Suzaku siempre parecía más molesto y triste cuando Luciano estaba acuartelado con ellos. El Caballero Número Tres ya había visto bastante de eso como para saber que su buen amigo necesitaba que lo animen. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con pastel y helado? Fue a despertarlo silenciosamente por la mañana, con un abrazo, bromeando. Quién diría que antes de darse cuenta al abrir los ojos, Suzaku murmuraría irritado entre dientes:
-Lord Bradley, le he dicho varias veces que por favor no…-Estaba preparado para descargarle un puñetazo en la cara a Gino, cuando se encontró con su cara sorprendida.