Pasan las horas y lo único que oye es su respiración acompasada. Todo está en silencio. No se levanta para no provocar ruido. Sus dos mejores amigos duermen tranquilamente a su lado. Tiene sueño pero no puede dormir; eso le provoca dolor de cabeza. Sabe que no les queda mucho tiempo. Hay muchas vidas en juego y él sigue sin saber qué hacer o cómo actuar. La gente espera de él que haga cosas grandes, sin embargo, no se considera un héroe en absoluto.
La imagen de Ginny aparece. Le viene a la mente su fragancia, ésa, en la cual se ha sumergido tantas veces. También recuerda su pelo, de color rojo fuego y sus labios. Labios que saben a juego, a pasión, a amor. La echa de menos. Lo oscuro y tranquilo del lugar le recuerdan su ausencia. Son noches largas, sin sentido, sin esperanza.
Finalmente, se rinde al sueño, mientras imagina que esa guerra sin sentido acaba y todos vuelven a estar juntos y felices. Él y Ginny tienen su segunda y merecida oportunidad, mientras que, tal vez, Ron y Hermione tienen la primera.
Entonces su sueño se vuelve difuso. Ahora sólo ve sombras negras y borrosas que lo aturden. Le hablan pero no le dicen nada. Se siente sólo y desprotegido. Agarra su varita lo más fuerte que puede, pero ésta, escapa entre sus dedos, como si fuera un montón de arena. Un rayo de color esmeralda le pasa rozando, obligándole así, a darse la vuelta. Y los ve. Su visión se vuelve cada vez más nítida. Ve a sus padres, a Sirius, a Lupin, la familia Weasley al completo, Hermione, Hagrid, el ejército de Dumbledore y un largo etcétera. Están todos muertos. Voldemort los ha matado. Ahora sólo quedan ellos dos. Está temblando, tiene miedo y grita de dolor.
- ¡Harry! ¡Harry por favor despierta!
La voz y los toques de Hermione lo sacan violentamente de la terrible escena. Ha amanecido. Los primeros rayos de sol entran por una de las ventanas. Aún puede sentir el miedo y la desesperación latiendo en todo su cuerpo. De nuevo, el pánico se apodera de él. No le importa su propia muerte, siempre y cuando, ninguno de sus seres queridos se quede en el camino. La agonía era tal, que a veces, no podía respirar.
- Nos tenías preocupados tío. ¿Con qué soñabas? Gritabas y te retorcías.
- Ya sabes, lo de siempre. Unos cuantos cadáveres, mortífagos y Voldemort.
Sus amigos intercambian una mirada y luego siguen a lo suyo. Estudian el mapa del ministerio de magia y memorizan los datos. Harry los observa. Sigue pensando que no deben seguir junto a él. Ya ha perdido suficientes cosas en la vida, pero sabe, que ninguno de los dos va a echarse atrás. "Estamos juntos en esto" es el lema de Hermione.
