Muy buenos días queridos lectores….
Aquí de nuevo Arminius subiendo sus viejos trabajos reeditados y tratando de conservar lo mejor de la esencia y quitando del medio la mayor cantidad de errores que anteriormente fueron publicados.
He tenido conversaciones con un comentarista de mis anteriores trabajos. El me hizo notar que este fic ya fue publicado en fanfiction por otra persona. Quiero aclarar dos puntos importantes en este asunto:
1)-el señor que ha publicado este mismo trabajo en Fanfiction, no ha plagiado mi trabajo. Hace mucho tiempo me pidió permiso cuando yo no tenía cuenta en este foro de escritores.
2)-este fic, es totalmente mío. Obviamente los personajes no me pertenecen pero el resto es de mi total autoría. Sin embargo, para quien de nuevo quiera leerlo, advierto que tendrá pequeñas correcciones para leerse mejor. O tal vez algún párrafo agregado para aclarar puntos que pudieron no quedar claros.
Para quienes recién lo leen ahora, disfruten y comenten. Me gusta mucho saber lo que piensan, critican o sienten sobre mis trabajos. Muchas gracias.
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CONTRACARA:
"Cada hombre, por bueno o malo que sea tiene dos lados en sí mismo. Esas partes de su ser lo acompañan cada segundo de la vida. Esperen y verán, como el hombre que toda bondad demuestra…también puede ser capaz de una gran maldad. Es como una moneda….a toda cara….suele ser acompañada por lado opuesto"
PROLOGO: EL FINAL DE UN CAMINO
La lluvia azotaba los campos de batalla inmisericorde. Muchos quedaron por el camino, otros cayeron derrotados y esperaban a los equipos médicos para obtener la chance de sobrevivir. La base de Akatsuki era historia, Killer Bee la hizo volar por los aires antes que Sasuke llegara y se trabara a luchar contra él. Kabuto se las apañaba bien contra Itachi apelando a sus esclavos del Edo tensei, mientras que Madara contra Naruto peleando alejados de las otras batallas, exponían lo mejor de sus habilidades para quedarse con la victoria.
Naruto estaba llorando de rabia, furioso, lleno del innegable olor de la venganza. Hacía casi una hora que había visto exhalar su último aliento de vida a Tsunade Senju, su Oba-chan, su madre sustituta, su amiga. Los cuerpos de los ex-jinchuriki manipulados por Madara habían barrido con casi todos en el cuartel general. Solo algunos sobrevivieron y resistieron hasta que Bee y Naruto pudieron plantar cara a Madara. Los cuerpos del Rinnengan cayeron y fueron anulados. Sangre, sudor y lágrimas.
Madara se retiró absorbiéndose por un vórtice y Naruto fue tras el furioso. Durante kilometro lo siguió, pese a los gritos de Sakura y sus amigos a las espaldas, esta guerra tenía que terminar. Quiso el destino que Naruto alcanzara a su mortal enemigo en el valle del fin. Donde todo empezó, justo ahí terminaría de una vez y para siempre. Madara uso sus maravillosos poderes emanando de los ojos. Estaba confiado, estaba seguro de ganar. Derrotando a Naruto, y luego capturando a un debilitado Bee la victoria era un hecho. Pero el joven Uzumaki no se rendía, recibía los mejores ataques de Madara y aun así seguía de pie. Por su aldea, por sus amigos, por la paz y por la memoria de sus padres. Naruto Uzumaki debía ganar.
-Luchas con valor Naruto Uzumaki… –dijo el gran Uchiha en un momento del combate- lo haces como los grandes de verdad. Como el clan Uzumaki lo hizo siempre.
-¡¿Tu que sabes?! –gritó furioso Naruto que apenas se podía mantener en pie- ¿mi clan? ¡Yo estoy solo!
-Lo sé…-remarco Madara misterioso- te lo quitaron todo. Tu clan, tu familia, y tú futuro. Todo por una aldea de cobardes que no cumplió su palabra.
Naruto se apoyó con dificultad en una de sus rodillas. El cuerpo le pesaba demasiado, estaba agotado y el chakra dorado del Kyuubi estaba a punto de desaparecer. Sus heridas eran graves, su vientre correaba en sangre y su brazo izquierdo estaba inútil. Quebrado como rama. Pero sus sentidos le indicaban algo increíble, Madara no sentía odio al decir esas palabras, sus sentimientos eran de…melancolía. ¿Qué estaba ocurriendo?
-Yo quiero un mundo diferente, -anuncio el viejo Uchiha- un mundo que será pacifico, donde no habrá traición o rencor. Un mundo donde volveré a ver a mi hermano, donde volveré a ver a todos los míos. Ese es el propósito primero de mi plan "ojo de luna"
-Seguro….- respondió el rubio con acento irónico- y apoderarte de la tierra es solo un bono extra ¿no?-sonrió Naruto molesto- que generoso eres….
-Piensa lo que quieras….-señalo Madara- hace años me cansé de ser considerado y atento. Soy una bestia porque el mundo bastardo me hizo así. ¡Prefieren llamarme monstruo para no admitir sus traiciones!
-¡Eres un monstruo! –Gritó Naruto furioso- mataste a tantos, mataste a Oba-chan….
-Puedo revivirla, a ella y a todos…-señaló cruzado de brazos seriamente- tengo poderes limitados por ahora, pero serán completos cuando tenga a los nueve demonios.
-¡Nunca me vencerás!- declaró Naruto parándose firme y sacando un kunai- ¡yo te detendré, aunque tenga que morir contigo!
Madara no pareció afectarse por esa declaración, sin embargo hizo algo que Naruto no esperaba. Negó con la cabeza en un gesto decepcionado y se quitó la máscara de círculos concéntricos que le cubría el rostro. Naruto dejo la postura agresiva apenas vio ese rostro, lo relacionó enseguida con Nagato. Ojeras profundas, gesto triste y sin vida. Parecía un hombre absorbido por el malestar constante. Sus ojos eran llamativos, el Sharingan eterno y el Rinnengan brillaban resaltando su rostro decaído. De no tenerlos, hubiese pasado como cualquier hombre consumido por la vida.
-Esta guerra ha desgastado mi cuerpo y ya no puedo cumplir mis planes. Tú eres un Uzumaki… -prosiguió Madara- ironías del destino que tenga que enfrentarte a ti. Tu familia, la destrucción de la aldea del remolino, fue lo que dio inicio a todo el conflicto entre Konoha y Madara Uchiha.
-¿Qué dices? –susurro Naruto confundido.
-No me sorprende que nada sepas, -respondía Madara mientras de brazos cruzados caminaba por el lugar- después de todo….la historia la escriben los que ganan las batallas…..pero existe la otra historia.
Naruto sintió la presencia de Sasuke, se acercaba al lugar rápido, sería cuestión de minutos antes que tuviera que enfrentarse a dos Uchiha en lugar de uno, y Naruto ya no podía más. ¿Qué ocurría? ¿Por qué Madara no actuaba y lo derrotaba de una vez? ¿Por qué le hablaba sobre la aldea de su madre?
-Sasuke se acerca… –declaró Madara- otro niño ingenuo que se deja llevar por las apariencias. Tuve que ponerlo de mi lado porque era la única familia que tengo. El único capaz de revivir mi clan, de restaurarlo desde el comienzo.
-¡No te metas con Sasuke! –Grito Naruto furioso- ¡tú pelea es conmigo!
-Lo sé….-finalizó Madara- pero no debería ser así, tu deberías ser mi familia, deberías ser uno conmigo y no mi rival. Pero parece que ya es tarde, que no habrá revancha para nosotros. Konoha ha ganado.
Naruto no entendía nada, pero Madara se colocó su máscara preparándose para pelear. El rubio sabía que tenía escasas chances de sobrevivir, ¿cómo podía saber que haría Sasuke al llegar?, tenía que jugarse todo por el todo para vencer a Madara de un solo golpe. Era eso, o caer entregando a Kyuubi. Algo que no podía suceder. Sin embargo, Madara Uchiha tenía otros planes. Extrajo un pergamino de su traje, y lo lanzo hacia un grupo de rocas metros más allá. El papiro entro en un orificio y quedo escondido, Madara por fin hablo:
-Si sobrevives esta guerra, tú como el último de los Uzumaki deberás cumplir con tu clan. La lealtad de tu familia era eterna, igual que la tuya. Allí encontraras todas las respuestas que te fueron negadas, allí está la verdad de los derrotados. Gánatela justo ahora….venciéndome en combate.
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Sakura salió de la tienda de campaña con su cuerpo lleno de sangre, junto a ella dos médicos de la alianza la seguían, mirándola con una admiración evidente. Había operado en 15 minutos a una mujer casi muerta, y ahora tenía amplias chances de salvarse. La caída de Tsunade Senju y varios de los líderes fue como el estallido de una bomba. La moral se vino abajo y todas las parciales victorias contra los Zetzu y los revividos del Edo tensei, fueron en vano. Sakura había llorado en el cuerpo frio de su maestra, mientras Shizune intentaba inútilmente apartarla. Naruto se fue, furioso como nunca lo había visto, y Killer Bee aún no regreso de su pelea en los limítrofes dominios del Akatsuki.
Kakashi estaba casi muerto, y el "casi" era por el milagro que Sakura obró sobre la humanidad de su antiguo sensei. El Tsuchikage había muerto, y la Mizukage solo sobrevivió al ataque de los Zetzu venenosos porque las criaturas se retiraron misteriosamente. El Raikage organizaba los escuadrones que podían aun pelear, para por lo menos establecer un perímetro a la base de la alianza. Era todo caos, toda muerte y sangre por el suelo. Algunos escuadrones se rearmaban con los restos de las divisiones devastadas y otros simplemente se dejaban estar a la espera de alguien que ordene para ellos obedecer. La voluntad se había ido de los corazones. La derrota era una poderosa compañera últimamente.
Las carpas de la división médica se acomodaron en la zona más central del campamento. Shizune estaba llorando amargamente por su maestra, apenas mantenía la compostura por minutos y luego se lanzaba al descontrol. Los años, los recuerdos, la admiración que sentía por Tsunade la había arrastrado a la desesperación. Sakura en cambio repartía su dolor entre la muerte de la Hokage, la perdida de tantos amigos y la desaparición de Naruto. La pelirosa tenía la mirada perdida mientras cerraba una hemorragia severa en una muchacha rubia que gemía entre lágrimas. Las voces afuera la despertaron, discusiones que repetían en cada sector de la alianza matizados por la derrota y anarquía.
-El campamento médico debe ir al norte –reclamó una voz en las discusiones- no podemos dejarlo en el centro porque sería molesto. No nos permitiría llegar con facilidad a los flancos con los refuerzos de combate.
-La capitana Shizune esta…-respondió otro- no está en condiciones de ordenar nada.
-El capital Onishi está muerto –declaro casi gritando un tercero- también la capitana Agako. ¿Quién dirige este maldito caos?
Sakura salió de la carpa dejando a su paciente al cuidado de un ayudante. Se lavó las manos en una fuente destrozada de junto, y viendo a los ninja discutir se acercó seriamente.
-¡¿Quién está al mando?!- reclamo un médico nervioso- tengo cuatro pacientes en estado crítico y no puedo…
-¡Silencio! –Grito Sakura y todos voltearon asustados- el campamento médico se quedara en el medio de la base, los pacientes más graves a las carpas del 1 al 10, los que tienen quemaduras a las ultimas tiendas que están bajo aquellos árboles,- señalando un páramo- el resto de ustedes….
-¡¿Niña quién te crees?!- se cabreó un médico viejo- apenas sales del cascarón y ya….
-¡Soy la sub-capitana de la primera división medica! –Estalló Sakura- ¡Shizune Sempai me puso a cargo! ¡Pero si tienes dudas aun, los enviare a las carpas….pero como pacientes! Esto no es un pedido, no es una invitación ¡Es una orden!
Sin lugar a dudas sus gestos no eran amigables. Y se había corrido el rumor que esa niña pelirosa que parecía cualquier cosa menos ninja, había eliminado a un Zetzu de un solo puñetazo. Era brutal y peligrosa. Era alumna de Tsunade Senju. Era mejor obedecer.
-De acuerdo….-dijo un moreno con gesto aburrido- ordene Sempai, que nosotros hacemos el resto.
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Los bosques embarrados por las tormentas constantes hacían a Sasuke absolutamente nada. La oscuridad era total, la noche y las copas de los arboles ocultaban casi todo a los ojos normales de la gente. Pero Sasuke Uchiha no era normal, sus ojos con el Magenkyo Sharingan eterno estaban cómodos en lugares oscuros. Era poderoso, era casi invencible.
Escapar de la guarida que lo resguardaba matando a todos los Zetzu que lo intentaron impedir fue pan comido. Acabar con los escuadrones de la alianza que se cruzaron fue aún más rápido y fácil. El problema de ser único no era su poder, sino su falta total de metas por conseguir. Matar a Itachi fue su anhelo primario desde la academia ninja. Cazarlo como rata, y luego restaurar el clan Uchiha a su antiguo esplendor. Dos objetivos que sin embargo se chocaron en una lluvia de sangre y traiciones. Resultó que su hermano Itachi no era el culpable, no era el loco de poder que arrasó su familia por solo demostrarse el mejor. Era un ninja de Konoha que obedeció órdenes mezquinas y prefirió la aldea antes que a los suyos.
Pero había aún más basura en esta historia. Resultó que Itachi no dejó vivo a Sasuke tan solo por enfrentarlo en combate cuando fuera grande y fuerte. Lo dejó vivo para otorgarle nuevamente el Sharingan a la aldea de la hoja. Menuda basura, como si Sasuke no tuviese derecho a decidir su vida. Era esto lo que enfurecía al moreno. Nadie le pregunto qué quería, nadie se preocupó por sus gusto o sueños. Se quedó sin familia y atrapado en una venganza, se quedó sin aldea porque fueron los consejeros quienes ordenaron el exterminio de la familia Uchiha. Se quedó sin amigos, porque en lugar de conservarlos se enfrascó en la venganza que lo obligó a consumirse. Tener los ojos de Itachi solo le hacía recordar la perfidia que el destino se aplicó por mostrarle.
Cuando llegó al campo donde Madara y Naruto combatían, se encontró con el bosque arrasado. Árboles arrancados de cuajo y cráteres humeantes por doquier. La batalla había sido astronómica, pudo detectar una zona donde evidentemente el Gedo Mazo había aparecido. Madara se aplicó a fondo para liquidar a Naruto, pero por alguna extraña razón, había dos cuerpos tirados en el suelo en lugar de uno. Parecía increíble, podía decirse imposible pero allí estaban. Sasuke se acercó caminando tranquilamente, no podía ver el chakra funcionar en ninguno de ellos. Madara estaba boca abajo, un charco de sangre se formaba debajo suyo rodeándolo. El olor de la podredumbre era tan fuerte que Sasuke emitió un gesto de asco leve. Metros más allá, boca arriba estaba Naruto. Solo el jean naranja con negro lo distinguían perfectamente. De la cintura para arriba tenía cortes, heridas y quemaduras que ennegrecían su piel declarándolo muerto.
Sasuke miro a su ex-compañero de equipo y a su mente vino una imagen del recuerdo. Se acercó a él, se arrodillo frente a la cabeza de Naruto y la lluvia no cesaba en la cruel noche. El valle del fin, un recuerdo de una pelea donde Naruto también terminó malherido y caído, donde Sasuke huyo para ir con Orochimaru y conseguir el poder necesario para vencer a Itachi.
-¿Qué nos hicieron Naruto? –Dijo apenas- a ti…te usan como un arma. Tienes sueños tontos que jamás se realizaran...
Sasuke removió la banda de Konoha de la frente del rubio y la lanzó lejos. Estaba furioso y triste, en el fondo hubiera querido ser él quien cayera junto a Naruto en un duelo épico. Pero hasta eso le robaron, Madara se lo robó.
-jinchuriki no Kyuubi, -susurró apenas- despreciado, humillado, y apartado. Aun así sonríes como si el mundo que te parió fuera benévolo contigo.
El moreno se puso de pie y volvió a revisar con su Sharingan los alrededores. A lo lejos venían tropas de la alianza, se podía saber por la forma de sus chakra. Muy a lo lejos como para salvarlo. Naruto iba a morir, solo era cuestión de minutos.
-¿Crees que será diferente? –Dijo rencoroso- ¿Crees que las personas como Sakura alguna vez te amaran? No fuimos hechos para ser amados. No somos queridos sino temidos. ¡Nunca te comprenderán como yo lo hago!
Estaba furioso, sus gestos eran neutros pero sus lágrimas indicaban el dolor de ver morir a Naruto Uzumaki. Al final de cuentas, su único amigo.
-si acaso vivieras…-sonrió apenas desganado- si vivieras nunca serias Hokage. Se reirían de ti en las reuniones de viejos pomposos y te usaría como arma hasta quitártelo todo. ¿Seguirás riendo? ¿Te sentirás feliz si vuelvo a la aldea y finjo olvidar la masacre de mi clan?
Las tropas se acercaban, cada vez más, Sasuke sabía que si quería escapar el momento era ahora. En la máxima desorganización de las villas Shinobi. Pero aún quedaba Naruto, allí tirado y exhalando con dificultad sus últimos alientos de miserable vida.
-Si hubieses vencido y me capturas, -declaró Sasuke serio- si me llevas a la aldea que tanto defiendes solo lograrías lastimarte más. Todas las tontas mujeres volverían a seguirme como perros falderos. Todos los clanes volverían a querer emparentar conmigo y a ti te dejarían de lado.
Naruto tosió, se estaba ahogando y las tropas no llegarían a tiempo. Sasuke comenzó a alejarse.
-Ojala pudiera curarte, ojala supiera una forma milagrosa y sacarte de esta situación –Negando con la cabeza- pero interferirías con mis planes de destruir la aldea. Seguirías sonriéndoles a pesar de estar solo. Seguirías hiriéndote con esa estúpida generosidad que parece no tener límites.
Comenzó a alejarse, Sasuke salto entre los árboles y se alejó a toda la velocidad posible. Aun no podía morir, aun no podía encargarse de la alianza. Tenía que alcanzar y matar a Kabuto que había huido de su pelea con Bee. Tenía que liquidarlo y terminar con esa enfermedad que solía llamarse Orochimaru. Luego unos meses de ocultarse, tiempo después…ir por Konoha.
Fin del prólogo…
