○ incondicionalmente peluda
Viñeta 1: Kirara & Inuyasha
Entre que Sango se encargó de mantener a su Hiraikotsu listo para la acción, y Miroku, Shippō y Kagome conversaron con aldeanos y se encargaron de obtener nuevas provisiones, Inuyasha —muy resuelto— se había escabullido a las afueras de ese pequeño pueblo junto a Kirara.
Pasaron toda la mañana entrenando arduamente diferentes movimientos de batalla. Si bien Inuyasha había aprovechado un poco para practicar el Viento Cortante, se habían concentrado principalmente en entrenamiento cuerpo a cuerpo, ataques combinados y movimientos de rescate, algo que Sango les había recomendado hacer para mejorar el rendimiento en batalla.
Antes de que pudieran darse cuenta, el mediodía los alcanzó y decidieron que era tiempo de regresar, disfrutando de aquel día que se mostraba perfecto. El sol brillaba sin ninguna nube a la vista que intentara interponerse en su camino. Una suave brisa otoñal corría a ras del suelo, moviendo los altos pastos al son de una melodía silenciosa.
Inuyasha iba junto a Kirara, ambos cansados del entrenamiento, pero visiblemente animados. El joven hanyō miraba el cielo, con sus oídos atentos para escuchar a Kagome y sus compañeros, interesado en su bienestar. Kirara le maulló. Inuyasha la miró y luego le sonrió.
—Sí, ya veo que están bien. Han tenido una mañana ocupada también, de seguro.
Kirara siguió caminando a un ritmo tranquilo, muy cerca del cuerpo de Inuyasha. El joven la observó, divertido ante el hecho de que ella se había encargado de ubicar a sus amigos y se había mantenido alerta. No le sorprendió la velocidad con que logró eso, porque los sentidos de yōkai de Kirara eran mucho mejores que los de él.
—Eres una gran bestia —aseguró, posando una mano sobre la cabeza de la nekomata, que la movió para verle—. Y una excelente luchadora.
Kirara maulló de nuevo e Inuyasha soltó una risa entonces.
—Engreída —dijo, pasando una mano por su cuello con confianza—. No hay otra como tú, compañera.
Siguieron caminando lado a lado hasta llegar junto al resto de sus amigos, que los esperaban para almorzar. Sucios por el entrenamiento, con los músculos cansados, y tan felices como podían serlo en un día cualquiera.
‣ nota de la autora:
Hola :) Este fic constará de cinco viñetas, una para cada integrante del grupo principal, y acá se nos va la primera. Espero que lo hayan disfrutado, y nos leemos en la siguiente :)
Mor.
