Mientras esperamos el nuevo capítulo de MBL yo he dejado volar mi imaginación sobre lo que paso en Londres un mes antes de que Arimi volviera a Japón. ¿Por qué? pues por la misma razón que Homer Simpson en este video:
ww w. Yout ube w atc h?v= mz-eC CvBo3M
(Quitar espacios, o en youtube poner en el buscador, "Los de asuntos internos)
También es la fuente de donde he sacado el título del fic, aunque no tenga nada que ver con lo que se narra y esto se debe a que A) Soy muy mala poniendo títulos y B) Porqué la lógica está sobrevalorada
Los de asuntos internos
Chinatown
- … entonces, ¿te pasaras por nuestra pequeña fiesta privada?
No pude evitar sonreír cuando, en un descuido, escuche esa proposición mitad insinuante, mitad suplicante. ¡Típico de Brian! Aún no había puesto un pie fuera de las oficinas ya tenía a algún amante suplicando su atención.
- Lo siento; no va a poder ser, ya tengo la noche comprometida, con esta encantadora dama.- dijo tomándome del brazo en cuanto me vio cruzar la puerta.- Sí nos disculpas tenemos aún muchas cosas que comprar y qué hacer para nuestra propia fiesta. Hasta la próxima.
Así que nos dirigimos hacía el taxi, que ya nos estaba esperando, el amante rechazado poco más pudo hacer aparte de despedirse con un suplicante "llámame cuando estés libre".
Me dio pena el pobre, Bryan se limito a soltar un bufido de hastió cuando se sentó a mi lado en el taxi.
- Mira que llegas a ser malo.- le dije.
- Hombres.- dijo con un suspiro.- Te acuestas con ellos un par de veces y ya se creen que hay algo entre vosotros.
- Pero, ¿es que no te dan pena?
- En absoluto. Desde el primer momento les dejo bien claro que es lo que hay. Si alguien se hace una idea equivocada no es mi culpa.
No puede evitar reírme.
- Eres un autentico estereotipo inglés, un "Maurice", todo un "Queer as folk",…
- Por favor, querida, soy mucho más que un simple arquetipo.
- Cielo, todo tú ser es un tópico, el típico deborahombres.
- Yo soy muy simple. No puedo concebir la vida sin sexo. Tú en cambió sí que eres todo un caso. Quieres que tu marido te dé el divorcio, estas a más de mil quilómetros de distancia de él, no lo has vuelto a ver en casi tres años y aún así, nada, nada de nada durante más de tres años. Yo sí que no podría vivir así. Me pregunto el porqué de esta tortura, no entien…
- Brian, déjalo estar.- Le corte seca.
Es mi mejor amigo desde que llegue a Londres, y, aunque nunca se lo he pedido, sé que me ha protegido más de una vez, pero eso no quita que no deje de ser un cotilla y un metomentodo incorregible.
El taxi nos dejo en el Barrio chino, necesitábamos unos productos que solo podríamos encontrar ahí, las calles, como siempre en ese barrio, estaban abarrotadas, era imposible caminar sin recibir algún codazo de otro transeúnte, en un momento dado, un grupo de excitados universitarios, bastante eufóricos por el inicio del fin de semana, por poco que no nos arroya; ya iba a increparlos cuando uno de los rostros del grupo llamo toda mi atención.
- ¡Rokutanda!
Él ni se percato de mi presencia y continúo caminando y conversando animadamente con una chica negra que iba a su lado, tuvo que ser un compañero suyo, de aspecto árabe, el que le llamara la atención con un codazo y señalándome con un dedo; estoy segura de que no me reconoció hasta que volví a hablarle.
- ¡Rokutanda!, Menuda sorpresa, no esperaba verte aquí.
- ¿Arimi? ¿Eres tú? Vaya como has cambiado.- Por un momento, mientras avanzaba hacia nosotros, temí que me fuera a dar uno de sus abrazos-cepo, pero se limito a un abrazo de amigo muy normal, cuando nos separamos me dedico una tranquila sonrisa que hizo que se me formara un nudo en la boca del estomago, ese gesto me recordaba tanto a Ginta, nunca me había percatado de lo mucho que se parecían los dos primos físicamente.- Estas muy guapa, de verdad.
- Gracias. Tú también estas muy bien. No tenía ni la menor idea de que estabas en Londres.
- Solo estaré aquí un semestre,…
- ¿Eh? ¿Llevas tanto tiempo aquí y no me llamas para quedar? Pero qué cara más dura.
- Lo siento.- Dijo con gesto avergonzado, rascándose la cabeza, igual que Ginta, cuando le pillaba en una falta.- Pero si te digo la verdad, ni sabía que estabas aquí, ni tenía forma de contactar contigo.- El Rokutanda de toda la vida, tan despistado como siempre.
Bryan carraspeo a mí lado, buff, con lo poco que le gusta pasara desapercibido y yo ya me había olvidado completamente de él.
- Oh, perdón. Bryan te presento a un buen amigo mío de la infancia: Tsutomu Rokutanda. Tsutomu, este es mi amigo y compañero de trabajo: Brian Christie.
Quizás no les debí haber presentado así porque mientras Bryan alargaba la mano con su mejor sonrisa Rokutanda se lo quedo mirando con su mirada patentada de "A que te parto el alma, julai", afortunadamente solo le duro unos segundos, se deshizo de ella con un corto suspiro, y encajo la mano de Bryan con una sonrisa.
- Mucho gusto.
- Igualmente.
- ¡Profesor!- Le llamo la chica de color desde la esquina donde se habían quedado un par de personas más para esperarle.- Nos estamos quedando muy atrás.
- ¡Ya voy!, lo siento no me puedo quedar más, hemos salido a cenar un grupo de la universidad.
- ¿Profesor?- Dije divertida.
- Si, ya ves. Soy el encargado de dar unas clases de seminario en Oxford.
- Bueno, pues ya que no te podemos separar de tus alumnos toma mi tarjeta.- Le dije mientras sacaba mi tarjetero del bolso.- Ahora ya no tienes excusa para no quedar conmigo.
- De acuerdo.- Dijo él cogiendo mi tarjeta. - Nos vemos pronto, Ryan un placer el conocerte.
Y empezó a alejarse de nosotros.
No pude evitar reírme, la cara de contrariedad de Bryan por el cambió de nombre era todo un poema.
- ¡Oye Arimi!- dijo Rokutanda girándose hacía mi nuevamente.- Me he alegrado de volver a verte, de verdad.- Y se alejo corriendo para alcanzar a sus amigos.
Por extraño que parezca esas palabras fueron realmente reconfortantes para mí.
- ¿Ryan?- Dijo Bryan con un bufido de disgusto.
- Oh, vamos, no te lo tomes a mal. Rokutanda siempre ha sido así.
- Puede ser. Pero soy yo o ¿ha habido un poco de incomodidad en este encuentro sorpresa?
- Bueno es que cuando no separamos por última vez no lo hicimos en los mejores términos, y hacía un montón de años que no le veía.
- ¿Estás segura de querer quedar con él?
- Segurísima. Parece que ha madurado mucho desde la última vez que nos vimos. Además, yo siempre he sabido cómo manejar a Rokutanda.
- Bueno, siendo así, supongo que no hay de qué preocuparse.- Avanzamos en silencio hasta que volvió a hablar.-Vaya, profesor de Oxford, que impresionante ¿No?
- Sí, bueno, le ofrecieron una beca para estudiar en Harvard, lleva desde los dieciocho estudiando e investigando en el extranjero.
- Ya veo el típico amigo cerebrito, despistado, con pocas habilidades sociales.
- Pues,… más o menos, si.
/
Será continuado
Que tengo trabajo pendiente
El siguiente: desde el punto de vista de Bryan
