¡Hola gente! Sé que no debería publicar esto mientras estoy liada con otro fic, pero mis razones están más abajo.
Disclaimer: CCS no me pertenece, les pertenece a las CLAMP. La canción tampoco es mía, es de The Pretty Reckless.
Summary: Ella, la típica nerd, nunca significó nada para nadie, hasta que una apuesta le obligó a él, el chico popular, a conocerla a fondo.
How To Flirt With Sakura Kinomoto
Capítulo 1: Miss Nothing
I'm miss autonomy, miss nowhere
I'm at the bottom of me
Miss androgyny, miss don't care
What I've done to me
I am misused, I don't wanna do
Be not your slave
Misguided, I mind it, I'm missin the train.
(Syaoran)
Caminaba con Eriol y Takashi por las callejuelas de Tomoeda, en dirección al instituto. Era noviembre, y el frío casi invernal le helaba los huesos a cualquiera que tuviera la desdicha de tener que salir de su casa. En este caso, yo.
Embutido en el abrigo del uniforme y la bufanda, el calor actual de mi cuerpo era ínfimo, y se escurría por las zonas que no estaban tapadas, como la cara o las manos. Desgraciadamente, me había dejado los guantes en casa, y respecto a la cara... no podía hacer gran cosa, a no ser que quisiera pegarme una torta en el medio de la calle.
Eriol y Takashi estaban en las mismas condiciones, pero supongo que yo lo notaba más porque en mi tierra natal, Hong Kong, no hacía tanto frío como en Japón. Ellos dos charlaban tranquilamente de no-sé-qué temas a los que yo no estaba prestando la más mínima atención.
–¡No me hagas tener que tirar de ti, Kero.! –gritó una voz femenina conocida.
Los tres nos giramos para ver a la causante del novedoso alboroto, para ver a Sakura Kinomoto y a Kerberos Mizuki.
–No te atreverías, Saku.
Kinomoto le miró con una cara reprobatoria al principio, que cambió a socarrona en un lapso de dos segundos, como mucho. Los ojos verdes le brillaban burlones; los labios, parcialmente cubiertos por una larga bufanda roja de lana, se le curvaban en una sonrisa arrogante. Si la mirabas bien, no parecía una nerd. Es decir, alta y esbelta, de cabello castaño claro, ojos verdes, bonita sonrisa, facciones cinceladas, cuerpo atlético... Esas características no entraban en la descripción que cualquier persona humana se hace de un nerd. Kinomoto, no tenía nada de nerd... si obviabas sus palabras largas, sus tonos gazmoños y su indiferencia hacia cualquier persona que no fuera Kero, Daidoji, Mihara, mi prima y Nakano. Era una especie de marginada en el instituto. No nos hablábamos prácticamente nada, a no ser que fuera un Buenos días muy cordial de su parte y una sonrisa ligera.
En cuanto a Kero...Él y yo habíamos sido amigos desde que lo recuerdo.
–¿Me estás retando, Kerberos Mizuki? –el aludido asintió y Kinomoto sacó una mano de sus bolsillos.
Kero tragó grueso y la miró horrorizado, esperando a que ella le hiciera algo. Alzó la mano y le cogió la oreja a Kero, y comenzó a arrastrarlo mientras daba grandes y rápidas zancadas. El chico comenzó a quejarse y ella a replicarle que era culpa suya y que iban a llegar tarde. Todo un espectáculo, que mis amigos y yo presenciábamos gratuitamente y extrañados al principio, para después arrancar a reír a la vez que los seguíamos.
El camino se hizo infinitamente más corto, y, cuando nos dimos cuenta, ya estábamos en la puerta del instituto.
Ella soltó a Kero y le sonrió. Él sólo le echó una mirada reprobatoria mientras se sobaba la oreja.
–Eso te pasa por retar a Daredevil, Ke-ro-rín. –aquello último lo dijo con tal rintintín que Kero enrojeció por completo y empezó a reprocharle cosas.
–¡No me gusta qu...! –su monólogo fue interrumpido por un gran ¡Sakuuuu...! que se oyó a lo lejos.
–¡'Zuka! ¡Feliz cumpleaños! –gritó ella de vuelta.
Las dos corrieron y se abrazaron mientras se oían ¡Gracias, gracias! de Nakano todo el rato. Cuando se separaron, Kinomoto empezó a hurgar en su mochila buscando algo. Tardó un par de minutos en encontrar lo que fuera que buscaba y lo sacó. Era un paquete cuadrado, envuelto en papel rosa y con un lazo del mismo color pero más oscuro. Se lo tendió a Azuka Nakano con una sonrisa tímida y la chica lo abrió a la velocidad de la luz tirando el papel al suelo pero conservando el lazo.
Cuando sacó el objeto del papel, Nakano soltó un gritidito de alegría.
–¡Saku, eres la mejor!
–Aish, que cosas dices, Azuka... –le respondió Kinomoto, haciendo aspavientos con la mano derecha para restarle importancia al asunto.
Kero empezó a preguntar "¿Qué es?¿Qué es?" y Nakano, con cara de resignación, nos enseñó el regalo. Un cd de My Chemical Romance, el nuevo, concretamente.
Entre tanto, Kero le felicitó a Nakano en un murmullo y ella le agradeció también murmurando.
–Oye, ¿y a mí no me das un abrazo? –le preguntó Kero.
Nakano rodó los ojos y se encogió de hombros, haciendo que Kinomoto se riera descaradamente delante de él, que fruncía el ceño.
Obvio que a mi amigo le gustaba ella desde hacía siglos y no se había confesado todavía.
Las dos chicas se alejaron hablando -prácticamente gritando- de nosotros mientras Takashi me miraba con una expresión que no supe definir hasta que habló:
–Bonito el pendiente nuevo Syaoran. –dijo, apuntando a mi oreja. El sábado anterior me había hecho el agujero y ahora llevaba un arete de madera. Le agradecí y le dije que no era para tanto.
El timbre sonó y nos despedimos para entrar a nuestras clases correspondientes, en mi caso –y también el de Eriol– Japonés.
Ugh, cómo lo odio.
And I don't know where I've been
And I don't know what I'm into
And I don't know what I've done to me
And as I watch you disappear into the ground
My one mistake was that I never let you down
So I'll waste my time, and I'll burn my mind
On miss nothing, miss everything
(Sakura)
Estábamos sentadas en la zona más alejada del patio, donde las populares no podrían molestarnos, porque, a pesar de llevar cuatro años en el instituto, no sabían que detrás de los árboles de cerezo había más recreo.
Comentábamos lo que haríamos la noche de la fiesta de final de curso. No ir, seguramente.
–¿Tú que harás, Saku? –me preguntó Tomoyo.
–No pienso ir, Tomoyo. –le respondí, cruzándome de brazos.– Que tu todavía tengas la esperanza de que Hiiraguizawa te invite no significa que los demás corramos la misma suerte.
Ella se sonrojó al instante. Y es que era bien sabido que Tomoyo besaba el suelo que Eriol Hiiraguizawa pisaba. Era comprensible, pues el chico era bastante guapo y llevaba a medio instituto detrás de él. El otro medio...las seguidoras de Li.
En cuanto a mí...no se podía decir que me gustara nadie del colegio. Es decir, sabía que había chicos muy guapos en el instituto, pero desde que había estado "enamorada" de Yukito a mis diez años...no había vuelto a sentir nada por nadie.
–El sábado que viene hay una feria en la escuela...podríamos ayudar. –dijo Chiharu.
–He oído que quien se apunte a ayudar se perderá un par de clases. –comentó Azuka
–¡Yo me apunto! –salté yo. Lo que fuera por saltarse clases.
Todas reímos. Al final del recreo acabamos hablando de chicos famosos, como siempre. Ese tema siempre acababa saliendo y siempre acabábamos discutiendo sobre quién era más guapo: Hyde o Gackt. Yo siempre votaba por Gackt, pero esa, entre nosotras, era una disputa inacabable.
Estábamos tan animadas hablando que el recreo se nos pasó volando y, cuando me digné a mirar mi reloj...ya era tarde. Recogimos las cosas y salimos prácticamente volando hacia la clase antes de que el señor Yanagawa –el profesor de Educación Física– nos friera por llegar tarde. De todos modos –y aunque no lo pareciera–, era un tipo bastante amable, sobretodo conmigo.
Nos sentamos en la clase una vez estábamos dentro con nuestra mejor cara de No he roto un plato en mi vida, esperando a que el profesor nos dijera que haríamos y poder bajar ya a los vestuarios, pero el sonido de los altavoces nos cortó el papel:
–Los estudiantes del instituto Seijo que bajen a animar al equipo femenino en el partido contra el instituto Fukunaga.
Algo hizo click! en mi cabeza.
–¡Olvidé que teníamos partido!
Salí corriendo como alma que lleva el demonio con Tomoyo y las chicas detrás. Nos metimos en el vestuario y nos cambiamos a toda prisa.
Después de una charla motivadora por parte del entrenador, nos pusimos todas las del equipo juntas y en círculo.
–¡Hay que darlo todo chicas!¡Si ganamos, estamos en los intercolegiales! –gritó Meiling, como buena capitana.
–¡Por los intercolegiales! –gritó todo el equipo.
Oh, esto va a ser bueno.
I'm miss fortune miss so soon
I'm like a bottle of pain
Miss matter you had her
now she's goin' away
I'm misused, misconstrued
I don't need to be saved
Miss slighted, I mind it
I'm stuck in the rain
(Syaoran)
Nos sentamos en las gradas los chicos y yo juntos, esperando a que las chicas del instituto salieran de los vestuarios y poder animar. El equipo se componía básicamente de las chicas que a nadie le caían bien, pero cuando jugaban, todo el mundo las vitoreaba. Y es que en el terreno de juego eran buenísimas.
Empezaron a calentar y a los pocos minutos se dio el pitido inicial.
Al cabo de quince minutos a lo menos, el partido se volvió más intenso y las del instituto no les daban respiro a las otras, que prácticamente estaban metidas atrás en su campo.
Vi a Meiling hacer un pase muy largo que Kinomoto interceptó. Estaba rodeada por cuatro defensas, pero se revolvió y se deshizo de ellas a una velocidad sorprendente. Corrió en sprint hasta la portería y chutó, hundiendo la pelota en la red justo en la escuadra.
Todas las del equipo corrieron a abrazarla, mientras el público le vitoreaba. Kero –que estaba a mi lado– se levantó y empezó a animarla, haciendo que ella encarara al público y le lanzara un beso.
Diez minutos después, hubo una falta muy fea y peligrosa que Kinomoto iba a lanzar. Dejó el balón en el suelo, miró para conseguir una buena perspectiva y retrocedió un par de pasos hacia atrás.
El árbitro pitó y la chica chutó muy fuerte, marcando el segundo tanto para el equipo.
Se tiraron todas sobre ella, saltando.
El partido se mantuvo así hasta el final de la primera mitad, en que las chicas marcharon hacia los vestuarios. Pocos minutos después, algunas salieron y Kinomoto se sentó al lado de Kero, sonriendo.
–¿Qué, cómo lo veis? –nos preguntó, poniéndole una mano en el hombro a Kero; el brillo del esmalte negro con purpurina de sus uñas deslumbrándome al reflejar el sol.
–Bien, bien, pero... –dijo Kero.– ¿por qué tan contentas?
Ella se rió. –Si no nos remontan ahora, estamos en los intecolegiales, pequeño saltamontes.
–Oh...
El entrenador la llamó y se fue corriendo.
–Bue, ya me felicitarás cuando acabe el partido, ¿eh? –dijo antes de irse. Kero solo se rió mientras negaba con la cabeza.
De pronto, sentí unas manos en mis hombros y una lengua rozando mi oreja izquierda. Me giré y vi a Min, una de las chicas con las que yo había salido antes. Me dedicó una sonrisa coqueta y yo sólo enarqué una ceja, contando las veces que le había dicho ya que no quería nada con ella...cosa que no parecía entender.
Se fue moviendo las caderas como si así pudiera captar algo más mi atención, gesto que sólo consiguió que yo hiciera una mueca de asco y desaprobación en ese mismo instante.
–¿Conque ahora te dedicas a Min, no? –preguntó Takashi. Quise negar...pero Eriol fue más rápido.
–Claro, Tak, Syaoran es primo mío, podría conquistar a quien quisiera. –¿había dicho ya que Eriol es mi primo?
–A quien quisiera... –dijo Kero, con una sonrisa retadora y los dedos sobándose la barbilla. –Te reto a que no conquistas a Saku.
–¿Sakura? –él asintió.– ¿Kinomoto? –él volvió a asentir.– ¿Pero no es tu mejor amiga?
–Precisamente por eso, Syaoran. Ya es hora de que encuentre un novio.
Humm...¿Era yo o me estaban usando como herramienta?
–Además...si no lo hicieras sería una ofensa para tu orgullo, ¿no? –preguntó él.
Touché. Si había algo por lo que hacerlo, eso era el orgullo, que a mí, me sobraba.
–De acuerdo. –le tendí la mano, aceptando su propuesta, y él la tomó, sellando el pacto.
No vi el resto del partido, porque tenía la cabeza en otros lares.
Concretamente en: cómo conquistar a Sakura Kinomoto.
And I don't know where I am
And I don't know what I'm into
And I don't know what I've done to me
And as I watch you disappear into the ground
My one mistake was that I never let you down
So I'll waste my time, and I'll burn my mind
On miss nothing, miss everything
Miss stealing, Miss everything
(Sakura)
El partido había acabado 4-1 a nuestro favor. Yo había marcado tres goles y Tomoyo uno.
Caminábamos hacia los vestuarios cantando y bailando, cual niñas pequeñas. Íbamos tan felices que ni siquiera la más horrorosa de las noticias podría estropeárnoslo.
–Breath in breath out ha ha. Breath in breath out ha ha. –pegando el grito al cielo, –y sonando, seguramente, fatal– cerramos la puerta y nos comenzamos a desnudar para ducharnos.
Ya en las duchas, el ánimo no decayó, sino que todo el equipo se puso a corear a Los Beatles y su famoso All You Need Is Love. Cualquiera que nos viera en ese momento, podría haber jurado que estábamos locas de remate. Cosa que no se alejaba demasiado de la realidad...
Vestida con lo más rebuscado que tenía en mi armario –gracias, Tomoyo, de verdad que te quiero– salí del vestuario la primera y me senté con mucha dificultad justo al lado de la puerta, a esperar a las otras locas.
–¡Hombre, la estrella del partido se digna a salir! –me saludo Kero, sentándose justo a mi lado y pasándome un brazo por la cintura. Extrañamente, Li también se sentó a mi lado, sonriéndome de una manera que no acabó de gustarme...¿vi astucia o hambre, dentro de esa sonrisa?
La voz de Kero me sacó de mis pensamientos.
–¿Cómo están los ánimos allí dentro? –preguntó, divertido.
–Digno de psiquiatra. –le dije, mientras me reía.
–¿Y cómo lo vais a celebrar? –preguntó esta vez Li. ¿Cuándo fue la última vez que me mantuvo la mirada mientras me hablaba más de dos segundos? Quizás debería revisarme la vista...porque esto era totalmente nuevo e irreal.
–No sé, la verdad...Las locas decían de ir a una discoteca para celebrar el pase del equipo y el cumpleaños de Azuka...pero de verdad no sé en que han quedado al final. –repuse yo.
–¿Podremos ir? –preguntó él. Yo simplemente enarqué una ceja, confusa. ¿De qué iba todo esto?
Después de meditarlo un poco, simplemente me encogí de hombros...qué más daba.
–.–
La discoteca estaba abarrotada. Las chicas, Kero y yo estábamos bailando todos juntos. La canción acabó y yo sentí que una mano se posó en mi hombro. Di un saltito de impresión, y me giré a ver quién me llamaba. Automáticamente vi a Li, y me llevé una agradable visión de mi compañero de clases (no se podía decir que éramos amigos cuando no era cierto). Llevaba una camiseta verde pegada al cuerpo y unos tejanos oscuros. Las deportivas negras acababan el conjunto.
–¿Podría bailar contigo? –la pregunta me dejó patidifusa y congelada en mi sitio. Asentí mientras los colores se me subían al rostro y de repente sentí que me halaban hacia el centro de la pista de baile.
Nos paramos en un lugar cercano al centro, porque la gente no nos dejaba avanzar más. Li me miró a los ojos y me agarró de la cintura, empujándome contra su propio cuerpo. Yo no tuve más opción que pasarle los brazos alrededor de los hombros, si quería bailar.
Durante el rato que bailamos juntos, tuve la extraña sensación de que no sería la última vez que bailaba con Li.
And as I watch you disappear into my head
Well, there's a man who's telling me I might be dead
So I'll waste my time, and I'll burn my mind
So I'll waste my time, and I'll burn my mind
On Miss Nothing, Miss Everything!
N/A: ¡Gente, hola! Aquí estoy de nuevo. Ya sé que querrán freírme por no publicar el otro fic...pero mi suerte no me quiere y tengo que volver a empezar el capítulo por unos...problemas técnicos con el ordenador. Así que para compensarlos, subo este fic que ya tenía empezado hace un tiempo. Como siempre digo, no se corten y comenten lo que quieran.
Canción: Miss Nothing
Intérprete: The Pretty Reckless
Album: Light Me Up.
¡Nos leemos!
