Transformers no me pertenecen...


00- Alas rotas -00

El anhelo de ellos.

Capítulo I.

Por: Skywarp…»

Los pasos presurosos me hacían trastabillar y tropezar copiosamente. Sus armas seguían en alto, apuntándome con fiereza, compitiendo con la intensa mirada de odio y asco que sus ópticos reflejaban. Rayos, no sabía si sentirme orgulloso o temeroso de provocar semejante actitud en el enemigo.

Eran Autobots, pero no dejaban de ser máquinas que al igual que nosotros; se habían preparado para la guerra.

El constante pensamiento de su victoria sobre mí me embargaba amargamente el procesador. Era un hecho estúpido, muy tonto que me hubieran capturado de esa manera ¡Se suponía que estaba vigilando para evitar situaciones como esas! Ahora, tenían a uno de los mejores Seeker de las tropas Decepticons en sus manos. Podían hacer lo que quisieran conmigo y si intentaba negarme estaban dispuestos a destrozarme ¿Qué tan lejos eran capaces de llegar? Suspiré apagadamente, sus dedos en los gatillos indicaban que incluso mis tropiezos en el suelo desigual les daba una instintiva alarma para llenarme de hoyos el fuselaje. Ni Thundercracker, muchos menos Starscream, podrían arriesgarse sin terminar en la misma situación que yo, a menos que ya hubieran caído también…

Sabía que sus intenciones no eran buenas, no con los de mi especie al menos. Recurrirían a todo tipo de métodos e ideas para sacarme información que Nunca les daría. No, hicieran lo que hicieran, no obtendrían una sola palabra de mi vocalizador.

-¿Qué se siente ahora que no puedes desaparecer, chatarra? –Se mofó Ironhide, obligándome a caminar más rápido.

Un empujón acompañó sus palabras. La acción me tomó distraído y caí al suelo sin remedio, tropezando con una malformación de la superficie..

La sensación de estar tragando tierra no fue literal en esa ocasión. Pero no fue ese hecho el que me hizo hervir el energon que corría en mis circuitos: Fueron sus risas. Todos reían de mi, los tontos novatos Autobot e incluso los de rango avanzando rieron al verme tirado… "Derrotado". Tosí instintivamente, escupiendo con asco los restos de arena que se infiltraron en mi boca y les miré uno a uno como el vil asesino que era, imaginando sus alaridos cuando tuviera sus frágiles cuellos en mis manos. ¡Podía soportar las burlas de mis estúpidos compañeros, pero No las de esos inmundos Autobots!

Era mucha presión en ese momento. No soporté más. Con un movimiento fluido me acuclillé y giré hábilmente una pierna, golpeando en las rodillas al Autobot que me derribó, provocando que cayera también al suelo disparando sorpresivamente su arma al aire. Sonreí con sorna…

¡Si, ríanse Ahora del decepticon! Pero ya les llegará el momento de implorarle perdón y piedad…

-¿Qué demo…? –Profirió el Bot rojo antes de caer al piso de espaldas.

Sus compañeros no tardaron en reaccionar. Un doloroso golpe en la cabeza me hizo volver al suelo con poca elegancia. Mis ópticos pintaron cientos de colores en mis sensores visuales, provocando momentánea estática y pérdida de conocimiento. Tenía el rostro nuevamente enterrado en gruesas capas de arena.

-Prime estableció que no podríamos dañarte, escoria Decepticon… –Gruñó el Autobot agredido, tomando mi metálico cráneo para alzar mi cabeza y tenerme a su altura. Se había arrodillado molesto-… Pero eso No indica que no podamos someterte cuando intentes rebelarte.

Oh no, eso era mentira ¡Yo No me estaba revelando! Ellos me habían atacado cobardemente cuando me guiaban. Ese maldito aficionado a las armas me hizo caer vilmente mientras intentaba avanzar… El dolor del ala me tenía sumido en un mar de incontrolables punzadas y alertas de perdida de energon. No era estúpido: El sublevarme en esa situación no pasó por mi procesador. No al menos en ese momento.

-Guarda tus ridículas excusas para tu líder, Autobot –Repliqué secamente.

-Tienes razón, basura, cuando te haya destrozado con mis manos pensaré en que decirle a Prime… - Rugió soltándome, inclinándose al frente.

Con poco tacto me tomó por ambas alas, obligándome a ponerme de pie. Las piernas me fallaban notoriamente, el golpe en la cabeza había desestabilizado algunas funciones y trabajosamente podía estar parado. Era humillante verme de esa manera; siendo arrastrado por sus manos, tambaleándome y tragándome el dolor por la herida en mi sensible ala. Pero estaba decidido: Ellos No me mirarían rogar, No me escucharían quejarme por absolutamente nada.

Aunque, si debía admitir algo era la repentina amargura y resignación que invadía mi chispa. Primus, sabía que nadie haría nada por evitar aquel siniestro destino que me aguardaba en manos del enemigo. Nadie acudiría en mi ayuda «Una vez que caes, es tu problema –Nos daba a entender nuestro líder», asumía que el resto de mis compañeros tendrían una reacción similar. Realmente no sabía que pensar de TC, a él le nombré 'amigo' irremediablemente, sin darle tiempo de tomar una decisión sobre nuestro inusual compañerismo… Todo el tiempo le enfadaba, hacía bromas a su alrededor, le metía en problemas e incluso llegué a ser mala influencia para su carácter apacible y reservado…

¿Qué haría una vez que se enterara que yo estaba fuera de juego?

Sus reclamos eran parte de mi diversión. Primus ¡Es que me fascinaba fastidiar a todo aquel que se me acercara! El Seeker azul no era un blanco distinto, siendo a veces el primero en probar (involuntariamente) mis alocados y entretenidos métodos de diversión. Él era mi amigo… pero en ese momento de confusión y guerra, donde el enemigo me tenía parcialmente reducido, comenzaba a dudar sobre su amistad hacia mí…

…Tal vez me soportaba porque no tenía opción.

Oh Demonios. Realmente estaba solo en ese maldito infierno. Pasara lo que pasara, no iba a cambiar mi condición: No volver a volar como un ser libre sería una verdadera condena, un perfecto método de tortura psicológica que esas despreciables máquinas utilizarían en mi contra… Ya podía escucharles recitándome la misma amenaza en cada visita… "Un Seeker prisionero, atado a la tierra, que no volaría nunca más"

-Sé de la desesperante claustrofobia que tú y tus amigos sufren, Decepticon. Les conocemos mejor de lo que piensan –Vociferó nuevamente el desagradable vocalizador de Ironhide- Tal vez, aun exista una manera en que esos miedos se queden atrás y puedas volver a ser libre.

-Pero como siempre; Todo tiene un precio ¿No es así? –Respondí hastiado, las palabras fluyeron instintivamente.

-Llegaste al punto antes de tiempo –Rieron bajamente a mi lado.

La figura de un Autobot amarillo se posó en mi costado derecho. Ese molesto espía minibot que incursionaba en nuestros campos cuando llevábamos a cabo misiones de alta importancia.

-Prisioneros como tú son muy importantes, Skywarp –Prosiguió con calma, levantando sus tediosos ópticos azules para mirarme- Tu cooperación nos sería de mucha ayuda. Podríamos terminar esta guerra de una vez por todas y volver a ser lo que éramos antes: Mechas libres, cybertronianos normales.

Una burlesca risotada escapó de mi vocalizador al escucharle. No fue una acción maliciosa, simplemente un reflejo ante palabras tan absurdas y rutinarias que siempre escuchaba profesar en los de su clase. Ironhide gruñó molesto y apretó el agarre en mi brazo.

-No estoy interesado en discursos patéticos de salvación y redención, Bumblebee –Interrumpí tranquilamente, distinguiendo las estructuras de las plataformas a lo lejos- Nada de lo que prometan hará cambiar a mi chispa de parecer. No diré ni haré nada a su favor –finalicé con tono paciente.

Estar tanto tiempo al lado de Cracker pegaba malas costumbres, como tratar con diplomacia al propio enemigo…

El minibot me observó con sorpresa y suspiró dejando caer los hombros.

-¿Ustedes nunca han sentido ese enorme vacío y remordimiento por haber hecho tanto mal? Hemos destruido nuestro mundo lentamente al pasar de los años; Los dos, ambos ejércitos lo han hecho ¿No has pensado aunque sea una vez en tu vida como sería si esta guerra no hubiera empezado, Skywarp? –Inquirió nuevamente, ese bot no se daba por vencido- Yo sí –continuó al verme dudar, sin esperar una respuesta de mi parte- He pensado y recordado como vivíamos la Era Dorada de Cybertron. También recuerdo constantemente lo que hacíamos ambas razas al convivir cotidianamente en el mismo mundo, en el mismo lugar, ignorando una guerra venidera…

Negué con la cabeza, resignándome a escuchar sus vanos intentos por convencerme.

-Es porqué eres Autobot, todos los tuyos son iguales: Sentimentales, amigables, melancólicos…Ridículos -Enumeré desinteresadamente- Un verdadero soldado no piensa en esas tonterías, pero claro, ustedes no son mas que el intento de uno.

-¿Ah sí? Y yo creí que un verdadero Decepticon no caía tan fácil en las manos de un Autobot, escoria –Río forzadamente mi captor- Oh, pero claro, no estamos tratando mas que con el Remedo de Uno. Ya basta Bee, estas chatarras no entienden de razones, cuando llegue el momento, le sacaremos toda la información necesaria a punta de…

-Ya, yendo directamente a tratarle con métodos violentos tampoco conseguiremos nada, Ironhide.

No hubo mas comentarios por parte de nadie, lo habían comprendido, tratar conmigo era un caso perdido. Reí internamente, no eran los únicos que pensaban así, Starscream y Thundercracker ya lo habían dicho con anticipación "Mi procesador era una superficie lisa que no absorbía nada, ni cosas buenas ni malas"

La construcción estaba a unos cuantos metros de distancia.

Las pisadas resonaron rechinantes en el suelo cementado, nuestros pasos rompían el monótono silencio mientras avanzábamos con calma. Ellos caminaban rígidos, expectantes, revisando sus alrededores con vistazos rápidos. Sus rostros se mantenían firmes al frente, aprisionando sus armas contra sus pechos, ignorando a la resiente adquisición que se movía encañonada por el rifle del improvisado "comandante", ignorando 'al trofeo con alas'.

Habíamos llegado a la principal distribuidora del campo petrolero. Varios hangares y edificios se alzaban ordenadamente, cerrados o con las cortinas medianamente abiertas, excepto por aquellas dos estructuras que se cernían al centro.

El viento no arreciaba con fuerza en ese lugar. Primus, era un gran alivio que las ventoleras de arena hubieran cesado su furia, la herida en mi ala ardía y dolía como nunca, tenía tierra filtrada en algunos cables y el energon se ensuciaba, deteriorando el estado del disparo, unos minutos más y comenzaría a perder el equilibrio; mis sistemas internos indicaban que se estaba perdiendo el contacto con los estabilizadores.

Que día había tenido… ¡Que mal ciclo había sido!

Ignorando las constantes y aterradas vibraciones de mi chispa, dejé que me condujeran al centro del hangar central. Algunos Autobots se quedaron afuera, otros entraron para cerciorarse de que mi conducta sería buena y no haría nada que me hiciera acreedor a un gustoso disparo de su parte. El molesto minibot amarillo se mantuvo a mi lado, siguiendo cada movimiento de mi parte con atención. Diablos ¿Nunca habían tenido un prisionero?

-Bumblebee, llama a Prowl, dile que traemos juguete nuevo –Vociferó Ironhide, su hastiosa voz volvió a invadir mis audios, provocándome renovada repulsión.

El Autobot aludido asintió energéticamente y corrió al interior del edificio, perdiéndose entre algunas grandes cajas de metal…

… No tardó mucho en regresar con un Autobot blanco y negro, quien posó sus expresivos ópticos en mí. No supe descifrar su mirada, parecía indiferente y al mismo tiempo reflejar un inmenso odio en mi contra… Tal vez estaba molesto por hacer el turno de 'niñera'. Sonreí elocuente, notando su gesto de desagrado cuando captó la expresión en mi rostro.

-¿Por qué yo, Ironhide? Tengo cosas que hacer –Profirió molesto.

-No lo sé, fuiste la primera opción. Si la navecita voladora se queda conmigo sus partes estarán regadas por todos lados cuando el ciclo termine…

-Oh, que miedo, Autobot. Tal vez sería mas divertido verte intentarlo que quedarme con un aburrido oficial que no sirve para mucho –Intervine tajante, burlesco, con un tono de mofa que ambos captaron molestos.

-Repito: O se queda contigo… -Murmuró el loco de las armas acercando un brazo a mi espalda

Mi gesto de burla disminuyó al instante, su mano se prendó ensañosamente de la enorme herida que tenía en mi ala, sus dedos se sumieron en el blando energon que había cesado su fluir y apretaron con fuerza el metal herido, provocándome una instantánea reacción de agonía que no luché por evitar expresar. Sentí nuevamente mis estructura temblar y un mareante bamboleo se apoderó de mi visión ¡Maldito Autobot! Con los últimos esfuerzos que logré mostrar, me hice a un lado, zafándome de su maldito agarre…

… Pero fue inevitable, los estragos de su reciente 'ataque' terminaron de dañar la zona afectada… Hizo que perdiera completamente la comunicación con ese miembro y mis estabilizadores de equilibrio se vieron dañados, haciéndome caer irremediablemente al suelo de rodillas, bajando el rostro para que no pudieran apreciar el dolor que reflejaban mis facciones en ese instante…

-…O se queda conmigo… -Finalizó riendo- Prime lo quiere en una pieza.

-De acuerdo, yo me encargo de él –Suspiró el otro.

El estúpido Autobot rojo se retiró sin dejar de reír, restándole importancia a lo que acababa de hacer. Oh, pero ya lo pagarían, todos ellos, tarde o temprano caerían…

… ¡Yo sabía que si! Ese había sido un mal día, pero pronto terminaría, no solía tener mala suerte por siempre…

Continuará…

Capitulo siguiente: 'El orgullo del volador'.


Danta: Una pequeña brecha que data lo sucedido el día que Skywarp fue tomado prisionero. En realidad, no será mucho lo que pondré, pero me pareció un tema interesante. Cuando mucho se tratarán de dos o tres capítulos. Todo es narrado por nuestro Seeker purpúreo. Espero les guste. Gracias por leer. Feliz 14 de febrero.

Até Logo.

Dantasia fuera de línea.