Disclaimer: Naruto no me pertenece. Marca Registrada de Masashi Kishimoto.
Comentarios al final. ¡Disfruten su lectura!
-.-Kiss-.-
"No logro entender porque Naruto tiene vergüenza de besar a Hinata. Lo escucho quejarse de lo mismo cada vez que llega a mi oficina. ¿Qué tiene de extraño? Además, la aldea entera vio el beso que compartieron en la luna. Logré obtener la escena completa en mi grabadora. Tal vez deba presentarlo en una proyección"
Kakashi Hatake
-.-.-.-.-.-.-.-
Cerró el libro antes de seguir leyendo.
Tomó ambas mejillas entre las manos al sentirlas muy calientes. Pestañeó varias veces ante el objeto de color rosado que casi cayó al suelo por el intempestivo movimiento, pero no podía seguir leyendo. Nunca pensó que tan vistosa portada de corazones y de descripción romántica entre los personajes, podría contener material tan explícito sobre una relación. Se preguntó varias veces si cometió algún error al escoger aquel tipo de lectura.
La sangre una vez más se acumuló en sus mejillas, justamente cuando pensó que sus antiguos desmayos, habían quedado en el olvido. Tal vez, hubiera preguntado más acerca de lo que compraba antes de llevárselo a casa. No pensó que algo tan inofensivo, fuera a generar un sonrojo pronunciado en su rostro. ¿Qué habría pensado la responsable de la tienda al verla llevar ese libro? ¡Qué vergüenza!
Respiró varias veces para tratar de calmarse. Ella tuvo los mejores pensamientos cuando vio la portada, y cualquier malinterpretación de otro tipo, quedaba fuera de foco. Debía recordar su verdadero objetivo. Así que con una mirada segura y sin nada que la detuviera, dejó sus mejillas tranquilas, tomó el libro entre sus manos, y lo abrió de manera aleatoria en cualquier página. ¡Debía seguir leyendo!
'Sus labios se encontraron por segunda vez. El tímido y pausado contacto quedó en el olvido. No quedaba espacio para la vacilación en ambos corazones. Los sentimientos compartidos eran cada vez más fuertes, y la única forma de conectarlos por completo, residía en ese baile de pasión y desenfreno. El libido crecía en ambos cuerpos…'
Nuevamente el libro quedó tambaleante en el filo de la cama. ¡No podía!
Abrió la boca varias veces para controlar el aire que entraba y salía de sus pulmones. Leyó aquel párrafo sin hacer pausa y conteniendo la respiración, así que sería un logro sobrehumano si terminaba de leer las demás hojas. Ya no sólo se trataba de un pasatiempo nuevo, sino de algo más serio, que merecía toda su atención. El objetivo estaba muy claro en su mente: volverse la mejor novia para Naruto-kun.
Nunca olvidaría que muchos años estuvo en espera que su amor sea correspondido. Tuvo la paciencia necesaria para que aquellos sentimientos, que residieron en las sombras de su alma, brillaran por primera vez sólo hace unas semanas atrás. Era como un sueño hecho realidad. Ahora ya no veía a Naruto-kun caminando por delante, ahora ella estaba a su lado. Eso le hacía muy feliz.
Tal vez un par de páginas, no le haría daño.
—Buenos días. ¡Onee-sama!
—¡Hanabi!
Se sorprendió al ver como su hermana entró muy sonriente por la puerta de su habitación. Iba a levantarse tranquilamente para saludarla, como todas las mañanas, pero se detuvo al recordar la actividad que hacía antes que la interrumpiera. El libro con portada llamativa estaba en el filo de la cama, a vista y paciencia de cualquiera que pasara específicamente por ese lugar. En pocas palabras, estaba a merced de su hermana menor, que después de entrar, fijó la vista inmediatamente en el mismo lugar.
—¿Qué es? —preguntó animada Hanabi, al acercarse.
Hinata inmediatamente se abalanzó sobre el libro para evitar cualquier interrogatorio por parte de su hermana. Era ya muy vergonzoso saber qué en su casa, de costumbres sumamente tradicionales, existiera tal objeto. Si saliera tal información fuera de esas cuatro paredes, podía anunciarse muerta.
—¿Por qué lo escondes? —añadió de manera sospechosa.
—Estoy… ordenando —respondió ligeramente nerviosa al proteger el libro contra su pecho.
—Pero si yo veo todo muy ordenado —contrastó—, ¿segura que no lo escondes de mí? —Revisó los rincones de la limpia habitación con la vista.
—C-Claro que no. Es sólo material de estudio.
—Ohh. ¿Con dos corazones de imagen principal?
—¿L-Lo viste? —inquirió sincera al esfumársele las esperanzas que nadie se enterara.
—¡Yum! —rió divertida—. Estás muy enamorada de Naruto-baka ¿cierto?
—Deja de llamarlo así.
—Entonces… cuéntame lo que te hizo comprar ese libro.
Hinata se sintió incómoda por la risa de Hanabi. Parecía de lo más tranquila al tomar asiento en su cama de un rebote, seguramente muy emocionada que le cuente cualquier información con respecto a su relación con Naruto. Aún no lograba comprender como podía insultarlo en un momento, y después preguntarle cómo la pasaban en alguna de sus normales citas por la aldea. Era una actitud muy contradictoria.
En un suspiro, dejó el libro cerca del velador, y se sentó al lado de su hermana. Aún ambas vestían la yukata que usaban a diario para dormir.
—¿Hoy tendrán una cita?
—¡Hanabi! ¿Qué fue lo que te dije de escuchar conversaciones ajenas? —espetó en una mirada recelosa.
—Sólo pasaba por ahí —expresó confiada al activar su Byakugan por unos segundos, y después volvió a la normalidad—. Así que no puedes engañarme. ¿A qué hora será?
—Siempre te sales con la tuya. —Sonrió divertida y puso la mano sobre la cabeza de Hanabi.
—Ya no soy una niña —alegó rápidamente al alejar la mano.
—No lo creo.
—¡Hum! Puedo entender muchas cosas, incluso mejor que un adulto —gruñó orgullosa al cruzarse de brazos.
Contuvo las ganas de reírse por su comentario. Sabía que hasta cierto punto era cierto, ya que habían crecido juntas y la manera que se esforzaba cada día, era admirable. Sin embargo, le daba vergüenza contar cualquier información acerca de... su relación. Seguía pareciéndole un sueño.
—Entonces…
—Sólo diré que será en el almuerzo —respondió Hinata al ladear la cabeza—. Y para evitar el comentario, si tiene como pagar.
—No dije nada —se defendió con inocencia.
—Bueno, ¿eso era lo que querías saber?
—Yo tenía una pregunta más… —Comenzó en una voz muy baja, y colocando una mano en el contorno de su boca, como si le dijera algún secreto—. ¿Ya se han besado varias veces?
—¿Q-Qué? —Se sonrojó al instante que escuchó semejante pregunta.
—¿Eso es sí o un no?
—A qué viene esa…
—Creo que todos vimos el beso desde la luna —añadió Hanabi al mover la palma de la mano para continuar hablando—. Aunque no sería extraño de Naruto-baka, que es más lento que una tortuga.
Sintió sus mejillas arder cada vez más a causa de la pregunta que la tomó desprevenida. Su cabeza comenzaría a dar vueltas en cualquier momento por los no tan oportunos comentarios de su hermana menor. Aquel detalle del beso estaba muy presente en su mente… todos vieron el beso que compartió con Naruto-kun desde lo más alto del cielo, con la luna radiante sobre sus figuras.
El momento romántico que toda la aldea vio en primera fila.
Un escalofrío viajó por todo su cuerpo, y se formó un nudo en su estómago al no saber que responder. Sin embargo, la salvación fue el sonido de la puerta que se dejó escuchar en ese instante de profundo silencio. Su atención se centró en la persona del otro lado que abrió la puerta lentamente. Una mujer del clan Hyuuga anunció su presencia.
—¿Q-Quién es?
—Hinata-sama. Hanabi-sama. Buenos Días.
—¡Buenos días! —dijo en voz alta y una sonrisa nerviosa—. ¿Sucede algo?
—Para anunciarle que su padre la espera para desayunar.
Ambas hermanas se miraron sin pestañear. El peor pecado que podían cometer en casa, era hacer esperar a su padre. Con un color azul pintado en sus rostros, contestaron que irían inmediatamente.
—Perdí la noción del tiempo.
Hinata se levantó de la cama en un salto y se dirigió hacia el closet. Necesitaba escoger que ponerse para el día de hoy.
—Onee-sama —llamó Hanabi que corrió hacia la puerta, dispuesta a salir—. Aún tenemos una conversación pendiente.
—No hay tiempo para eso.
—Claro que sí. Nos vemos después.
Movió su cabeza de forma negativa al verla salir rápidamente. No lograba comprender del todo la situación. Su hermana parecía muy entusiasmada en saber detalles acerca de su nueva relación con Naruto-kun, pero le daba cierta vergüenza contarle algunas cosas, sobretodo con el cuestionamiento anterior.
'¿Ya se han besado varias veces?'
¿Qué podía responder? Hasta ahora las citas con Naruto-kun fueron muy normales, y se sentía muy feliz por tenerlo a su lado por varias horas, excepto los días que tenían misiones. Sin embargo, si pensaba acerca de alguna respuesta a la interrogante, le gustaría que no sólo fueran besos esporádicos, sino algo más…
Se sonrojó ante el sólo pensamiento de que sucediera algo así.
¡Tenía que devolver ese libro!
.-.-.-.-.-.-.
Alzó la cabeza hacia el cielo y sintió los rayos del sol en su rostro. Sonrió por unos segundos y continuó su camino por la zona de comercio que se abría a su paso. Era una hora muy conveniente porque tenía hambre y deseaba pasar más tiempo con su novia, sobretodo después de varios días en misiones fuera de Konoha. El camino, que a estas horas se volvía muy concurrido, lo llevaría al lugar donde se encontraría con Hinata. Sonaba tan extraño al mencionarlo mentalmente, y muy distante cuando lo decía en voz alta, pero le gustaba esa frase.
¡Naruto Uzumaki tenía novia!
Era increíble pensar que Hinata mantuvo sus sentimientos intactos por él tantos años, para que haya sido tan lento de darse cuenta de ellos, sólo cuando estuvo a punto de perderla. Aunque todo sucedió en medio de una situación adversa en la batalla con Toneri, él quería hacer lo posible por resarcir el tiempo perdido. No le importaba si la luna se caía de nuevo, esta vez haría muy feliz a Hinata.
Entonces, recordó la luna que seguía en el mismo lugar, opacado por los rayos del sol. Había una relación extremadamente cercana entre aquel cuerpo celeste y el beso que compartió con Hinata en esa ocasión. Un beso que hasta los integrantes de las aldeas más cercanas vieron. Él no era de deprimirse fácilmente, pero se preguntaba miles de veces: ¿Por qué no era capaz de hacerlo nuevamente?
Oh sí. Naruto tenía un problema, y debía arreglarlo de una vez por todas. ¡Esta misma tarde!
—¡Hey Naruto!
Volteó hacia varios lados al escuchar una voz femenina que llamó su nombre. La muchacha de larga cabellera rubia le hizo un saludo con la mano. Vestía un delantal rosa dentro de su tienda de flores. En una sonrisa, se acercó donde se encontraba su amiga.
—Ino.
—Ya pasas sin saludar —dijo al cruzarse de brazos.
—Lo siento, no te vi —se disculpó en una mueca nerviosa.
—Me di cuenta —comentó—. Es raro verte pensativo.
—¿Eh? ¿Estás queriéndome decir algo? —preguntó en un puchero de molestia.
—Dejémoslo así —rió—. Entonces…
—Voy a una cita —agregó sonriente—, con Hinata.
—¡Obvio! Creo que a todos nos quedó claro —dijo suspicaz al reírse por lo bajo—. Después de años de espera, ya era hora.
—¿Por qué todos dicen lo mismo? —Su aura se volvió depresiva—. ¡Haré muy feliz a Hinata aunque lo dudes-ttebayo!
Ino sonrió ante el comentario tan determinante de su compañero. Por muy pensativo que lo hubiera visto hace algunos minutos, nunca perdería el ánimo que lo caracterizaba.
—Muy bien. Para que veas que soy buena amiga, te dejaré escoger flores para Hinata.
—¡¿En serio?!
—Claro. Las que quieras.
—¡Gracias! Esto es mucho mejor que los libros de Sai —comentó en voz baja sin darse cuenta mientras miraba pensativo las flores.
—Mmm Naruto. ¿Lo ves seguido?
—En algunas ocasiones. Está ocupado con el ANBU.
—Ah. Bueno, no importa. —Desvió la mirada—. ¿Necesitas ayuda?
—Son éstas. Estoy seguro.
—¿Tan rápido? —Se sorprendió al verlo apuntar hacia una cubeta—. "Puedes tomar tu tiempo y pensarlo mejor.
—¡Éstas son suficientes-ttebayo!
Apuntó exactamente hacía una cubeta que llevaba flores de diferentes colores. Aunque eran sólo tres en medio de muchas otras, a su parecer eran perfectas. El color entre blanco y perla le daban una armonía de belleza que no pudo ignorar. Gotas de rocío navegaban por los pétalos y se perdían entre el matizado morado que se perdía en la profundidad de la flor. Debía llevárselas.
—¿Lilis?
—Me llevaré las últimas que quedan. ¿Estará bien? —preguntó al sacarlas de la cubeta.
—¿Es por alguna razón en especial?
—Me hizo recordar a ella.
—Oh. Entiendo —asintió en una media sonrisa—. Son tuyas.
—¡Gracias Ino!
—Llévalas antes que se haga más tarde.
—Gracias nuevamente. Nos vemos después.
Cogió fuertemente las tres flores entre sus manos, y salió apresuradamente de la tienda Yamanaka. Debía seguir con su camino para no hacer esperar a Hinata. Se había tomado su tiempo hablando con Ino, y aunque logró obtener un buen presente, no quería llegar tarde a su cita. Así que en lugar de correr por las calles abarrotadas de personas, decidió saltar y correr entre los techos de las viviendas. Estaba muy entusiasta en encontrarse con ella.
En un último salto, llegó hacia un claro que se abría entre los árboles de una de las calles. En su descenso, vio la caballera larga y azul oscuro de Hinata. Se mecía de un lado a otro por la brisa del viento, seguramente caminaba hacia el lugar de encuentro. No esperaba encontrársela en el camino, pero le aligeraba mucho que estuviera ahí.
—¡Hinata!
Su nombre salió en un grito ni bien piso tierra firme. Logró identificar su rostro de sorpresa al verlo, literalmente, caer de cielo. Su sonrisa se volvió más grande, un calor característico no dejó de nacer en su pecho. Aquello sólo sucedía cuando la veía.
—Naruto-kun.
—Creo que nos adelantamos.
—Estaba por llegar —respondió también sonriente.
—Me encontré con Ino de camino para acá.
—¿Por las… flores? —cuestionó en voz baja, más para ella, al identificar la flores que llevaba en una de sus manos.
—Casi lo olvido. Son para ti-ttebayo.
Le extendió el pequeño ramo. Notó ese sonrojo llamativo en sus blancas mejillas, aquel brillo en sus ojos al tenerlas en contacto con sus manos.
—Naruto-kun. Son muy bonitas.
—Espera. Creo que una de ellas se verá mejor así.
Olvidó por completo la distancia. Se acercó a una de las flores, y cortó un pedazo del tallo para hacerla más corta. Lentamente separó el cabello azulado, se abrió espacio entre el largo mechón que pasaba por su hombro. Era como si la flor perteneciera a ese lugar.
—S-Son Lilies muy bonitas —tartamudeó en un intento por decir la frase completa sin desmayarse, todavía ni comenzaba la cita.
—Quedó bien —asintió.
—G-Gracias
Un silencio sepulcral se formó en el ambiente. No se habían movido, ni separado uno del otro. Hinata parecía soñar despierta al llevar la yema de los dedos hacia los delicados pétalos blancos. Una vez más podría pensar que se trataba de un sueño, pero la voz masculina, fue la primera en romper el hermetismo.
—Hinata.
—¿Qué sucede? —preguntó nerviosa por la seria voz.
—Antes que empecemos con la cita, tengo algo que decirte.
Colocó las manos sobre sus hombros. La sintió tensarse nerviosa a causa de su pedido tan serio. Aunque no era su intención asustarla, no sabía cómo comenzar. Era algo que tenía atorado en su mente, y debía compartirlo con ella. Así que acabando con los preámbulos y con un calor inesperado por sus mejillas, comenzó con su retahíla de palabras que confundirían a cualquiera.
—Ese día de la batalla con Toneri, te dije que te amaba y aunque después aceptaste ser mi novia, no puedo perdonarme el hecho que, te besé en frente de todos. ¡En la misma luna-ttebayo! Hasta ahora no puedo dejar de pensar en que hice algo irresponsable. Ni Shikamaru me detuvo por chocar contra el techo de la cueva. Me dejé llevar por el momento y no pensé.
—Naruto-kun.
—No tienes por qué decir algo, fue apresurado de mi parte besarte sin preguntarte —interrumpió en un ataque de pánico al moverla por los hombros. Cambios de personalidad muy conocido por él—. ¡Y seguro fue tu primer beso! ¡Soy un idiota!
—Pero, es que…
—Nada de lo que tengas que decir puede justificarme, y…
—¡Yo también quise!
La voz delgada de Hinata hizo eco en medio de la calle vacía. Naruto volvió a su estado normal y con los ojos bien abiertos por la interrupción. Todo su discurso de culpabilidad se fue abajo por las palabras Hinata que parecía desmentir lo que siempre pensó acerca de ese beso. Fue algo muy inesperado para ambos, pero que encerró muchos sentimientos en ese momento de confesión. Entonces, ¿siempre estuvo de acuerdo?
—Yo también… aunque no lo dije por la situación. Fue... muy mágico, y en realidad, si quise que… me besaras —explicó completamente nerviosa.
—¿No estás molesta? —Sus ojos se iluminaron al sentir aquella esperanza.
—No. Yo… aún quiero más.
—¡¿Q-Que?! —exclamó al caérsele la mandíbula unos centímetros.
—¡No sé qué decir!
Antes que ocurriera una tragedia y se desmayara a causa de sus palabras, deshizo el agarre de sus hombros y la atrajo hacia él en un abrazo. Fue un movimiento lento que no pudo resistir. Sintió el cálido aroma de su cabello, que se mimetizaba a la perfección con la flor que seguía sujeta al mechón. La escuchó suspirar y relajarse entre ambos brazos.
—Está bien. Creo comprender —expresó en una risa.
—No te burles —susurró.
—Hinata —llamó en un momento que separó su rostro unos centímetros, lo suficiente para verla—. ¿Puedo?
—S-Sí —asintió tímidamente.
Olvidó por completo las anteriores disculpas o palabras fuera de lugar, y se concentró en lo que verdaderamente importaba. Besarla. Aunque lo hizo algunas veces más después del incidente con Toneri, no era lo mismo. Sentía ese calor de su boca junto a la suya. Ambos labios se movían en un ritmo acompasado, que subía cada vez más de intensidad con los segundos. Llegó a sus oídos ese suspiro que murió en su garganta, y lo hizo apretar su brazo en su cintura, mucho más fuerte que antes.
No tenía la menor idea que pudieran complementarse de esa manera.
No obstante, el peculiar sonido de un artefacto, junto al movimiento de unos arbustos, los alertaron de inmediato.
—¿Escuchaste algo? —preguntó Naruto al volver la mirada a ambos lados.
—Fue por… ¡Hokage-sama!
La primera en alertarse fue Hinata. Su vista chocó con la de Kakashi que se encontraba de cuclillas en la rama del árbol más cercano a ellos. No era normal que estuviera por ahí en medio de sus labores, y mucho menos era normal que tuviera una cámara de fotos en sus manos. Con él, cualquier cosa podía pasar.
—Ese creo que soy yo. —Se señaló en una actitud calmada.
—¡¿Qué hace ahí-ttebayo?! —exclamó impaciente.
—Tomaba aire.
—¡¿Justo aquí?! ¡¿Qué rayos hace con una cámara de fotos?!
—Disfrutando el paisaje.
—¡No me tome el pelo! —dijo alterado al saltarle una vena en la frente. Estaba listo para hacer su 'bunshin no jutsu' y hacer que bajara del árbol.
—Calma Naruto. Ya me iba —comentó sonriente—. Se ven muy bien chicos. Así que ahora debo trabajar en una proyección.
—¿De qué está hablando?!
—Adiós.
—¡Vuelva aquí!
El Hokage hizo una despedida con su mano y desapareció en una estela de humo. Los dos muchachos se quedaron estáticos en su sitio, sin comprender ni una palabra de lo que dijo. Naruto fue el primero en perder la paciencia por la situación, y peor aún al recordar que Kakashi-sensei tenía una cámara de fotos. Justo en el preciso instante que besaba a Hinata.
¡No quería pensar que esa sería su proyección!
—Naruto-kun, ¿a qué se refería? —intervino escéptica al pensar que escuchó mal.
—No lo sé, pero no creo que nada bueno.
—Tenía una…
—Debe estar en su oficina. Cualquier cosa que planee, nos pondrá en una mala situación —interrumpió al extenderle la mano—. Vamos, Hinata.
—Sí.
En un asentimiento de su parte, tomó su mano y se la llevo de camino a la oficina principal. Debían llegar rápido y evitar alguna tragedia que tuviera entre manos el Hokage.
¡Kakashi-sensei le debía una recompensa por malograr su cita!
-Fin-
N/A: Es la primera vez que escribo de ellos. Me parecen una pareja sumamente adorable. ¡Espero que les haya gustado! :D hice lo posible por mantenerlos en el personaje, y darle sentido al objetivo de la historia. Un beso que seguramente muchos vieron en la película, pero le quise dar otra interpretación.
Así que, doy inicio a la primera parte de mi proyecto de oneshots, que en total serán 13 por cuestiones personales de planificación :P. Cada una será de una temática diferente y tendrá un fin por capítulo, para así facilitar su lectura independiente. Esto recién comienza XD.
Próximo Oneshot: 'Drunk'
¡Gracias por leer!
