(Si que me lo tenía escondido, ¿verdad? Pues bien, este será el último paralelo a mi historia Creciendo juntos, metiendo una pareja que si bien tengo la seguridad que no será canon, al menos me gustaría dedicarle este mismo. Sé que a muchos no les va a gustar, sé que a otros si, pero descuiden, como ven tengo 3 paralelos, so alguno de los 3 deben llamarle la atención. "¿Por qué no Wendip?" En lo personal, aún desde la primera temporada de GF, no me gustó esa pareja, y para hacer un buen relato, tiene que gustarme, o al menos así lo pienso yo, espero no ofender a nadie. Los títulos son en código Atbash, y los avances son combinado de ese más Letter-Number, para dar un poco más de ambiente a la serie. Bueno, espero que les guste, si es así por favor dejen su me gusta, y comenten cualquier cosa que deseen decirme. Está mi twitter (ShiosakuNewgate) por si tienen alguna pregunta, es más rápido verlos por ahí, y sin más que decir por el momento, disfruten).
Mabel se despertó llena de energía. Ese era el gran día en el que saldría al centro comercial, a esa nueva tienda que le habían contado sus amigas, tristes por no poder ir con ella, ya que ninguna se hallaba en la ciudad en ese momento. Tendría que ir con alguien más, por suerte pudo "convencer" a su hermano gemelo Diper para que la acompañase, pero tenía que ir bien arreglada; se levantó temprano para poder bañarse y arreglarse a tiempo para la ocasión, con un pantalón de mezclilla, blusa de tirantes morada, un chaleco de mezclilla y unos converse rojos. Se miró al espejo muy convencida de su elegante look, y con una enorme sonrisa de satisfacción regresó a la habitación para cerciorarse que él no se hubiera dormido otra vez, a pesar que lo despertó antes de meterse en el baño.
El chico estaba precisamente saliendo de la habitación, con una toalla al hombro y su ropa en las manos.
- Date prisa- le ordenó Mabel ansiosa-. No quiero que salgamos tarde.
- Aún no hemos almorzado, no podemos irnos así- le recordó Diper con fastidio, expresando su desinterés por salir a tiempo-. Además, aún es muy temprano, tenemos tiempo.
- Bien, pero no tardes- respondió Mabel apresurándolo.
El chico farfulló, pero no tenía ánimos de discutir en ese momento, mucho menos pasar interminable tiempo en una tienda de ropa mientras Mabel escogía que se le veía bien y que no, pero qué podía hacer, "se lo debía".
Aún no daba el mediodía cuando Diper terminó de arreglarse, con un conjunto parecido al de Mabel, sólo cambiando la blusa por una playera morada. Mabel sugirió eso de vestirse acordes, y a pesar de que él no quería acompañarla, la idea no le pareció tan mala, y la aceptó de buena manera.
Bajaron los dos a almorzar, y su madre se impresionó al verlos así.
- Vaya, que bien se ven, ¿irán a algún lado?
- Si, iremos al centro comercial, necesito ropa nueva- respondió Mabel con un dejo soñador-. Mis amigas me han contado de una nueva tienda que tiene la mejor calidad, y quiero ir a verla.
- ¿Tú también hijo? - le preguntó su padre, impresionado de que accediera "voluntariamente".
- Bueno, necesito salir a despejarme… por cierto, gracias por la nueva gorra, la necesitaba para cuando haya sol, aunque hoy día está algo nublado- agradeció Diper intentando desviar el tema.
- Y las blusas que me trajiste son hermosas mamá, muchas gracias- agradeció Mabel con mucho ánimo y un dejo soñador-. Y el llavero también me encantó papá, se nota que se la pasaron bien en sus vacaciones.
- Claro, aunque fue un fastidio ir de lado a lado, el viaje valió la pena- aclaró su madre sirviendo el almuerzo, mientras les platicaba las maravillas que habían visto al viajar por todo el país.
El resto de la hora de la comida fue eso, la plática de sus padres acerca de sus vacaciones. Al menos a Mabel se le olvidó por ese momento que tenían que irse pronto, pero para mala suerte del chico, cuando ella hubo terminado de comer, se levantó de la mesa para irse (para su suerte él ya había acabado también, aunque sabía que, si no lo hubiera hecho, ella lo hubiera llevado a la fuerza). Se despidieron de sus padres, y su madre propuso a Mabel que ella pagaría la mitad de lo que comprara, lo cual fue más alivio para Diper, ya que sabía que él sería quién pagaría al final del día, por ser el único que tenía el hábito de ahorrar.
Llegaron al centro comercial, y como de costumbre en esa época de vacaciones, el lugar estaba muy aglomerado. Diper sentía sus pies cada vez más pesados conforme iban llegando a su destino, la nueva tienda de ropa "Northwest Fashion Shop". Mabel estaba muy emocionada por llegar, y esta emoción se intensificó al ver el enorme letrero de neón que colgaba en la entrada del mismo. La publicidad del mismo era muy llamativa, decía que ahí se podía encontrar solo lo mejor de lo mejor, aunque ella sería la que juzgaría eso. Diper en cambio lo único que veía era un simple lugar más donde se vendía un montón de ropa, pensando en que la única diferencia entre esa y las demás tiendas del lugar era su exageradamente vistoso letrero, y qué decir de la tienda, que ocupaba casi toda la mitad de ese piso en cuestión. También vio la enorme fila que había para entrar, que daba la sensación que entrarían a una discoteca en lugar que a una tienda de ropa (en especial por el guardia que vigilaba la puerta, algo musculoso para solo vigilar esa tienda), y Diper rogó porque ese hecho desanimara a Mabel, pero al contrario de eso, simplemente se formó al final de la fila, atrás de una chica de unos 25 años.
- Mabel, está demasiado lleno, podemos ir a otra tienda de ropa- suplicó Diper asustado de la fila.
- Pero Diper, solo hoy por apertura es un 15% de descuento, si vengo otro día será el precio normal- se quejó Mabel inamovible-. Además, todas las tiendas ya les di la vuelta muchas veces, no hay nada bueno para mí.
Diper farfulló, la conocía bien, y sabía que ahora que tenía el deseo de entrar, nada ni nadie la iba a hacer cambiar de opinión.
- Bien, pero iré a comprar algo para beber, se nota que estaremos aquí un buen rato- dijo el chico rendido.
- No me dejes sola- se quejó Mabel-. Tú me prometiste que me acompañarías.
- No tardaré, solo iré y regreso, prometo traerte algo…
- Mejor iré yo- lo detuvo Mabel cruzándose de brazos-. Te conozco, estoy segura de que de alguna forma harás para perder el tiempo, y no puedo permitirlo.
- Mabel, no puedo quedarme en esta fila eternamente- se quejó Diper fastidiado-. No parece siquiera avanzar.
Para ironía del momento, la fila avanzó un par de espacios más, y Mabel lo miró con solo una cosa dibujada en su rostro: "¿Decías?"
- No tardaré- le dijo Mabel triunfante.
Diper gruñó y se recargó en el vitral sin salir de la fila, pero eso le importó poco a Mabel. La chica buscó rápidamente la fuente de sodas más cercana, pero antes, tenía que atender algo más urgente, la verdadera razón por la cual había decidido ir en lugar de su hermano. Sus infinitas vueltas por ese lugar la hicieron localizar rápidamente su objetivo, el baño. No había nadie al parecer, algo bastante raro para Mabel, ya que el baño siempre está lleno, en especial en esos días. Lo atribuyó a su suerte y entró al primer cubículo. Justo en el momento que creía que no había nadie más que ella ahí, escuchó a alguien más en ese lugar.
- ¿Han llegado mis padres? - preguntó una chica, y como no escuchó ninguna contestación, Mabel supuso que hablaba por teléfono-. Sí, tengo que irme antes de que sea más tarde, por suerte traje el carro… no, con él jamás, supongo que me iré a pasar el rato en el club y ya más noche regresaré a casa, tengo un cambio de ropa… gracias chicas, no sé cómo agradecerles.
Mabel se levantó lentamente, y trató de salir sin llamar la atención. Sentía que escuchó algo que no debió. Para su mala suerte, mientras se apoyaba, su mano resbaló y accionó la carga de agua. Eso seguramente llamaría la atención.
- ¿Quién está ahí? - preguntó aquella chica, asustada.
Mabel salió lentamente del cubículo, luego de haberse acomodado la ropa, y miró al fin a aquella chica. Era rubia y blanca, con unos hermosos ojos azules. Tenía un uniforme rojo brillante (que constaba de saco y falda de tubo) y su largo pelo rubio recogido en una cola de caballo.
- Lo siento, no era mi intención escuchar- se disculpó Mabel apenada.
- Bueno, pensé que eras alguien importante- espetó la chica sin darle importancia a Mabel, lo cual hizo que se molestara-. No te conozco, pensé que eras alguien más.
Mabel estuvo a punto de discutir con ella por su actitud tan arrogante, pero, recordó la conversación que había tenido hacía un momento, y quiso ayudarla.
- ¿Estás tratando de salir de aquí? - preguntó Mabel curiosa.
- Ese no es tu problema- le dijo ella cortante, y se metió en el cubículo que tenía cerca para cambiarse.
- Solo quiero ayudarte- insistió Mabel parándose fuera del mismo-. Si lo que quieres es salir de este lugar, yo te puedo ayudar, lo conozco como la palma de mi mano.
- ¿Y por qué querrías ayudarme? - preguntó la chica con interés, pero a la vez incrédula-. No me conoces, ni sabes por qué quiero irme.
- Tienes razón, pero tú eres una chica con problemas, y yo tengo la solución de ese problema, ¿por qué no querría ayudarte? - respondió Mabel sin dar mucho rodeo.
Pasó un rato sin que ninguna de las dos dijera nada más, hasta que Pacífica salió del cubículo con una blusa beige sin mangas y un pantalón de mezclilla entallado, sosteniendo en su mano una gabardina crema, así como un sombrero y gafas oscuras.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó la chica.
- Me llamo Mabel, ¿y tú? - preguntó Mabel sonriendo.
- Pacífica… no tengo mucho tiempo, así que, tenemos que irnos ya.
Mabel asintió efusivamente y ambas chicas salieron del baño con sigilo, antes Pacífica poniéndose su gabardina, el sombrero y los lentes.
Aquello podría ser una película cómica muy interesante de ver para cualquier persona. Las dos chicas intentaban "escabullirse" por el lugar, poniéndose detrás del primer muro que veían, revisando si no eran seguidas por nadie, sin darse cuenta que todos los que pasaban a su lado se les quedaban viendo con incredulidad, burla, y en algunos casos, miedo. A pesar de ello, sin mucho problema, lograron llegar a la puerta trasera (sin que nadie de seguridad las detuviera por actitud sospechosa), y ahí Pacífica buscó rápidamente con la mirada su carro. Lo halló sin mucho problema, y Mabel la acompañó para asegurarse de que llegaba sana y salva.
- Bueno, al final sí que me ayudaste- respondió Pacífica calmada al entrar en su elegante convertible rojo-. Creo que lo pude haber hecho bien sola, pero contigo fue más rápido.
- Gracias, fue un placer ayudarte- dijo Mabel, indecisa de si lo que le había dicho Pacífica fue un cumplido.
- ¿Por qué no vienes conmigo?, iré a un club no muy lejos de aquí, podríamos pasar un buen rato ahí.
- Sería un placer- comenzó Mabel a punto de aceptar, pero entonces recordó algo que se le estaba escapando-. Pero tengo que regresar, mi hermano me debe estar esperando, lo dejé que me cuidara mi lugar en la nueva tienda de ropa.
- ¿La tienda Northwest? - preguntó Pacífica con mucho interés.
- Si. Mis amigas me platicaron de ella, dicen que tiene la más alta selección de ropa de diseñadores extranjeros, de cualquier tienda en el país, o al menos eso tengo que ir… lástima que no te quedes, me gustaría tener el punto de vista de una amiga.
Pacífica desvió la mirada, y Mabel se le hizo ver un leve rubor en sus mejillas.
- Quizá en otra ocasión, en otro lugar… comenzó Pacífica, casi susurrando, entonces dio un respingo, como si se acordase de algo, y rápidamente buscó en la guantera, de ahí, sacó un sobre blanco, que le entregó a Mabel-. Ten, al menos toma esto, estoy segura de que te va a encantar.
- Gracias- agradeció Mabel con dejo soñador, era el primer regalo de su nueva amiga, y se sentía mal por no poder darle algo-. Podemos cambiar números, por si algún día podemos coincidir para ir de compras.
- No es mala idea- coincidió Pacifica sacando su celular de su gabardina, uno muy moderno, con una carcasa que parecía ser de oro puro.
Las chicas intercambiaron números y siguieron charlando un poco más acerca de qué podrían hacer cuando salieran juntas. A Mabel le hubiera gustado charlar un poco más con ella, pero debía volver, probablemente Diper estaría furioso con ella en ese momento.
- Buena suerte Pacífica- le deseó Mabel con sinceridad-. Espero que nos veamos pronto.
- Yo también- contestó Pacífica también sonriendo, y arrancó su carro.
Mabel se quedó ahí mientras Pacífica se iba de ahí, mirándola de lejos, deseando que el día que se volvieran a ver no tardara mucho. Sentía que podía llegar a ser muy especial para ella. Entonces recordó el regalo que le había dado, y abrió el sobre. Se le quedó viendo, pensando que sería alguna tarjeta de agradecimiento o algo similar, pero, al leer bien su contenido, gritó tan fuerte que se pudo oír en todo el estacionamiento.
Regresó corriendo a la tienda, donde Diper ya esperaba en la puerta, dejando pasar a una chica antes que él. Al ver a Mabel, la miró con mucha molestia, pero a Mabel no le importaba, tenía en sus manos algo que hacía que valiera la pena cualquier castigo o reclamo que viniera de él. Le mostró al guardia el vale que sostenía en su mano, y luego de abrir los ojos impresionado, la dejó pasar en ese instante. Diper la siguió extrañado, pensando en qué podía ser lo que Mabel le había enseñado. Ella en cambio se sentía muy feliz, y la próxima vez que la viera tenía que agradecérselo, por lo que decidió comprarle algo que le quedara bien a su nueva amiga, algo que no sería gran problema por el increíble vale de 90% que le había regalado. En realidad, todo había valido la pena.
DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a Alex Hirsch y solo los uso para fines de este fanfic.
(Avance: 15-26 15-18-13-22-26 22-13-7-9-22 22-15 26-14-12-9 2 15-26 26-14-18-8-7-26-23 22-8 14-26-8 23-22-15-20-26-23-26 23-22 15-12 10-6-22 11-26-9-22-24-22).
