1.- Se termino.
Esquivo a duras penas el viento cortante, pero los golpes que ya había recibido, eran demasiados, estaba cansada, ensangrentada, y el odio y la ira llenaban su ser, además de la tristeza y decepción, por aquel hombre al que había amado por mucho tiempo, pero por el cual ahora sentía un profundo rencor.
-Inuyasha…desgraciado…pagaras por lo que me has hecho… ¡Juro que lo pagaras! – grito al final antes de salir corriendo hacia el bosque, mientras una lagrima descendía de su rostro, y se juro a si misma, no volver a derramar una lagrima por ninguna persona, sin importar quien sea.
Se alejo corriendo a todo lo que sus piernas le daban de la aldea de Musashi, del pozo devora-huesos, he incluso del Goshimboku, no quería estar cerca de nada que le recordara a ese maldito, el le había prometido protegería siempre, ¡¿Y que es lo que hizo?!, tratar de MATARLA, y ella que había sacrificado todo por el, ¡¿Y como se lo pagaba?!, largándose con esa zorra mal parida, pero esta no se quedaría así, ese imbécil de Inuyasha, se las iba a pagar, TODAS y cada una de las que le hizo, y no se tentaría el corazón para nada, así como el no se lo había tentado para intentar asesinarla.
-Te juro…que te arrepentirás por lo que as echo…te lo juro – dijo mordaz al detenerse en un lago y mirar su reflejo, y ver en su cuello del lado derecho una luna creciente de color violeta que brillaba con luz propia, esa marca que la hacia zulla y a el de ella.
Con odio saco una cuchilla purificada de su traje de miko, y con gran furia la enterró en su piel debajo de ella, y la fue arrastrando por debajo de la piel donde se encontraba la marca, llorando por el dolor y ardor de la herida que se estaba provocando ella misma.
Final mente, el pedazo de piel con la luna ella, cayo ensangrentada al pasto, y dejo de brillar, y su unió con el medio demonio perro se rompió.
Ella reviso su vientre del lado derecho y la luna con le estrella que brillaban en ese lugar desaparecieron de su cuerpo, junto con el olor del hanyou, ya nada la unía a el.
Poso su mano izquierda en la herida, y concentro su poder de sanación en ese lugar, una luz rosada la envolvió seguida de un destello blanco, y cuando retiro su mano, la piel se había regenerado, pero esta vez sin la marca de pertenencia.
Ahora, ella ya no era mas la señora. Kagome Taisho, Sino Kagome Takeda.
Había renunciado a su familia y a su tiempo para estar con el, había soportado demasiado a su lado, pero esta traición no la iba a dejar pasar, ya no mas.
El la había cambiado, de esa mujer dulce y cariñosa, a la mujer dura y sin sentimientos en la que seria,…de ahora en adelante.
