La esperanza de hallarla era la que lo había movido allí. La esperanza de conseguir vislumbrar aunque fuera un vistazo más de las hebras de su cabello, de la luz de sus ojos, del color verde que caracterizaba su piel como el de la mujer que amaba...
Y solo bastó un segundo para destruir esa ilusión de volver a verla, de volver a tocarla y sentir como no era tan fría como parecía a simple vista, como le respondía con dulzura y algo de dureza, como en su interior también burbujeaban las mismas emociones chispeantes que en el de Peter Quill.
Al principio llega la incredulidad. No podía creer que ella ya no estuviera, y no pensaba hacerlo en ningún momento. No estaba dispuesto a considerar siquiera la idea, porque eso quizás le daría validez... Y eso no era posible.
Ahí comienza a aplicar la negación. No parecía hubiera nada lo hiciera cambiar de opinión. Pero claro que lo había: la confirmación de Nebula.
Entonces aparece la furia... Y Peter no puede evitar verlo todo en rojo, porque es su naturaleza, como Hombre que es, con impulsividad y pasión. Un demonio lo posee y controla su modo de actuar: un paso atrás, y otro, el brazo doblado hacia atrás, un puño impactando contra la cara de Thanos.
Y, por último, cuando la tormenta ya arrasó con todo, hace acto de su presencia la tristeza... El darse cuenta de que podía haber hecho algo para que la muerte de Gamora no fuera en vano, para poder hallar el consuelo de salvar aunque fuera a medio Universo. Ahí se deja ver el Arrepentimiento, y con él todos los fantasmas que arrastra hasta sus víctimas. Todos los "Si hubiera..." afloran de lo más recóndito de la mente, sin que nadie pueda evitarlo, sin que nadie se de cuenta que el Hubiera no existe, que al fin y al cabo somos simples peones en el juego de la Vida, del Mundo; que nosotros no somos condicionantes en las acciones de otros, solo podemos influenciar.
–¿Es el fin?
Los ojos llenos de lágrimas y miedo de Tony Stark le responden mucho más que cualquier palabra.
Y lo sabe mucho antes de sentir como se desvanece en polvo: es efectivamente el fin. En su mente aparecen los momentos que le gustaría repetir: ese último instante junto al lecho de su madre, esa última vez en la nave con Gamora...
No puede creer que todo vaya a acabar de ese modo, pero muy a su pesar lo comprende. Lo suyo no tenía futuro, sino que estaba destinado a ser no más que un simple momento de paz y felicidad... Nada más que una simple coincidencia.
