SENTIMIENTOS

.

.

.

No sabían que hora marcaba el reloj, ni recordaban que dia era, todas sus neuronas murieron en ese instante, en el que solo estaban ellos dos. La luz de la luna colándose por la cortina de la ventana abierta iluminaba sus cuerpos entrelazados, donde no se sabia donde empezaba uno y terminaba el otro. La suave brisa nocturna, los jadeos, los suspiros y los gemidos de vez en cuando ahogados era la música que en ese momento sus oídos escuchaban.

Lucy…— sus labios pronunciaron su nombre contra la curva de su cuello, provocando que el aliento caliente erizara la piel del cuerpo junto al suyo.

Natsu…— suspiró en respuesta, sintiendo con sus dedos la formada espalda sobre ella, ese alto voltaje que recibió su cuerpo ante la caricia le hizo aferrarse mas a la chica. — ..Ah…

Esto…mmm— mucho le costaba formular las palabras, mas al silenciarlas uniendo sus labios. — ¿Esto está bien…? — aun con la respiración agitada y el corazón imitando a diez caballos en una carrera, reunió toda la fuerza de si mismo, uniendo su frente con la de ella, para poder preguntarle.

—Natsu? — le llamaba el exceed azul removiéndolo. — ¡Lucy, Natsu está ardiendo! — exclamó asustado.

—Natsu despierta. — la rubia intentó con palmadas no muy fuertes en sus mejillas, pero no funcionaba. — ¡Despierta! — se subió sobre él colocándole un paño frío en su frente.

—¡NO ESTÁ BIEN! — el peli rosa despertó de un sobresalto, el paño que antes estaba en su frente cayó a su abdomen al tomar una posición sentada.

Su respiración estaba agitada, como si estuviera agotado luego de correr por todo el continente, su rostro estaba muy cercano al de Lucy, quien tenia la mirada acuosa.

—Happy… Lucy…— murmuró al ver a su amigo azul y la maga celestial abrazarlo con extraña felicidad.

—¿tuviste una pesadilla? —preguntó el exceed.

—¿Estas bien? — la mirada chocolate se enfocó en él.

—Estoy… —empezó a decir, pero su oración quedó en el aire cuando sus ojos repasaron lo cercanos que estaban él y la rubia, recordando su sueño.

Su temperatura volvió a aumentar drásticamente, su rostro se volvió rojo, se le dificultaba respirar. Puso una mano en donde debía estar su corazón por si se le salía del pecho. Rapidamente pero con delicadeza movió a Lucy para salir disparado de la cama de la maga hacia el baño, cerrando la puerta de un portazo.

¿Qué rayos había sido tooooodo eso? Sus pensamientos divagaban entre lo que pertenecia al mundo de sus sueños y la realidad. De repente se sintió ligeramente mareado por lo que se dejó caer hasta sentarse en el suelo. Apoyó la cabeza en la pared pasando sus manos por su cabello empezando a calmarse, o bueno, por lo menos la parte interna de él.

Al sentirse mas relajado, escuchó las voces de Happy y Lucy preguntándole sobre su estado, sin embargo, no contestó, todavía sentía su mente hecha un lio. Se despojó de su ropa y se adentró a la ducha, dejando que el agua fría lo empapara desde la cabeza a los pies.

—''Creo que la falta de pelea me esta afectando…'' — concluyó luego de buscar desesperadamente una explicación. Convenciendose de ello, terminó de darse el baño y se vistió.

Al abrir la puerta, la rubia abrazaba al exceed sentada en el sofá. Al cruzar miradas, Happy voló hacia su amigo asegurándose de que todo estaba bien, sin embargo, este estaba como una piedra.

—¿Me estas escuchando, Natsu? — preguntó la maga celestial al notar que éste no le respondia nada, incluso hasta pudo notar como empezaba a sudar.

—''Diablos, diablos… ¡diablos!''— repetía en sus pensamientos al sentir como cierta zona de su cuerpo empezaba a molestar. — ''¡Di algo! ¡Idiota!'' Yo emm… — Oh genial, por lo menos usaba ropa holgada ese día. — Tengo hambre Lucy, ¿Cuándo harás el desayuno? — agradeció a los dioses porque su estómago confirmó su afirmación. La chica lo miró sospechosamente, pero decidió no seguir insistiendo. El peli rosa suspiró en sus adentros al librarse de la situación.

La maga celestial no estaba convencida, algo le decía que Natsu estaba raro, bueno, mas raro de lo normal. Al preparar el desayuno, Happy hizo un par de bromas, pero el dragon Slayer se mantenía callado, mirando de reojo a la rubia. Lucy se percató de esto, pero no diJo nada, pues ella misma ya se sentía nerviosa con la ligera tensión que había entre ellos.

Se dirigieron al gremio, allá ya se había armado el desorden, a lo que Natsu, ''encendido'' se unió inmediatamente, mientras que Lucy, esquivando una silla que alguien había lanzado, se sentó en la barra entablando conversación con Mirajane y Levy.

—¿Estas segura Lucy? — preguntó Levy enarcando la ceja.

—¡Claro que si! Mira, esta mañana cuando despertó su temperatura aumentó mas de lo que estaba y me quitó de encima de él ¡y se encerró en el baño! — decía Lucy con exasperación.

—Espera espera espera… ¿estabas sobre él? —recapituló la Strauss con cierto brillo en la mirada.

—Eh.. yo… — el rostro de la rubia competia con el color del cabello de Titania. —¡Eso no es lo importante!

—¡Eo, Lucy! — cierto mago de fuego colocó su brazo por sobre el hombro de Lucy, quien pegó un grito y empezó a temblar. — ¿Lucy? — clavó su mirada verdosa en la café. Levy empezó a reir mientras se acariciaba su abultado vientre.

—¿Han pensado en nombres Levy? — le preguntó Mirajane rompiendo el pánico de Lucy.

—Pues… Gajeel y yo tenemos una lista pero aun no nos decidimos — contestó con una mirada amorosa. — Oh, se están moviendo! ¡Gajeel ven rápido! — y ni bien pasaron cinco segundos cuando el mencionado estuvo a su lado, poniendo la mano en el vientre de su pareja sonriendo de oreja a oreja.

—Van a ser unos bebes muy fuertes— comentó orgulloso.

—¿Puedo Levy? — preguntó Lucy soñadora, el hombre de los piercings le permitió colocar su mano al la embarazada asentir. — ¡Es como si estuvieran jugando Levy-chan!

—Puedes tocar Natsu si quieres — le permitió Levy. El mago dudó, mirando entre el vientre y el futuro padre, quien solo le sonrió en aprobación.

Colocó con cuidado su mano, por sobre la de Lucy sin darse cuenta, Natsu sonrió al sentir a los bebes de su amigo, pero al cabo de los segundos miró a la rubia y ambos retiraron las manos sonrojándose. Luego todo el gremio quiso también colocar la mano, pero solo Gray, Erza y Juvia lograron sentirlos moviéndose.

—Gray-sama Juvia quiere un bebe! —dijo la maga de agua retirándose del brazo de su novio.

—Oigan, ¿Dónde fue Natsu? — preguntó Erza al no notar su presencia.

—¿Eh? El estaba conmigo hace un… —miró alrededor. —… segundo, que raro…

El dragon Slayer de fuego caminaba sumido en sus pensamientos, con la mandibula oculta en su bufanda, sin darse cuenta terminó en la ventana de su compañera de equipo y al poner un pie dentro de la habitación se dio cuenta de a donde había llegado por instinto. Se espantó sin motivo alguno provocando que cayera al suelo.

Esta vez, mas consciente de su caminar, se dirigió a su casa, dándose cuenta en mucho tiempo del desorden que había en ella, todo estaba lleno de polvo como muestra de su ausencia. Con el fin de distraer su mente, se dispuso a hacer una limpieza. Luego de un par de horas se sintió orgulloso de lo bien que había quedado el lugar.

—Tengo hambre, debería…''ir a casa de Lucy" — la frase murió en sus pensamientos, perturbándolo mientras observaba la pared con todos los trabajos que había realizado, la mayoria con la maga de ojos café. — ''¡Demonios! ¡Ni en mi casa puedo dejar de pensar en Lucy! ¡¿Que diablos me pasa?!'' AAAAARRHH —sintiendo su cabeza doler, se recostó en su hamaca con la intención de dormir, lo cual no pudo conciliar debido a sus pensamientos. —''Me siento muy inquieto aquí, es muy solitario, ¿Dónde estará Happy? Seguramente con Charle o… Lucy. ¡Diablos! ¡Otra vez! — se golpeó— El imbécil de Gajeel se veía muy feliz, incluso después de que le pateara el culo… Lucy se vería linda esperando un bebe…''

Su mente imaginó a la maga llamándolo para sentir a su bebe moviéndose, justo como Levy había hecho con Gajeel, y él, él sin dudarlo correría a su lado sintiendo orgullo y protección hacia ellos. De hecho, cada vez que la rubia estaba en peligro, a él no le importaba ponerse en la línea de fuego, no se perdonaría jamas si algo le pasaba. Ademas, sus días eran mas divertidos desde que conocio a la maga celestial, hacerla enojar, escucharla hablar de sus ideas… y donde sea que estaba ella, sentía que su vida tenia sentido.

—¡Oh por Mavis! — reaccionó nerviosamente casi cayendo de la hamaca. —¡¿Esto es amor!?

—¡Natsuuu! ¿estas aquí? — Happy hizo su aparición. — ¿Viste al diablo? —preguntó al ver su expresión estupefacta y de horror.

—¿Estabas con Charle y Wendy? — le preguntó sin cambiar la expresión.

—¡SI! ¡Y adivina que! ¡Charle por fin me aceptó el pez! Ahhh creo que puedo morir feliz — sus ojos formaban corazones.

—Happy— su voz fue seria, asustando al minino — ¿Como sabes que amas a Charle?

—mmm — puso su pata en su mentón— Pues, no puedo pensar en nadie mas con quien estar — esa respuesta fue un rayo mental para la conciencia del mago — Ni quiero que esté con alguien mas. — se encogio de hombros. — ¿Por qué?

—Curiosidad. — respondió volviendo a la hamaca.

—Por cierto, ¿que pasó con nuestra casa? Esta muy ordenada, ¿acaso Lucy volvió a limpiar?

—No, yo lo hice. — el exceed hizo su expresión exagerada de sorpresa — ¿Tan extraño es Happy? — le enarcó la ceja.

—Como es que crecen tan rápido BUAAAAHHH — se puso a llorar con sentimentalismo abrazando a su amigo.

Cerca del canal del lago, Lucy trabajaba en su nueva novela, pero algo le faltaba… caminó por la habitación encontrando todo muy tranquilo y ahí se percató de que Happy y Natsu no habían ido a molestarla, lo cual era extraño, no recordaba ni un solo dia desde que se conocieron en el que sintiera tanta tranquilidad que la inquietaba.

Bien, tenia que admitirlo, le hacia falta tenerlos ahí con ella fastidiándola, o haciéndole bromas con sus ropas o intentando leer lo que escribia. Y luego, después de hacer tanto alboroto, los veía dormir y ella encendia su lampara y seguía escribiendo con esa tranquilidad pero, ¿Cuál era la diferencia? Ahora estaba silencioso igual que cuando se duermen.

—Pero Natsu no está aquí…— murmuró.

Muchas de las veces Happy no aparecia porque se quedaba en casa de Wendy (por Charle claro está) y ella y Natsu jugaban algún juego de mesas, cocinaban juntos, y hacían historias de su niñez. Otras veces, ella se quedaba dormida sobre su escritorio y despertaba en su cama con un chico peli rosa a su lado.

Se sonrojó, y su corazón empezó a latir a mil por hora, recordó lo sucedido con el vientre de su mejor amiga, ¿Por qué la miró asi? ¿Por qué se sonrojaron? Sentia su cabeza vuelta un desastre, y le fastidiaba que no podía dejar de pensar en la gran sonrisa que el peli rosa le brindaba, en la manera en que siempre la protegia de los peligros y en su descaro al andar por su habitación solamente con boxers. Su cabeza parecía botar humo, rendida de tanto pensar se tiró en su cama, imaginando lo tierno que seria Natsu cargando a un bebé.

—¡NO! — detuvo sus pensamientos. — ¿¡Que diablos!? No puede ser que esté pensando estas cosas, Oh Dios, ¿y si Mirajane y Levy tienen razón y me he hecho la ciega todo este tiempo? — entró en pánico — ¿Y si… esto es amor?