada vez más en evidencia sus sentimientos.
Ambos llegaron a su casa, riendo... Lucy se quedo en la puerta, quitándose el chal. Y Peter no pudo evitar quedar viendo sus pálidos brazos, su hermosa tez... Viajo hasta su rostro, sus ojos verdes brillaban espectacularmente. La Reina subió la mirada para encontrarse con esos ojos azules intensos mirándola concentradamente. Alzo una ceja hacia su hermano
– ¿Que tanto observas? – Pregunto sonriendo. Peter se sobresalto por el sonido de su voz.
– En la hermosa mujer en que te convertiste – Lucy sonrió, tratando de analizar los ojos de su hermano. Tenían un deje de orgullo, protección, atracción... Detuvo el pensamiento, ¿Atracción? No... Imposible. Peter negó con su cabeza, sabiendo que estaba sobrepasando una delgada línea entre la protección a su hermanita y la atracción a la mujer que tenia en frente de él. – Es hora de dormir Lu.
Y con eso la acompaño a su habitación. Lucy se sentó en el borde de la cama y suspiro. – No tengo sueño Pete.
– Es tarde Lu.
– No importa, ya no soy una niña pequeña.
– Créeme que me di cuenta de eso – Murmuro en voz baja, creyendo que su hermana no lo oiría. Pero, para su fortuna o desgracia, si lo hizo.
– ¿Te diste cuenta de eso? – Peter maldijo en sus adentros por ser tan obvio e indiscreto. Pero ya era tarde, pasara lo que pasara, lo que sentía no era algo que podía esconder.
– Si Lu... Tu ya no eres la niña de hace años. No, creciste Lucy. Ahora somos adultos. Eres toda una mujer – Y con eso dio un largo suspiro.
– Lo dices como si fuera algo malo Pete.
– Para mi lo es Lucy.
La reina frunció el ceño – ¿De que hablas? Peter se levanto de la silla en la que estaba sentado y se sentó junto a ella en la cama.
– Lucy yo ya no te veo como una niña, como la pequeña a la que siempre tuve que proteger del mal exterior, la pequeña que descubrió Narnia. No, Lu. Yo te veo como una mujer adulta Lucy.
– Pero, ya lo habíamos vivido en la Edad de Oro Peter. No te comprendo – Peter exhalo frustrado, se puso frente a frente con su hermana, mirando directamente a sus hermosos ojos verdes.
– Lucy, yo no te veo como mi hermanita. Lucy, te veo como una mujer. Como una mujer para mí – Murmuro lentamente. Lucy sintió como su mente se revolvía en menos de un segundo. Su hermano estaba enfrente de ella, declarándosele, diciéndole que no la veía como su hermana sino como una mujer. No sabía que pensar, que sentir, que decir. Nada la había preparado para aquello, nadie... Sin saber aun como reaccionar, sintió unos calidos labios sobre los suyos.
Peter era una de las personas más especiales en su vida. Su hermano favorito, el que siempre estuvo allí para ella, él que siempre la protegió. ¿Por que no darle una oportunidad? ¿Por que no estar con la persona en la que mas confiaba en el mundo? Preguntas rodaron en su mente mientras su mente. Respiro profundamente y decidió.
Temblorosamente paso los brazos por el cuello de su hermano. Peter trato de pensar con claridad, Lucy le correspondía el beso. Eso tenía que significar que le correspondía el sentimiento. Que quizás ella también lo amara. Sus manos viajaron a la pequeña cintura femenina. Peter necesitaba más que un simple roce. Lentamente, para no presionarla pidió permiso para profundizar el beso. Ella abrió su boca, dejando que la lengua de su hermano se introdujera en ella. Trato de seguirlo, de olvidarse de todo lo que pasaba por su mente. Ella había tomado una decisión y ya no había vuelta atrás.
Las manos de Peter en su cintura la abrazaban, obligándola a pegar su cuerpo al de él. Peter la besaba con más pasión, probando cada lugar que podía de su hermana. Podía sentir que la temperatura de su cuerpo subía con cada movimiento. Sabía que la necesitaba, marcarla como suya ¿Pero ella estaría dispuesta?
Peter dejo el beso para bajar por su mandíbula, y llegar a su cuello. Lucy suspiro al sentir los labios de su hermano en ese punto. Sentía demasiadas cosas en su interior. Gimió al sentir que su hermano chupaba una parte de su piel. Su respiración era agitada, ya no era algo de confiar en su hermano. Era un deseo que crecía en su interior, la necesidad de más, un deseo carnal. Necesitada busco la boca de su hermano de nuevo.
Lucy jugo mas desenvuelta con su lengua, también dispuesta a disfrutar del hombre que tenia frente a ella. Una mano de Peter llego a su nuca, tratando de poder besarla lo mas profundamente que podía. En ese momento, los besos no le eran suficientes. Necesitaba mas, mas, mas... Dejo besos en su mejilla hasta que llego al lóbulo de su oreja y lo mordió.
– Peter... – Gimió Lucy. La reina tomo en un puño la camisa de su hermano y lo atrajo a la cama con ella. Dejo acostar a Peter y se sentó a horcajadas sobre él, una pierna a cada costado del rey. Busco de nuevo los labios de su hermano, en el movimiento sintió un bulto entre sus piernas. Peter gruño desde su garganta y busco de nuevo los labios de su hermana.
– Lucy...– Gimió – Lucy... Déjame hacerte mía, déjame hacerte mi mujer – Imploro. Lucy se separo lentamente de él y se quedo mirando sus ojos azules, pensando en ¿Que debía hacer? ¿De verdad estaba dispuesta a acostarse con su hermano?
– Peter ¿Estas seguro de eso? – Pregunto inseguro.
– Si Lucy. Te necesito. Te deseo – Dijo regresando a sus labios. Lucy respiro hondamente.
– Esta bien Peter. Hazme tuya – Ese comentario dejo ir cualquier pensamiento claro de Peter. Él la haría y marcaría suya. Para siempre.
La decisión estuvo hecha, ya no había regreso atrás. Ese era el inicio de todo.
Lucy fue la primera en despertar aquella mañana. Afuera estaba lloviendo con fuerza. Suspiro y se giro. Peter estaba acostado junto a ella durmiendo profundamente. Cerró los ojos tratando de adaptarse a todo lo que había pasado en la noche anterior. La seguridad de lo que había hecho se había esfumado desde que despertó. Ahora simplemente no sabia que pensar. Se sentía extraña, como si algo de ella hubiera sido arrancado.
Bufo en su interior. Si, algo de ella ya no estaba, su rastro de niñez. Ya no era una niña, en ningún sentido. Peter tenía razón, ella ya era una mujer.
En silencio y con cuidado se levanto de la cama. Peter continúo durmiendo tranquilamente. Tomo ropa nueva y fue a ducharse. Necesitaba aclarar su mente, necesitaba calmar su culpa.
Toc toc
– ¿Estas ahí Lucy? – Pregunto la voz de Peter desde afuera. Lucy respiro profundamente.
– Si Peter, ya salgo – Cerro el agua y seco su cuerpo. Se vistió con la mayor lentitud que pudo. Se miro en el espejo, seguía siendo la misma, pero no podía evitar sentirse que no... Que no era la misma Lucy del día anterior. Negó para si misma, no había tiempo para remordimientos ni culpas. Salio del baño, Peter estaba junto a la puerta, esperando para entrar al baño.
– Hola Peter.
– Buenos días Lu – Y se acerco para besarla. Lucy recibió el beso, tratando de que pareciera que estaba bien. Y Peter lo creyó. Con una sonrisa, su hermano se adentro en la otra habitación. Se baño con rapidez, dispuesto a pasar todo el día con Lucy. Sonrió, se sentía tan bien saber que su hermana había confiado en él, y se le había entregado.
Termino y se vistió, bajo las escaleras. Lucy estaba en la cocina, terminando de comer. Se sentó junto con ella y se dedico a comer su desayuno. La menor acabo en silencio y salio de la cocina. Peter frunció el ceño y la llamo.
– ¿Lucy?
– ¿Hmm? – Vino la voz de Lucy.
– ¿Que estas haciendo?
– Voy a salir Peter. Regreso mas tarde – Y sin decir más nada. Peter oyó como la puerta se abrió y luego se cerró. Dejándolo solo en la casa. Frunció aun más el entrecejo. ¿Que le pasaba? Se encogió de hombros, sin saber que responderse.
Lucy estaba en uno de los parques de Finchley. Sentada en un columpio, le gustaba aquel parque. Casi nadie iba, y le daba la sensación de soledad que necesitaba sentir en aquel momento. Cerró sus ojos, tratando de analizar su mente.
Había descubierto porque se sentía así, tan culpable, con tantos remordimientos. Aunque le doliera, lo que había hecho con Peter estaba mal, muy mal... Fue un error, uno que la seguiría toda su vida. Él era su hermano, ¿Como había podido acostarse con él?. Pero también se pregunto ¿En donde había quedado el Peter que la protegía de todo? ¿En que momento su hermano había empezado él a sentirse así hacia ella? ¿En que maldita cosa pensó cuando se dejo llevar por la calentura del momento? Una lagrima amarga bajo por su mejilla ¿Por que? Se recriminaba en su mente ¿Por que había hecho eso? ¿Por que?
– ¿¡Por que! – Exclamo con amargura. Levanto la vista, ya estaba oscureciendo. Debía volver a casa, aunque deseaba no hacerlo con todas sus fuerzas. Sintiendo que cada paso que daba era como tener atado a cada pie toneladas de concreto, fue hasta su casa.
Peter estaba en la Sala leyendo. Recordó las veces que lo veía así, y él la recibía con una sonrisa calida y llena de amor fraternal. El único amor que podía existir entre ellos. El único.
– ¿Donde estabas Lucy? – Pregunto levantando la vista de su libro.
– Salí un rato y no me di cuenta de la hora. Lo siento – Trato de sonar lo más normal y cotidiano que podía. Pero esta vez, Peter no cayó. Se levanto del sillón de cuero y camino hasta ella.
– ¿Pasa algo malo?
– No Peter – Trato de sonreír, pero le salio una extraña mueca.
– No te creo Lu. ¿Que pasa? – Murmuro con voz mas seria.
– Nada Peter, estoy bien – Y trato de irse a su habitación. Al llegar al segundo escalón, una fuerte mano la tomo por la muñeca.
– ¿Que pasa Lucy? – Pregunto con frialdad y dureza.
– ¡Suéltame Peter!
– No, hasta que me digas que pasa.
– Peter suéltame por favor – Intento decir con voz mas suave.
– ¿Que paso Lu? – Y llevo su otra mano a la mejilla de Lucy. Al roce, la reina alejo la cara. – ¿Que diablos esta mal contigo?
– Pasa que esto esta mal Peter. ¡Esto esta mal! – Grito con amargura.
– Claro que no Lu, yo te amo.
– ¡No Peter! No digas algo que no sientes. ¡Tu No Me Amas! – Volvió a gritar.
– ¿Como eres capaz de decir eso? – Respondió Peter, subiendo una octava su voz.
– Diciéndolo Peter. Esto esta mal, no debimos haber estado juntos anoche, ¡ESTO NUNCA DEBIO PASAR! – Peter se acerco a ella y la beso. Un beso cargado de furia y rabia, sentimientos contenido en lo mas oscuro de su alma. Lucy intento forcejear contra él. Pero su hermano era más fuerte que ella, y por mucho. Después de satisfacerse, Peter se separo de ella y la miro. Por primera vez vio una mirada de odio puro en los ojos verdes de su hermana. Era odio, no había otra palabra que podía describir el desprecio que se leía en sus ojos.
– Yo te amo Lucy Insistió él. Lucy no se pudo contener, y con toda la fuerza que pudo bofeteo a su hermano.
– ¡NO PETER! ¡TU NO ME AMAS! Tu solo me usaste para pasar la noche. ¡NO ME AMAS!
– ¡Si te amo Lucy! ¿Por que no lo entiendes?
– ¡Porque no es normal Peter! Los hermanos no se enamoran de sus hermanas. Esto no puede ser. ¡Jamás debí haberme acostado contigo Peter! ¡NUNCA!
– Deja de decir estupideces Lucy. ¿O también es normal ser transportados a otro mundo y ser coronados Reyes?
– Peter, no es lo mismo. Por favor ¡Entiéndelo! No podemos tener algo más que cariño fraternal. No podemos. ¡Yo no quiero!
– Lucy...– Amenazo él con voz fría, dura, seria.
– Ahora suéltame Peter.
– No Lucy. ¡No! – Rugió antes de abalanzarse a sus labios. Pero Lucy no quería que sucediera de nuevo, que él se aprovechara de ella. Mordió su labio inferior. Su hermano lanzo un aullido y se separo de ella al instante.
– ¡Eres un cerdo asqueroso Peter! Suéltame Peter. Suéltame o gritare.
– ¿Me estas amenazando?– Gruño el rey acercándose a ella.
– Como quieras Peter. Solo suéltame – Y volvió a intentar sacar su muñeca. Pero su hermano solo apretó su agarre – Maldita sea Peter ¡SUELTAME! – Esta vez sus ojos estaban vidriosos, tratando de aguantar las amargas y dolidas lagrimas. Peter la miro y la soltó. Pero no la dejaría ir, no así. Ella era suya, suya y solo suya. Regreso a sus labios, y empezó a tocar su cuerpo. – ¿Que estas haciendo Peter?
– Demostrarte que yo te amo – Y regreso a su trabajo de tocar el cuerpo de su hermana. Por primera vez, Lucy se sintió realmente asqueada.
– No Peter, por favor. Déjame ir.
– No Lucy, tu eres mía – Las lagrimas saladas ya corrían por el rostro de Lucy. ¿Su hermano de verdad se iba a aprovechar de ella? No, pensó al momento. Ya era hora de parar eso, tenia que alejarse de él en ese mismo instante.
Sacando fuerza de donde no sabía. Consiguió empujar fuera a su hermano. Peter la miro con ira reprimida en sus azules ojos.
– Vuelve aquí Lucy.
– ¡No Peter! Tú eres un bastardo... Tú no eres mi hermano. ¡Tu no eres nadie en mi vida!– Grito mientras se iba a la puerta. Necesitaba salir de esa casa, en ese mismo instante.
– Lucy, ¡Regresa Aquí!
– No Peter, yo JAMAS volveré contigo – Y con eso abrió la puerta, saliendo precipitadamente. Podía oír los pasos de su hermano detrás de ella, directos a buscarla. La mente de Peter iba a mil por hora, ¿Que le pasaba a esa niña? ¿Como negarse a estar con él? ¿Como decir que no la amaba? ¿Como pensarlo nada más?. Corrió tras de ella, no podía dejarla ir. No en ese estado, y menos después de tal pelea. Llego a la puerta de su casa. Para encontrarse con la imagen que marcaría su vida para siempre.
– ¡LUCY! – Grito con desesperación. Los ojos de su hermana se encontraron con los de él, dejando claro su última palabra Adiós
Bienn... Empezó mi historia para el desafió de mi chicaa *-* Espero que les este siendo de su agrado. De vdd lo espero, no estuve muy segura del capt, pero bueno, era necesario esta parte así pq si.
De verdad espero que les haya gustado
Reviiiews? *-*
