Amnesia.
El fuego crepitaba en la chimenea de la sala de estar de la casa que permanecía en penumbras.
Con débiles campanadas, el reloj del despacho marcó las once de la noche, haciendo que la figura sentada en un sofá se retorciera incómoda.
-Maldición. –masculló por lo bajo, el rubio al aire. Sus ojos se desviaron al gran ventanal, que permitía ver el exterior completamente nevado. Apenas faltaban unos días para Navidad recordó.
Ojalá pudiese convencer a Harry de pasarla con sus padres, ya que el año anterior la habían pasado con los Weasley y ellos se habían sentido un poco abandonados.
Un bostezo se escapó de sus labios. Estaba cansado, por el trabajo con la compañía se había tenido que levantar temprano; y también tenía hambre. Pero estaba decidido a esperar al moreno.
Ya había perdido la cuenta de todas las veces que en los últimos meses Harry lo había hecho esperar por horas y más alarmante era la suma de las que había tenido que cenar solo y dormirse sin saber del moreno.
Era cierto que el trabajo de Auror del chico le exigía demasiado, pero había veces en que no llegaba por ir a ver a los Weasley o pasar a la casa de Sirius, y eran esas las veces en que se enojaba, porque no consideraba una simple llamada por Red Flu para avisar.
También le decepcionaba que el moreno hubiese dejado de ser tan atento como lo era al principio -cuando eran muchas las mañanas que no le importaba llegar algo atrasado con tal de poder disfrutar la ducha juntos.
"¿Qué querías?" se preguntó. "Después de todo, siempre es así al comienzo y luego se va madurando, dejando eso de lado" pero a pesar de ello una pequeña arruga cruzó su cejo. No quería que su relación fuera así... tan plana y aburrida. Sólo le bastaba ver a sus padres para saber que lo anterior no tenía porque ser así.
Con gesto cansado volvió a mirar el reloj de pulsera, viendo que eran las 11:25. En ese momento, la puerta de entrada se abrió, mostrando la gran figura del joven Auror. El pelo negro lucía bastante alborotado, en contraste con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes, de un color verde esmeralda.
-Harry. –fue el frío saludo del rubio, una vez que se puso de pie.
-Draco –respondió el moreno, acercándose a su pareja, notando el enojo en el otro chico.
-La comida está servida... no sé si te interese talvez comer –dijo el rubio, sintiendo como su humor empeoraba al oler el suave aroma a licor que rodeaba al moreno.
-A decir verdad, no... –sonrió el chico, pasando de largo, sin más señal de cariño que un leve beso en la mejilla. –Ron me invitó a comer a su casa porque había llegado Charlie de Rumania, además, fue un día horrible en la oficina y me sirvió un poco de relajo. –con fuerza apretó los puños, haciéndose daño sin notarlo.
-¿Sabes cuánto tiempo te estuve esperando para comer? –reclamó Draco sin aguantar más. –desde las 8... se supone que a esa hora terminaba tu turno... y son las 11:30 y recién te dignas a aparecer... para solo decirme que te fuiste donde los Weasley a comer –siseó enojado.
-Draco... –murmuró el moreno mientras se terminaba de poner el pijama y pasaba al baño junto al dormitorio. –sabes, estoy cansado y no quiero pelear.
-¡Yo tampoco! De verdad o creo que te hubiese costado mucho avisarme. Tengo sueño, porque me uve que levantar más temprano que tú, y en vez de dormir te estuve esperando... ¡En vano! –le gritó a la puerta cerrada. Dentro nadie contestó a sus reclamos.
Para cuando el moreno salió, Draco estaba más furioso de lo que se había sentido en mucho tiempo y parecía que el otro chico tampoco estaba muy feliz.
-Sabes algo Draco –dijo con un tono calmo, pero los ojos destellando –creo que si tantos inconvenientes tienes con todo esto, lo mejor sería darnos un tiempo. Se acabarían los reclamos, podrías dormir lo que quisieras y no te tendrías que preocupar por esperarme. –todas las contestaciones y argumentos para continuar la pelea se desvanecieron de la mente del rubio, tan pronto como proceso esas palabras. Su rostro quedó sin expresiones y por un largo momento ambos se quedaron de pie en el pasillo mirándose en silencio. Cuando Draco habló su voz sonó extrañamente quebrada.
-¿Perdón... qué dijiste? –susurró, sintiendo como sus rodillas temblaban.
-Dije, que si tantos problemas te causo, lo mejor sería que nos tomáramos un tiempo. –la mente de Draco gritaba en protesta. Al hacer todos sus reclamos, era sólo para que el moreno le diese más atención y se preocupase un poco más de él. Definitivamente no quería perder al ojiverde, lo quería demasiado, había sido –prácticamente –su único motivo de preocupación desde que lo conoció un día en Gringott's. No le importaba trasnochar para asegurarse de que llegara a la casa, para ver esos ojos esmeralda brillar cuando lo besaba cuando llegaba temprano.
Una lejana parte de su mente le recordó lo que su madre siempre le repetía cuando hablaba de sus novios: " Hijo, antes de conocer a tu padre, tuve muchos novios, pero un cuanto uno se ponía cargoso o molesto, lo terminaba... y recuerdo que una sola vez me terminaron a mí... aunque el chico en cuestión se arrepintió con el tiempo, nunca lo acepté de nuevo. Pero luego conocí a tu padre y una amiga me comentó cuando cumplimos un año que con él me casaría, que me había durado mucho. Y así fue. Por eso te digo, que si alguien te hiere en lo mas mínimo o te molesta, termina con orgullo, nunca sabes si luego conoces al verdadero amor de tu vida"
-A-alguna vez te conté lo que decía mi madre respecto a terminar una relación –murmuró, haciendo que Harry se extrañase por el cambio de tema, pero asintiendo débilmente. –nunca he suplicado en ninguna relación, haciéndole caso a lo que ella me dijo... pero... pero tú eres importante para mí... y te pegunto ¿De verdad quieres terminar con todo? –susurró el rubio, sintiendo latir su corazón acelerado en su pecho. Sus manos sudaban, y en su mente suplicaba porque Harry dijese que no quería terminar... que todo fue en sencillo error, el enojo que habló por él. Cuando vio que la determinación brillaba en sus ojos verdes algo se congeló en su interior.
-Sabes... esto más que ser por mí es por ti... porque yo estoy feliz viviendo como lo estábamos. De hecho no encontraba ninguna falla. –dijo el pelinegro apoyándose en la pared –pero eres tú el que siente que las cosas no van bien... quizá lo mejor sea darnos un tiempo... para que puedas descansar o que sé yo. –los ojos grises de Draco se nublaron un poco con las lágrimas que retenía.
-Los "tiempos" no existen... es sólo una forma linda de decir "terminamos, pero voy a esperar a que te acostumbres para decírtelo"
-Si es así como lo quieres tomar –murmuró Harry, bostezando débilmente.
-¿Cómo puede ser que te importe tan poco nuestra relación? –espetó dolido el rubio. -¿aún no cumplimos el año viviendo juntos y ya se acabó?
-Draco... –murmuró algo lastimado al oír eso. –de verdad que te quiero, pero eres tú el que tiene los problemas, y si un tiempo ayu-
-¡Cállate! –lo cortó, mientras una lágrima arrancaba furiosa. –ya te dije que los tiempos no existen para mí... ¿es lo último? –lo miró un largo momento, suplicándole con la mirada, todo lo que por su orgullo no podía decir "por favor... sólo una palabra y me quedo... dime que me quieres y me olvido de todo, absolutamente todo" pero el moreno sólo lo miró de vuelta y con un suave y fugaz beso de despedida desapareció rumbo al dormitorio.
-Se acabó... se acabó... –murmuró sin frenar las lágrimas que corrían libremente por su rostro.
A tientas llegó hasta su despacho, mientras sonaban las campanadas de las doce de la noche.
En un trozo de pergamino garabateó imitando la letra de Harry, que se encontraba algo enfermo y que seguramente no asistiría al trabajo por un par de días. De ese modo tendría unos días libres, luego eran las fiestas... así tendría suficiente tiempo para pensar.
Con cuidado ató el mensaje a su pequeña águila y la envió.
Lentamente sacó del armario un baúl y con un movimiento de varita guardó todos los libros, papeles, documentos... todo. Lo encogió, escondiéndolo en su bolsillo. Lo mismo hizo al guardar toda su ropa, mirando tristemente al moreno aparentemente dormido en la cama.
Para cuando llegó a la sala de estar, consideró que sólo le haría más daño el llevarse alguna fotografía. Dando una última mirada a su hogar por varios meses, cerró la puerta dejando todo atrás.
-.-.-.-.-.- continuará-.--.
Iniciado: 30 julio 2007
Terminado: 30 julio 2007
Publicado: 22 enero 2008
Bien, este es un fic que me comía la cabeza desde hace tiempo. Está inspirado en la canción Amnesia de José José.
No vayan a pensar que es un simple drama... ni nada por el estilo.. ya después se darán cuenta.
Ojalá les guste. Y el primer capitulo es cortito, pero estaba escrito en un cuaderno, y no sabía cuantas páginas ocuparía.
Lo que dice Narcisa, es en realidad el consejo que siempre me da la esposa de mi papá respecto a los hombres, y me gusta que sea ella la que se lo aconseje a Draco, así que eso... déjenme rws, y si les interesa, busquen la canción.
Besos!
SinieStra Malfoy.
