Hola! Bienvenidos/as a esta nueva historia, llena de drama aventura y romance. Para empezar quiero decir (lo obvio) Los personajes de Harry Potter no me pertenecen a mi, sino a JK Rowling. La historia corre en un universo paralelo a lo que Rowling escribió, muchos de los personajes son los mismos.
También Remus Lupin en mi historia (y en mi imaginación cuando me leí los libros) no es versión película. No hay nada malo con David Thewlis, pero el no es Lupin para mi. En mis historias yo me imagino que Remus/Sirius/James y Lily tenían alrededor de 20 años cuando Harry nació, eso los pone a los alrededor de los 37-40 años cuando Harry esta en 7mo. Si están curiosas mi versión de Remus Lupin se ve mucho mas como Jeremy Renner.
Besos!
1-El Encuentro
Una respiración cálida y amenazante golpeaba contra mi cuello y por mas que apresurara el paso, estaba siendo asechada, por animales, por criaturas, mis ojos estaban empañados con lagrimas de terror y mi respiración la escuchaba por encima de mi carrera en aquel oscuro lugar, en aquel horrible bosque que en la tarde me había parecido tan mágico.
Ya no podía correr más, estaba agotada, mis músculos estaban más pesados que nunca, pero sin embargo no me detuve, el suelo estaba cubierto por una espesa neblina que cubrían mis pasos y mi camino.
Pase apresuradamente por una pequeña abertura entre dos árboles intentando escapar de quien me perseguía, pero obtuve un peor resultado, mi chaqueta quedo prendada de una rama que sobresalía en el árbol, esa rama que había desgarrado la piel de mi abdomen al pasar por ella tan bruscamente.
Un grito de dolor se escapo de mis labios mientras con un intento desesperado trataba de soltar mi prenda del árbol. Pero fue ahí cuando un frió mayor al que ya había en el lugar invadió mi cuerpo, recorriendo cada centímetro de mi piel, haciendo que me encogiera un poco y un miedo que ya existía en mi corazón creció al ver aparecer desde la nada una sombra.
Esa sombra se irguió y yo sentí el temor que nunca en mi vida había sentido, las lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, ese sujeto había surgido de la nada.
Era tan alto que me sacaba como dos cabezas y flotaba en el aire cubierto de una capa negra que impedía que le viera el rostro, una mano putrefacta se alargo hasta mi cuello, mi corazón palpitaba fuertemente en mi garganta, mientras grite lo mas fuerte que mis pulmones pudieron, grite una y otra vez cuando comencé a recordar el peor día de mi vida, mientras sentía como me asfixiaba.
No, no esta muerto… no, no lo esta. Un ataúd blanco estaba a unos tres metros de mi, un pequeño cofre, me acerque con paso lento a el, mientras un nudo en mi garganta crecía Mi pequeño amor… mi niño Un pequeño de 6 años estaba frente a mi, con sus ojitos cerrados y sus grandes cachetes que siempre estaban rosados ahora estaban pálidos como la nieve, su cabello castaño caía unos pocos centímetros debajo de su frente y sus manos estaban entrelazadas a un pequeño dragón azul, su dragón azul.
El aire comenzaba a faltar en mi, abrí los ojos mirando a través de las lágrimas a una cara putrefacta frente a mí, con lo que parecían unos labios se acerco a mi rostro, sin fuerzas callando el recuerdo, trate de desprender las manos de mi cuello.
Mi vista se hacia mas escasa cada vez y el recuerdo volvía mas latente, el frió se acercaba, lo sabia.
"Expecto Patronum!" Escuche una voz clara y masculina, una luz se acercó a mi y a la criatura que me sujetaba y luego como si nada caí al suelo. Mi cara pego contra la raíz de un árbol. Un dolor creció en cada una de las partes de mi cuerpo, tenía un sabor amargo en la garganta y sentía que no tenía fuerzas para levantarme… siquiera podía abrir los ojos.
Escuche como unos pasos se acercaron a mi rápidamente y me sujetaron de pronto por la espalda ayudándome a sentarme, abrí los ojos con dificultad para verlo… ver a mi salvador que estaba hincado a mi lado con aspecto preocupado.
Se veía cansado pero su rostro era joven, debía tener unos 37 años, sus ojos fue en lo primero que me fije, un azul profundo que aunque era de noche brillaban por una extraña razón, como si fueran sobrenaturales. Con un extraño dorado en su interior que rodeaban su pupila. Su nariz era ancha y perfilada y debajo de ella unos labios pequeños pero a mi opinión perfectos. Su rostro era delgado con una quijada ancha y rectangular, facciones masculinas bien marcadas, su cabello era marrón claro corto y algo despeinado.
Unas ojeras pronunciadas descansaban debajo de sus ojos, tenia unas cejas claras pero se movían llenas de emoción. Luego venia un cuello fuerte que llegaba a una amplia espalda y… Un muy extraño atuendo, una túnica larga de cuero, oscura bastante remendaba cubría su cuerpo. Los pantalones eran de un gris oscuro y debajo de la extraña chaqueta puede distinguir una camisa clara.
Aun me sentía muy débil, mi cuerpo comenzó a temblar, sentí como el se acerco un poco más a mí y con una voz grave y segura dijo:
"Toma esto, te ayudara" me extendió una barra de chocolate, UNA BARRA DE CHOCOLATE! En que me ayudaría eso? Es tan solo un dulce?
Lo mire incrédula, lo mas ilógico del mundo siempre terminaba pasándome a mi, sin embargo el no cambio su mirada, se veía bastante serio, tome el chocolate con las manos temblorosas y lo lleve a mi boca, sentí que nunca había probado algo tan exquisito y aunque me lo trate de negar varias veces, la energía vino a mi cuerpo con rapidez.
Lo mire confundida el se puso de pie y me extendió la mano, yo acepte su ayuda aunque me queje al recordar mi herida en el costado.
"Esta herida?" me pregunto preocupado.
"Si, es solo un rasguño, me acabo de golpear con la rama de aquel árbol" dije volteando en busca del macizo, pero todo estaba demasiado oscuro.
"Esta todo muy oscuro… menos mal y llegue antes de que ese Dementor le hiciera mas daño" me dijo, yo estaba llena de dudas… Dementor? Que era eso?
"Dementor?" pregunte sin entender.
"Oh, Muggle" dijo mas para si mismo, mirándome evaluadoramente.
"Muggle?" pregunte confundida y pensando seriamente en que mi acompañante estaba loco.
"Olvídelo" dijo resignado mientras guardaba un palito de madera en el bolsillo de su túnica "mi nombre es Remus Lupin un placer…?"
Me extendió la mano, yo la sin mas.
"Yo soy Valentina Cross" le dije con voz algo temblorosa, todo en aquel lugar me ponía nerviosa, la forma en la que me miraba, la forma en la que sonrió "vivo en Cambridge… de donde es usted?" pregunte con curiosidad.
"De Londres" me respondió seriamente, sus ojos estudiando el lugar, lo cual decidi era inútil. Todo estaba demasiado oscuro como para ver nada.
"Este bosque es muy peligroso para estar sola, hay alguien mas con usted?" pregunto, aquello me puso nerviosa de pronto, luego de haber visto mas de mil películas de asesinatos en bosques una pequeña alarma resonaba en mis pensamientos.
Apreté mis labios pensando que el me acababa de salvar de lo que fuese aquella criatura… quizás todo esto era tan solo una pesadilla.
"Yo… me estoy quedando en unas cabañas cerca del bosque… vine a dar un paseo y me perdí hace aproximadamente siete horas he estado caminando en círculos" le dije bastante apenada.
"Bueno… Valentina, le aseguro que no ha estado caminando en círculos, este a mas de 10 kilómetros de cualquier civilización muggle" Remus se quedo en silencio por un momento, su mano derecha se poso en su cien.
Ruidos comenzaban a sonar en su alrededor y el nuevamente se puso alerta, su mano saco con rapidez aquel palo de madera que antes había colocado en su bolsillo.
"Esta bien como para caminar… rápido?" su voz era apresurada, yo sentía aun la punzada de dolor en mi costado, quizás necesitaría puntos, pero incluso yo podía darme cuenta de que algo no estaba bien.
Asentí, con rapidez y el pareció algo aliviado por un instante "no puedo dejarla sola en este lugar… es muy peligroso y mas ahora" me dijo y sin saber porque, sentí que podía confiar con el, así que asentí nuevamente.
"Me llevara hasta las cabañas?" pregunte.
"No creo que sea conveniente, fueron atacadas, por unos…" dijo el como si no supiese la forma en la cual explicarme "creo que mejor buscamos un lugar donde quedarnos hasta que amanezca…"
Y este había sido el día mas extraño de mi vida, lleno de cosas inexplicables, sobrenaturales y mágicas… esa persona, si se podía llamar así, lo que me ataco, no era de este mundo y el, Remus me había salvado la vida y de eso estaba segura.
Yo siempre supe de la existencia de la magia, pero ahora no se que pensar al respecto, esto creo que alcanza mas allá de lo que mi imaginación puede alcanzar. Porque cuando llegamos a la pequeña cueva en la que estamos tengo una laguna mental, no recuerdo alguna parte de la noche, algo que el hizo y aunque el actué como si nada pasara, lo noto preocupado.
"Porque no prendemos una fogata?" pregunte sin entender mientras me abrazaba con mis brazos fuertemente titiritando.
"Seria como colocar un aviso para los animales del bosque, que diga algo como… VENGAN A COMERME" dijo el con un tono un poco mas ligero, yo solté una leve risita y el volteo a verme.
Oh por dios esa sonrisa… sus dientes tan blancos y perfectos, volvió a lo que hacia, buscando alguna señal de vida en la cueva, o al menos eso es lo que creo, porque consiguió algo y lo guardo en su túnica.
"Que haces?" pregunte con curiosidad mientras me sentaba y recostaba mi cuerpo a la sólida y fría roca.
"Inspecciono que la cueva sea segura" me dijo y luego de unos segundos camino hacia mi lentamente "es lo suficientemente segura, pero debemos estar con cuidado, mañana muy temprano partiremos, el bosque de Yanubius no es nada seguro por las noches… tenemos que aprovechar el día y conseguir lugares seguros para acampar.
"Cuantos días nos tomara llegar a nuestro… punto de llegada?" dije algo confundida, no era que la idea de estar cerca de tal hombre me molestase, pero todo lo que lo rodeaba me asustaba de cierta forma.
"Depende de que tan rápido vallamos…" dijo el sentándose a mi lado "nos quedaremos un tiempo en el pueblo de Conacua y de ahí veré donde estarás segura" me dijo y yo lo mire extrañada, definitivamente eso no era normal, y yo no mantenía mi mente cerrada. Estaba en parte emocionada. Pero mis pensamientos se callaron cuando me fije de nuevo en sus labios. Habían pasado quizás un año desde la ultima vez que había estado sola con un hombre.
Poco a poco el sueño me invadió, y el cansancio, y me deje llevar por los brazos de Morfeo.
