Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
Advertencias: Posible OOC, AU, etcétera, etcétera, etcétera.
Pretende olvidar
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Hermione soltó una carcajada al oír el final de la historia que su amigo le contaba. Le estaba platicando de cuando él y Zabini se habían cargado los neumáticos de la motocicleta del profesor de filosofía del liceo*. El hombre no solía ser severo y Hermione lo sabía, después de todo lo conocía bastante bien, pero se volvía como un comandante militar cuando se metían con su amada motocicleta.
Además de que se convertía en alguien especialmente gracioso, sinceramente no a muchos les transmitía miedo.
Todo había terminado dando resultado con aquellos dos chicos revolucionando por completo la sala de castigos. Con Umbridge, la encargada de mantenerlos ahí a punto de un paro cardíaco y posiblemente de un coma etílico. Porque claro, Theodore y Blaise siempre habían sido muy discretos y como no, hasta manipuladores.
Él pidió otro whiskey para su acompañante, también entre risas por recordar las expresiones del profesor de filosofía y Umbridge, sobre todo. Al instante llegó y se lo dejaron a la chica que a esas alturas ya había dejado de reír un poco.
Theodore estaba realmente feliz de volver a verla, no lo hacía desde la universidad y dado que ella se había ido a California para entonces volver unos cuantos años más tarde, esa se convertía en la primera vez que la veía desde hace mucho. Sinceramente seguía conservando su encanto, pero a los ojos de Theo ella estaba sin duda más hermosa que de por sí ya lo era en la universidad.
—Entonces, Theo. ¿Has conseguido novia? —preguntó realmente interesada en el tema.
Él la vio apoyarse en su su mano mientras lo miraba y jugaba con su vaso. Había puesto una sonrisa insinuante. Porque esperaba escuchar de alguna chica que lo hiciera feliz, claro. No por otra cosa.
Theodore soltó una pequeña risa y contestó con un no. Y al instante Hermione se irguió, observándolo con puro asombro.
—¿De verdad? —exclamó— Estás bromeando, ¿cierto?
Él borró su sonrisa y la miró alzando una ceja.
—Es que, en serio, no me lo creo.
—Ya lo veo —susurró.
Hermione rodó los ojos por la manera en que la estaba mirando.
—No me mires así, no es raro que me parezca imposible que estés soltero.
En esta oportunidad él comenzó a sonreír con coquetería, dispuesto a sacar de los labios de Hermione las palabras que recientemente se había propuesto obtener.
—¿Ah si? —arrastró un poco la voz— ¿Por qué tan reacia a creerme?
—Porque eres Theodore, por supuesto. Hermosa sonrisa, masculino, atrayente personalidad, sensual mirada... No hay por donde perderse, en realidad —soltó.
La expresión del susodicho cambió al instante. Al segundo ya se encontraba riendo a carcajadas, nunca hubiera imaginado que Hermione se iba a atrever a decirle eso. Después de todo si hubiera sido la Hermione de la universidad se habría negado por completo a decirle, posiblemente intentando despistarlo con un ya sabes de lo que hablo.
Pero aquella chica había cambiando bastante, hasta parecía más capaz de decir todo lo que pensaba. Ese era un avance abismal si lo pensaba bien.
—Eres vil, Theodore —le dijo ella al comprender todo.
Él fingió estar ofendido por sus palabras.
—Pero si soy un jodido angelito.
Hermione entrecerró los ojos en su dirección, quitando toda posible realidad en esas palabras sólo con la manera de mirarlo en ese momento.
—Oh claro, cuando eras un bebé.
—Vale, vale. Tú ganas —dijo al tiempo que reía un poco.
Entre palabras y cuando ella terminó su trago, Theodore la invitó a comer a algún lado. Hermione había insistido en que debía ir a buscar un departamento, eran ya las siete de la tarde y no podía tardar más. Sin embargo de alguna manera él la terminó convenciendo de que ya podía hacer eso otro día y que mientras tanto era posible que se quedara en su departamento.
Su frase estrella. Confía en mí, Hermione.
Theo le pagó al tabernero y cuando Hermione cogió su cartera se dispusieron a salir de el lugar. El chico le ofreció su brazo con sospechosa caballerosidad, pero la chica lo ignoró. Si ella había cambiado, ¿por qué Theodore no?
Y cuando estaban a punto de salir, dos personas ingresaron antes. Hermione se detuvo y por lo tanto su acompañante también. Sus ojos se cruzaron con aquellos que alguna vez le habían gustado tanto, y de pronto su rostro pasaba por diferentes expresiones.
Los cuatro lo vieron en cámara lenta. Hermione girando un poco su cadera con una expresión furiosa predominante, la que al final había ganado. Su pie medio cubierto con sus tacones negros pasó por entre dos piernas enfundadas en pantalones también negros y entonces se estrelló queriendo descargar todos sus sentimientos en la ingle de aquel hombre.
Su expresión fue como una pintura de Picasso para ella. Mientras que Theodore no supo cómo reaccionar al verlo doblarse por la mitad.
Pobre Malfoy, pero la verdad es que bien merecido se lo tenía, en su humilde opinión.
Liceo: colegio, preparatoria, blá, blá, blá.
