A las buenas y en las cartas

Capítulo 1

Mi vida puede resumirse muy fácilmente, nací en un hogar cálido y hermoso, y se supone que yo sería un ente productivo más para la sociedad, que llevaría una vida feliz, conocería a alguien, me enamoraría, me casaría y tendría hijos, pero no fue así…a mis 15 años perdí a toda mi familia en un accidente donde solo yo sobreviví, mis padres no eran personas de mucho dinero, pero aun siendo joven los grandes estafadores que existen en el mundo se encargaron de embargar el negocio y la casa de mis padres, me quede sin nada, no podía luchar aunque sabía que era injusto, no tenía nada. Así me quede en la calle solo con unas cuantas cosas que podía llamar como mías: Un peluche y una sabana para dormir y no pasar tanto frio.

La primera semana que pase viviendo en la calle, me sentí triste, y guarde luto por mis padres, sin embargo dentro de mi iba naciendo un sentimiento de odio y de venganza contra aquellas personas que me lo habían arrebatado todo de mis padres, no precisamente por las cosas materiales sino porque me quitaron el lugar donde yo había tenido una cálida y hermosa familia…de alguna forma, no sabía cómo, haría cualquier cosa, lo que sea, con tal de vengarme. Bannings & Stukimura así se llamaba la empresa que me lo quito todo.

Empecé con pequeños trabajos, en los cuales no me pagaban mucho, ya que no podía vivir sin comer, parte de mi paga se iba en la comida que unos muy amablemente me daban y que otros me despreciaban aunque con tal de pagarme menos me daban esa oportunidad. Trabaje de muchas cosas en muchos diferentes lugares, como dije con tal de conseguir mi venganza haría lo que fuera.

Comencé (aun viviendo en albergues) a ahorrar dinero, mas adelante me compre un apartamento, y poco a poco estoy logrando tener un mejor lugar al cual regresar, aun estando sola.

Al final termine trabajando en una casino, mi trabajo era entregar unas cartas de naipes en una mesa y ordenar los afiches de apuestas que ocupaban los jugadores.

Solo observado aprendí muchas cosas, el juego de póquer no era muy interesante, no había que ser muy listo para jugarlo, al menos no para mí, solo había que manipular muy bien las cartas, conocer todas las jugadas y conocer a tu contrincante solo con la mirada; de alguna manera sentía que yo podía hacer eso. Un día inesperadamente me quede viendo las cartas solo unos instantes, sin embargo…

-Así que te interesan las cartas, jovencita…- al escuchar que alguien me hablaba reaccione.

-No, no es eso, es solo que yo…disculpe, no quise distraerme, ahora mismo hare mi trabajo- me disculpe y me dispuse a regresar a mis actividades.

-No te preocupes, puedes hacer eso después…te reto una jugada, un pequeño partido de póquer.

-Disculpe, pero yo…

-No te disculpes y juega conmigo, un duelo es algo que un hombre nunca rechaza.

-Pero yo no soy un hombre…

-Pero sé que quieres jugar, ven anda, vamos.

De esa manera el jugador encargado del juego en el casino, me reto, como esperando querer ganarme, o quizá con eso seducirme, aunque eso nunca lo supe, ya que las cosas no terminaron como el quizá imagino.

Decidimos jugar un juego simple, tener una mano, descartar cartas, y mostrar nuestra jugada, de alguna forma, desde ese primer momento supe qué tipo de mano tenía mi oponente con solo mirar sus ojos, y sus gestos, el pidió mano descarto dos cartas y agarro dos más del mazo.

-Bien ya he hecho mi jugada, ahora haz la tuya…

Le escuche decir eso, pero no era realmente necesario, sabía que yo ganaría, hice lo mismo que él, como esperando algo, pero yo ya podía disfrutar de mi primera victoria…

-¿Por qué no hacemos esto más interesante?

-¿Cómo dice?- pregunte un poco sorrendida.

-Si, si yo gano tu haras lo que te pida y si yo pierdo yo hare cualquier cosa que me pidas ¿Qué te parece?- por un momento dude, ¿Qué podría querer?, lo mire y a fin de cuentas no me importo, sabía que él iba a perder.

-De acuerdo- no había duda en mi voz, y parece que eso lo hizo sonreír.

-Lo siento muchacha, pero no desviste aceptar la apuesta, ya que yo solo te pedí jugar, pero bueno tú decidiste ¿no?- mostro sus cartas luego de decirme aquello socarronamente.

-Me temo que no seré yo quien cumpla la sentencia de nuestra apuesta- la sonrisa en mis labios brillaba ante la estupefacción de su rostro: Su mano era un par, al parecer creyó que yo no tenía nada, pero vaya sorpresa, incluso yo no creí ganar con un simple trío.

-Pero eso no puede ser…

-¿Qué no puede ser?

-Nada, es decir, nada, te deje ganar para que vieras que este juego es divertido, ¿Qué te parece hacer un dos de tres con la misma apuesta?

-Acepto.

Y así comenzó todo, entre rondas que parecían interminables para ese hombre que no podía creer que perdía cada vez contra una simple novata, no solo gane a las dos de tres, sino que gane en todas y cada una de las partida, porque la cosa no termino en unas pocas rondas, en su afán de vencerme me reto en innumerables ocasiones, pero solo yo obtuve la victoria, jamás supe que tenía un don para la observación y mucho menos que sabia aplicar lo que aprendía, tal vez porque nunca lo había intentado hasta ahora.

-Me rindo, tú ganas.

-Recuerda nuestra apuesta.

-¿Quieres ascender no es así?

-Pero como…

-Yo también juego al póquer.

-Puede hacer algo por mí.

-Quédate con mi puesto.

-¿Qué?

-Después de que me has vencido no creo poder seguir, pensé que no había nadie que podía vencerme.

-Siempre existe alguien mejor que nosotros.

-Que valiosa lección he aprendido contigo, solo por eso me jubilare y dejare de seducir a jovencitas.

-Más vale que cumpla su promesa.

-¿Cómo te llamas?

-Nanoha, Takamachi Nanoha.

-Muy bien Takamachi-san desde mañana tendrás mi puesto.

Y así sin más se fue y yo comencé a trabajar en esto que parecía para lo que yo había nacido.

En aquel entonces yo solo tenía 19 años de edad, y con el paso del tiempo, muchos jugadores escucharon de mi, los más interesados, empresarios y dueños de casinos, que querían contratarme, siempre venia alguien ofreciéndome un mejor trabajo, más dinero y un lugar con mas lujo, mis jefes, siempre me suplicaban que no me fuera, y que harían lo que fuera porque yo no renunciara por algún nuevo empleo, pero yo sabía lo que quería para mi venganza, entre mas mejor, de vivir en un apartamento olvidado en el fin de mundo pase a vivir en los mejores hoteles de la ciudad, jugando entre las apuestas, ahí estaba mi lugar, realmente no me importaba donde yo vivía, solo quería obtener el poder para poder realizar mi venganza, no tenía otro motivo para vivir más que ese, no me importaba que tuviera que enfrentarme a una de las empresas más poderosas y multimillonaria del mundo, por eso, y solo por eso yo tenía que ganar siempre.

-Yuuno-kun, has venido por mi nuevamente- en el ultimo hotel en el que me encontraba trabajando había conocido a un hombre de mi edad, ojos verdes y cabello rubio opacado, no era muy atractivo, pero pasaba a comparación de otros.

-¿Acaso te he molestado Nanoha?- es el primero que se me acerca, al menos el no era como los otros, no tenia malas intenciones.

-Descuida Yuuno-kun- pero era muy flojo para mi gusto, necesitaba no solo a alguien con buenas intenciones, sino también que fuera decidido y con una mirada fuerte, después de cumplir mi venganza ya pensaría más en eso.

-¿Cómo te ha ido en el trabajo?- es atento siempre pregunta por mí.

-De maravilla.

-Eso es porque eres la mejor Nanoha, quizá después podrías aceptar jugar algo conmigo en lo que sí podría ganarte.

-¿Y eso que sería?

-Un partido de ajedrez.

-Pero eso es aburrido.

-No si le hayas el truco, podría fascinarte incluso como el póquer.

-¿En serio?

-Pero sería mejor que no te afanes, o no podría vencerte en "mi" propio juego como yo no puedo vencerte en el tuyo.

-Está bien, Yuuno-kun, ¿Me enseñaras?

-Claro, Nanoha- definitivamente era mi primer amigo en casi todo lo que llevo de vida, o desde que la perdí, al perder a mi familia.

Pasaron tres años, de mis 22, a mis 25, sabía que tomaría tiempo, comenzaba a impacientarme un poco, Yuuno-kun siempre estuvo a mi lado, en los mejores y peores momentos cuando me impacientaba, aun con todo lo que había hecho con todo lo que había ahorrado y que era muchísimo dinero sentía que no era suficiente, necesitaba más, hasta que por fin se me presento la oportunidad que tanto esperaba, fue en ese octubre un mes después de mi cumpleaños numero 25, sentí que subí el escalón mas alto y ahí podría tomar nuevas decisiones para obtener más poder; personalmente vinieron a invitarme, aquí a Japón, a una joven nacida en el pequeño pueblo de Uminari, hablaron personalmente conmigo en Tokio, para poder trabajar en la vegas, Estados Unidos, y por supuesto que no diría que no.

Me mude de casa, sabia un poco de inglés, aunque eso no era lo más importante, Yuuno-kun se vino conmigo, creo que está enamorado de mi, pero de alguna forma siento que necesito a alguien a mi lado y por ahora es el único que parece dispuesto a ayudarme, pero le he dejado muy claro que yo solo lo veo como amigo, a pesar de que siempre termine diciéndome "Algún día Nanoha, algún día", si quizá algún día él se enamore de otra persona.

Cuando llegue a trabajar por primera vez, los jugadores se rieron de mí, me tomaron a broma y yo también me reí, sabía que solo se estaban escupiendo en su misma cara, los apostadores estadounidenses fueron todo un reto tal vez porque no estaba acostumbrada a ese tipo de personas, no eran los únicos que estaban ahí había de diversos países, los mexicanos eran de las mejores manos, pero como siempre y tenía que ser, los vencía todos.

Cierto día el encargado de jefatura dijo algo que me llamo la atención, ya había dicho algo parecido de otras personas que visitaban el lugar, pero esta vez extrañamente llamo mi atención.

-La señorita Testarrosa una persona muy importante de oriente vendrá a visitar el casino de las vegas, así que trátenla lo mejor que puedan; Nanoha-san.

-Sí señor.

-Si es posible déjela ganar, no, definitivamente déjela ganar.

-Pero…

-Nada de peros, he escuchado que ella gusta del póquer y tenemos que hacerla sentir lo mejor posible.

-No puede ser como los otros…

-No hables así de las personas importantes que nos visitan, pero ya que lo dices, si te reta en serio, pero solo si te reta en serio, haz lo que quieras- y yo no pude evitar sonreír al escuchar eso.

Por supuesto que me retaría en serio, si es importante, así como los otros, el orgullo al que la sometería sería imposible resistir para ella, con un poco de suerte obtendría un poco mas de dinero, y así poder avanzar un poco más.

Y así fue, ese mismo día llego la tal Testarrosa, estuvo en muchos lugares según supe, y como siempre su última parada seria los juegos. La vi entrar, en realidad no fue algo que paso desapercibido por nadie, en secreto tuve curiosidad y la observe, como se divertía, como sonreía, era solo otro de esos ricos presunciosos, que tenían dinero y poder, al fin y al cabo ella se parecía mucho a las personas de las cuales quería vengarme, pero no era así, y no pensaba tomar odio contra todas las personas con parecidas cualidades, e solo que no podía evitar pensarlo.

La vi subir las escaleras, y caminar por el pasillo de la segunda planta, no sé qué haría ahí, mas juegos quizá, o hablar con otras personas de calaña, ¿Pero qué me pasa? Contrólate Nanoha, es Bannigs & Tsukimura, no Testarrosa… ¿Qué? No sé cuál es su nombre o si tendrá algún otro apellido, que importa, no es asunto mío.

Me olvide de todo eso tan extraño que de repente pensé, como algunas otras veces y solo me dedique a lo mío, tan distraída estaba que casi pierdo, pero recupere el control del juego rápidamente, maravilloso Pokarin como ningún otro, suerte que se permitió en este juego.

Estaba tan concentrada, que no percate de una cosa, aunque logre sentirla, solo pensé ignorarla, pero cuando me di cuenta de quién era la persona que no quitaba la vista de mí, no pude evitarme ponerme nerviosa y poco ansiosa, por qué se detenía a mirarme de repente, le habrían hablado de mi, o querrá ofrecerme un trabajo, como sea me siento alagada, ojala que fuera lo segundo, Me pregunto en qué momento se decidirá en venir a jugar.

Solo así me estuve esperando, que la susodicha invita del día se dignara a darme un juego, pero eso nunca sucedió ¿No se supone que era una amante del juego? Bueno no sé si tanto así pero, no comprendo cómo ha logrado no venir acá, acaso tendrá miedo de mí, enfrentarme, no la culpo, pero siento que me hace falta una presa grande para el día de hoy.

Lo último que recuerdo de ese día es que ella se movió alrededor de toda la sala y encontró el lugar perfecto, perfecto pero para observarme en mi mayor ángulo e imagino que para todo su esplendor y estuvo allí, sentada, solo quieta, observándome, sentía tan intensa su mirada sobre mí, y yo no podía pensar en algo que justificara aquello pero así sucedió, no solo ese día sino varios, parecía que había venido de vacaciones, que suerte la mía, creo que querrá comprarme o algo así; ¡Maldición! Acaso este será un divertido juego de ricos, creo que esta es la segunda persona que pasara a mi lista negra, ya ni jugar me distraía ni me divertía tanto, esa mirada era demasiado molesta.

Fue sino hasta el quinto día, que se digno por fin a dirigir una palabra para mi hermoso juego. Y al verla de cerca no pude evitar observar sus atribuciones, cuerpo bien formado, cabello rubio brillante, y unos penetrantes ojos rojizos con los que me ha estado fastidiando la semana.

-Hoy juego yo- por fin.

-¿Qué juego desea?

-El de tu preferencia- no me subestimes.

-¿Cuánto apuesta?

-El triple de lo que apueste la mesa- ¿Qué dijo? Incluso si tiene mucho dinero, los ricos son muy avaros para desperdiciar incluso un poco de dinero en estos absurdos juegos ¿Tramara algo? Además aquí solo hay personas con dinero, no será precisamente algo tan pequeño lo que apueste.

-Muy bien, ahora reparto- Igual yo ganare, después de todo soy la mejor.

To be continued…

Notas:

Les gusto, no les gusto, comenten igual.

Yo cumplo mis promesas, solo 1 rewiew y un nuevo Fic, totalmente diferente por cierto. No pude aguantar no publicarlo ahora, el anterior lo publique antes de ir a la u y este un poco noche despues de regresar. Max 2 cap, no mas.