Ola a todos, soy Montse y esta vez vengo sola con un nuevo fanfic hecho 100% por mi, bueno como van a ser vacaciones Cristina y yo no podremos vernos asi que el fanfic de Amor y Tierra a la vista se pospondra para el proximo año, mientras les dejo esta fanfic espero que les guste y FELICES VACACIONES!
Hola, mi nombre es Rin, vivo en una ciudad llamada Villa Nueva, yo soy una muñeca mido 28cm, mi pelo es rubio y lacio me llega hasta los hombros y está atado con una cinta blanca, mi vestido es de color verde limón y en mi cuello hay un colgante de corazón con mi nombre.
-Princesa Rin, ¿Le gusto el pastel?- me pregunto mi dueña Rinmoto.
-Me alegra que le gustara, me la pase toda la tarde preparándolo- me volvió a hablar mi dueña.
Mi dueña podría ser la persona más tierna del mundo, no solo por el hecho de tener 8 años ni tampoco por su hermoso pelo blanco peinado en rizos ni por sus hermosos ojos escarlata si no por su corazón que a pesar de ser una hija de millonarios no es malagradecida ni tampoco caprichosa, puede ser muy enojona pero es muy noble y me trata como si fuera la mejor persona del mundo.
-Rinmoto, princesita ya llegue- anuncio su hermano mayor entrando a la habitación.
-¡Dell hermano!- exclamo mi ama mientras corría a abrazar a su hermano.
Dell es 8 años mayor que mi dueña, puede ser la persona más dura y fría del planeta pero con su hermana no.
-Buenas tardes señor Dell, ¿Le gustaría beber té junto a la princesa Rin?- le pregunto mi ama a su hermano.
-Sera un placer- le respondió Dell.
Y así empezó el juego, el tiempo paso muy rápido, los tres nos divertimos demasiado pero los llamaron a cenar así que me quede sola, esta era la parte aburrida de ser una muñeca, cuando te quedabas sola sin hacer nada, se están empezando a oír ruidos extraños abajo, esto me preocupa, solo espero que mi ama este bien, oh bien mi dueña acaba de entrar a la habitación pero algo no está, bien está llorando, me duele verla así, me tomo con sus manos y me abrazo, me gustaría poder responderle el abrazo pero no puedo soy una muñeca.
-¡Ahora veraz Rinmoto!- Ese grito era de su padre el cual entro a la habitación.
-No papa, lo siento- rogo mi ama.
Entonces el padre de mi duela me arrebato de sus brazos mientras Rinmoto rogaba que no me hiciera nada, pero no la escucho y me lanzo por la ventana, cuando caí al suelo empecé a sentir un dolor muy agudo, me había quebrado la espalda y pecho, agua me empieza a caer del cielo, ¿Acaso este será mi fin?, empiezo a escuchar unos pasos que se acercan hacia mí, los pasos cesaron como el agua que me estaba cayendo, entonces un chico rubio de unos 16 años me toma con su mano derecha mientras que con la izquierda sostiene el paraguas que nos cubre, me miro fijamente y después me sonrió, empiezo a sentir como mi corazón se sonroja, que bueno que soy una muñeca así no lo podrá notar, camino por toda la ciudad hasta llegar a una gran mansión, mas grande que la de mi ama, un momento, ¿Qué haré ahora?, posiblemente este tipo me haga algo malo y ya no podre volver con Rinmoto, ya estamos dentro de la mansión y ni me di cuenta.
-Joven Len, que bueno que regreso, si la señorita Luka se entera que se escapo- le hablo una mujer de pelo castaño y ojos carmesí y a juzgar por su atuendo creo que es la sirvienta.
-Tranquila Meiko, ya regrese, ¿Miku ya se durmió?- pregunto el chico.
-Si y ¿Qué haces con esa muñeca?- pregunto Meiko a Len mientras me señalaba.
-La encontré tirada, creo que la conservare- respondió Len, me quiere conservar, entonces eso significa que él será mi nuevo dueño, ¡De ninguna manera!, yo solo le pertenezco a Rinmoto.
-Bueno me retiro, hasta mañana Meiko- se despidió Len mientras recibía un buenas noches de parte de Meiko, no puedo creer lo que me está pasando, tengo que volver con mi ama pero no tengo la capacidad de hacerlo.
-Bien muñequita llegamos a mi habitación- dijo Len, ¿Espera?, ¿Me lo dijo a mi?, que tipo tan raro, oh es verdad estamos en su habitación, la cual tiene una cama al fondo y a los costados de esta un buro, en uno hay una lámpara y en el otro hay unas fotos, en el lado izquierdo de la habitación hay un closet muy grande y al lado de este hay un escritorio con un banquito mientras que en el lado derecho hay un enorme librero con todo tipo de libros y uno que otro adorno, por ultimo en el centro de la habitación hay una mesita con dos taburetes, Len me puso arriba del escritorio y de uno de los cajones de este saco unos lentes y se los puso, se veía muy apuesto, demonios Rin concéntrate, me tomo en sus manos y se dispuso a examinarme.
-Así que te llamas Rin- me dijo mientras miraba mi colgante, entonces se dispuso a tocar todas las partes de mi cuerpo, lo cual me hiso sentir muy incómoda, entonces toco mi parte rota lo cual me dolió, me desabrocho el vestido y me lo bajo a la cadera, saco un pegamento y otras herramientas de otro cajón del escritorio y empezó a arreglarme, lo hacía con cuidado y sin prisa, no se porque pero mi corazón se siente cálido, pasaron unos minutos y él había terminado de repararme, me quito el vestido completamente y fue a lavarme mi cabello que estaba sucio, lo seco y lo cepillo, después me dejo en el escritorio y salió de la habitación cuando regreso traía con él un vestido color celeste que a juzgar por el tamaño creo que es para mí, y tenía razón ya que me coloco el vestido.
-Listo estas perfecta- me dijo Len mientras me sonreía, otra vez mi corazón se sonroja, ¡Que demonios me pasa!, después de eso me dejo sentada en el escritorio, se cambios de ropa, lo cual no mire, apago la luz y se acostó a dormir.
Bien creo que no podre volver con Rinmoto, ¡Maldigo la hora en la que decidieron que las muñecas no pueden moverse!, de todos modos Len no es tan malo pero me duele el hecho de que no volveré a ver a Rinmoto, ya son las 12, lo sé porque el reloj de la ciudad lo anuncia con unas campanadas, ¡O por dios¡, creo que me estoy volviendo loca, ya que estoy viendo destellos verdes danzando por la habitación, hasta que todas se juntan en una dándole forma a… ¿Un hada?, definitivamente eh perdido la razón.
-No, no la has perdido- me dijo esa hada, por dios ella lee mentes
-Si, si lo hago- me dijo algo, ¡Otra vez!, vaya jamás creí ver una, aunque mide 5cm, tiene un hermoso pelo verde corto al igual que sus ojos, ella luce un hermoso vestido naranja y usa unas zapatillas de ballet del mismo color y por ultimo su varita mágica dorada.
-Bueno Rin yo eh venido aquí porque tu corazón me ha cautivado así que te daré un regalo- me dijo el hada mientras movía su varita en círculos y luego se detuvo señalándome, entonces unos brillos dorados empezaron a rodearme, los brillos cesaron y me empecé a sentir rara.
-Eso fue extraño- dijo yo, ¿Esperen?, ¿Yo?, ¿Diciendo algo?, de la sorpresa me tape la boca con las manos, ¿Hice un movimiento?, creo que me volví loca.
-¿Qué me has hecho?- le pregunte eufórica al hada.
- Te he dado vida- me respondió el hada haciendo comillas en la palabra vida.
-¿Enserio?, muchas gracias- le agradecí al hada realmente contenta, ¡Hasta estoy sonriendo!
-Pero solo te durada en la noche, cuando el sol salga volverás a ser inmóvil, mientras que en la noche cobraras vida- me explico el hada.
-Muchas gracias de nuevo, por cierto, ¿Cómo te llamas?- le dije al hada.
-De nada y mi nombre es Gumi, un placer Rin- me dijo amablemente.
-El placer es mío- le dije mientras hacia una reverencia.
-Bueno Rin me agradas pero me tengo que ir, vendré unas noches a visitarte, ¿Está bien?- me dijo aquel hada.
-Claro que si, nos vemos- me despedí del hada.
-Hasta luego- me dijo mientras desaparecía dejando un resplandor verde el cual también desapareció.
Bien, ahora que puede moverme podre regresar con Rinmoto, solo que por donde podría, ya se, saldré por esta ventana que está aquí en el escritorio, solo espero que no esté muy alto, demonios estamos en el tercer piso de la mansión además tienen un enorme jardín del cual será difícil escapar, acabo de fijarme que al lado de la ventana hay una enredadera, creo que podre bajar por ella, un momento que es eso que se oye, ¿Son sollozos?, si lo son y son de Len, no puedo dejarlo así, tengo que hacer algo, ¿Pero que?, ya se, haré lo que Dell siempre hace cuando Rinmoto no puede dormir, pero primero necesito llegar hasta Len, tome un listón dorado que se encontraba en un cajón que estaba abierto del escritorio, salta del escritorio al banquito y del banquito al piso, me dirigí hacia la cama de Len, cuando llegue lance el listón a un extremo de la cama de modo que quedo sujeta, escale y cuando llegue arriba me acerque a la cabeza de Len, me di cuenta de que estaba llorando, me senté a su lado.
Si alguna vez perdido estarás en la oscuridad
Yo seré tu luz brillante que te protegerá de la desesperación...
La lluvia cae en mi cuerpo
en un cuerpo insano
solo mirando el cielo
de este mundo que no tiene color
Todo cambio en este bello lugar
un paraguas rojo aparecerá
viendo tu sonrisa, me siento tan viva
como una nueva historia...
Desde entonces, viviré alegre todo el tiempo junto a ti,
un corazón similar me darás
siempre estaré aquí para darte valor
Haciendo el coraje tu fortaleza
Si cantar es lo que siempre hacia Dell para que mi ama durmiera, al parecer estaba funcionando ya que Len se estaba calmando.
Si alguna vez perdido estarás en la oscuridad
Yo seré tu luz brillante que te protegerá de la desesperación...
Lagrimas caen en mi
un silencio absoluto
reflejado en tu mirar
un mundo color gris
Soy una pequeña muñeca
y aunque algo débil,
te daré todo el apoyo a ti
mi deseo es que vivas
Seguro llegare a tu corazón
congelando todo el dolor,
me convertiré en una canción con la cual,
te puedas cobijar...
Si alguna vez perdido estarás en la oscuridad
Yo seré tu luz brillante que te protegerá de la desesperación...
Bien Len ya había parado de llorar y había cambiado su triste rostro por una sonrisa, se veía tan apuesto y hermoso, me que admirándolo, entonces empecé a sentir como mi cuerpo se inmovilizaba y vi como el sol salía, ¿Tanto tiempo me quede mirando a Len?, bueno supongo que esta noche regresare con mi ama Rinmoto, o no Len está despertando, que dirá viéndome aquí, de todos modos ya ha despertado y al verme grito y se cayó de la cama, que tonto.
-Joven Len, ¿Qué pasa?- entro asustada Meiko.
-Nada solo me caí de la cama- respondió nervioso Len.
-Sera mejor que tenga más cuidado, por cierto el desayuno ya está servido- le dijo Meiko saliendo de la habitación.
-¿Cómo abras llegado aquí muñequita traviesa?- me dijo Len mirándome sospechosamente, vaya este chico tiene problemas.
-No importa, volveré más tarde, nos vemos Rin- se despidió Len bajando a desayunar, ¡Pero qué demonios ha sido eso!, se despidió de mi, una muñeca que no tiene vida, al menos por el día, bueno pero que pasara por la mente de ese muchacho, cambiando de tema, esta noche regresare con Rinmoto.
Bueno espero que les haya gustado y hasta la proxima!
