Hey Arnold! no me pertenece todo sus derechos a su creador(Craig Bartlett).

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Las cosas no estaban nada bien y todo había empezado esa mañana, ella no estaba segura de como fue que sucedió pero cuando Gerald se declaro sus defensas habían quedado muy por debajo de sus niveles normales. Helga conversaba amenamente con Pheobe, sobre todo de la terrible discusión que habían tenido con sus pretendientes en ese instante de su vida. Todo empezó cuando Pheobe que leía un libro de ciencia ficción pregunto a Helga que tenia una locura similar por la literatura si un alma se cambiaba de cuerpo ¿conservaba los sentimientos de ella o empezaba a dudar con los de su contenedor?

El debate comenzó así, este coinsidia en la idea de que era imposible un cambio de cuerpos, Helga pensaba y defendía que los sentimientos se conservaban basándose en el pensamiento de la persona mientras que Pheobe argumentaba que cambiaban ya que el alma no era algo físico, y por lo tanto no tenia la capacidad de almacenar algún sentimiento. Añadiendo que el cuerpo contenedor mantenía sus pensamientos y por tanto segregaría la hormona para la persona que le gustaba al cuerpo. Aunque Helga entendía la lógica de Pheobe sus ideales románticos eran visiblemente irremediables para cambiar su opinión. Todo fue bien hasta que por azares del destino se toparon con Gerald y Arnold que volvían de su practica de béisbol, y se veían muy molestos por la falta de la rubia que siempre aunque nadie deseara destacarlo era la mejor entre todos los integrantes del club en ese deporte.

-Helga ¿Por qué faltaste?-Dijo un molesto rubio que se veía mas tranquilo al ver con quien se encontraba Helga. Porque aunque solo Pheobe y Gerald lo supieran la relación de Arnold con Helga paso de enemistad a una clase de amor, se podría decir que eran novios pues ambos se celaban constantemente y ninguno le permitía al otro salir con otra persona. Y mas curioso aun era que cuando se enojaban y lo intentaban terminaban la velada juntos, sonrojados y tomados de la mano.

-Porque quería cabezón ¿Es que acaso no puedo?

-Por tu culpa perdimos un partido hoy-Gritaron al unísono.

-Al fin si dieron cuenta de que sin mi no pueden ganar-Rio suavemente subiendo de tono al ver la cara de ellos.

-Es trabajo de equipo Helga-Dijo Arnold.

-Pues tu trabajo de equipo no logro ganar ¿ verdad Arnoldo?-Dijo Helga con una gran sonrisa -Por cierto cabeza de cepillo ¿no vas a invitar a Pheobe a la feria de queso?

-Claro que si Helga pero ese no es asunto tuyo.

-Si lo es Pheobe es como mi hermana, gracias a ella pude cumplir uno de mis sueños.

-Deberías preocuparte por quien te invitara a ti-Miro a Arnold, este bajo la mirada sonrojado. A el realmente le gustaba Helga, pero no sabia como declarársele pues aun se sentía mal por no haberse dado cuenta de sus sentimientos cuando ella se le declaro y lo beso, de hecho cuando recordaba eso se sentia un poco culpable.

-Y ¿por qué discutían Helga?- Pregunto Arnold cambiando de tema.

-Algo que ustedes no entenderían.

-¿Cómo vamos a entender si tu no nos dices?-Dijo Gerald-Mejor dinos tu mi querida Pheobe.

-Claro-Dijo con un creciente rubor en sus mejillas-Hablamos sobre transferencias de almas y conservar los sentimientos de los individuos involucrados.

Ambas se quedaron expectantes a la contestación de ellos pero después de unos minutos Helga sin duda creía que los hombres no ensuciaran su pose de hombres para hablar de sentimientos, de hecho no estaba tan equivocada al respecto pues ambos no sabían como contestar a la pregunta. Cuando Helga iba a referirse a ellos e un insulto este fue cambiado por un comentario de Arnold.

-Si hablamos de sentimientos yo creo que so cambian de cuerpo los conservaría- Sonrió causando un leve sonrojo en Helga que no paso desapercibido.

-Yo creo en la lógica-Contesto el moreno sonriendo a Pheobe que lo miraba sonroja.

-Tu siempre estarás del lado de Pheobe-Afirmo Helga.

-Eso no es cierto Helga, además Arnold esta de tu parte.

-Y ¿tu como sabes eso?- Dijo exasperada

Gerald sonrió y la miro con compliceria- Solo lo pensé pero acabas de confirmarlo.

Una ligera risa se escucho de los labios de Pheobe mientras Arnold miraba perdidamente a Helga que se mantenía un poco sonrojada de manera poco notoria pero su piel un tanto pálida la hacia relucir. Gerald contenía la risa que casi se escapaba de sus labios, pero esta fue silenciada rápidamente con la mirada asesina de Helga.

Arnold la miro con una sonrisa en sus labios, en realidad Helga era muy romántica no solo en sus poesías y novelas también cuando estaban solos lo que rara vez sucedía ella se acurrucaba en brazos de él buscando su protección o decía una cursilería al aire esperando que el no la escuchara pero el siempre lo hacia y le contestaba de manera casi imperceptible, si el también era un cursi y estaba enamorado de Helga. ¿Cuando había sucedido eso?

-No te hagas ilusiones Arnoldo, es mera coincidencia-Dijo con un tono duro al que todos estaban acostumbrados.

Todos rieron un instante, después Helga miro el reloj que había sido un regalo de Pheobe para su cumpleaños 10. Si casi había pasado un año desde que se declaro a Arnold aun se preguntaba como habían llegado a tener "algo", solo se acordaba de la anterior feria del queso ella estaba con Pheobe esperando a Gerald ellos tenían algo todos lo sabían pero Pheobe también sabia lo que le contó su amiga de Empresas Futuro. Helga nunca demostraba sus sentimientos pero ella sabia cuanto le dolía a Helga el rechazo por eso cuando Gerald apareció con un cabeza de balón casi le dio un pisón pero este le aseguro que era para arreglar las cosas aunque el no estaba seguro de que eran esas cosas.

De ahí las cosas fueron mas incomodas todavía, Helga no le dirigía ni el menor insulto y Arnold no comentaba nada de su vida de buen samaritano. Gerald se harto de ese silencio y cuando nadie lo veía rapto a Pheobe.

-Veamos lo que hacen sin nosotros- Le dijo a Pheobe desde la sombra donde se hallaban escondidos.

Nada fuera de lo normal paso, de hecho Arnold le había invitado a Helga una golosina. Caminaban sin decir mucho, de pronto se toparon con Lila quien estaba sola. Arnold la invito a pasar con ellos y Helga asintió con un gesto de quemimportismo. De ahí caminaron los tres.

Arnold y Lila hablaban de la escuela, Helga solo escuchaba. Realmente Pheobe le hubiera querido dar una buena lección pero se contuvo porque Gerald le dijo que esperara. La sobreprotectora mente de Pheobe empezó a trabajar en un plan de huida y venganza contra Arnold mientras los seguía mirando con cuidado cada paso que daban. Después de subirse a varios juegos en los cuales la mayoría Helga iba sola, Pheobe noto que ella estaba mas pálida y no le sorprendió que les digiera a Arnold y Lila que se iba a ir. Arnold noto el estado en que se encontraba y se despidió de Lila para llevar a casa a Helga, para Lila fue indignante que la dejaran sola pero no bufo solo dijo que ya era tarde y también debía irse a casa.

-No te preocupes buen samaritano, ve con Lila ella te necesita mas que yo.

-Helga en el estado en el que te encuentras nadie te dejaría sola. Por cierto-Puso su mano tras la cabeza- Lo siento por haber pasado tanto tiempo con Lila.

-Arnoldo tu me debes ninguna explicación-Mientras se sujetaba a Arnold pensaba en mil maneras de triturar y luego desaparecer 2 cadáveres, se dio cuenta que eso le causo una leve risa.

- ¿Qué te causa risa?-Le pregunto Arnold

-Solo ver decapitado a tu mejor amigo, Arnoldo.-Si bien el texto no fue gracioso como lo dijo fue lo que causo una carcajada en Arnold que fue seguido por Helga que palideció arrodillándose en el césped. Fue alzada por Arnold cogiendo la mayoría su peso en su hombro y la llevo sin decir una palabra mas. Cuando llegaron a su casa no había nadie, algo típico para Helga. Solo había una nota con " Volveremos mañana. !Come bien!"

Eso le causo gracia a ella nada había cambia mucho pero estaban avanzando y eso era prueba de ello.

-Arnoldo gracias, ya estoy bien

-No lo aparentas Helga. ¿Qué tal si te dejo acostada?

-En tus sueños Arnoldo- Le dijo despectivamente.

Helga se sentía bastante mareada pero se contuvo a decirlo. De hecho iba en camino a la puerta cuando se le acabaron las fuerzas y volvió a arrodillarse pero esta vez Arnold no solo la ayudo a levantarse. Con un movimiento brusco la levanto y la coloco en el sillón.

- Arnoldo estoy bien no te preocupes- Contesto agitadamente, mientras meditaba como podía tener fuerzas un niño mas pequeño que ella para levantarla.

Arnold se sentó junto a ella, la tomo del rostro y acariciándole suavemente las mejillas la beso. El beso duro muy poco, aunque lo suficiente para dejarles un sabor dulce en los labios. Cuando la soltó Helga le veía con un ceño adusto y bastante peculiar que antes no había visto. Se sentó junto a ella. Ahora que lo recordaba fue lo mejor de la noche y, ahora se acordaba de entre risa y risa que después vomito toda la noche con el rubio recogiéndole el cabello y dándole te, hasta que cayo dormida. Cuando despertó el ya no estaba, se sintió estúpida por ese sueño pero encontró una nota en la mesa con el inicio de una Querida Helga. Se le aguaron los ojos y lloro, aunque no sabia porque tal vez de la felicidad.