Disclaimer: Los personajes de Inazuma Eleven le pertenecen a Level 5, así como el cuento de La Cenicienta le pertence a sus respectivos autores, yo sólo los uso para escribir, sin fines de lucro.

Antes de comenza quiero decir -escribir.- que ni siquera yo sé que estaba pensando cuando hice esto.

No son más de 370 palabras, pero espero que lo disfruten de todas maneras...

Enjoy!


Y ahí estaba, mientras las campanadas de medianoche resonaban por todo el castillo.

El hada madrina se lo dijo: "El hechizo se romperá a medianoche", pero en ese momento no parecían más que palabras vacía, carentes de significado real. Sin valor alguno, como las miradas de desprecio y asombro que sabía nacerían en el rostro de todos los invitados, en especial los de su familia, pero no le importaba; No mientras pudiese seguir sujetando esas cálidas manos entre las suyas.

Dio un paso hacia atrás, sintiendo sus zapatos de cristal esfumarse en el aire. Y lo sabía, la magia se desvanecería tarde o temprano, mas jamás olvidaría ese momento.

Se abrazó más al príncipe frente a él, escondiendo su rostro contra su pecho.

El majestuoso y brillantes vestido pasó a volverse los harapos que había sido, los que nunca dejaron de ser. Las cosas nunca perdieron su esencia, sólo fueron cubiertas por una belleza irreal, por un cuento inexistente, por una utopía infundada. Quizá eso lo forzó a quedarse hasta el último, porque sabía que el príncipe se había enamorado de su esencia y no de las joyas falsas que sobre ella habían.

Un clamor de sorpresa inundó el salón en la última campanada, mientras la música se interrumpía por el asombro. Clavaron sus ávidas miradas sobre el empleado polvoroso y desarreglado, al tiempo que éste se separaba del príncipe.

Sus ojos se entrecruzaron realmente por primera vez aquella noche. Y ahí estaba él, como era, como siempre había sido: Con la ropa rota, la cara cenicienta y el corazón lleno de esperanza.

El tiempo pareció detenerse entonces, esperando a la respuesta incierta de aquel príncipe de ojos confusos y dudosos.

¿Qué hacer?

Entonces, de la nada, todo se volvió abrupto silencio, dándole paso a la suave tonada de los músicos.

-¿Me concederías esta pieza? – preguntó, extendiéndole su mano, sonriendo con ternura.

-Por su puesto, Endou-kun

Y se envolvieron en un baile como el de antes, pero esta vez sin mentiras ni engaños. Eran sólo ellos dos, sólo ellos y su realidad.

Porque la magia jamás consistió en un vestido hermoso ni en unos zapatos deslumbrantes.

Porque la magia estaba en ellos, lo estuvo desde un principio.


Listo... ¿Demasiado terrible?.

Bien, la verdad es que no sé que decir - escribir.-, salvo: "No puedo creer que haya escrito algo pensando en Endou y Kazemaru", pero bueno...

Espero que les haya gustado este pequeño ¿Drabble? - Que, cientamente, estoy subiendo por mero capricho mío, ni siquiera me cuestioné demasiado el si está bien escrito o si la historia es siquiera buena.- y que no hayan perdido su tiempo leyéndolo.

¡Muchísimas gracias por darse el tiempo de leer!.

Bye.