Esta es una de mis primeras historias de las cuales termine, si ya la tengo terminada pero como la escribí cuando recién comenzaba a escribir tiene uno que otra palabra sin sentido y estoy editandola.

Quise compartirlas con ustedes así que tratare de actualizarla seguido espero que les guste xk es una historia muy especial para mi.

Sin mas que decir no los interrumpo mas los dejo leer.

Espero comentarios si no es muxo pedir jejeje


CAPITULO 1:

Desde niñas siempre estuvimos juntos y el recuerdo más valioso en mi infancia fue la promesa que nos hicimos…

-Rin despierta o llegaras tarde a la graduación – Miku

-Solo un minuto más – decía Rin enredándose más entre las sabanas

-Nada de eso! Voy a llegar tarde yo también si no te levantas ya! –

-Vale… - Rin se levanto

-Rin cada día te resulta más difícil despertar –

-Lo sé… pero mi cuerpo es así no es mi culpa –

-Déjate de idioteces y alístate ya –

-Vale – Rin se fue al baño a lavarse la cara y cambiarse

Los días como estudiante de secundaria para Rin iban a acabar ya que junto a Miku su mejor amiga y prima, iban a empezar el instituto al cabo de unos días.

-Bueno vámonos – dijo Rin

-Ya es tarde – renegaba Miku

-Solo vámonos –

Llegando al colegio en la entrada esperaba un chico a Rin.

-Te espero o me adelanto? – pregunto Miku sin interés de quedarse

-Adelántate ahora te alcanzo – dijo Rin

-No te demores, mi discurso de graduación va a hacerte llorar –

-Lo espero – Rin sonrió

Rin se acercó a aquel chico y fueron a un lugar donde no hubiera nadie.

-Rin-sempai quería desearle mucha suerte en el futuro y que podamos seguir viéndonos si no es mucho pedir –

-Gracias, siempre me animabas cuando más lo necesitaba, pero… yo… lo siento, no puedo seguir saliendo contigo –

-Eh? –

-Te mereces a una chica mejor que yo, así que es mejor que lo dejemos aquí no crees? –

-Rin-sempai… nunca me amo, verdad? –

-Tú más que nadie conoce la respuesta –

-Entiendo, gracias por todo, siempre la recordare – hizo una reverencia para que no lo viera a los ojos, no quería que viera sus lágrimas que iban a caer

-Lo mismo digo, tu eres el último novio que tuve durante mi tiempo de secundaria – Rin se despidió con una sonrisa

-Me siento alagado, le deseare una buena graduación –

-Gracias, por cierto como fuiste el último quieres mi corbata como recuerdo? –

-Me la daría?! – levanto la cabeza olvidando sus lágrimas estaba emocionado de tal honor

-Claro… pero ven al final de la tortura de la ceremonia, te la daré delante de todos para que se mueran de celos de ti – le guiño un ojo

-Rin-sempai Seguro iré! – contesto muy feliz

Después fue a la ceremonia y como Miku había dicho su discurso conmovió a muchos, hasta hizo que algunos alumnos lloraran de la emoción, al salir de la ceremonia varios kohais esperaban a sus sempais graduados.

-Rin-sempai! Dame tu corbata! –

-No a mí! –

-Miku-sempai! –

Eran tantos chicos como chicas, las que querían las corbatas de nuestras dos protagonistas, pero la de Rin ya estaba separada, su ex novio estaba algo alejado y armándose de valor se acercó.

-Toma – Rin le entrego la corbata que había prometido

La expresión de él era de mucha felicidad pero también de gratitud todos se quedaron asombrados y murmuraban entre ellos.

-Tenga mucha suerte Rin-sempai –

-Gracias por todo, suerte tú también – esta vez se despidió sin voltear a verlo

Rin camino entre la multitud y se acercó a Miku que la esperaba.

-Perdón se me hizo tarde? –

-Siempre es así – dijo con sarcasmo Miku

-Y esa carta? – Rin observo que Miku tenía una carta sostenida en sus labios

-Esto? Es una carta de amor de un estudiante menor, me gusto el contenido así que lo guardare – contesto

-Enséñame – Rin intento quitársela

-No – Miku levanto la carta con su mano lo más alto posible

-Mala… pero debe tener un buen fundamento para que lo guardes –

-Sí, es la mejor carta de amor que he recibido de un chico, le di hasta un beso como recompensa pero lo rechace –

-Tenías que ser tú – suspiro

-Tú también eres así no digas nada, vámonos que esto se pondrá pesado, además tenemos que ir a esperar el camión de mudanza –

-Tienes razón, vamos – empezaron a caminar a casa

Rin y Miku eran primas, como amigas de la infancia de la niñez que siempre estuvieron juntas, pasaron muchas cosas juntas y solas también hasta ahora en la secundaria, y estarían juntas también en su nuevo instituto.

-Bueno es hora de decir adiós a esta casa – dijo Rin con melancolía viendo su hogar

-Sí, espero volver si quiera una vez –

-En serio? –

-No –

Ambos se observaron y rieron, su antigua casa iba a quedarse en sus memorias ya que habían pasado mucho ahí, buenos y malos momentos.

En el auto de camino a su nuevo hogar.

-Cómo será Tokio? – pregunto curiosa Rin

-Es un lugar muy habitado, pero no se compara con Italia o . aunque tiene buenas cosas –

-Qué nos estará esperando? – comento Rin mirando por la ventana

-No lo sé, pero por favor no invites a un chico apenas lleguemos –

-Hare lo posible – se le escapo una pequeña sonrisa

Nunca se esperaban que ese día fuera el cambio de todo su mundo, que conocieran a dos personas que iban a hacer que sintieran por primera vez un sentimiento que se negaron a sentir alguna vez, y muchas otras cosas que ignoraban hasta ahora.

Llegaron ya noche a su nuevo hogar, eran unos departamentos, una residencia.

-Rin despierta ya llegamos –

-Ya? – Rin quería seguir durmiendo

-Si mira –

Rin bajo y se despertó por completo al ver su nuevo hogar, era muy lujoso el lugar pero también tenía un ambiente algo raro.

-Me gusta pero a la vez no –

-Lo mismo pienso yo, es lo mismo como la otra vez –

-Debe ser eso –

El camión de mudanzas había llegado antes que ellas y sus cosas ya estaban en su departamento, así que solo quedaba ordenarlas.

-Nos toca el departamento número 210 – dijo Miku

-El último… que royo no me gusta subir escaleras –

-No te preocupes hay un elevador –

-Súper! – Rin volvió a radiar felicidad

Subieron y entraron a su departamento, todo estaba un caos pero solo armaron una cama para poder dormir por esa noche.

Al día siguiente Miku se despertó más temprano que Rin como siempre y estaba reparando el desayuno. Cuando termino fue a despertarla.

-Despierta Rin o me comeré todo el desayuno – dijo Miku

-No! – con la comida no se jugaba pensaba Rin levantándose de un salto

-Bueno lávate la cara primero y vienes –

-Vale –

Rin fue feliz a desayunar con Miku.

-Fuiste a comprar los ingredientes para el desayuno? – pregunto Rin

-No, tenía algunas cosas en las cajas – seguía comiendo

-Ya veo… por cierto tenemos que ir a comprar los uniformes de nuestro instituto? – recordó Rin

-Que sepa yo nuestro instituto no tiene uniforme –

-Ya… yo que quería llevar un lindo uniforme de instituto… - esto la deprimió

-No sé puede hacer nada, alístate que quiero ir a comprar las cosas que nos falta – sabía que la animaría salir

-Vale – Rin volvió a sonreír

Las dos fueron a comprar las cosas que les faltaba, el centro era muy ruidoso pero había cosas muy interesantes. Los chicos eran muy guapos y las chicas no se quedaban atrás pero Miku y Rin llamaban más la atención. Su belleza no tenía límites.

Rin con aquellos cabellos dorados lisos que llegaban hasta los hombros y los grandes ojos color celeste como el cielo que brillaban como joyas. Al igual que Miku que era un poco más alta de cabellos azules verdosos largos llegándole hasta más debajo de la cintura iguales que sus hermosos ojos que parecían ser océanos en los cuales te podías ahogar si te concentrabas en ellos.

Hasta que entraron a una tienda de electrodomésticos.

-Rin necesitamos una calefacción, una lavadora y… bueno tu ocúpate de eso, yo me ocupo de lo demás – le indicaba Miku

-Como órdenes mi señora Miku-sama – jugo Rin

-Muy graciosa ve ya –

M iku fue a buscar unos focos y una lámpara, como instrumentos de cocina, vio un sartén que le llamo la atención y se acercó para verlo mejor cuando iba a tocarlo otra persona también lo quería, sus manos chocaron.

-Lo siento quiere esto? –

Era un chico muy guapo de cabellos casi iguales a los suyos pero en tono oscuro y unos ojos rasgados color verde oscuro que le llamo la atención a Miku.

-Sí, pero si lo vas a comprar, tómalo – Miku quiso ceder

-No te preocupes solo quería verlo –

-Yo también – Miku

-Bueno míralo tú primero –

-Gracias – Miku

El chico estaba esperando a que acabara de mirar el sartén, Miku lo dejo al cabo de unos segundos y se fue a mirar otras cosas.

Mientras que Rin estaba viendo unos refrigeradores, el empleado de la tienda se le acercó para ayudarla y eso no le molesto en nada a ella ya que así coqueteaba con el empleado que valía la pena al ser guapo.

En pleno coqueteo Miku la encontró y se la llevo jalándola de la oreja. Después de eso compraron lo que necesitaban, Miku se fijó que aquel chico también esperaba su turno para que lo atendieran.

-Qué miras Miku? – pregunto Rin

-No, nada –

Rin volteo a ver dónde miraba Miku y solo encontró a un chico en esa dirección, era raro que Miku se fijara en un chico así que pensó que era otra cosa.

-Se lo mandaremos a su dirección, gracias por su compra – dijo el empleado

-Si gracias – agradeció Miku

Salieron de la tienda y Miku volteo a ver por última vez al chico, esta vez sus miradas se encontraron y se quedaron viendo unos segundos, hasta que ella misma se dio cuenta y se fue con Rin que empezaba a coquetear con otro chico.

De ahí se fueron a comer unos helados y a caminar a ver ropa, compraron algunos conjuntos y cerca del medio día regresaban a casa, de camino entraron a un súper mercado para que compraran los ingredientes para cocinar, mientras Rin fue a la sección de galletas a comprar algunas. Buscaba sus galletas preferidas cuando vio a un chico rubio muy guapo sacando unas galletas, cuando se fijó bien era la marca que buscaba también.

-Disculpa puedes pasarme una bolsa también? – pidió Rin muy educada

El muchacho volteo y le paso las galletas.

-Aquí tienes, que sorpresa a casi nadie le gusta esta marca –

-Pues a mí me encantan estas galletas – Rin sonrió

-A mí también – le devolvió la sonrisa

-Eres de por aquí? –

-Sí, tú no lo eres, verdad? –

-No, soy nueva, acabo de mudarme –

-Ya veo… te encantara este lugar, te acostumbraras con el tiempo –

-Eso espero –

Miku la estaba llamando así que Rin se despidió del chico.

-Adiós – se despidió Rin

-Si –

La mirada de Rin no podía apartarse mucho de aquel chico había algo le decía que pronto lo vería otra vez o eso le gustaría creer.